Time and a Word,
el segundo álbum de Yes, fue
editado el 24 de julio de 1970 y supuso un paso adelante en la historia de la
banda, que ya contaba con mayor confianza en lo que respecta a su labor en el
estudio de grabación. Sin embargo, al igual que su primer álbum, fue un fracaso
comercial.
Yes
venía de tocar como teloneros de The
Nice en un show en el Royal Albert Hall en febrero de 1970, mientras preparaban
el material que sería incluido en su segundo disco. Previamente a empezar dicha
grabación, Yes alquiló una granja en Devon para ensayar y componer en un
ambiente más relajado y cercano a la naturaleza.
Lamentablemente,
para la época en que fue editado el disco, el guitarrista Peter Banks
abandonaría el grupo. Lo positivo fue que sería reemplazado por un auténtico mago
de las seis cuerdas: Steve
Howe,
ex miembro de The Syndicats, Tomorrow
y Bodast. Howe, quien sería parte
fundamental del sonido de Yes a partir de 1971, incluso aparece en la foto de
la segunda tapa de Time and a Word,
luego de que la tapa original, que incluía un dibujo de arte abstracto y moderno con un
cuerpo femenino desnudo volando, fuera censurada.
Pero
es Peter Banks quien toca en Time and a
Word. Por otra parte, este segundo disco fue mucho más sofisticado que su
predecesor, porque incluía arreglos orquestales en la mayor parte de las canciones,
una experiencia que la banda repetiría 31 años después en Magnification (2001). Por otra parte, los elementos cósmicos, místicos
y superrealistas de sus letras también se hicieron más evidentes en Time And A Word.
A
esa altura, el grupo trataba de sonar más producido y sofisticado y por eso
añadieron arreglos orquestales. El vocalista Jon Anderson comentó
que en esa época había empezado a escuchar un montón de música clásica, que
incluía a Los Planetas, de Gustav Holst; además de
obras de Antonín Dvořák y Tchaikovsky; y esto lo
había influenciado mucho, hasta llegar a la idea de querer ensamblar la música
del grupo junto a la de una orquesta. De cualquier forma, mucho de lo mejor del
sonido del álbum no corresponde a la participación de la orquesta, sino a las
performances personales de Bill Bruford(batería), Chris Squire (bajo), Peter Banks y Tony Kaye(teclados). Asimismo, el grupo se estaba
ensamblando en forma consistente, un hecho que sería más evidente en su futuro
tercer LP. El hecho de que la orquesta hubiese sonado un tanto
"apagada" a la hora de grabar, quizás se haya debido al hecho de que
el productor Tony Colton consiguió un montón de músicos de
sesión bastantes buenos, pero el arreglador Tony Cox no tenía
el impulso necesario para incentivar a estos músicos.
LAS
CANCIONES:
.
Time and a Word abría con "No Opportunity Necessary, No Experience
Needed", una versión de un tema original del cantautor
norteamericano Richie Havens, escrito para la película The
Big Country. Este cover recibía el típico tratamiento
sonoro de Yes, gracias a una entrada imponente de los teclados de Tony
Kaye, que dejaban espacio para la aparición impresionante de la orquesta,
la que cede el paso a una brillante improvisación grupal con un toque
jazzístico y buenísimas armonías.
.
El tema original de Yes, "Then" (Anderson) era, por su parte, una
impresionante muestra del poder musical que se estaba desarrollando en el seno
del grupo. Aquí el acompañamiento orquestal es mínimo, hecho que permite a Kaye
y Banks a explayarse en gran forma en órgano y guitarra, respectivamente.
Mientras que la labor de Bruford es espectacular y descollante.
.
Con la versión de "Everydays" (Stephen Stills), el grupo logró un
gran ensamble entre la etérea voz de Anderson, los teclados de Kaye y la
orquesta. Banks, un fanático de las bandas Californianas de los 60, eligió este
tema de los Buffalo Springfield (grupo que alojó a Stills y Neil
Young) para que Yes lo reversione dándole una onda jazzística y con
"swing", pero bien al estilo "yessero".
.
"The Prophet" (Anderson - Squire) era una pieza que también contenía
varios fragmentos disimiles, en lo que a música respecta, y esto anticipó
varias de las características melódico-rítmicas que más tarde Yes explotaría en
sus futuros discos conceptuales como Tales from Topographic Oceans.
. Acerca de "Clear Days" (Anderson), Peter Banks comentó
que Anderson quiso hacer aquí “su propio Eleanor Rigby", con
cuartetos de cuerdas y todo, y en cierta forma lo consiguió, a pesar de no
contar con el beneplácito del resto de los músicos del grupo.
.
"Astral Traveller" (Anderson), como su título lo indica, era un
auténtico "viaje" sonoro además de tener mucho que ver con la
estética futurista y "sci-fi" aplicada por el grupo de acá en
más. Banks dijo que este tema surgió de un riff de guitarra
que devino en una posterior improvisación grupal.
.
El final del disco llegaba de la mano de "Time and a Word" (Anderson
–David Foster), una de las más hermosas (y simples) canciones grabadas
por el grupo jamás. Peter Banks dijo que este tema surgió de
la necesidad del grupo de tener una canción que pudiera ser como un himno.
Anderson vino con la idea inicial y, tras varias discusiones, el grupo le fue
dando forma al tema. Según Banks, la idea de componer esta canción le vino a
Anderson luego de escuchar un día el clásico "Hey Jude", de los Beatles,
en la radio del auto del guitarrista.
Finalmente, después de ser editado el disco, la fama del grupo aumentaría en Inglaterra, en
especial luego de abrir una presentación de Iron Butterfly que
fue vista por millones de televidentes.
