lunes, 1 de septiembre de 2025

FIEL A SUS FIELES, entrevista a Saúl Blanch



Sin dudas, Saúl Blanch es una leyenda del rock pesado argentino. Una voz única e inconfundible. Desde sus comienzos profesionales en los años 70 en la mítica banda Plus, pasando por los primeros tiempos de Rata Blanca a mediados de los 80, hasta su carrera solista; en todos sus discos se lució. En esta charla hablamos un poco de eso, de cómo era hacer hard rock en los peligrosos años 70, hasta llegar a las fantasías heavy metal de los 80, y después también. Una carrera que no se detiene y lo tiene aún subido a los escenarios deleitando a propios y ajenos…

ENTREVISTA> ¿Cómo fueron tus inicios en la música?

En bandas de barrio haciendo covers. Esa fue mi primera experiencia a mediados de los 60, yo tenía 14, 15 años. Hacíamos covers de los Beatles, que para nosotros era nuestra banda preferida, pero también temas de otras bandas exitosas de la época.

¿Cómo se te dio por cantar? Vos también habías incursionado en el bajo, ¿no?

Nosotros empezamos de la nada, en esa época no había tutoriales, no existía nada, así empezamos a tratar de descubrir cómo era el tema de las voces y ahí empezamos a cantar y hacer temas, hasta que logramos más o menos afianzar la historia. Sí, yo tocaba el bajo y cantaba algunos temas y acompañaba en otros temas.

Seguramente, tu ídolo era McCartney…

Sí, en esa época sí.

¿Cómo son los inicios de Plus?

Con [el guitarrista] Julio [Sáez] habíamos sido compañeros de colegio en primer año y fuimos a la casa de un amigo. Ese amigo tenía una guitarra y Julio tocó unos acordes y yo dije: “Bueno, acá está…” A ver si podíamos hacer algo. Entonces cuando volvíamos le propuse formar un grupo y él aceptó. Después tuvimos que buscar una segunda guitarra y un baterista, que eran del colegio también en Castelar.

Cuando Plus se larga como un baluarte del rock pesado de la época eran una de las pocas que tocaban ese estilo junto con El Reloj…

Claro, El Reloj más para el lado de Purple y nosotros más en un estilo Zeppelin. Por supuesto, éramos las únicas que hacíamos rock pesado en esa época en Argentina.

¿Cómo se hacía para sobrevivir haciendo rock en la época del Proceso Militar?

Fue difícil porque cuando nosotros empezamos a ensayar de cero, hasta tener los temas más o menos afianzados, un año después se produce el golpe militar. Eso fue una cacería indiscriminada y tuvimos muchos problemas. Tal es así que en 1980 nos fuimos de acá para oxigenarnos un poco, sin Julio porque él tenía unos problemas personales.

¿Qué te acordás del primer disco No pisar el infinito de 1976?

El titulo surge del infinito que se usaba en las sesiones fotográficas. Había que ponerle un título al disco y estuvimos todos de acuerdo con que fuera ese. Unos inventaron que le queríamos dar una trascendencia cósmica al título, pero nada que ver. Era simplemente el infinito que son los telones en las fotografías.

Un primer disco más hard rock y el segundo [Plus, luego llamado Melancólica muchacha, 1978] más tirando al rock progresivo, ¿no?

Era una época muy vertiginosa. Escuchábamos muchas bandas, muchas cosas diferentes. Nosotros solamente queríamos hacer música. No fue un cambio estilístico que hayamos planificado.

¿En los 80 cómo te adaptaste a los cambios surgidos en la música pesada, con los nuevos grupos heavies y demás?

No, no, no me influenciaron ni Judas Priest ni Iron Maiden, yo ya tenía mi camino hecho y no podía salir a hacer algo que realmente no fuera lo mío… Por supuesto eran bandas nuevas a las que escuchaba mucha gente. Yo no estoy diciendo que sean malas, ¿eh? Pero yo tenía mi camino que era por el lado de Led Zeppelin y Deep Purple y mi propio estilo en la forma de cantar.

Pero llegaste a Rata Blanca en donde ya era Heavy Metal posta, no Hard Rock…

Sí, es un sonido impactante, ¿no? Es heavy en cuanto al sonido y el armado de los temas, por supuesto…

En Rata vos te vas en primera instancia, después volvés para grabar el primer disco del grupo en 1988…

Claro. Justo se cumplía un año de mi ida cuando me llamaron para grabar porque tuvieron un problema con el cantante que tenían. Así que fui y escuché los temas y eran los mismos que yo había hecho un año antes. Así que en unos días fui y en una noche puse las voces de ese disco.

¿Cómo desarrollaste ese estilo inimitable de cantar que usaste en ese disco?

Yo hago lo que me sale. Nunca preparé nada en especial.

¿Qué balance hacés del disco de Rata Blanca, tantos años después, ahora que es un clásico?

Yo no sé si es un clásico. Yo creo que lo tienen bastante tapado a ese disco. Ese disco abrió un camino para el grupo, porque sin nada se metió en la gente, sin nada de publicidad por parte de la compañía. Se escuchaba en las radios, en todas las disquerías. Dio la posibilidad al grupo para que siguieran, luego de que yo me fui… Hicieron otro estilo, obviamente.

¿Por qué decís que es un disco “tapado”?

Porque no veo que haya un furor masivo en cuanto a ese disco.  Porque vos andá a decirle a un pibe por el primer disco de Rata Blanca… Seguramente, no sabe ni quien es Palito Ortega, ¿viste? Yo creo que muchos pibes ahora escuchan otras músicas. Algunos sí escuchan rock, no estoy poniendo en la misma bolsa a todo el mundo. Es mi opinión, lo que a mí me parece…

¿Por qué te fuiste de Rata?

Yo ya tenía dos hijos en ese momento y una familia constituida, mientras que el resto del grupo no todavía, por eso se me hacía un poco pesado bancarme una serie de cosas que ahora no vienen a cuento…

¿Era complicado combinar los caracteres con otros miembros del grupo?

No, a mí siempre me importó lo que hice yo y mis propias decisiones. Nada más. Siempre sin faltarle el respeto a nadie.

Después, en tu carrera solista pasó mucho tiempo entre disco y disco. ¿Por qué? ¿Sos muy perfeccionista?

No lo sé, no fue una situación que haya buscado. Grabé el primero [Fiel a sus fieles, 1990] y pasaron unos cuantos años para grabar el segundo [Refugiado, 2006] y ahora no me seduce la situación actual para sacar otro… Tengo quince o veinte temas en carpeta que podría hacerlos tranquilamente, pero eso es lo que siento, lo que me sucede… No me dan ganas, veo tantas cosas complicadas, tanta rareza.

¿Entonces no hay posibilidades de que saques un álbum nuevo?

No, no. El disco ya se murió. No sé cuáles son las nuevas alternativas para equiparar la época del vinilo, del CD…

¿Y la posibilidad de subirlo a las plataformas?

Es todo plástico eso. Yo no añoro el disco pero con todo esto, en lugar de una revolución hicieron una involución. Todo está en el aire. Vos fijate que, por ejemplo, los pagos de AADI o de SADAIC ya no son más en forma presencial. Antes tenías que ir personalmente a cobrar y desde hace unos cuantos años te mandan el dinero a una cuenta. Ósea que tampoco podés ver si lo que te están diciendo es real.

Emiliano Acevedo



No hay comentarios:

Publicar un comentario