A
fines de 1977, el diario La Opinión
publicó una histórica nota (coordinada por Miguel Grinberg, Raúl Ivancovich y otros) que reunió a Charly García y David Lebón
–antes de viajar a Brasil para iniciar el proyecto de Serú Girán- junto a Ariel
Ramírez, Osvaldo Pugliese, Edmundo Rivero, Leda Valladares y Julián Plaza. La producción, que además
del reportaje (tipo mesa redonda) incluía informes sobre el consumo y la
difusión de la música popular argentina, se publicó el viernes 16 de diciembre
y giró en torno a un interrogante: “¿Qué pasa con la música popular?” García
y Lebón, como representantes de la corriente de música “moderna” fueron
atacados por el resto de los músicos participantes, salvo quizá por un
comprensivo Ariel Ramírez, debido a la supuesta falta de identidad argentina en
la música rock. Algo que ahora parece anacrónico, a fines de 1977 podía ser
parte de una discusión acalorada. Vista a la distancia, aquella nota puede
entenderse como la puesta en escena de una tensión manifiesta entre los grandes valores del tango y del
folklore de raíz frente al inocultable crecimiento del rock argentino, que
llenaba estadios como el Luna Park.
Así
que, volvemos el tiempo atrás, hasta hace más de cuatro décadas, para
reencontrarnos con este jugoso e imperdible diálogo de dos generaciones de
nuestra música popular. Aquí la nota completa.
LA OPINIÓN: La idea central básica
respecto a esta mesa redonda es conversar acerca de la posibilidad de la
existencia o no de una música popular nacional, tema éste muy discutido. Por
ejemplo, se habla con toda certeza que Brasil tiene una música nacional. En
cambio, en nuestro país habría una especie de coexistencia de géneros
distintos. Trataremos de ver si tiene sentido hablar de música nacional; que
posibilidades ven los integrantes de la Mesa para la creación musical en este
momento; y, sobre todo, que perspectivas futuras puede haber con esta
coexistencia de géneros distintos que son masivos. En consecuencia, para
comenzar, le pediría a la señora Leda Valladares si nos puede definir o
intentar aportar una definición acerca de que es la música nacional, cómo es
este fenómeno musical de una región, de un país, de un pueblo; con que notas
distintivas se podría caracterizar un proceso para hablar de música nacional.
LEDA VALLADARES:
Es un poco difícil dar una definición que se pueda aplicar universalmente. Ese
tema lo vengo pensando hace rato con respecto al folklore y el tango. Pienso
que tenemos en el folklore, en la música anónima y centenaria las raíces de una
música que puede ser regional o argentina o sudamericana, sobre todo el
folklore andino, que abarca tantos países sudamericanos. Creo que hay sabor,
rabia y sabiduría en esas fuente musicales. Luego está el fenómeno del tango,
que es mucho más reciente y que también es un hecho típicamente argentino. A
pesar de esos dos mundos pienso que se han desatado hará cincuenta años, una
serie de movimientos autorales que han seguido dos caminos: el de continuar la
huella, y el de desviarse hacia rumbos todavía no precisos. Es decir, lo que se
llama “proyección folclórica” en este momento, tiene el camino de continuar las
costumbres musicales del país o de ser infiltraciones totalmente jazzísticas o
bossanovísticas. Creo que el jazz se ha infiltrado en la música de todo el planeta
y en ello hemos caído nosotros. Creo que en la Argentina los músicos que no se
atreven a encarar decididamente a ser músicos de jazz, hacen composiciones
jazzísticas con ritmos argentinos, o con ritmos folclóricos o tangueros. Entonces
creo que hay una cosa peligrosísima: que se va a perder carácter, se va a
perder sabor, se va a perder fragancia a país.
CHARLY GARCÍA:
Yo estudié música clásica cuando era chico. Me recibí y a partir un poco del
fenómeno de los Beatles –esa revolución musical que el mundo empezó a vivir- es
que me di cuenta de que podía componer, que podía expresarme, que hacía cosas
que interesaban a los jóvenes. Es decir, que hacía una música que representaba
a la juventud.
LEDA VALLADARES: Mas
que al país, a la juventud, internacionalmente,
sin color local.
CHARLY GARCÍA:
Con color local. Yo empecé un poco reflejando mi vivencia, después la vivencia
de los demás chicos del barrio y después de Buenos Aires. Lo que hago yo es
profundamente localista, si se quiere, en un sentido, y se puede decir que es
internacional en otro, porque no vengo de las expresiones auténticas que ya
están institucionalizadas, como el tango o el folklore. Si hiciera tango o
folklore sería un mentiroso. Yo hago otra música, que si bien no puedo decir
que es argentina, simplemente, es una música con la que se siente identificada
mucha gente.
LA OPINIÓN: Entonces preguntaría si la
fuente de inspiración o la referencia fue la de los Beatles.
CHARLY GARCÍA:
Ese fue el puntapié inicial, hace mucho tiempo. Primero se cantaba en inglés,
después se empezó a imitar a los conjuntos. Luego todo eso terminó y quedó una
música bien diferente. Por ejemplo, he mandado cintas de lo que hago a la
Berklee, que es un colegio de música de Estados Unidos, y se sorprendieron
muchísimo, por cuanto no reconocían la música del rock convencional; era una
cosa nueva, con un sabor muy distinto al que ellos tienen. Creo que allí es
donde reside la potencia de la música que hacemos, que no es copia, una moda,
sino algo muy profundo.
LEDA VALLADARES:
¿No crees que a pesar de eso tiene grandes dosis de jazz la música?
CHARLY GARCÍA:
Sí. Es que yo cuando compongo no me encierro: unas veces me salen cosas
tangueras; lo llevo en la sangre, no lo puedo negar, pero no mezclo en una
licuadora. Yo por lo menos soy un músico que no me gusta componer con la
cabeza, sino con el corazón. Si me viene algo del jazz está en el aire, porque
eso está también en Buenos Aires.