A
principios de 1977, la efímera revista Roll
se dio el lujo de entrevistar a Luis
Alberto Spinetta. En ese momento, el Flaco venía de terminar su etapa de Invisible y se aprontaba a iniciar (o
ahondar) su etapa más jazzera con la Banda
Spinetta, que en ese mismo año editaría su gran álbum A 18´del sol.
Sin
dudas, una charla imperdible en la que Spinetta da cuenta de un gran momento de
su carrera musical y de su vida, que lo encontraba estrenándose como padre,
además de animarse a ponerle (por primera vez) su apellido a un proyecto
musical.
SPINETTA EN EL MAREMOTO
A lo largo de un extenso y vertiginoso
reportaje de dos horas, Luis Alberto Spinetta habló minuciosamente sobre el
eclipse total de Invisible, sus motivos, el saldo que le dejó el grupo, y las
características y proyección de su nueva agrupación. Describió la apertura y la
libertad ilimitada que significa para él esta nueva experiencia, y, debido a
que responde por completo a su visión de la música –sin obstáculos-, se
encuentra dispuesto a firmar el intento con su nombre. Sólidamente afirmado,
Spinetta emerge, una vez más, con la expectativa de innovar sobre lo
recientemente realizado e incorporar ritmos y desarrollar su estilo poético. No
obstante el hecho de que el grupo Spinetta (sic) no tiene prefijado meticulosamente su
futuro, Luis Alberto advierte en él el germen de una agrupación que desea
estabilizar para expresar sensiblemente su constelación armónica, para cuya
constelación deja el paso libre al encuentro humano de sus integrantes:
En el último recital de Invisible, el
10 de diciembre del año pasado en el Luna Park, sobrevoló, entre las melodías
insondablemente profundas, una desconcertante abulia, una somnolienta exposición
de acordes, una música famélica como un árbol petrificado. La vitalidad que
había identificado a Invisible se había esfumado. En las aceras que circundan
el estadio se conocía la noticia de la separación. Luego vino un periodo de
oscuridad que alcanzó a los ex integrantes de la formación. Sin embargo, las
miradas se dirigían a Luis Alberto Spinetta, como motor y veta creativa sobre
el que se cimentó el trabajo de Invisible. Spinetta es ahora el camino de
Spinetta.
ENTREVISTA> ¿Qué saldo te dejó Invisible como músico, compositor y ser humano?
Como
músico me dejó algunas experiencias interesantes en cuanto a la armonización para
trío, y el hecho de poder desarrollar alguna temática que habitualmente no se
puede hacer en trío. Por ejemplo, “Durazno Sangrando” es una prueba cabal de
una pieza musical que debería trabajarse conmás instrumentos, pero se llegó a un resultado totalmente diferente en
cuanto a instrumentación. En el terreno del cuarteto, me dejó la experiencia,
aunque sea por cuatro meses, de haber podido pasar a un aspecto rítmico. Como músico,
las experiencias serían muy arduas para explicar. Como compositor, la primera
etapa de Invisible me dejó el grato recuerdo de haber trabajado en forma
realmente comunitaria donde, sobre la base de un esbozo, se trabajó aportando
en forma pareja. Después eso se cortó, porque la evolución nos llevó a no poder
detenernos, quizá como hubiese sido necesario, para seguir trabajando en ese
nivel.
Compositivamente,
fue una etapa que me permitió estabilizar mi mundo poético y musical, ya
embarcado en una cosa más definida. Quizás Invisible sea el pasaje ideal entre
lo que había hecho y lo que hago ahora. Como ser humano me dejó buenas
experiencias. En tanto que las malas que pude haber recogido con Invisible quizás
no se hayan dado, por estar en un conjunto especial o con músicos especiales,
sino porque a veces uno vive un momento malo, y las malas experiencias no son
por los demás sino por uno mismo. Las experiencias negativas que viví con
Invisible no me interesan, salvo las que me dejaron enseñanzas. Al principio
con Tommy (Gubitsch) las cosas humanamente marchaban a un nivel impresionante, y la comunicación
entre los cuatro integrantes se hizo muy clara, muy contundente. Pero me dio la
impresión de que eso no evolucionó. Tengo la leve sensación de que Pomo, Machi
y yo teníamos una misma meta, y Tommy tenía otra. Cuando se integra un músico a
un conjunto que hacía tres años que estaba tallando significa incorporar un
elemento absolutamente positivo como lo fue Tommy. El problema está en que, por
una razón de edad, de tiempo del conjunto, de acostumbramiento a las
personalidades y demás cosas, esa relación no prosperó. Nada más. No estoy
haciendo responsable a Tommy de la escisión de Invisible.
¿No
hubo, en consecuencia, una integración humana coherente con la música que se
estaba haciendo?
No.
Y, por otra parte, Invisible ya arrastraba problemas de índole humana
provocados no en sí por el núcleo del conjunto, sino por gente que estuvo
alrededor.
¿Qué
razones motivaron la creación de este nuevo grupo?
Más
que ser un grupo de la índole de Invisible, Pescado Rabioso, Almendra,
considero que ésta es la primera vez que encaro la experiencia de poder
desarrollar mi música con otros músicos sin el esquema normal de participación grupal.
En cierta forma, cada integrante puede hacer lo que quiere, pero tengo una
responsabilidad mayor que la que tuve siempre. Es una banda que acompaña a
Spinetta.
¿Hacia
dónde se dirige ahora tu línea compositiva?
No
es que vaya a continuar una línea musical dada, porque todo lo que he hecho
este tiempo es mi música, con diferentes agrupaciones. Lo que no voy a hacer es
depender del gusto o de la voluntad musical de los que hacen música conmigo. Los
músicos con que estoy tocando están totalmente de acuerdo con que las
condiciones creativas las impongo yo, que es diferente de lo que es un grupo.
