Julián
Emmanuel Montes es bajista,
compositor, productor, guitarrista, Bass Doctor, Host en Jam de Rap y también cantante de la camada que
lleva la nueva canción de protesta, el Trap o
nuevo Rap argentino. Por
supuesto, Montes también está en la ATR Vanda, junto a Ca7riel, Paco Amoroso y participó
como músico sesionista de muchos y diversos proyectos con Marilina Bertoldi, Livin’ Soul Project, Gonzalo Aloras, Lo Pibitos, etc.
Su historia es muy singular. El Montes, luego de un ingreso fallido al Carlos Pellegrini, ingresó a la Escuela Técnica ORT. Comienza a estudiar bajo de modo particular y se inclina a egresar del secundario con orientación a la producción musical. Sigue sus estudios en la EMC (Escuela de Música Contemporánea) y en el Conservatorio Manuel de Falla, aprendiendo con algunos de los mejores bajistas argentinos (Jerónimo Carmona, Alejandro Herrera, Marcelo Torres, Matías Méndez, etc.), no solo su instrumento sino también improvisación (con Ernesto Jodos) ensamble (con Paula Shocron) audio-perceptiva (con Juan Pablo Arredondo) y canto (con Sofía Cabral).
ENTREVISTA> ¿Qué escuchaban tus viejos cuando eras chico?
Con mis viejos la escucha era muy ambigua, mi viejo
ponía de todo, de pronto se escuchaba tango o música clásica. Me acuerdo de cosas
que escuchaba más de nene, tipo 5, 6 años, que eran temas que me grababan en casete
mis primos (que estudiaban música) con canciones de Kiss, The Offspring, etc. Tengo una escucha muy noventosa.
¿Qué bandas de esa época te influenciaron?
De afuera: Limp Bizkit, Red Hot Chili Peppers, Nirvana, Korn, Pantera, Rage Against The Machine, Primus, Living Colour. De
acá: Divididos, Catupecu Machu, Charly García, Fito Páez, Soda Stereo, La Máquina de Hacer Pájaros. Después
aparecieron más cosas, escuché mucho más de afuera que de acá, soy muy noventero…
¿Cuál fue tu primera banda?
Picado
Grosso… la banda de mi vida.
Arrancamos en 2005 como proyecto, cuando teníamos 14 años y le dimos hasta
principios del 2020 con un par de baches en el medio, tuvimos nuestros parates.
Al principio éramos un trío instrumental y después empezamos a hacer canciones.
¿Qué bajistas tomaste en tu carrera como influencia?
JM: Mirá, hay muchos, en Argentina: Guillermo Vadalá, Javier Malosetti, Gabriel Ruiz Díaz, Francisco Fattoruso, Mati Méndez… toda gente que la súper admiro. De Brasil, soy fanático de Junior Braguinha, Michael Pipoquinha, Munir Hossn, Thiago do Espírito Santo, Fernando Irosa, todos esos… También lo admiro mucho al chileno Cristian Gálvez, otro gran exponente. De afuera, yo crecí escuchando a Flea, Les Claypool, Marcus Miller, Víctor Wooten, medio como estrellas del bajo. Después hay bajistas más actuales, que me gustan mucho, como Mono Neon, Andrew Gouché. Anton Davidyants me parece increíble, Pino Palladino definitivamente también, toda esa gente es influencia.
¿Del Funk de afuera? ¿Acá, Kuryaki?
Sí, eso vino después, cuando estudié música, que
llegaron Stevie Wonder, Incógnito, Chaka Khan, Jamiroquai (de
chico a full) y los Kuryaki sí, curtí. Toqué
mucho ese repertorio ya que en 2011 era compañero en el Conservatorio Manuel de
Falla (carrera Jazz) de Tomás Fares, un amigo que me invitó a formar parte del
grupo CrossSoul que
tocaba, como repertorio, covers de funk en el Hotel Faena. Al año la banda
se separa y se arma Livin’ Soul Project que era un grupo alternativo
donde cantaban Mariela Emme Vitale y Luciano Bassi.
Tocábamos covers de funk y soul pero
versionados, con arreglos de caños, estaba bueno, hay muchos videos en YouTube.
¿Cuál es tu visión de la música contemporánea? ¿Creés que, como fue concebida, ya mutó y ahora es un terreno a punto de reinventarse? ¿Está por llegar algo icónico como fueron los Beatles?
Yo creo que la música vive reinventándose, no creo que exista más
esa magnitud de bandas como la de los Beatles,
porque antes había una cosa muy zarpada en cuanto a los ídolos. Eran muy pocos
los que llegaban a grabar a los estudios, ya que eran caros… y cuando llegabas
era porque había una movida atrás muy gigante. Con la tecnología eso
nos empató a todos y por lo tanto, todos pueden sacar música desde sus casas.