LA OPINIÓN: Quisiera hacer un par de
acotaciones. Es muy real la influencia del jazz en todo el mundo, pero en estos
momentos los tradicionalistas del jazz en Estados Unidos están muy preocupados
porque consideran que el jazz en la última década se ha ido generalizando,
porque sus músicos están absorbiendo la música de otras partes, música sudamericana,
música de la India, música del África, del Medio Oriente, al punto que en ese
país hoy se habla de un nuevo jazz como música de fusión, donde ya no se están
siguiendo las líneas tradicionales del jazz de siempre, sino uno nuevo, que
llaman “música de fusión” que es completamente atacada por los tradicionalistas
diciendo que eso no es jazz. En consecuencia, eso que mencionaba Leda
Valladares de hechos que están ocurriendo, les están sucediendo a los
norteamericanos.
LEDA VALLADARES:
Es la infiltración del jazz en todas partes del mundo y de los ritmos
sudamericanos en Estados Unidos o de los ritmos hindúes, en los que está
siempre presente el jazz mezclado a algo asiático, africano, dado que el jazz
tiene su origen en África. El jazz es más un maridaje entre Francia y África,
entre Ravel, Debussy y África, que
origina luego el jazz. Pero de todas maneras siempre está el jazz presente,
existe una dosis muy grande de él en la música.
LA OPINIÓN: Por eso decía que ese
fenómeno se está dando a nivel internacional y que probablemente sea una música
del planeta Tierra por impulso de todas las generaciones y ritmos y algo que se
está dando espontáneamente; no es una permutación de los músicos que están
tratando de adulterar algo, sino que surge. Tal vez porque ésta es la época de
los medios de comunicación masivos y la electrónica, que han hecho que el
auditorio sea mundial. O sea, que algo que pasa musicalmente en un lugar,
inmediatamente el altoparlante funciona en toda la Tierra. En el siglo pasado
el regionalismo estaba condicionado por ese elemento electrónico que no
existía.
Maestro Pugliese, ¿cómo ve este tema
que estamos tratando de dilucidar en lo que hace a las expresiones de una
música que podríamos llamar “nacional” y esta importación de que hablaba Leda
Valladares? ¿Qué perspectiva puede surgir a partir de esta situación presente?
OSVALDO PUGLIESE:
Creo que justamente con Julián Plaza
y Edmundo Rivero somos
representantes de un género, que es el tango. Este no es un género nuevo, tiene
más o menos cien años de vida: pasó por muchos progresos y etapas. Las
influencias que ha recibido del extranjero han sido la española y la europea y
a partir de los años 20 y 21, luego de la Primera Guerra Mundial, la influencia
americana, es decir, el jazz. Muchos músicos se han dejado llevar por esa
influencia. Otros han permanecido fieles a la cosa tradicional y a la cosa
progresiva. Es decir, a un desarrollo progresivo.
LA OPINIÓN: ¿Dentro de la música
típica?
PUGLIESE:
Estoy hablando del tango. Tengamos presentes que el tango forma parte, por su
larga vida, del tronco, de la raíz de la música nacional. Tanto el tango como
el folklore, son los dos únicos géneros que realmente representar en forma
autentica a la música popular. Lo más importante de ver en este aspecto es que
realmente el tango tenía una producción extraordinaria a través de distintos
procesos. El último fue la época del 40 donde la mayor parte de la ocupación la
constituía evidentemente un número bastante importante, casi podríamos decir el
cien por ciento del sector profesional y también músicos de barrios que
trabajaban en diferentes lugares. Con la desaparición de algunas fuentes de
trabajo, sean cabarets, boîtes, confiterías, bailes populares…
L. VALLADARES:
Radios también.
PUGLIESE: Exactamente,
radios, se ha producido una gran desocupación y como consecuencia de ello, la
inestabilidad económica que provocó en los profesionales, hizo que muchos de
ellos tuvieran que irse al extranjero; otros, especialmente los dedicados a las
cuerdas, se han refugiado en las distintas orquestas sinfónicas, y otros
profesionales han dejado como quien dice este quehacer, para dedicarse al
comercio o a cualquier otra actividad que les permita vivir. Creo que si el
tango y el folklore forman la raíz de la música nacional y popular
auténticamente y se tiene interés, como así lo demuestran muchos sectores y
personalidades, en mantener este patrimonio nacional, me parece entonces que
habría que pensar en su futuro y posibilidades, en cuanto a que se abran nuevas
fuentes de trabajo. Es decir, aquí existen dos poderes grandes de difusión, que
son la radio y la televisión.
LA OPINIÓN: ¿Eso significa que la
música popular necesita una especie de protección interna?
PUGLIESE:
No es una protección. Es necesario que esa fuente de trabajo, de la misma
manera, como de un plumazo, resolvieron el despido de todos los músicos y
artistas que estaban en la radio, se abra intensamente, sobre todo para nuestra
música popular y luego para los demás ritmos que los distintos géneros comparten.
LA OPINIÓN: ¿Cómo ven esto que se
plantea?
DAVID LEBÓN: En
realidad vivo una cosa que es muy fuerte para mí, considero que soy simplemente
un canal de la música, soy un ser humano que vive con eso adentro, que no sé qué
es, lo que no ignoro es que se trata de algo que viene muy dentro de mi
corazón, porque hay temas que compongo que me ponen la piel de gallina a mí
mismo cuando las escucho, no sé qué es, si es música extranjera, tango o
folklore. Sé que cuando toco hasta mi madre a veces llora…
LA OPINIÓN: ¡A mí también, cuando escucho “La Mariposa”
por Pugliese, se me pone la piel de gallina!
LEBÓN:
Creo que lo que hago y compongo, si no hubieran existido estos señores, no sé
si hubiera existido en mí.
