No hace falta decir que Martín Knye es uno de los mejores guitarristas de
heavy metal de Argentina. Su pasado en la popular banda Kamikaze lo encumbró como uno de los más virtuosos violeros cultores de este estilo. Pero su pasión por la música no se detiene en el rock
más pirotécnico, ya que también es un estudioso del flamenco, el blues y el
jazz; además de interesarse por el tango. La suya es, además, una gran historia
de superación personal frente a un condicionamiento de origen neurológico que
consiste en un empeoramiento de la coordinación de su mano izquierda, problema
diagnosticado como “distonía focal de la mano” por el que se vio forzado a
parar e intentar una rehabilitación. Así, le llevó casi una década volver a
tocar. Esta es la lucha que da día a día sin rendirse y por eso sigue en
actividad como músico, docente de guitarra y, por su puesto, referente de
muchos de sus alumnos y admiradores.
ENTREVISTA>
¿Cómo estás pasando la cuarentena?
Es complicado. Me adapté a dar clases
online como la mayoría de los profesores de música. La realidad es que no es lo
mismo, una clase presencial no se puede comparar, vos tenés a la persona
adelante tuyo físicamente y podés observar toda una serie de detalles muy
técnicos que a la hora de enseñar son muy importantes, y con una cámara por más
buena que sea no es lo mismo…
¿Por qué empezaste a tocar la guitarra?
Porque tengo dos hermanos bastante mayores
que yo, y uno de ellos escuchaba discos de rock pesado. Tenía discos de Led
Zeppelin, Black Sabbath, Pappo´s Blues, Pink Floyd… Es como que recibí
esa influencia musical a nivel subconsciente desde muy chico. Además mi hermano
tenía una guitarra española y tocaba temas de Creedence o de Pappo. La
primera vez que agarré la guitarra para ver de qué se trataba tenía 12 o 13
años. Lo primero que escuché por mi cuenta fue Kiss, a los 10 años, y de ahí entré en toda la movida de hard rock
y heavy metal. Entonces, para cuando agarré la guitarra yo ya tenía mucho rock
escuchado y ganas de aprender a tocar.
A los 14 empecé a recibir mis primeras
clases y a los 17 tocaba todo el día.
Eso fue a mediados de los 80 más o menos…
Sí. Hice la secundaria entre el 81 y el 85
y todos esos cinco años estuve escuchando metal y dándole a la guitarra a full.
No hay dudas de que soy de la generación del heavy metal.
¿Te copabas con Van Halen?
Sí, es más, los vi en vivo en Obras cuando
vinieron a Argentina en febrero de 1983. Tenía 15 años, me volaron la cabeza.
Sigue siendo uno de los mejores cinco conciertos que vi en mi vida. ¡Y mirá que
los vi a todos! Pero ese concierto no me olvido más. Además ya era fanático
total de Eddie Van Halen…
Se podría decir que junto con Yngwie Malmsteen son tus máximas
influencias, ¿no?
Yo te diría que sí. A ver, después de
tantos años de tocar tengo infinidad de influencias, y no solo de guitarristas
de rock, porque me gustan guitarristas de flamenco, de tango o de jazz… Pero si
te tengo que decir dos tipos, sí, tanto Eddie como Yngwie Malmsteen son los dos
guitarristas que más me influyeron, a pesar de que, por supuesto, uno con los
años incorpora otras cosas. Y también surgen otras influencias más básicas,
quizás. Mis primeras influencias de guitarra tienen que ver con bandas de hard
rock más basado en el blues como AC/DC
o Riff. Entonces si te sumo todo el
hard rock basado en el blues, más Van Halen y Malmsteen, ahí está toda la
base, sin nombrar posteriores influencias de la fusión, jazz, flamenco y demás.
Contame algo de tu trabajo con el flamenco…
En mi casa se escuchaba mucho esa música,
entonces a mediados de los 90 me puse a estudiar flamenco con un guitarrista
español. Es una música muy particular, muy compleja, y te la tiene que enseñar
alguien que sepa bien de qué se trata. El flamenco es apasionante.
¿Y el tango por dónde te llega?
El tango me llega por mi viejo que
escuchaba a Julio Sosa, Gardel… Pero
lo que más me llamó la atención fue la primera vez que vi tocar a Juanjo Domínguez, que era una bestia
inconcebible tocando la guitarra. Yo lo pondría al mismo nivel que Paco de Lucía. Sin dudas, está entre los
mejores guitarristas que vi en mi vida. Lo que hacía en vivo era descomunal. Era un tipo que si hubiera nacido
en otro lugar del mundo hubiese sido más famoso. Hay muy pocos guitarristas en
el mundo que puedan tocar como lo hacía Juanjo Domínguez. Era de otro planeta.