Con una placa y un micrófono ya está, podés grabar un disco. Antes era toda una
parafernalia y había menos herramientas a disposición, entonces los que
llegaban, llegaban tipo zarpadamente, lo cual no quiere decir que los Beatles no hayan sido legendarios o unos visionarios.
Escuché a Nicolás Madoery (Ditto Argentina, 432 HZ) decir que la industria musical ahora es horizontalista y ya no más piramidal ¿qué pensás de esto?
Jaja, justo estoy en Ditto. Mirá… todo depende qué tipo de música pretendas y como
querés laburar con ella. Claramente hay géneros musicales que laburan más que
otros, no sé… géneros que son más comerciales y la gente consume mucho más,
artistas que se meten en ese palo para trabajar. Para mí, lo que si cambió es
que uno puede sacar y difundir su música de la manera que se le antoje, después
respecto al tema de las ganancias musicales digitales, la verdad es que no
estoy tan al tanto porque yo nunca vi un peso de mis temas o de lo que saqué online. Pero reitero, creo que el acceso a la
tecnología y herramientas para grabar en casa permite, definitivamente, que
puedas sacar tu música de manera independiente. Después de ahí, a que te vaya
bien o no, cómo funciona el mercado, ahí ya desconozco la verdad.
¿Qué cosas te gustan y que cosas no de la música contemporánea?
Qué pregunta difícil, jaja… Los géneros se están deformando y
me parece muy positivo. Ya no hay algo tan del rótulo, no hay tanto de “esto es
esto y lo otro es lo otro”. Todo está mezclado con todo y eso me gusta
porque, justamente, la fusión genera caminos creativos súper interesantes.
Ponele, el laburo que hizo Rosalía con el disco de ella, es trap-flamenco con géneros urbanos, me parece súper
piola. Después, en cuanto conceptos, tiene más que ver con lo que te digo,
hay mayor libertad para le artista. Hay mucha apertura, hay una escucha mucho
más abierta, las personas no escuchan algo predeterminado, escuchan de todo y
de pronto, un artista puede sacar un reggaetón y
luego un death metal y
está todo bien. Antes, me parece, que había una línea que seguir muchísimo más
estricta. Si vos tenías un proyecto musical y empezabas haciendo cierto género,
tenías que respetarlo hasta el final, porque los fanáticos también eran
durísimos. Ahora la gente tiene una escucha muchísimo más abierta y eso a mí me
encanta. ¿Qué no me gusta? Yo creo que ahora se está volviendo un poco a
la cuestión de los instrumentos pero, en algún momento, hubo como mucho
más uso de computadora que de músicos tocando y siendo músico, obviamente, es
algo que tal vez no me copa tanto. Tampoco es que digo que me parece mal, son
cuestiones de criterio. A mí me gusta mucho lo que está sucediendo entre los
híbridos, respecto a la fusión de géneros entre tecnología y música, por
músicos, tocada arriba de esa tecnología. Por ejemplo, en hacer un híbrido con
una batería midi, un bajo
grabado y unas chapas (teclados) suceden cosas muy
interesantes. Los humanos tocando siempre se va a sentir, se va a escuchar y se
va a vibrar, aunque está buenísimo cuando suceden esos híbridos también.
Vos formás parte de este movimiento y aprendiste mucho, como por ejemplo, a desestructurarte.
Con Picado Grosso, la manera de componer y grabar estaba
muy ligada a cómo funcionaban las cosas antes, que tenían que ver con: grabamos
el disco, lo giramos por dos años, lo defendemos, armamos 27 mil shows, no
paramos de tocar y de girar, que eso claramente es importantísimo sea en los 90
o en el 2020. Después lo que sucedió es que muchos de los manejes que
tuvimos con el grupo (la de la banda y los ensayos cuatro veces por semana) la
recontra-mega curtí y nosotros con los pibes no parábamos de trabajar en
pos de Picado Grosso, pero
¿qué pasa? los tiempos cambiaron y hay cosas que se volvieron mucho más
sencillas en cuanto a la difusión, en cuanto a sacar música y en cuanto a un
montón de cosas, entonces hay libertad. En ese sentido me parece que es como lo
dice Nico [Madoery] en que hay libertad para difundir la música como quieras.
Podes sacar de a single, podes sacar ep’s, podes sacar un disco, no hay una
norma en cuanto a eso.
Veo también que estás con Jam de Rap, que es como una especie de mixtura entre una clásica jam instrumental o zapada pero que, no sólo incorpora la voz, sino la letra como instrumento y me estoy refiriendo con esto al freestyle, que no es solo musical, hay un mensaje urbano y poético a la vez.