LA OPINIÓN: ¿Eso fue un proceso de elección?
LEBÓN:
Es otra cosa.
LA OPINIÓN: ¿Es algo que reconoce alguna influencia
anterior?
LEBÓN:
[Con Sui Generis] Grabamos un tema
que lo llamamos “Tango en segunda” y que es un tango, pero tocado como lo
sentimos en ese momento. Yo siento que es muy profundo lo que está pasando y es
muy cierto lo que decía el señor Pugliese, porque creo que debe ser así, esas
puertas tendrían que abrirse a todos. Nosotros tenemos muchas puertas cerradas.
Mucha gente dice que tocamos música extranjera. Nací en este país y de aquí no
me voy. Me fui tres veces, porque económicamente me iba mal. Estuve en España,
en Estados Unidos. Toqué en todas partes del mundo, pero siempre volví aquí.
Sufrí mucho, porque nadie, en realidad, me reconoce como músico argentino. Pero
igual no me voy a ir porque sé que algún día las puertas se van a abrir.
LA OPINIÓN: ¿Qué le parece, señor
Ariel Ramírez? ¿Qué sugerencias le provoca este tema?
RAMÍREZ:
Este es un tema que en los últimos años lo hemos escuchado muchísimo, es decir,
si esa música es o no argentina. Estoy de acuerdo con lo que se termina de
decir por parte del señor Lebón: toda persona que nace en este país, tiene el
derecho de elegir la profesión que quiere, el trabajo que quiere y su manera de
expresarse. Nosotros, por ejemplo, no podríamos decir que Alberto Ginastera no es un músico argentino: es un orgullo
argentino, porque se ha consagrado a escribir óperas con argumentos italianos.
No podemos negar la nacionalidad a un joven o a un adulto que en vez de crear
con los elementos de raíz nacional, busca la inspiración en otros elementos,
porque esa inspiración –he escuchado mucho esa música- está adecuada a un clima
distinto del que se produce en música progresiva, en Europa o en los Estados
Unidos. Es decir, en definitiva hay un sello particular que la distingue. La
prueba está en que este tipo de música ha invadido Latinoamérica con un sello
argentino.
LA OPINIÓN: Edmundo Rivero; usted, que
ha trabajado otra especie de música nacional o al menos con un lenguaje
distinto, que es el lunfardo, por ejemplo, que tiene esa característica
particular que usted ha desarrollado y que todos conocemos como expresión ¿qué
significa, de dónde surge, qué fuente de inspiración reconoce?
EDMUNDO RIVERO:
Creo que todo lo argentino tiene fuente de inspiración en todas las latitudes
del mundo, porque aquí existe un crisol de razas que no se puede negar, cuyas
influencias tienen que ser externas evidentemente. Hay una música nacional de
raíz propia que es el folklore provinciano, podríamos decir, puramente típico, ya
sea del norte o del sur, pero también con influencias extrañas. Con referencia
a la música que me toca cantar, debo decir que siempre me incliné por la cosa
nuestra, a pesar de que de chico aprendí a tocar música clásica, cuando era
joven también música de jazz, pero como entretenimiento o fuente de educación
musical. Pero, como he dicho, me incliné siempre por nuestra música, ya que
considero que existe una música nacional en todo el mundo. Nosotros tenemos la
nuestra, que es el tango y el folklore, eso no se puede negar.
LA OPINIÓN: Tendremos entonces dos
géneros musicales como música nacional.
RIVERO:
Efectivamente, eso ya está aclarado y lo hemos dicho todos los que nos
encontramos aquí.
LA OPINIÓN: Invito al señor Julián
Plaza a que exponga su punto de vista.
JULIÁN PLAZA:
En principio estoy de acuerdo con lo expresado por la señora Valladares. Lo que
ha expresado Pugliese es una realidad, y lo que manifestó Ariel Ramírez es otra
realidad: no las desconozco, las vivo, pero también tengo mi propia evaluación.
Me considero una persona amplía en lo que hace a escuchar música. Mi género es
el tango, pero me gusta escuchar todo. Soy curioso en eso. Yo pienso que el
tango y el jazz son, a mi entender, las músicas más evolucionadas en lo que se
refiere a arreglos musicales. Otra de las razones que me hace pensar que
estamos en la buena brecha –y me refiero desde autores de antes hasta los
actuales- es que cuando la gente viene a la Argentina, quiere escuchar tangos o
música folclórica, que son las músicas regionales. Cuando alguien viaja a otro
país le interesa escuchar su música autentica. Si voy al Japón, a mí no me
importa escuchar el jazz del Japón, porque quiero escucharlo en su fuente
natural, en su fuente de origen, que es Estados Unidos. También en Argentina
hay músicos excelentes y muy dúctiles, que hacen jazz, como allá; pero ¿qué
están haciendo? Están escuchando los discos de Norteamérica, que es su fuente
original. Es el caso que aquí, en esta mesa redonda se ha planteado, con
relación a la música que hacen los jóvenes que nos acompañan, con todo el
respeto que me merecen, me gusta; pero la veo como música extranjera. Es una
música muy bien tocada por músicos argentinos y si en algún momento hacen
melodías que son de tango, yo me pregunto si el ritmo que está detrás es el
nuestro. La música brasileña tiene un color un poco jazzístico, pero el ritmo
de atrás ¿cuál es? El brasileño. Es decir, en el caso de Brasil, le cambian la
estructura de arriba, la armonizan, pero la base rítmica es la de ese país. Con
la música que hacen estos jóvenes no escucho, detrás, un tono de tango
CHARLY GARCÍA:
Comprendo lo que usted dice, pero no estoy de acuerdo, porque el folklore, lo
que se dice folclórico, para mí es cualquier cosa. El verdadero folklore no es
el que pasan por la radio ni el que ejecutan por televisión. Creo que existe
una brecha que no la fabricamos nosotros. No hemos querido, al hacer esta
música, destruir nada. Simplemente vinimos en un momento en que no había nada,
porque realmente en la época del 40 existía una gran cantidad de autores y
compositores de tango y un gran entusiasmo. Cuando comencé a hacer música, no
los había. Lo que se tenía por folklore era guitarreada, donde se cantaban las
tres zambas, lo que no aportaba nada.
