Emilio Del Guercio es un artista integral, en él conviven tanto la pasión por la música como por el arte, el dibujo y el diseño. Bajista y autor de algunas de las más bellas canciones de nuestro rock fue, también, el impulsor y conductor del inolvidable programa de televisión Como Hice, en donde recorrió la historia de buena parte de lo mejor del cancionero popular argentino. Estuvo muchos años sin grabar nuevo material aunque continúo tocando esporádicamente, y ahora está preparando un nuevo álbum. De todo eso hablamos en esta entrevista que amablemente nos brindó.
ENTREVISTA> ¿Cómo fuiste elaborando el estilo de tus canciones que es una especie de canto urbano que viene desde “Que el viento borró tus manos”?
La
verdad que no sé cómo describírtelo. Surgió naturalmente buscando desarrollar
el lenguaje cada vez mejor. Por ejemplo, en las canciones que encontrás en Pintada [1983], que es mi único disco
solista, aparecen rasgos con elementos urbanos, latinos, algunos relacionados
con el flamenco, que son músicas que adoro… En el lugar que más cómodo me siento
es en el desarrollo de la canción. Y en esa trayectoria, y en ir ajustando cada
vez más el lenguaje, siempre le di, también, mucha pelota a las letras. En
general, soy un melodista. Con Luis [Alberto Spinetta] componíamos del mismo
modo: primero surgía la melodía y luego le poníamos la letra. Pero yo
desarrollé un método personal aunque, seguramente, hay otras personas que, también,
lo hacen: cuando aparece la idea musical la desarrollo pero siempre acompañada
de una frase, de una letra, no toda la letra pero sí una parte. Entonces, lo
que hago es dejar esa frase como si fuera una especie de clave, de “password”,
que me lleva siempre al mismo momento o al mismo ambiente de inspiración que
posee la canción. Por algo sale esa frase con esa melodía… yo le doy mucha
pelota a eso porque uno no sabe bien de dónde proviene ese tipo de inspiración.
Tal vez de zonas del inconsciente, ¿no? Otra cosa que hago mucho –una vez que
tengo la melodía cerrada- es terminar la letra, y ésta termina influyendo
también en el aspecto melódico porque las palabras no se comportan de la misma
manera en una determinada secuencia melódica que en otra diferente. A veces una
misma palabra, por ejemplo “agua”, “tierra” o “luna”, en un ambiente melódico
se ilumina y otro se oscurece. Es toda una alquimia. Por eso estoy muy atento a
la construcción de la sintaxis y la rítmica pero también al funcionamiento del
sonido y el sentido de la palabra en un ambiente melódico y armónico.
Siempre fuiste muy exquisito a la hora de hacer las armonías vocales. Con Luis hacían muy buenas armonías…
Sí,
me gusta mucho eso. En mi banda actual, aprovecho mucho que la mayoría de ellos
cantan bien porque el canto armónico siempre embellece la música.
Hay mucha gente que me ha mencionado el parecido entre las voces de ambos…
Es
lógico. Es como cuando te dicen que vos hablás parecido a tu hermano. Lo que
pasa es que nosotros dos nos criamos desarrollando ese lenguaje que la gente
conoció luego en Almendra. Entonces,
como cantábamos a dúo, no profesionalmente, pero sí en reuniones, en el colegio
y demás, fuimos desarrollando un modo de cantar en donde una voz se acoplaba a
la otra. Inconscientemente fuimos copiándonos uno al otro en el modo de cantar.
Después, con el tiempo, traté de despegarme de eso, tanto en Aquelarre como posteriormente… Esa
impronta la llevo porque es el modo de cantar que desarrollamos pero fui
cambiando algunas cosas.
Claro, por ejemplo “Fermín” la cantabas vos… ¿Cómo se dio eso?
Porque
yo participé en la composición de “Fermín”. En esa época hacíamos una especie
de distribución de la autoría de las canciones. Si bien la mayoría de los temas
los firmó Luis, hay composiciones como
“El mundo entre las manos”, uno de los primeros singles que sacamos, que
hicimos juntos cuando egresamos del Secundario y al momento de grabarlo le
hicimos algunos ajustes en la letra, y aparece firmado por Rodolfo [García] y Luis. Era así, distribuíamos un poco
las composiciones.
En lo personal, El Valle Interior, el tercer disco de Almendra que justo está por cumplir cuarenta años de su edición, es un material del que soy fanático…
A
mí, también, me encanta ese disco. Hay mucha gente que no le dio mucha pelota quizás
porque, en su momento, no lo difundimos adecuadamente, y además porque el disco
del “payasito” ha quedado como una especie de icono, ¿no? Pero a mí me encanta El Valle Interior, los temas que tiene y
además como fue grabado…
Ese lo hicieron en Estados Unidos…
Sí,
lo grabamos en Los Ángeles.