Si, la Jam
de Rap es una movida que dos amigos míos [Omar Menéndez, y Tomy Velázquez] vienen armando hace seis años y en la
cual participo desde el año pasado. A mí me pareció re interesante, ya
que es un Open Mic (micrófono abierto)
donde básicamente suben freestylers a
tirar freestyle con banda en vivo, que somos
nosotros. La voz pasa a ser un instrumento improvisador, como decís, y
nosotros acompañamos eso. Algunos de los amigos músicos que cayeron
fueron Dak1llah, Lego Skillz, La Kabronx y Ca7riel que
también subieron a tocar y se arma una fusión entre raperos y músicos.
Respecto a lo que decías antes, es tal cual, hay
mensaje, y también depende del estilo de le rapero que se suba. O sea, hay
gente que tiene un mensaje más canchero tipo, estoy en la pary (fiesta), me gusta drogarme, blablablá y hay gente que baja un mensaje más
social. En lo que es el underground
hay mucha cuestión con el mensaje de las calles y de la unión y la cultura.
Como hay mensajes que son contundentes, también los hay más banales, que no
tienen nada de malo. Por ejemplo, yo soy fanático de Limp Bizkit y las letras son una cagada. Me pasa lo mismo con
el Duki o
con otros traperos, de los que no soy fan de sus letras, pero me gusta su
música, me gusta lo que componen, entonces ahí es donde aparece lo subjetivo y
como que no necesariamente hay que estar pendiente de la letra porque hay
sonoridades que pueden ser interesantes. Como grupo de rap, o sea, yo siempre jodo con
que el trap tiene cosas muy
parecidas a Limp Bizkit o Korn y es verdad, fueron las bandas que
más curtí y escuché de chico, ni que lo dudes, definitivamente fueron
importantísimas.
Es cierto, bueno, Skrillex también toma toda esa escuela del Nü Metal, el sonido alternativo, el dubstep tan característico de esa generación.
¡Me gusta! No soy fanático, pero me copa.
Metiéndonos en el terreno del Trap, me gustaría saber qué MC o grupo te influenció a escuchar Rap y Hip Hop.
El MC que más me
influenció a mí fue Tupac [Yakur] y Notorious B.I.G.,
desde chico. Ahora escucho mucho de lo nuevo que está pasando. Hay como
una veta de traperos muy famosos que me
encantan igual aunque las letras sean horribles, como Lil Pump, Trippie Redd;
después hay unos más oscuros como Pouya, Taylor Reed, el YSY A, son nuevos,
hay toda una nueva escuela de cosas y muchos artistas de acá. Siempre fui amante del Hip Hop y del Rap, y cuando apareció el Trap, al principio no lo entendía
y me pareció una cagada, después lo entendí, me pareció increíble y ahora me
encanta todo. A mí Cato [Ca7riel Guerreiro], que es un alto músico, y
que supo siempre muy bien lo que estaba buscando, me enseñó bastante del Trap, a escucharlo con otra oreja.
Con él nos conocemos hace casi siete años, de las jams, del ambiente musical. Nos
formamos ahí todos juntos con Axelito [Axel Introini], con Yuye [Mariano Dominguez] con Dogui [Guido Rodríguez], todos nos conocemos hace un
vagón de años.
Durante los días en que se desarrollaba la entrevista, salió el disco nuevo de Trueno donde, en el tema “Sangría”, junto a Wos, dicen: “Les guste o no les guste somos el nuevo rock and roll.” ¿Cuál es tu opinión?
Yo creo que lo dijo como una cuestión de fenómeno
social, que está en auge y eso es real, es el fenómeno que está viviendo hoy
el Rap argentino. Mirá… siempre fue tan mainstream el rock, por tanto tiempo, tantos años…
te cuento algo que dije en otras entrevistas en cuanto al laburo que hicimos
con Picado Grosso -de mezclar Rap con canciones tipo rock en trío y toda esa
cuestión- sinceramente, siempre sentí que no había un espacio fuerte para ese
género en nuestra escena y te estoy hablando de hace seis años. De aquella
época a ahora, el género explotó zarpado y es un terreno en el que yo me siento
cómodo, porque es la mía, siempre estuve en esta. Te repito, creo que Trueno lo
dijo desde un movimiento que está representando mucho más a la juventud en
estos tiempos. Es así y por otra parte hay cosas que reivindica. Si escuchás el
disco de él, tiene una muy buena producción y hay mucho trabajo con guitarras.
A mí no me gustan ni los puteríos, ni los conventillos al pedo y me parece que
la gente malinterpreta la frase. No es que viene a reemplazar al rock sino que,
básicamente, hay un nuevo movimiento juvenil y generacional que aceptar y en el
que yo me siento muy representado.