LEDA VALLADARES: Y
el folklore de raíz, ¿no lo conoce?
CHARLY GARCÍA:
Pero uno tiene que ir a buscarlo. Cómo hago; la conozco a usted solamente.
LEDA VALLADARES:
Hay discos donde están grabadas esas cosas.
CHARLY GARCÍA:
Esos discos son pocos y además no populares. Son totalmente desconocidos.
Además es un problema de asimilación nuestra. ¿Qué hemos recibido? En el
momento que despertamos a la música había algo muy fuerte en el mundo que era
un entusiasmo en la juventud por hacer música para expresarse, para rescatar
sus valores y es lógico que nos hayamos identificado con eso. Ello no significa
que hagamos música extranjerizante ni mucho menos, ni tampoco que los ritmos
que compongamos sean copia de los de Estados Unidos y de Europa. Lo que sucede
es que no me puedo poner a componer tango ahora porque no lo siento; si lo
hiciera, sería un músico comercial.
LEDA VALLADARES:
Creo que en el nivel del saber argentino hay muchos niveles de lo nacional y lo
argentino, desde una baguala hasta un Cuchi
Leguizamón en el folklore. Después existen otros caminos lejanos de la
raíz. Lo importante es mantener un sabor. En el mundo del compositor se ha
perdido la noción del sabor.
LEBÓN:
Estamos escuchando que ustedes nos hablan a nosotros de “los jóvenes”, como si
ustedes fueran viejos y yo creo que hay que olvidarse un poco de esas cosas.
LA OPINIÓN: ¿Pero ustedes reconocen que Brasil tiene
una música nacional? ¿Se puede hablar de música brasileña en ese sentido?
LEBÓN:
Sí.
LA OPINIÓN: ¿Y por qué nosotros no?
LEBÓN:
No sé.
CHARLY GARCÍA:
Nosotros tenemos una música nacional, que sería toda la música que se hace
aquí.
L. VALLADARES:
¿Ustedes sienten la Argentina en la música que hacen?
LEBÓN:
Totalmente.
L. VALLADARES:
Todavía yo no la distingo.
CHARLY GARCÍA:
Una música que prende en el pueblo y que es capaz de llevar treinta mil
personas al Luna Park, sin tener apoyo de radio ni televisión, por algo debe
ser.
LA OPINIÓN: Lo que dice es correcto, pero es un
fenómeno actual. Aquí está el maestro Pugliese que en el año 1924 escribió un
tango que se llama “Recuerdo”. En ese momento fue, según dicen los estudiosos
del tango, un impacto. Ha pasado más de medio siglo y aún permanece en un nivel
de aceptación importante. Es decir, hay una permanencia. Y como digo, es un
ejemplo, podríamos citar otros. Sin embargo, no sé qué va a ocurrir con la
música de ustedes. No sé qué pasará dentro de diez años. ¿Qué piensan ustedes
que puede suceder?
CHARLY GARCÍA:
Pienso que va a llegar un momento en que esta música va a ser no la música
popular, pero realmente la que se va a pasar por radio.
LA OPINIÓN: ¿Pero es que hay un
reconocimiento acerca de ustedes?
LEBÓN:
Es algo que no se puede negar. Que no se niega.
CHARLY GARCÍA:
Cuando empezamos, hace mucho tiempo, puede ser que hayamos cantado en inglés,
pero eran las primeras armas que teníamos. Eso fue dejado de lado. La poética
del rock está muy conectada con la poética del tango, porque el lunfardo está,
los giros también. Lo que pasa es que la música es distinta. Y en esa música
los jóvenes se reconocen.
L. VALLADARES:
Yo estuve en el espectáculo de ustedes. Me gustó mucho, pero no le sentí olor
argentino. Personalmente me agradó ese espectáculo porque me encanta toda la
música bien hecha, pero no localicé dónde estaba lo argentino y en qué
consistía.
LEBÓN:
Yo estuve en otros países. He viajado mucho. En España, por ejemplo, fui a
escuchar música beat española. Era una cosa que realmente no tenía calidad ni
color musical. Pero regresé al país, porque vi que mi raíz estaba aquí. Si me
iba de aquí, no existía. En Estados Unidos viví ocho años. Estudié música, pero
sin embargo volví aquí. Creo que tenemos que dejar de pensar “bueno, tenemos
que ser así, porque de lo contrario no pasa nada”. Es como si tuviéramos que
vivir de recetas.
CHARLY GARCÍA:
No tenemos que ser premeditados musicalmente, debemos dejar que salga lo que
debe ser. Eso es lo que creo que hay que lograr, no a nivel de que se llame
tango o folklore o de si lo que hacemos nosotros es extranjero.
L. VALLADARES:
Hay estilos que no son argentinos y que resultan mucho más europeos. En la
Argentina existen compositores que están en una línea norteamericana, brasileña
y otros en una línea muy criolla.
CHARLY GARCÍA:
Nosotros no estamos en una línea brasileña ni americana, nos encontramos
creando, como en un momento dado se empezó a crear el tango aquí.
LA OPINIÓN: El problema son las notas
distintivas que nos permiten hablar o no de la expresión de un país. Me da la
impresión, señor Pugliese, quien inicialmente centró nuestra música en el
folklore y el tango, y le hago la pregunta, sobre si estas expresiones nuevas
pueden haber convulsionado musicalmente la Argentina, influencia que pudo
sufrir el tango en su momento. ¿Cómo ve usted la cuestión?