No es que me haya separado de Invisible porque considero que tengo que ir a
otra etapa, sino que he abandonado la etapa de los conjuntos para desarrollar
mi música, mi poesía y todas mis pasiones creativas sin límites. Quizás ésta
sea la primera etapa mía real en la que me lanzo a hacer música con todos mis
defectos y todas mis virtudes. Vos me estás haciendo preguntas que se
relacionan muy directamente con toda la experiencia que estoy viviendo, y me
gustaría contestarlas de una manera más clara, pero no puedo en este momento,
no me sale porque estoy precisamente en ese maremoto.
¿En
qué se basa la interrelación humana trascendente que se está dando con Diego
Rapoport, tu tecladista?
Para
mí un grupo musical es un grupo humano, donde no solo se comparte el ensayo o
el momento de tocar sino las reuniones y momentos fuera de la música para
conocerse. Sin embargo, ahora que planteo a un músico talentoso como Diego que
responda, si es que él quiere, a ciertas y determinadas cláusulas para tocar
conmigo, se da una relación que hasta el momento es macanudísima y, prácticamente,
estoy compartiendo más con él que durante tres años con los integrantes de
Invisible. Quizás mucha gente va a pensar que esta experiencia se va a
transformar en una especie de Gestapo donde yo soy Hitler. Pero no. Porque sé
que los errores que cometa los voy a cometer bajo mi entera responsabilidad; no
tengo ese problema de que todos sigan como corderitos lo que yo pienso.
¿Cuáles
son los cambios producidos en tu poesía y tu música en este momento?
Voy
a seguir escribiendo el tipo de letras de los últimos tiempos, pero ya he
desarrollado una nueva temática, nuevos inventos. Todavía voy a estar más poético,
con más contenido, con más expresión, con más polenta, con más tibieza. Son cosas
que hice para mí, para mi momento íntimo, y ahora puedo hacerlas para todos. Sé
que soy un guerrero romántico. En cuanto a la música, probablemente, aquellos
que escuchen a la banda de Spinetta sentirán que es un poco más cuadrado lo que
hacemos. Pero no es un problema de cuadratura o interpretación de los compases,
sino es que mi hermano (Gustavo) tiene un tempo diferente de Pomo. Es muy
regular, a mí personalmente es lo que más me gusta, que toque ajustado. Esa es
de por sí una característica nueva: sumo ajuste. Además, estamos trabajando
sobre improvisaciones sobre varios tonos, para poder delinear melodías más
amplias, y sobre algunos ritmos de bossa nova y tango. Para sintetizar: en esta
etapa estoy más cerca del corazón. Me siento más confiado en mi propio corazón,
más libre espiritualmente. Por otra parte, en este momento, mi hijo, la gente
que quiero, son mis influencias, y no Chick Corea, porque no lo conozco. Mi música
es mi única influencia. La escala de valores la pongo yo.
Alguien
que lea estas declaraciones puede pensar que sos ególatra. ¿Qué le dirías?
No
podría no ser ególatra. Pero sé que la egolatría en mí tiene un lugar
perfectamente adecuado. No supera mi inteligencia ni interrumpe mi proceso
creativo. Por lo tanto, lo de ególatra habría que estudiarlo con comillas
porque el ególatra es un tipo que se idiotiza de tanto quererse a sí mismo. Yo no
soy ególatra ni dejo de serlo, yo qué sé. Me considero a mí mismo como un
creador y por lo tanto estoy entregado a crear. Y la gente que piensa que soy
un tarado, que lo siga pensando. A mí no me altera el pulso.
Entrevista por Javier Cófreces
Publicada en Revista Roll, número 3, abril de 1977.
Debido
a su versatilidad como músico, desde muy joven, Jota
Morelli se ha destacado como uno de los principales bateristas
argentinos. Ha tocado con muchísimos artistas, adaptándose con soltura a
variados géneros y estilos, ya sea rock, pop, jazz, fusión, reggae, funk,
melódico, folklore… Sin dudas, Jota es un verdadero laburante de la música, y
un estudioso de su instrumento. Porque no cualquiera se da el lujo de tocar con
grandes del jazz internacional como Al
Jarreau o Alphonso Johnson; y
además con innumerables músicos de la escena local, entre los que se destacan Luis Alberto Spinetta y Pappo, dos de los más grandes artistas
del rock nacional, y de los más recordados y nombrados por sus colegas -para
corroborar esto basta con recorrer un puñado de las entrevistas que hemos
realizado en nuestro blog-. Un lujo y un privilegio que Jota guarda en el fondo
de su corazón. Por supuesto, también hablamos de su presente, que lo encuentra formando parte de la mítica banda Los Enanitos Verdes, además de su labor como solista.
Pero
basta de cháchara, mejor empecemos a recorrer la carrera de este gran batero,
apasionado por su profesión, quién, con simpatía y afecto, nos contó cómo
fueron estas tres décadas vitales, dándole palo y palo a los tambores, el bombo
y los platillos…
ENTREVISTA> ¿Cómo te iniciaste en la música?
Me
inicié en la música gracias a mi querido padre, un excelente pianista de tango.
Desde muy chico estaba todo el día con él y con mi abuelo, José Morelli, que tocaba el bandoneón y la trompeta. Ellos tenían
dos bandas diferentes, una de tango y la otra de música pop. Por lo tanto, se
puede decir, que a la música la llevo en la sangre. Ellos dos fueron mis
mentores, junto con José Luis Sartén Asaresi, un increíble
guitarrista y baterista, que lamentablemente falleció en 2012 en Suiza.
¿Por
qué elegiste ser baterista?