¿Cómo surgen tus dos excelentes temas de ese disco “Las cosas para hacer” y “Cielo fuerte (Amor guaraní)”?
“Las
cosas para hacer” es una especie de reflexión urbana: un día mirando por la
ventana de mi casa, se me ocurrió “miras
los edificios que dan al puerto…” Pensá que estábamos en 1980, todavía
vivíamos en dictadura, y en la canción reflejaba la necesidad que siempre tiene
la gente de estar en una situación de libertad. En el caso de “Cielo fuerte”,
lo planteé como una especie de pequeño poema o fábula indígena del pasado porque
además, como de chico estuve mucho en ese ambiente, estoy muy unido a toda esa
cosa del río y las islas y cuando compuse esta canción pensaba justamente en
esos ámbitos tan especiales que tiene la Mesopotamia. “Trabajo de pintor”, del disco
Pintada, también, tiene relación con
eso porque aunque no sea una cuestión indígena hace referencia al litoral.
¿Qué
influencias tuviste como intérprete del bajo?
Muy
diversas. Cuando comencé a interesarme por el instrumento, mi influencia fue Paul McCartney. Si bien no es un súper
instrumentista, como podría ser Jaco
Pastorius o incluso Jack Bruce,
a mí siempre me gustó el concepto de desarrollo melódico y rítmico que hacía y
hace Paul, entretejiendo melodías que están sustraídas por debajo de la melodía
principal que se canta. Eso siempre fue mi inspiración. Siempre traté de
elaborar la música en ese sentido. En la mayoría de los temas de Aquelarre o de Almendra vas a ver que hay figuras en el bajo con pequeños
desarrollos de líneas melódicas. Después, por supuesto, me han gustado
muchísimos otros bajistas pero fui muy autodidacta, no es que yo tenía el
objetivo de tocar como tal o cómo cual.
¿Cómo fueron puliendo ese sonido progresivo y casi sinfónico de Aquelarre?
Yo
aporté el grueso de las composiciones, por supuesto, que Héctor [Starc] y Hugo [González Neira] hicieron lo suyo pero, básicamente, lo empezamos a
desarrollar a partir de una serie de composiciones mías. Entonces, la cosa más
poética y lírica de Almendra se
fusionó con la idea más blusera y rockera de Hugo y de Héctor. De eso
surgió Aquelarre, mezclándose con
nuevas tendencias, más la sonoridad del clave, el teclado de Hugo que le daba un toque clásico, que
remite a un sonido bien sinfónico. Esa idea inicial fue creciendo y las
estructuras de los temas se fueron complejizando con más arreglos
instrumentales.
¿Qué escuchaban en esa época? Porque algunos pasajes de guitarra de Aquelarre remiten a Yes.
Por
supuesto nos interesaba muchísimo Yes,
King Crimson, Genesis y muchos grupos más. Hay como ciertas influencias
sonoras pero nosotros nunca pretendimos copiar sino desarrollar el propio
estilo en base a gustos musicales que encontrábamos interesantes.
Claro, y aparte era una época muy convulsionada...
Sí.
Algunos le han dado una connotación muy política a la obra de Aquelarre, y si bien hablábamos de temas
sociales nunca pretendimos ser una banda panfletaria, simplemente reflejar las
ideas que teníamos en la cabeza y lo que nos pasaba. Nunca pretendí indicarle a
la gente cómo debería actuar o pensar. Eso a mí no me gusta. Quizás algunos han
interpretado la obra del grupo de esa manera pero no fue esa nuestra intención.
En una entrevista escuché que llegaron a tocar desde lugares muy chetos hasta en la villa. Tocaron en un evento organizado por el Padre Mujica, ¿no?
Sí,
pero eso creo que fue en la época de Almendra.
Nosotros tocábamos en lugares muy humildes del Conurbano y también para gente
de dinero. Eso era increíble porque actualmente no pasa más. Tal es así que yo
recuerdo que Pappo era muy escuchado
en las villas, y ahora en las villas lo que se escucha es un desastre… Eso te
da la pauta, también, de cómo fue degradándose culturalmente el país. Van a
pasar algunos años para que volvamos, si es que se puede, a tomar un rumbo
interesante en lo que respecta a lo cultural. Hablo en general, no solo de los
que producimos bienes culturales sino de la cultura de la gente.
¿A qué le atribuís esa degradación que mencionás?
En
principio, creo que es el resultado del agujero negro que dejó el gobierno
militar, que hizo mucho más daño del que la gente se cree. No dejó solamente
desaparecidos sino, también, temor en la gente, abortó muchos desarrollos y
procesos creativos… Inocularon tanto miedo en la cabeza de la gente que por eso
en los años ochenta se relativizó todo y se volvió más pasatista la cosa. Yo
creo que fue así como para salir de ese lugar de espanto en donde nos había
dejado la dictadura. Una opción válida ya que si hacías cosas más complicadas
ibas a ser criticado o censurado. No te olvidés que hubo mucha gente que fue
perseguida por las cosas que había expresado anteriormente.