PUGLIESE:
Observo que en otros momentos el tango convivió con el charlestón, el
boogie-boogie y el rock and roll y ahora en esta última etapa convive con otros
géneros que se denominan “nueva ola” o lo que sea. Aparentemente, parece que
fuera una cosa universalizada, donde este género de música que se practica a
través de distintos conjuntos e intérpretes pareciera ser que se canta en la
Argentina lo mismo que en España, Italia, Inglaterra, Francia, Chile. Daría la
impresión, repito, de que fuera una cosa universalizada, independientemente de
la labor que desarrollan los profesionales que ejecutan este género. En cuanto
a la influencia que esta música puede tener con el tango, considero que
absolutamente ninguna; ni tampoco la podremos considerar como una expresión
auténticamente nacional. Yo parto de la idea de que esto forma parte del
cosmopolitismo integrado en la Argentina como en cualquier país de Latinoamérica,
que destruye los rasgos propios nacionales de las cosas de nuestro país.
CHARLY GARCÍA:
Entonces pienso que si los músicos que estamos en esta corriente no hubiéramos
salido en un momento dado a la palestra o cantado nuestras cosas, hubiera sido
mucho peor. Porque el tango y el folklore eran cosas que no existían para la
juventud y lo que se traía eran canciones tipo [Festival de] San Remo o
cumbias.
RAMÍREZ:
Es cierto lo que dice Pugliese. Nosotros tenemos un patrimonio nacional a
través de esos rasgos definidos que son el tango y el folklore, pero el
interrogante que me planteo es por qué la juventud nos ha abandonado y se ha
ido a otra cosa. ¿Es que nosotros ya hemos agotado nuestra capacidad de
creación? ¿Cuánto tiempo hace que el tango no tiene un éxito en este país?
¿Cuánto tiempo hace que el folklore no tiene un éxito tampoco?
LA OPINIÓN: Me gustaría que Rivero
pudiera responder al interrogante que ha planteado Ariel Ramírez.
RIVERO:
Hay una forma de penetración en el país, no solo por las armas, sino a través
de la cultura. Esta es una forma de penetración, es decir, desarraigar a los
jóvenes de los cauces naturales. Los jóvenes están desarraigados completamente,
sobre todo en un país como el nuestro, tan proclive a ese tipo de invasión.
VALLADARES:
Porque no se inician musicalmente en lo tradicional. Se sienten extranjeros.
CHARLY GARCÍA:
No creo que sea eso.
RIVERO:
La música pasa a ser un elemento comercial dirigido por las grabadoras. Las
grabadoras son las que manejan el mundo de la música y las que dan o quitan
sensibilidad a la gente, porque tienen alquilados todos los espacios de las
radios para pasar la música que quieren, que no es el tango ni el folklore.
CHARLY GARCÍA: Y
tampoco nuestra música.
LA OPINIÓN: ¿Cree usted que es tan
impresionante el poder que tienen esos medios para condicionar el gusto o las
tendencias musicales de la gente?
RIVERO:
¡Cómo no! Tremendo. Terrible. Quisiera que me menciones cuántas horas tienen
alquiladas los directores de radio a las grabadoras y que las publiquen.
LA OPINIÓN: Los periodistas le podemos
decir que los diarios no están alquilados; las radios, no sé. Realmente, ¿creen
que es tan importante?
CHARLY GARCÍA:
Creo que es importante, pero no tanto. Porqué, por ejemplo, a mí nunca me han
pasado un disco por la radio. En alguna oportunidad, sí, pero hace dos años que
no me pasan ninguno y toco en el Luna Park, por ejemplo, y vienen quince mil
personas. Esa gente no está machacada por la publicidad, creo que hay otra cosa
que está sucediendo; hay una música popular, las ganas de hacer algo.
RIVERO:
Hay una división entre la gente joven y la mayor.
LA OPINIÓN: ¿Será un problema
generacional?
RIVERO:
Porque han sido formados de esa manera.
CHARLY GARCÍA:
Yo empecé a estudiar música clásica y el tango nunca me llamó la atención
demasiado. Escucho algunos tangos que me hacen llorar; es algo que está en mí,
pero por alguna razón, cuando escuché una sola vez a los Beatles, pensé que estaba pasando algo terriblemente importante.
RIVERO:
Esa es la influencia a la que me refiero.
CHARLY GARCÍA:
Pero eso le dio la posibilidad a miles de jóvenes de componer y tocar su
música. Si no, considero que la música de este planeta no sé en dónde estaría.
L. VALLADARES:
¿Y qué pasaría si escucharas música africana, hindú?
CHARLY GARCÍA:
No creo que se trate de escuchar una cosa y que quede pegada a uno.
LEBÓN:
Si hiciéramos música con el cerebro, podría ser; pero al corazón no lo puede
cambiar nada.
LA OPINIÓN: Aquí queda planteado, como
siempre ocurre cuando se habla de estos temas, un conflicto de tipo
generacional. El argumento tiene su parte fuerte y es débil en otro aspecto.
Primero, ¿por qué convertir a la juventud en arbitro de lo que es bueno o de lo
que no lo es, de lo nacional o lo no nacional?, primer argumento. Y el segundo,
que esto ha sido utilizado por las grabadoras, como decía el señor Rivero, por
las características de consumo que tiene la juventud, un adulto compra un disco
porque realmente le gusta y lo siente y le dura años. La juventud tiene otra
modalidad distinta; se mueve más por las influencias del momento que está
dentro de ellos, por el proceso de cambio biológico y social, que la motiva a
buscar nuevas formas, que es en definitiva, una búsqueda de identidad. Ese
cambio también se refleja en los hábitos de consumo y fundamentalmente en la
música. Compran un disco y a los tres meses lo tiran y adquieren otro y se está
siguiendo un proceso continuo de cambio, de búsqueda incesante, e incluso,
muchas veces, dirigidos por la moda, que siempre es fugaz.