Contanos algo de tu paso por Kamikaze…
Entré en Kamikaze en 1989 y participé hasta 1992, sin contar la reunión en
2012. Si te ponés a pensar, del 89 al 92, se vivió la popularidad del heavy
metal en la Argentina. En los recitales siempre tenías 1000, 2000, 3000 espectadores,
fue algo insuperable. Fueron años extraordinarios para todo el metal y para las
bandas que estaban más arriba, como Kamikaze o Rata Blanca, fue un momento muy especial, irrepetible…
¿Y ahora por qué no pasa eso?
Yo pienso que todos los géneros musicales
tienen su pico de popularidad, eso no quiere decir que desaparezcan después. El
heavy metal es un género que va a quedar para siempre, como el blues o el jazz,
porque pasan a ser estilos musicales clásicos que nunca van a morir. De cualquier
forma, un pico como ese no creo que vuelva a pasar, lo veo muy difícil. De los
grandes referentes se han retirado, prácticamente, todos tanto acá como en el
mundo. Lo que queda es la historia. Es como si vos hablaras de Bach, Beethoven,
Mozart, Vivaldi, todos tipos que estuvieron en el pico de popularidad de ese
tipo de música y quedaron en la historia como los más grandes referentes. Ahora
no tenés referentes de música clásica a ese nivel, a pesar de que hay
compositores buenísimos en todo el mundo. El pico de esa música fue hace muchos
siglos. En el metal va a pasar lo mismo: los grandes del metal, del hard rock,
del rock pesado, desde finales de los 60 hasta principios de los 90, son los
referentes que van a quedar marcados en la historia para siempre…
¿Cómo ves el presente del rock argentino?
Complicado. La generación más rockera, la
que va más a recitales, ya somos todos grandes. Ya no van a ver tantos shows, a
lo sumo van a ver alguno específico. Esa gente no va a ver a una banda nueva. Y
los pibes más chicos están en otra.
¿Cómo fue tu problema en la mano?
Los primeros síntomas más leves empezaron
en 1999, en el 2000 se hizo más evidente y de ahí en más se fue poniendo
complicado. Recién en 2002 me dieron un diagnóstico. En ese momento, tocaba en
la banda Magiar y hacía un
repertorio muy complejo, muy exigente, de corte muy virtuoso, con mucho
protagonismo de la guitarra y con el problema que tenía en la mano, empezó a serme
imposible de tocar. Entonces estuve parado muchos años buscando algún tipo de
rehabilitación y lo que logré es adaptarme pero no tocar como tocaba antes. La
adaptación no fue poca cosa, implicó mucho trabajo pero me permitió seguir
haciendo música. Y decidí retornar al escenario cuando se hizo toda la movida
para juntar a Kamikaze. Esto es una lucha continua, hay que estar diariamente
encima. Hay días que estoy mejor, hay días que estoy peor. No descarto seguir
mejorando pero esto es lo que hay. También la realidad es que hace 35 años que
toco la guitarra y hay cosas que uno deja de hacer por una cuestión de madurez,
ya no me interesa estar tocando a mil todo el tiempo. Las prioridades cambian.
¿Cómo se llama la patología?
Distonía focal. Es neurológico. No tiene
cura y la realidad es que el 99% de las personas que la tiene no volvió a tocar
más. En mi caso, es solo un impedimento para tocar el repertorio más complejo y
puedo seguir dando clases de guitarra.
¿Qué tema de otro artista te hubiera
gustado componer a vos?
Te podría dar una lista infernal pero el
primer tema que se me viene a la cabeza, y que toqué un montón con Magiar, está
en el primer disco de Yngwie Malmsteen y se llama “Far
Beyond The Sun”. La primera vez que lo escuché, me desquició… Con Magiar me di
el gusto de tocarlo en todos los shows del grupo y estaba en un punto alto de
ejecución como para hacerle frente ya que es un tema de una complejidad
importantísima…
¿Qué proyecto tenés en la actualidad?
Desde hace unos años armé un proyecto que
se llama Mad Dog, banda con la cual
he tenido mucha actividad en vivo desde 2016 hasta 2018, en 2019 las cosas se
empezaron a poner mucho más difíciles para tocar porque debido a la situación
económica del país cayó mucho la actividad de tocar en vivo. Así que en 2019
estuvimos más que nada concentrados en la grabación del disco, que se editó el
17 de abril de este 2020, cuando se subió a Spotify y las principales
plataformas. La idea, cuando medianamente se normalice la situación, es salir a
promocionarlo. Por otro lado, estoy realizando un par de grabaciones como
guitarrista. Acabo de editar un tema nuevo hace un mes y lo subí a mi canal de
YouTube, que se llama “Gary” y está dedicado a Gary Moore, y también se está
viendo bastante. Ahora mismo estoy grabando otro tema, por otro lado yo sigo
con algunas composiciones mías instrumentales más enfocadas a la guitarra.
Emiliano Acevedo
Mucha sabiduría
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