Más
allá de los obvios avances tecnológicos, ¿Cuáles son las diferencias más
importantes que ves, con respecto a los años setentas, en lo que es grabar un
disco hoy?
Aquella
era una época más artesanal. La diferencia es que la mayoría de los grupos de
ahora graban por separado con un clic, con una referencia de metrónomo digital.
Nosotros grabábamos siempre como grupo en la sala, después a eso se le agregaba
un efecto o una voz u otro instrumento, una guitarra u otro teclado. Pero,
básicamente, todas las tomas eran del grupo tocando en vivo. Así es como grabé,
también, mi disco nuevo. Salvo un par de temas, la mayoría están grabados en
vivo porque me gusta esa dinámica. No porque considere que si se graba cada uno
por separado está mal o es un engaño a la gente, no tengo esos prejuicios pero
la dinámica de un grupo tocando todos a la vez es casi irremplazable y casi la
misma de cuando tocás en vivo.
Contanos del disco nuevo…
Bueno,
lo venía elaborando pero no lo pude continuar por la cuarentena. Supongo que en
poco tiempo podré empezar a echarle mano de nuevo.
¿Tendrá canciones de todos estos años?
Claro.
Canciones más recientes y otras que tienen algunos años pero que en su momento
no grabé y se fueron acumulando durante todo este tiempo en donde no edité ningún
material. A mi manera de comprenderlo, va a quedar muy lindo. Es un disco
ecléctico, como las cosas que he hecho desde hace un tiempo, ¿no? En donde
encontrás desde baladas, pasando por canciones más rockeras, alguna otra con un
aire folclórico sin llegar a ser ortodoxamente una cosa folclórica… Grabé un
montón, como veinte temas, pero no voy a editar todas a la vez porque sería una
exageración… [risas], serán diez o doce.
Nos falta grabar un par de voces, los coros y mezclar.
¿Y va a ser físico o lo vas a subir a las plataformas nomás?
Lo
voy a hacer de todas las maneras posibles que existen ahora para publicarlo.
Primero, lo subiré a las plataformas pero seguramente haré un vinilo o un cd,
más probablemente un vinilo.
¿Qué música escuchás?
No
escucho música todos los días, escucho a veces. Escucho desde jazz hasta música
sinfónica, música clásica… El otro día estaba escuchando el Concierto para piano y orquesta de Stravinski. También soy de escuchar
jazz latino o salsa, folclore. O sea, es muy diverso todo lo que escucho. Por
supuesto, también escucho rock aunque no mucho, últimamente. Depende del
momento del día pero no es que siempre estoy con el oído pegado a un parlante.
Porque además yo creo que la música también se hace del silencio, no solo del
sonido. En el mundo de la creación musical, el silencio es muy importante.
Entonces, ¿no estás tan al tanto de lo nuevo que se está haciendo en el rock?
Estoy
al tanto pero que provenga de ahí no significa que esté todo el tiempo buscando
que es lo nuevo. Sí conozco los grupos de acá. Sobre todo, me llaman mucho la
atención las mujeres que están haciendo cosas muy interesantes. Algunas son más
conocidas, como las hermanas Bertoldi,
otras no tanto… No soy muy bueno recordando nombres pero una de las cosas que
más destaco es la cantidad de mujeres talentosas que hay. Después hay otros
grupos que he escuchado como Los Espíritus
y otros, que están muy bien. Bueno, Los
Tipitos no son un grupo nuevo pero me gusta mucho como laburan.
Para terminar, te hago una pregunta que le hacemos a todos nuestros entrevistados: ¿Qué canción de otro artista te hubiera gustado componer a vos?
Bueno,
hay varias pero las primeras que se me ocurren ahora son algunas canciones de Jorge Drexler, no recuerdo los nombres
pero son recontra conocidas, son extraordinarias. También, algunas de Jaime Roos; otras de Fito [Páez]; por supuesto, también varias de Luis… O algunas del ámbito del folklore. Hay mucha gente que ha
hecho cosas muy valiosas.
Emiliano Acevedo
Esperando el nuevo material. Tiene que ser bueno como toda su obra: Almendra, Aquelarre, Pintada, Semblanza de Buenos Aires. Que le hubiera gustado componer temas de Spinetta y Jaime Roos, y si claro, aunque el está a esa altura; tal vez será por lo prolífico. De los otros dos (Drexler, Paez) me sorprende, ya que, en mi opinión, Del Guercio está mucho mas arriba en la escalera de calidad y de Artista.
ResponderEliminarEsta impecable. Que gusto ver su entereza lo hace con excelencia y nos da mucha alegría.
ResponderEliminarQué buena entrevista.
ResponderEliminar