CHARLY GARCÍA:
No se compra un disco de nuestra música y se lo tira.
LEBÓN:
Yo siento que no nos estamos estancando, queremos seguir y seguir, porque se
trata de eso.
L. VALLADARES:
Pero es que ustedes han arrancado desde hace muy poquito. Sigan todo lo que
quieran hacia adelante, pero comiencen más atrás.
LEBÓN:
Es que no puedo ir más atrás donde nací. ¿Cómo hago?
RAMÍREZ:
Quiero formularle a Charly García una pregunta general. Aparte de los elementos
aquí mencionados, hay otros, como son los bailes que se programan todos los sábados,
con gente joven, prácticamente niños en quienes…
RIVERO:
¿Y qué bailan esos niños?
RAMÍREZ:
Si pusieran nuestra música, los chicos no van. Y la pregunta es, quisiera saber
si después de los veinte años permanecen allí.
CHARLY GARCÍA:
Yo tengo veintiséis años y conozco gente que tiene más de treinta que también
concurre. Pero creo que a nosotros se nos achaca un desconocimiento de las
raíces musicales argentinas de tango y folklore, y estoy seguro que ustedes conocen
menos de nuestra música que lo que conocemos nosotros de la de ustedes. Creen
que nuestra música es la misma que la de Leo
Dan o la de las cumbias.
LA OPINIÓN: Quisiera ampliar este último
concepto de Charly García, en relación a la música de los jóvenes. Es verdad,
hay dos músicas de jóvenes. Una, la que se fabrica en serie por parte de las
grabadoras, la que es multi propalada en los espacios radiales comprados por
las grabadoras y que es una música hibrida, sin creatividad, que toma elementos
para producir discos como quien fabrica chorizos, que son esos discos que se
tiran a los tres meses. La música argentina nueva no se pasa por radio, pero
tampoco la música anglosajona buena, sino la música seriada, fabricada en serie
y es cierto lo que dijo Rivero; la radio está tomada por las grabadoras. Y creo
que a eso apuntaba Charly García. Es decir, que ellos están pagando culpas
ajenas de conjuntos musicales que cuentan con dos guitarras atrás que no sirven
para nada y que cuando se escuchan los discos, ya no se pueden escuchar más.
CHARLY GARCÍA:
Me siento identificado con eso, porque los culpables no son los conjuntos, sino
otras cosa, mucho más densa.
PUGLIESE:
Yo les preguntaría a ustedes, que están en ese género que es diverso y que
realizan distintos jóvenes, algunos con una preparación y nivel de cultura
musical que realmente debo reconocer, les preguntaría, reitero, si cuando
crean, trabajan o elaboran ese tipo de música se sienten identificados con la
cosa de su propia país.
LEBÓN:
Exactamente; por eso sale lo que componemos, es un vivir. Mi inspiración nace
por las cosas que vivo en la Argentina. Por eso vuelvo a decir que de este país
no me pienso ir jamás, porque sé que soy de aquí y mi música de la Argentina,
completamente.
PUGLIESE: Simplemente
hice la pregunta por la razón siguiente. Conozco a algunos profesionales de ese
tipo de música que la elaboran a través de elementos tomados de otros
arsenales, tanto la música peruana, como boliviana, la hindú; es decir, hacen
toda una composición con su correspondiente letra, según el criterio con que la
persona que la va creando la va manifestando. A mí me parece que una
elaboración de ese tipo no se puede compartir bajo ningún punto de vista. Porque
ese música está compuesta de tantos elementos diversos que no contiene ningún
rasgo que se identifique con el país. Este es un aspecto. El otro que quiero
señalar es que la poesía, por ejemplo, tanguera, como el folklore, le han
cantado a todas las cosas de la vida. Puedo decir que lo que noto en ese tipo
de música es que generalmente le canta a un solo hecho de la vida, más que nada
al amor un poco abstracto, idealista.
LEBÓN:
Entonces no escuchó nuestra música.
PUGLIESE:
Me refiero a ese tema del amor.
CHARLY GARCÍA:
Es distinto a lo que pasa nacionalmente. Cualquiera que quiera revisar un poco
la discografía nacional, observa que hay letras que no solo hablan del amor,
sino que también denuncian, contestan, resumen situaciones que se viven ahora.
No sé. Buenos Aires actualmente no es igual que antes, ahora hay otras cosas.
LA OPINIÓN: También la música que
expresa a Buenos Aires, el tango, tampoco es la misma hoy que la del año 1940.
Hay un cambio, una evolución. Probablemente Julián Plaza sea el hombre de la
transición de la música tradicional a la que se conoce como vanguardismo en el
tango. Plaza marcó con Salgán y algunos otros autores, un punto de transición
entre las dos corrientes. ¿No es así? ¿Ustedes han tratado de captar las
modificaciones del país, de la gente?
PLAZA:
Toda música, en toda época, siempre está a la búsqueda de una personalidad. Es
difícil de contestar a la pregunta porque el tango tiene distintos estilos y estilos
definidos. Ese es el capital que tenemos los músicos de tango, y en el caso del
folklore es más o menos lo mismo. Hay un capital y caudal grandísimos. Pero
quería agregar otra cosa. Las razones por las cuales el tango ha perdido esa
audiencia masiva. Hubo una época, no sé si de quince o veinte años atrás, en
que “tallaron” los productores y promotores. En esa época cambió el panorama,
porque desaparecieron las fuentes de trabajo, fundamentalmente los bailes, que
eran el contacto de los músicos con el público. Hoy solamente se puede palpar
un éxito a través del disco, y como a través del disco hay otros intereses, es
difícil llegar a ese éxito del que hablaba Ariel Ramírez. Y la razón por la
cual ha cambiado bastante el panorama desde el punto de vista de la
concurrencia masiva con respecto al tango, es que es una época en que
empezaron, repito, a “tallar” los promotores y productores resultaba mucho más
fácil “agarrar” a un chico con ciertas condiciones y entonces aparecieron
programas copados por esos conjuntos de música beat de aficionados, o que iban
a trabajar por muy poca plata. Es decir, ha ido cambiando ese aspecto, porque
resultaba más barato llevar a un programa cinco conjuntos de esos y no a dos de
tango, porque cobraban una tarifa o lo que indicaba el sindicato. Todas esas
son las cosas que hacen que hoy guste ese género. No niego los valores que
tiene.