Me
decidí por la batería porque ya de chico golpeaba todo lo que tenía a mi
alrededor. Por eso, más o menos, cuando tenía 3 o 4 años me regalaron mi
primera bata de juguete (nada que ver con las que hay ahora para chicos, que
son re profesionales…). Luego, cuando tenía 10 años, mi viejo me regaló mi
primera strike drums, una batería
nacional. En ese momento, toqué el cielo con las manos, no lo podía creer. Más
tarde, durante comienzo de la secundaria, me acuerdo que formamos una banda
llamada Apóstrofe. Luego llegaría Autobús, en donde hacíamos covers y
temas propios. ¡¡¡Era pasión pura!!! En ese momento recuerdo que me sentía como
que estaba partido en tres partes: fútbol, batería y colegio. En ese punto,
tocar en el interior del país era muy divertido, pero duro a la vez, ya que no
teníamos buenos equipos. Yo soy de Venado Tuerto, Santa Fe; una ciudad a la que
voy todo el tiempo ya que tengo todos mis afectos ahí... ¿Cuáles
fueron tus profesores de batería y qué aprendiste con ellos?
Mis
profesores de bata fueron Carlos Riganti y Alex
Sanguinetti. Con ellos aprendí muchísimo en lo que respecta a técnica e
improvisación.
¿Qué
artistas y discos eran tus preferidos en esas épocas iniciales?
Mis
primeros discos fueron los de los Beatles,
¡a full! Después llegarían a mi vida Deep
Purple, Led Zeppelin, Genesis, Yes, Pink Floyd, y todo el rock inglés de
los 70. Después empecé a escuchar a Jeff
Beck, quién, directamente, me voló el cerebro -y me lo sigue volando hasta
el día de hoy… A fines de los 70 y principios de los 80, mi viejo me regaló un
par de discos importados como Night
Walker, de Gino Vanelli, y Face Value… el primero ¡de Phil Collins! Yo flasheaba con toda esa
data…
¿Cómo
definirías el hecho de ser músico? ¿Qué significa esta profesión en tu vida?
Ser
músico es un regalo de Dios que valoro día a día, porque es pasión pura. Esta
profesión ocupa mucho espacio en mi vida, a lo que siempre doy gracias...
¿Qué
músicas y estilos te gustan e inspiran?
Soy
muy abierto con los estilos musicales. Básicamente, soy un batero de rock que
puede tocar varios estilos, pero siempre con actitud de rock. Me mata la música
negra, todo lo que este tocado con swing. Me gusta y me divierte tocar casi
todos los estilos, ya sea rock, soul, groove funk, ñu jazz, reggae… Por ejemplo, me inspira muchísimo el trabajo de Stewart Copeland (The Police), Weather Report,
Pat Metheny, Stevie Wonder, Al Jarreau, Herbie Hancock, Mint Condition o Foo Fighters. También,
a la hora de tocar, me mata la música de Led
Zeppelin. Actualmente estoy tocando con la legendaria banda de rock Los Enanitos Verdes, y muchas veces,
durante los shows, me inspiro en Copeland...
LOS QUERIDOS OCHENTAS
¿Cómo
llegás a La Torre? ¿Cómo ves su obra hoy a la distancia?
Empecé
a tocar en La Torre gracias al inolvidable Negro García López, el grosísimo
guitarrista de rock. Él me presentó a Oscar
(Mediavilla) y a Patricia (Sosa), con quienes compartí casi cuatro años de intenso trabajo.
Durante mi participación en la banda, grabamos los tres primeros álbumes del
grupo –uno de ellos en Ibiza-, y también tocamos mucho por el interior del
país. Fue una experiencia increíble. Musicalmente, yo crecí muchísimo al lado
de ellos. Sin dudas, esa fue mi primera banda “pro”. Aún hoy, escucho la música
que hicimos en La Torre y me
encanta. Los temas tenían unos arreglos increíbles.....
¿Cuándo
y cómo te integrás a Madre Atómica?
Durante
la época en que tocaba en La Torre frecuentaba mucho La Trastienda -no el
boliche nuevo de San Telmo sino el viejo, que en los 80 estaba en Palermo. Ahí,
todos los miércoles, tocaba Madre
Atómica, que estaba integrado por Lito Epumer, Mono Fontana, Lucio Mazaira y Paul
Dourge. Yo moría con esa música, era una gloria ir todos los miércoles a
verlos, y yo me sabía todos los temas que tocaban. Hasta que Lucio se fue de la
banda y me llamaron a mí para tocar. ¡Yo no lo podía creer! Así comenzó mi
etapa en Madre Atómica. Seguimos tocando los miércoles, primero con César Franov en el bajo, quién luego
sería remplazado por Guille Vadalá.
Después, en el 86, grabamos un disco con esta formación en la que estábamos Guille Vadalá en bajo, Lito Epumer en viola, Mono Fontana en teclados, y yo en
batería.
MAESTROS DE LUZ
¿Cuándo
lo conocés a Spinetta?
Tocando
con Madre Atómica porque de vez en
cuando venía a vernos. Luis en esa época estaba tocando sin batero. Obviamente,
siempre me morí con su música. Bueno, en el medio del proyecto de Madre Atómica
toqué en varios shows con el Cuartero de Lito
Vitale, con quien también grabe un disco, y también con Las Viuda e Hijas de Roque Enroll. En
el 87, hice varios shows con Pedro Aznar,
hasta que me llamó Luis para ser parte de su banda. El primer sueño cumplido,
para mí...
¿Cómo
era trabajar con él en los shows y el estudio?
