viernes, 29 de septiembre de 2017

BALANCE Y DELIRIOS DEL MARISCAL: Entrevista a Crucis en la revista Pelo, octubre de 1976



Crucis. Nombre inmortal que resuena en el fondo de la historia del rock progresivo argentino. Tan solo dos álbumes y un par de simples le alcanzaron a este efímero cuarteto para quedar en el recuerdo de los miles de jóvenes que los siguieron en los queridos setenta, y cuyas canciones aún incentivan la imaginación de decenas de melómanos y músicos que los admiran, sin haberlos podido ver en vivo por haber nacido mucho después. Y es que cuarenta años más tarde, su leyenda sigue creciendo, como si fuera un gigante en la distancia, que sigue y sigue avanzando y no deja de acercarse. Aníbal Kerpel (teclados), Gustavo Montesano (bajo y voz), Pino Marrone (guitarra) y Gonzalo Farrugia (batería) fueron los protagonistas de esta saga, los hacedores de una música sin igual. A pesar que rápidamente sus caminos se bifurcaron, siguen juntos en esos temas largos y elaborados, en esos discos. Por eso, en este nuevo rescate emotivo de nuestra sección Decíamos Ayer, viajamos hasta fines de 1976, cuando el grupo se aprestaba a editar su histórico segundo álbum Los Delirios del Mariscal, y hacía un rápido balance de su meteórica carrera hasta ahí, en esta entrevista en la Pelo. ¿Preparados? Entonces, ajústense los cinturones que allí vamos…

BALANCE Y DELIRIOS DEL MARISCAL

A casi un año de su debut, los integrantes de Crucis se plantean un análisis de lo realizado. Con claridad opinan sobre el apoyo que la banda recibió y el riesgo que ello implica.

Es particularmente difícil reunir a los cuatro integrantes de Crucis, porque están en plena grabación de su segundo álbum. Este nuevo disco es otro de los hechos de importancia de este conjunto meteóricamente consagrado. Exactamente en noviembre del año pasado (1975) la renovada formación de Crucis, intentaba hacer sus primeras armas con un concierto en el teatro Astral; un gran recital, muy poco público, entre ellos el productor Jorge Álvarez y el músico Charly García, que los descubrieron. El resto es historia conocida.
“Balance” no sólo es el nombre del próximo simple de Crucis, sino un término que invita a la reflexión de todo lo sucedido durante el año.

COLISEO / DEFORMACIÓN

Pino Marrone: “Toda la actividad de este año comenzó para nosotros con el recital del Teatro Coliseo, un evento de gran trascendencia que significaba el primer contacto con el público a nivel masivo. Tratamos de hacer las cosas lo mejor posible y, a la vez, de volcar nuestras primeras ideas. Precisamente, una de las cosas que se nos ocurrió fue realizar una puesta teatral; nos parecía que podía ser algo interesante como complemento de la música. Entonces hablamos con Roberto Villanueva que, según los comentarios, era la persona indicada. Él escuchó el material del Long Play y realizó una puesta, directamente en el Teatro Coliseo. Villanueva es, supongo, un tipo muy bueno en lo suyo, pero evidentemente no pudo captar nuestra idea, y el producto salió completamente deformado”.

Gustavo Montesano: “Realmente pienso que lo del Coliseo, no fue bueno en cuanto a la faz escénica. Pero –y creo que todos lo compartimos- nos gustó en la forma en que salió todo lo demás: el sonido, nuestra interpretación y la respuesta del público”.
Pino Marrone: “Lo peor fue la repercusión que tuvo el concierto. Todo el mundo habló de la puesta en escena como algo horrible y se olvidaron de nosotros, que estuvimos tocando. Eso pasó porque la escenografía no tenía nada que ver con la música, entonces la gente estaba tratando de ver que era lo que sucedía. Pienso que fue un error de nuestra parte, pero siempre hay que pagar tributo a la inexperiencia.