LA OPINIÓN: Un hecho cierto, Charly
García, es que en este momento la gente que quiere escuchar la música de
ustedes, tiene la posibilidad de hacerlo, y quien desea escuchar buen tango, no
la tiene.
CHARLY GARCÍA:
Nosotros mismos hicimos nuestra fuente de trabajo.
RAMÍREZ:
Es indudable que están más organizados que nosotros. Estos jóvenes, desde hace
muchos años, han montado verdaderas organizaciones de sus espectáculos, cosa
que no tuvimos antes nosotros. Considero además, que en este tema no es justo
que haya un enfrentamiento. No se puede dejar de reconocer lo que dijo el
maestro Pugliese, que el tango es algo que nos identifica en cualquier parte
del mundo donde vayamos; o algunos temas del folklore, es indudable. Pero este
es un fenómeno que en todo el mundo ha ocurrido y sucede. ¿Cuál es la canción
popular española de hoy? Tenemos que juzgarla a través de los temas que nos han
introducido en nuestro país, algunos muy buenos y otros lamentables.
J. PLAZA:
¿Qué diferencia existe entre una balada italiana y una argentina?
RAMÍREZ:
Hay diferencias. Hoy en día, además, los éxitos se producen por la imagen y el
encanto de un gran interprete. Ese es el que me hace recordar tal música. Este
aspecto, Julián Plaza, usted que es un arreglador lo conoce muy bien en cuanto
a que un tango ejecutado por usted no es lo mismo que uno de D´Arienzo.
J. PLAZA:
En sí es una balada universal que no identifica mucho, es por su música.
RAMÍREZ:
Hay una temática en todo el mundo que se identifica como el lenguaje porque los
medios de comunicación han traspasado las fronteras, lo cual permite un
conocimiento mucho mayor. Nunca soñé con que iba a conocer una guitarra
eléctrica como la ejecutada por Peter
Frampton, quien realmente me parece un músico excepcional dado como maneja
el sonido de esa guitarra; que escuela guitarrística tiene y que cultura
detrás, porque para llegar a ese nivel musical, evidentemente existe una
cultura, cosa que, por ejemplo, no sucede en el folklore, en que muy poca gente
tiene una cultura musical como la que posee este tipo de música. No así el
tango. Su música llegó en la Argentina a planos realmente increíbles. Ha dado
un Piazzolla, un Salgán, un Julián Plaza, Pugliese y Troilo,
que tienen un nivel muy grande. Considero que este problema no debería serlo,
porque no podemos enfrentarnos o discutir si estos jóvenes son más argentinos
que yo o que ustedes, porque realizamos distintas expresiones.
LA OPINIÓN: El reconocimiento del
talento es fundamental, más allá de los géneros, y el lugar que el talento
merece en una sociedad. Pero parece que existen aún prejuicios por parte de la
generación madura con respecto a la nueva generación musical. Pero también
convengamos que hay una actitud similar recíproca, de los jóvenes hacia los
adultos. De pronto ocurre que mucha gente ahora descubre una determinada letra
de tango en un tema cualquiera. Pero es Roberto Carlos quien lo canta. Descubre
y dice “qué bella letra, qué linda poesía”. Fue escrita por el señor Le Pera
hace muchos años, pero se conoce a través de Roberto Carlos.
CHARLY GARCÍA:
Un chico de diez años puede descubrirla.
PUGLIESE:
Se ha desdibujado un poco lo que se consideraba letra o música nacional y
popular. Yo di mi parecer en todo lo que es música nacional y popular, y
también lo dieron Plaza y Rivero. Desde luego, estoy obligado a convivir
profesionalmente con otros géneros y esto hace que reconozca el esfuerzo, el
talento y la bondad de algunas de esas músicas. Pero si entramos a enjuiciar si
eso pertenece al concepto central de si es música nacional y popular, debo
decir que no. La raíz de la música nacional y popular hasta ahora, la
constituyen el tango y el folklore.
RAMÍREZ:
Es muy popular la música de ellos.
PUGLIESE:
Popular por la concurrencia de gente. Eso no lo discuto. Aunque el tango
también la lleva. Pero, como dijo bien Ariel Ramírez, sería cuestión de que
pasen veinte años para ver estos resultados.
CHARLY GARCÍA:
No se debe ser impune con la música. Lo que sucede es que, por ejemplo, en el
tipo de música que hacemos nosotros, las influencias son muy grandes; de improviso
se mezclan cosas, pero ello ocurre porque la música que hacemos está naciendo.
Quería dejar eso bien claro.
L. VALLADARES:
Este es un momento en que ustedes están haciendo la cosa. No me animo a emitir
juicio sobre ese particular, pero sí en el plano de la música folclórica y del
tango, en el cual en materia de composición se están haciendo cosas absurdas.
LA OPINIÓN: Todavía estamos en la
búsqueda, no solamente en lo musical sino también desde el punto de vista
histórico, sociológico, político, de una definición de lo que es nacional, y la
música que no sería más que un epifenómeno de este proceso que va por debajo,
no escapa a ello. Por nuestra característica de país cosmopolita con diferentes
influencias, con una raíz también nacional, ¿no estaremos buscando una cosa
mucho más amplia y hasta que no lo logremos, tampoco lograremos encontrar una
definición de la música? ¿No es un problema mucho mayor?