En
el 87, Luis tenía una tremenda banda, estaban Machi Rufino (bajo), Mono Fontana (teclados), Guillermo Arrom (guitarra), Chofi
Faruolo (midi y efectos). Esa formación fue mágica –si quieren ver cómo
era, hay varios videos de esa época posteados en YouTube. Trabajar con Luis fue
algo especial, indescriptible. ¡Él era un artista increíble!, y por sobre todas
las cosas, un ser humano alucinante. Recuerdo que era súper detallista en lo
referente a los arreglos. En los ensayos era súper exigente, y a la vez me
daba mucha libertad para aportar lo mío a sus canciones. Por ejemplo, Luis
escribió las canciones de Téster con una máquina de ritmo y me pidió
que humanice esos arreglos pero respetando a full sus programaciones. Algo
parecido sucedió en Don Lucero. Para mí, fue un desafío tremendo
tocar con él, una experiencia única. Tocando con Luis, participé en la
grabación de tres discos: Téster de Violencia (1988), Don
Lucero (1989) y Fuego Gris (1993); de los cuáles, mi preferido
es el primero. Por supuesto, me afectó muchísimo cuando me enteré que estaba
enfermo. Para mí fue como un padre, un amigo de esos que son increíbles... Lo
extraño muchísimo...
¿Te acordás de la gira que hicieron en el 89,
apoyando la candidatura a Presidente por el radicalismo de Eduardo Angeloz?
Lo
único que recuerdo era que estábamos felices por hacer semejante gira, más allá
del partido político, y nos hacía felices tocar en vivo y compartir la gira con
otras bandas. ¡¡Eso fue un placer increíble!!
¿Por qué Luis decidió subirse a esa gira?
Se
lo ofrecieron y todos dijimos que sí, pero por el hecho de tocar y poder
presentar nuestro material en todo el interior del país, y eso era una linda
oportunidad para hacerlo.
¿Cuál es el concierto que más recordás de esa etapa
tuya junto a Spinetta?
El
que más recuerdo es un concierto en Chile, en el 90 o 91, en el Teatro
California de Santiago. Eso estuvo increíble. Tocamos mas de 3 horas esa noche
y recuerdo que sonó alucinante.
¿Qué
recordás de tu colaboración con Riff?
Lo
de Riff pasó en 1985, durante cuatro
meses, más o menos. Tocar con Pappo
también fue una experiencia muy linda. En esa formación estábamos, junto a él, Jaf (guitarra y voz), Vitico (bajo) y yo. La banda era una
aplanadora, se sonaba todo. Por supuesto, me hubiese encantado roquear mucho
más tiempo con ellos, pero duró poco. Yo me hice muy amigo del Carpo,
y compartimos muchas cosas. Fue un bajón tremendo que se haya ido... Pappo
dejó un legado importantísimo, al igual que Luis. Son dos personas a los que
voy a extrañar siempre muchísimo. Gracias a Dios, tuve la gloria de tocar con
ambos, que para mí son los pilares del rock argentino.
Otro
violero groso con el que tocaste fue David Lebón…
Sí,
durante los 90. David es otro grande de la historia del rock nacional. Tengo
los mejores recuerdos de la época en que toqué con él. También es una excelente
persona, un gran tipo. Se podría decir que la forma de laburar es, más o menos,
la misma entre todos estos artistas tan grosos...
CON EL REDOBLANTE BAJO EL BRAZO
Ahora
hablemos de bajistas. ¿Cuál, de todos con los que tocaste, es tu preferido?
En
verdad, tuve la dicha -o la gloria- de tocar con los mejores bajistas
argentinos. No te podría decir cuál es mi preferido porque todos tienen algo
distinto que me encanta. Imaginate, toqué con Gustavo Giles, Gaby Lazzarini, Guille Vadalá, Javier Malosetti, Pablo
Santos, Cachorro López, Pulga Luciani, Pedro Aznar, Ale Herrera, Mati Méndez,
Paul Dourge, Francisco Fattorusso… Y, en el exterior toqué con Alphonso Johnson, el legendario bajista
ex Weather Report; Cris Walker -con quien estuve en la
banda de Al Jarreau. Por supuesto,
en la actualidad, estoy tocando con Marciano
Cantero, también vocalista.
¿Por
qué decidiste radicarte en el exterior?
Cuando
Spinetta desarmó la banda en el 92, mi idea inmediata era radicarme en Estados
Unidos. Yo tenía contactos importantes con gente de allá que había venido a
tocar y a dar clínicas en Buenos Aires; como Alphonso Johnson, quién vino a dar
una clínica en el 94 y lo acompañamos con Madre Atómica. Otro sueño cumplido.
En esa oportunidad, quedé en contacto con él, y, sumado a eso, había pegado muy
buena onda con Renato Neto, Joey Heredia
y Marco Mendoza –un increíble
trío que también vino a tocar acá en los 90. Así fue que, cuando me fui a Los
Angeles en abril del 97, ellos me ayudaron muchísimo en todo.
Antes
de irte, tocaste con Diego Torres…
Sí,
con Diego toqué 4 años y grabé tres discos. Fueron años intensos, realizando
muchas giras por Argentina y toda Latinoamérica. Fue una experiencia lindísima,
aparte, teníamos una banda de aquellas. También, durante esa época, integré
diferentes formaciones, como, por ejemplo, el trío que teníamos con el Mono Fontana y Javi Malosetti. También, recuerdo mucho cuando tocaba en el club
de jazz Oliverio con Luis Salinas,
otro extraordinario y virtuoso guitarrista…
¿Cómo
te surge la posibilidad de tocar junto un monstruo del jazz como Al Jarreau?
Como
te decía, con Diego Torres toqué desde principios del 93 hasta mediados del 97.
Luego, aproveché un parate de Diego, y partí hacia Los Angeles. Cuando llegué a
esa gran ciudad me contactó Marcelo
Berestovoy, otro tremendo violero, y comencé a laburar con Bandidos de Amor, un grupo que hacía el
circuito de los pubs. Tocábamos muchísimo con esa banda. Ahí, lo contacto a Alphonso Johnson, y comienzo a tocar
con él y nos vamos de gira a Japón. En esa gira el tecladista era Freddie Ravel, que es el que me
contacta al año siguiente con Al Jarreau.