¿Hablando de eso, cuál creés que es tu lugar dentro de este género que está en pleno desarrollo?
Yo acompaño al movimiento desde el lugar que me
toca, que es como músico, como rapero y también como entrevistador. Me encanta
el género y la movida.
Respecto a la ley de cupo femenino en los escenarios y teniendo en cuenta tu experiencia, ya que tocaste con una referente como Marilina Bertoldi. ¿Cuál es tu opinión?
Lo que siento, que está pasando en relación a la
lucha que se está dando desde el feminismo, es que lo veo desde el lugar de acompañar,
pero claramente siento que no es mi lucha. O sea, a mí me toca más acompañar
desde el respeto tratando de rever y deconstruirme en las cosas donde,
realmente, el patriarcado me haya afectado. Veo que se está armando una
cuestión del lugar y del espacio que todavía falta mucho, porque sigue habiendo
bardo con el tema del espacio, no sigue siendo súper abierto, pero hay mucho
que trabajar y me parece tremendo.
¿Tienen pensado grabar algo con la ATR Vanda? Me refiero a material propio y si es así, ¿qué géneros abarcarían?
Con la ATR VANDA sí, está en
planes grabar en algún momento. Bueno, la cuarentena frenó un poco todo, pero
nosotros tenemos mucho la dinámica de laburar juntos en la sala, ahí salen
muchas ideas, se compone bastante piola, fácil, así que por ahora estamos en
un impasse pero cuando se pueda volver a ensayar, la
idea es activar. Sí, yo creo que va a ser más instrumental, en todo caso
habrá Feats (colaboraciones) con amigos, ya veremos.
¿Qué bajos utilizás y con qué estás equipado?
En cuanto a lo que es equipamiento, lo
que es ampli de bajo ya no uso, porque grabo mucho con mi placa, uso así la
pedalera, un afinador Polytune micro,
un pedal octavador Boss o c 2, que es un pedalazo. Una distorsión Agro Aguilar que esta buenísima, el Envelope filter de MXR que está mortal, un Compresor de MXR que es una gloria y tengo un Preamp Tone Hammer de Aguilar, o
sea, uso todos estos pedales para pasar del audio a la computadora. Así que, en
líneas generales, los pedales son todos buenísimos, rinden un montón. Los bajos
son: el Fender Jazz Bass ’72, que ese te diría que es mi
bajo de cabecera, es el que uso para grabar absolutamente todo y demás. Tengo
un Fender Squier Precision con
cuerdas flat, que es un golazo, un Skyline Series 55-01, un modelo medio especial que es
el mismo que usa Mono Neon,
que me encanta, es un bajazo y tengo un Musicman Stingray ’93.
Estoy atrás de un bajo Spector de 6
[cuerdas], yo soy medio fan de los
bajos de seis, de hecho, un luthier me
está haciendo uno. En líneas generales esto es lo que uso para tocar en vivo y
para grabar.
A modo de cierre, me queda esta pregunta: ¿En qué pensás que el contexto te benefició y en qué te perjudicó?
Es una pregunta difícil, la verdad… porque no sé qué futuro nos depara todo esto. Creo que es el problema que estamos teniendo todos, la fucking incertidumbre de no saber qué va a suceder… En lo que me benefició, definitivamente, fue en adelantar un montón el proceso que ya había empezado a hacer el año pasado, que es hacer música propia. Me conectó muy de lleno con el instrumento y con la música desde un lugar menos rutinario y más de estudio y de desarrollo personal. De poder estudiar cosas que hace mucho no estudiaba, de sentirme en conexión nuevamente con ese niño interior que empezó a hacer música de un lugar no tan laboral. No es que yo la vea así, pero cuando uno está con mucha actividad, de pronto se vuelve rutinario el asunto y no tenés el tiempo que hay ahora para seguir estudiando, profundizando, entendiendo e incorporando. ¿En qué me perjudicó? Si hay algo que extraño horrores es tocar con gente, que pasó de ser una situación súper cotidiana y habitual a tener de pronto que estar grabando a distancia y en un proceso medio a lo parte por parte. Durante la cuarentena tuve una situación de ensayo con todos los protocolos pertinentes y toda la cuestión y una situación de grabación que estuvo bueno, pero no es que era un show, no es lo mismo, estás limitadísimo. Esto es algo fundamental y que realmente extraño muchísimo, porque de eso se trata hacer música. Por suerte, ahora tenemos estos medios para seguir gestionando contenidos y creo que la gente pone su foco en eso. Tratar de generar a pesar de los vientos y la marea.
Mauro Feola