PUGLIESE:
Creo que quizá el día de mañana pueda producirse una síntesis entre el esfuerzo
de los jóvenes…
LA OPINIÓN: Yo me refería al país en
general. Es decir, si no buscamos una definición como país.
L. VALLADARES:
Ya tenemos pautas.
RAMÍREZ:
En la música está, pero no se puede cerrar la posibilidad de que haya otras
expresiones que son del momento que se vive y de otras influencias, de otras
culturas, como que el tango y el folklore tienen influencias de otras culturas.
L. VALLADARES:
Pero ya tiene un sello muy criollo.
RAMÍREZ: Sí,
indudablemente. Pero de todos modos creo que en el futuro, dentro de cincuenta
años, será lo más natural escuchar una cosas creada por estos jóvenes.
LEBÓN:
Mi papá era tanguero al máximo y él me contaba como sus padres se quejaban
cuando él era joven, de las cosas que él hacía. Me contaba que se había dado
cuenta de que era un problema de apertura. Conmigo él fue tan abierto, lo mismo
que mi madre, que el día que yo dije que no quería hacer otra cosa que no fuera
música, ella vendió sus alhajas, me compró instrumentos musicales, me mandó a
estudiar, y yo hice música. Y ese fenómeno de apertura que mi papá me comentaba
me di cuenta de que era así, porque a los diez años jamás me hubiera imaginado
que iba a tocar en el Luna Park ante más de diez mil personas.
LA OPINIÓN: Pero no hay que olvidar
que la característica general es de apoyo de la juventud. A lo mejor ocurre que
en la creación de ustedes se están dirigiendo a un público distinto. El tango,
quizá, necesita una personalidad mucho más asentada, y a ella se dirige y ella
lo recibe. Es decir, a lo mejor ustedes se están refiriendo a un público mucho
más joven, que es una problemática distinta.
CHARLY GARCÍA:
En el tango está el drama de la mujer que se fue y del tipo que sufre…
LA OPINIÓN: Eso no es el tango
moderno. Eso es antes del 50.
LEBÓN:
Es el tango tradicional.
CHARLY GARCÍA:
Pero todo eso refleja un momento. Del tango se decía que era de gente orillera,
de mal vivir, es decir, lo mismo que se dice ahora de nosotros.
PUGLIESE:
¿Me permite? Me sonreía cuando mencionó lo de la mujer que se fue. Yo
preguntaría, ahora ¿qué pasa? Sucede lo mismo.
RAMÍREZ:
¡Lo que ocurre es que ahora se va y a nadie le importa!
LA OPINIÓN: De todas formas, y es un
interrogante que expuso Ariel Ramírez, a lo mejor están haciendo música para un
público con una característica: su juventud, con su condición intrínseca de
jóvenes y ustedes, los mayores, están dirigiéndose más hacia un público
reposado.
RAMÍREZ:
El público decide. Me voy a referir a algo que se ha dicho en esta Mesa y es
que el éxito de la música depende de la promoción. Yo no creo que sea cierto;
porque muchas veces esos engranajes de poder económico puestos al servicio de
una canción o de un artista, han fracasado rotundamente y lo hemos visto
nosotros. El éxito se produce cuando hay un contenido o algo que atrae a un
número muy grande de personas. Considero argentino todo lo que crea un
argentino; porque no se le puede negar la nacionalidad a Charly García o al que
fabrica un automóvil que copia el modelo de otro país, aunque con distinta
característica.
L. VALLADARES:
Quisiera agregar algo. Creo que los argentinos debiéramos integrarnos. Yo he
estado en una pequeña búsqueda con respecto a los chicos del rock y he querido
concitarlos para hacer un espectáculo con ellos en el Luna Park. Es decir,
reunirlos para cantar bagualas y vidalas, que son las canciones más
interesantes del folklore andino, para hacerles experimentar lo que la fuerza
cósmica de esas canciones les puede decir.
LA OPINIÓN: Creo que no se puede
aspirar a sacar conclusiones definitivas sobre este particular, porque es un
proceso abierto de discusión, sobre el cual el tiempo dirá en última instancia
en que concluye. Se me ocurre que no podemos aventurarnos a elaborar una
conclusión definitiva. Cada uno expresa un testimonio y le toca sacar sus
propias deducciones.
L. VALLADARES:
Insisto, en que hay que prestar oído al sabor de la cosa, sea folklore, rock o
tango, eso es esencial en materia de composición.
J. PLAZA:
Lo importante es que por suerte tenemos talento en todos los niveles y habiendo
valores, hay futuro.
LA OPINIÓN: Bien, señores, les
agradecemos mucho su colaboración en esta Mesa.
Publicado
en el Suplemento La Opinión de Nuestro
Tiempo, del diario La Opinión, el
16 de diciembre de 1977.
Zarpada entrevista papu, grande charly.
ResponderEliminarme mata los viejos pretendiendo argentinidad... en concepto de que???
ResponderEliminarno solo es inutil encorsetar la musica bajo banderas, sino que encima lo hacen desde y para una bandera artificial, creada a partir de un crisol de otros pueblos. ridiculo.
me mata a los viejos solicitando argentinidad de un pais forjado por culturas foraneas, para exigirle a la musica, expresion que no conoce fronteras, que sea argentina.
ResponderEliminarGracias por la publicación! Muy buen material
ResponderEliminarGracias muchas gracias.... Son lo mejor que encontré en minoasiin de amor... Que nada nos separe
ResponderEliminarUn debate esquisito, de altura, con todas voces de renombre.
ResponderEliminarExcelente artículo.
Emi , gracias . Impresionante debate
ResponderEliminarCHARLY YA LO SABIA , QUE CAPO
mencion de honor a julian plaza y Ariel ramirez!