Con Al comencé a tocar en marzo del 98. Ya conocía toda su discografía porque
era fana de su música. Recuerdo que ensayamos dos semanas y salimos a la
cancha, junto a Freddie Ravel
(teclados), Ross Bolton (guitarra),
y Chris Walker (bajo) Comenzaron las
giras mundiales, y yo tocaba el cielo con las manos... ¡Ahí ya tenía el segundo
sueño de mi vida cumplido!
¿Y
cómo sigue tu carrera, luego de que volvés a Argentina?
Con
Al Jarreau estuve haciendo giras durante 5 años. Ahí terminó todo porque
Jarreau decidió parar por un año. Así que volví a tocar con artistas argentinos
como Vilma Palma o Alejandro Lerner, hasta que, en 2004,
regresé a la Argentina para tocar con Fito
Páez; en una banda increíble en la que estábamos Gonzalo Aloras (guitarra y coros), el Negro Javier Lozano
(teclados), Guillermo Vadalá (bajo),
Fito, y yo. Eso fue alucinante,
giramos por Latinoamérica, a full, durante tres años. Luego me convoca Luis Salinas
para tocar con él y en 2009, me contacta Felipe
Staiti para tocar en la legendaria banda Los Enanitos Verdes. Esa fue una sorpresa que no esperaba. Así que ahora estoy con
ellos, y giramos mucho por Estados Unidos, México y toda Latinoamérica. En 2012 grabamos un disco
nuevo (Tic Tac) con Los Enanitos Verdes, los
dos meses siguientes hicimos gira por todo Estados Unidos, y luego giramos por
Colombia y Ecuador. Giramos y tocamos un montón de shows a lo largo del año. La
repercusión que tiene esta banda afuera, es increíble.
¿Qué
recordás de la grabación de Tic Tac?
¡¡La
grabación de Tic Tac fue increíble!! Una etapa hermosa de la
banda. Recuerdo que ensayamos en Los Angeles, le dimos forma a los temas y nos
metimos en el estudio a grabar. Quedamos muy felices con ese disco, que se
grabó en el estudio Iglú en Los Angeles, con Gustavo Borner como
ingeniero y productor.
¿Tienen pensado grabar un disco nuevo en un futuro
cercano?
En
este mes sale Huevos Revueltos. Ya está en Spotify y en Itunes. En
realidad, Huevos Revueltos es un split en donde participamos dos
bandas: Enanitos Verdes y Hombres G, de España.
EN PRIMERA PERSONA: YO, VENADENSE
Contanos
acerca de algún concierto que hayas presenciado y que quedó en tu recuerdo.
Shows
que me hayan volado la cabeza... Recuerdo a The Police, en River (2007); Yellowjackets,
en el Gran Rex (2009); la Chick Corea
Electric Band, en Obras (1986); Rush,
en Austin, Texas (2011); Brad Meldau,
en Argentina (2010)…
¿Y
de los que tocaste vos, cuáles fueron los más inolvidables?
Seguramente,
el que dimos en el North Sea Jazz
Festival, en 2002, con Al Jarreau;
un concierto alucinante; o cualquier show en los que toqué con Spinetta. Actualmente, con Los Enanitos Verdes tenemos shows
gloriosos, también. Porque me dan mucha soltura para tocar, y puedo
improvisaren todos los shows. Eso para
mí es buenísimo porque me divierto muchísimo arriba del escenario. ¡Con Felipe (Staiti, guitarra) y Marciano
nos entendemos de primera!
¿Tenés
alguna batería preferida?
Soy
endorsement de la marca Sonor, esa es mi bata preferida. Su construcción es
perfecta, y el sonido, único...
¿Te
gustan los bateros exhibicionistas, preferís la sutileza o una mixtura entre
ambos mundos?
A
la hora de tocar prefiero la sutileza. No me gustan los exhibicionistas....
¿Qué
música elegís para escuchar en la actualidad?
Ahora
estoy escuchando Blue Hats, un disco
de Yellowjackets (toda la
discografía de los Yellow me encanta), también escucho mucho a John Mayer, Led Zeppelin, The Police, Miles
Davis, Rush, y casi todos los discos de Earth, Wind & Fire. Y por supuesto hay mucha música que no
dejaré de escuchar nunca, como la de Luis
Alberto Spinetta, o el Mono Fontana
solista. También el trío Epumer,
Judurcha y Machi, la Francisco Fattoruso Band, Electrohope de Javi Malosetti, Al Jarreau, Herbie Hancock, Stevie Wonder, Mint
Condition... La lista sería interminable.
¿Qué
artistas te gustan del rock nacional actual?
Ahora
hay muy buenas bandas como Ojo Bizarro
o Mofos, dos grupos de Venado Tuerto
que todavía son under pero que ya la están rompiendo. En mi opinión, el rock
actual nuestro está en constante ascenso.
¿Cómo
viviste el homenaje que te hicieron en diciembre de 2011 en Venado Tuerto por
tus 30 años de trayectoria?
¡Fue
increíble! Montamos un escenario súper pro con audio re groso, buenas luces y
con bandas y solistas increíbles como Facu
y Johnny Monty, Ojo Bizarro y Mofos. Mi viejo, Chilin Morelli, abrió el evento, y también me di el lujo de contar
con la presencia de Felipe Staiti,
Coyote Damiani, Palmo Addario, Ezequiel Guilardi, Cristian Judurcha; y un
final de lujo con Esperanza Spalding y Leo Genovese. La municipalidad de
Venado Tuerto, junto a Rodri García
Lacombe, nos ayudaron con todo el armado del evento. Fue una noche gloriosa
que nunca olvidaré. ¡Había más de 7000 personas! Y, por supuesto, ¡al final nos
comimos un alto asado! (risas) ¿Qué cosas positivas y negativas encontrás en el
negocio de la música, comparando cuando vos empezaste a tocar profesionalmente en
los ochenta y la actualidad?
A
mi entender, la música está muy corrupta en estos tiempos. Antes había que
tocar bien sí o sí, ya que se grababa en cinta y no había Protools ni máquinas
que te arreglen todo, como hay hoy en día. Por otro lado, el negocio cambió muchísimo,
ya no hay sesiones de grabación ni se venden más discos, solo queda tocar en
vivo…
¿En
qué andás ahora? ¿Cuáles son tus proyectos actuales?
Por
ahora estoy de gira con Huevos Revueltos por el mundo. Enanitos
Verdes y Hombres G, y realmente muy feliz con ese proyecto. Tambien tengo mi banda solista con
unos musicos increibles…
¿De qué se trata tu proyecto solista?
Ahí hacemos soul y funk, con Mati Méndez en
bajo, Álvaro Torres en teclados, Axel Introini en teclados
y Rama Molina en guitarra y voz. La onda es grabar algo antes de fin
de año con esa banda. Nos encanta hacer versiones de temas, la mayoría
instrumentales. Por ejemplo agarramos temas de Mint Condition, Miles Davis o Prince,
y los versionamos. Tenemos un repertorio bien ecléctico, ¡como corresponde!
La periodista neoyorquina Gloria Emerson (1929 –
2004) era lo que se conoce como una "mujer dura", etiqueta con la que
la gente evita decir todo lo que en verdad piensa, como que Emerson era fuerte
hasta ser ruda, quizá demasiado estricta y brutalmente honesta. Quizás
haya sido su brillante labor como corresponsal de guerra del New York Times lo que le templó el carácter.
Prueba de su franqueza sin miedo fue su el intento de entrevista que hizo en diciembre
de 1969 a John
Lennon y Yoko Ono en la sede de Apple
Records en Londres. Les dijo sin más que eran unos ridículos por creer que
estaban salvando vidas con su campaña antibélica. Cuestionando la efectividad de estos actos realizados
a un gran costo profesional y financiero para los Lennon. El enfoque
escéptico de Emerson enfureció a John, que
reaccionó con enojo frente a la cámara ante los cuestionamientos de la
periodista, quien con su experiencia en el campo de batalla de Vietnam, donde
fue corresponsal, no dejaba de lanzar dardos al blanco: "Tu campaña muestra que eres vulgar y que estás auto engrandecido. ¿Qué
publicitás, a John Lennon o a la paz?", le preguntó. Luego de pocos minutos,
cansada de la discusión, que se tornaba cada vez más tensa, se dirigió a Yoko
Ono diciendo: "Señora Lennon, creo
que nos estamos aburriendo los unos a los otros, así que mejor me voy".
Años más tarde,debido a las posiciones
antiestadounidenses de Emerson, la entrevista se hizo famosa como ejemplo de la
resistencia de la prensa establecida al movimiento por la paz de los Lennon. Por
eso fue destacada en el documental de 1988 Imagine: John Lennon y en la película de 2006 The US vs. John Lennon .
Aquí, la charla
completa:
John Lennon: Si voy a estar en la portada (del New York Times), también debería
aparecer en la primera página con la palabra "PAZ".
Gloria Emerson: ¡Pero harás el ridículo! John: Para algunas personas, no me importa... ¡si salva vidas! Emerson: No creerás que has… Oh, mi querido muchacho veo que estás totalmente
confundido. John: Bueno, estás hablando con un... Emerson: No creerás que hayas salvado una sola vida... John : Tal vez ahorremos algunas en el futuro... Emerson: Probablemente has ayudado a que “Cold Turkey”suba enlas
listas de éxitos. John: No sirvió de nada, todavía está abajo, así que no hizo nada. Emerson: Pero vos no podés equiparar la guerra civil que está ocurriendo
en Nigeria con esto, y luego decir que "esta
es mi forma de protestar porque las personas que están en campañas contra la
guerra son demasiado SERIAS y se ven maltratadas", ¿qué sabés vos de
los movimientos de protesta, de todos modos? Eso es mucho más que enviar a
tu chófer y tu automóvil de regreso al Palacio de Buckingham. (Nota: Se refiere
a cuando Lennon devolvió la Orden del Imperio Británico). John: Tú eres simplemente una esnob al respecto... Emerson: ¡Y vos sos un falso! Sé que en Inglaterra es algo
inteligente no ser demasiado serio sobre nada. Yoko Ono: Todos necesitan
reírse un poco, ya sabes. Emerson: Ya veo... Toma la masacre, ja ja ja. ¿No puedes
renunciar a algo más si eso significa un poco más...? John: No es el sacrificio, no te podés meter eso en la cabeza, ¿no? Has
declarado media docena de veces que el MBE (Orden del Imperio Británico) es
irrelevante, estoy de acuerdo. No fue un sacrificio deshacerse del MBE
porque era una vergüenza... Emerson : ¿Entonces qué clase de protesta hiciste? John: UNA CAMPAÑA PUBLICITARIA POR LA PAZ. ¿Podés entender
esto? Una campaña publicitaria muy grande para la paz... Emerson: No, no puedo... Lo que sí creo que demuestra es que eres
vulgar y que estás auto engrandecido, ¿promocionas a John Lennon o querés la
paz? John: Oh, ¿querés buenos gestos de clase media para la paz? ¡Y
manifiestos intelectuales escritos por muchos intelectuales medio tontos que
nadie los lee! Ese es el problema con el movimiento por la paz. Emerson: Bueno, parece un sinsentido, no puedo pensar en alguien que
parece más alejado de la fealdad de lo que está pasando que tú. Te veo
levantarte un martes por la mañana y pensar: “Veamos, ¿qué haremos
hoy? ¿Qué guerra está ocurriendo?” Yoko: Esa es tu imaginación, sabés, realmente quiero decir que esa
eres TÚ. John: Continúa, ¿por qué no hacés una película mientras estás en
eso? Emerson: Soy alguien que te admiraba mucho ... .. John: [Interrumpiendo] Bueno, lo siento si te gustaban los viejos flequilludos, querida, y pensaste que era muy satírico e ingenioso y te gustaba la época de “A Hard Day´s Night” ... Emerson: Estoy hablando de sacar provecho de los Beatles. John: ...pero he madurado, y tú obviamente no lo has hecho. Emerson: ¿Lo has hecho? John: Sí, amigos. Emerson: ¿Cuánto? John: Ya tengo veintinueve. Emerson: ¿Cómo estuvo Grecia? Yoko: Es hermoso... John: Hicimos una buena protesta a la guerra en la televisión del ejército
mientras estábamos allí... Supongo que no te gusta que vayamos a Grecia ¿eh? ¿Crees
que no deberías ir a un país fascista como Grecia, y está bien vivir en un país
fascista como Gran Bretaña o Estados Unidos? Emerson: Creo que Estados Unidos es un buen lugar para vivir en
este momento, porque quiero decir, si estuvieras interesado o comprometido y si no
fueras demasiado cobarde, posiblemente podrías hacer allí una diferencia con lo que
hiciste... John: Bueno, hemos estado tratando de ir a Estados Unidos para hacer
algo durante los últimos siete u ocho meses. Emerson: Oh, pero lo convertirás en un carnaval... John: Sí, sí... Emerson: ...tomándolo en serio, no entiendes cómo se nos acercan
cariño, son tiempos tan grises... John: Dime qué estaban cantando en la Moratoria (manifestación en contra de la Guerra de Vietnam). Emerson: ¿Cuál, cuál? John: La grande más reciente, estaban cantando "Give Peace A Chance". Emerson: Una canción tuya probablemente. John: Bueno, sí, y fue escrita especialmente para ellos. Emerson: ¿Dónde estamos y qué es esto? ¿Qué tienes que ver con la
moratoria? Así que cantaron una de tus canciones, una buena canción, pero,
¿eso es todo lo que puedes decir al respecto? ¿La Moratoria?
John:
Dijiste que en Estados Unidos están [imitando a Emerson] "yendo muy
en serio con el movimiento de protesta, pero que eran tan impertinentes que
estaban cantando una afortunada feliz canción", que resulta ser una
que escribí yo, y estoy muy contento de que la hayan cantado, y cuando llegue
allí, la cantaré con ellos. Cuando llegue. Y ese fue un mensaje mío a Estados
Unidos o a cualquier parte, que utilicé mi capacidad para componer canciones
para escribir una que todos pudiéramos cantar juntos, y estoy orgulloso de que
la cantaran en la Moratoria, no me hubiera importado si hubieran
cantado “We Shall Overcome”, pero sucede que cantaron eso, y estoy
orgulloso de ello, y estaré encantado de ir allí y cantar con ellos.
Emerson: [Sarcásticamente] Hacela alegre. John: La haré alegre. Yoko: Sí, sí, ya sabes, tenemos que hacerlo alegre. Emerson: ¿Por qué? John: No todos podemos permitirnos ser neuróticos. Yoko: Si todos lo hacemos alegre, tal vez PODAMOS DETENER LA
GUERRA, ya sabes. Emerson: Siendo alegres. Yoko: Sí, porque el caso es que cuando eres feliz y cuando estás
sonriendo, no quieres matar a alguien, ¿sabes ? Es cuando estás muy serio que comienzas
a pensar en la violencia y muerte y asesinato. Quiero decir, ¿alguna vez
has visto a una persona matar a alguien con una sonrisa en la cara y ser feliz? No,
los asesinos son personas infelices, y son violentos porque son tan infelices y
tan malditamente serios. Emerson: Sra. Lennon, nos aburrimos mutuamente, así que me iré. [Levantándose
para irse] Gracias. Adiós. John: [A Yoko] Bueno, creo que eso es lo que querías. Yoko: Pero el último punto fue un buen punto y ella no quiso
responder... John: Ella no escuchó nada.
COLOFÓN
En 2000, 31 años después de este encuentro
y a 20 del asesinato de Lennon, Gloria
Emerson recordó este mítico encuentro en una nota que le hicieron para la
revista Feed:
Hay un famoso
intercambio de palabras entre vos y John Lennon, capturado en el documental Imagine.
Sí,
él de verdad quería parar la guerra de Vietnam, todo lo que tendría que haber
hecho es decirle al ejército de los Estados Unidos que quería ir a entretener a
las tropas. Muchos artistas lo hicieron. Creo que él hubiera parado la guerra
si hubiera ido.
¿Tanto poder tenía?
Si, tenía tanto
poder. Pero no escuché mucho de los Beatles
en Vietnam. Escuché más de las Supremes,
de Jimi Hendrix, y Diana Ross, por supuesto. Pero lamento
haberle hablado tan duramente. Tuvimos un largo intercambio de palabras, y él
estaba muy infeliz de estar ahí, y yo también. Fue en un estudio en Londres.
¿Lo estabas
entrevistando? ¡No! ¿Qué hacía yo ahí?
Me persuadieron a entrar. Yo hubiera sido la última persona en el mundo en
entrevistar a John Lennon, quien no quería hablar. Entonces, ¿por qué vino?
Ninguna conversación fue posible. E hizo un comentario irónico sobre los
lectores, y yo le dije “Vos sos el único
lector acá”. Pero ¿te imaginas si los Beatles hubieran ido a cantar a
las tropas de Vietnam? ¡Hubieran congelado todo!