INTERIOR / LUNA PARK

Pino Marrone: “Después de Coliseo intensificamos bastante el trabajo en los shows, que es una cosa válida para poder hacerte conocer en lugares habitualmente vedados a este tipo de música. También es muy importante presentarse en el Interior; hace muy poco hicimos dos nuevas presentaciones en Córdoba, donde nos fue estupendamente. Tocar en Córdoba es un placer porque el público cordobés tiene un respeto y una sensibilidad impresionantes.”
“La verdadera consagración de Crucis en Buenos Aires llegó con el recital en el Luna Park. Nosotros estábamos esperando con muchas ansias el momento de tocar, porque sabíamos que era la oportunidad de resarcirnos de lo sucedido en el Coliseo. Además estábamos seguros de que el público nos iba a apoyar. A pesar de eso, reconozco que me sorprendió que las cosas sucedieran de esa manera, a ese nivel emocional. Por momentos miraba  que los reflectores iluminaban las gradas y veía bailar a toda esa gente. Fue la primera vez que tocamos tan libres, sin ningún condicionamiento”.
Gonzalo Farrugia: “Mucha gente pregunta si nuestro primer disco se vendió mucho o poco. Yo no sé bien que responder porque este no es un gran momento para vender discos de rock argentino. Existen varias causas: por ejemplo, que los chicos prefieren gastar su dinero en álbumes importados, escuchando a los tipos que difícilmente puedan ver algún día, mientras que a los grupos locales pueden verlos en vivo. El costo que tiene hoy un disco hace que el comprador piense dos veces en lo que va a comprar, y este año se ha editado una enorme cantidad de material importado de óptima calidad”.

ÁLBUM / ASCENSO

Pino Marrone: “El nuevo álbum se titula Los delirios del Mariscal, y estoy seguro que a la gente le va a gustar. Este disco representa el trabajo más logrado, más homogéneo de Crucis hasta el momento. El primero está bueno, pero parecía no tener una dirección musical demasiado definida; eran cuatro identidades musicales diferentes. Esto ocurrió porque nosotros lo grabamos muy rápido, y esta formación –la actual- tenía poco tiempo. En cierta medida este disco tiene el trabajo constante y coherente de los cuatro, por eso representa más a Crucis que el anterior”.
Gustavo Montesano: “Creo que este disco es marcadamente diferente del anterior, lo que se debe en parte a que tenemos menos presiones a nuestro alrededor. Cuando uno empieza es lógico que se rodee de gente que lo lleva de la mano. Ahora eso ya no pasa.
“Muchas veces me he puesto a pensar en cómo todas las cosas se dieron rápidamente. Y eso me hace recapacitar en la necesidad de que cada cosa que se haga sea coherente, porque los grupos suben y bajan, desaparecen con igual velocidad. Creo que todos nosotros somos bastante conscientes de eso, es parte de lo que dije antes respecto de las presiones y manejos. A medida que uno va teniendo experiencia puede desenvolverse solo.”
Gonzalo Farrugia: “Nosotros ya sabemos toda esa historia de la manija y lo rápido que llegamos. Eso no hace más que alegrarnos, porque yo –y los demás- somos plenamente conscientes de nuestra capacidad como músicos. Entonces, todo el apoyo que venga es bienvenido. Sobre ese particular tengo las ideas absolutamente claras y definidas. Lo único que puedo decir es que ojalá hubiera muchos grupos como el nuestro, que tengan un gran apoyo para poder romper todo, y que además, toquen bien. ¿Qué más se puede pedir?”

(Publicado originalmente en la revista Pelo, número 79, octubre de 1976)





miércoles, 27 de septiembre de 2017

JOHN LENNON, Imagine: La canción del Profeta...



Imagine (publicado en septiembre de 1971) fue el segundo álbum solista de John Lennon, y a la postre su trabajo más popular. Un disco repleto de canciones maravillosas, varias de las cuales contenían espectaculares arreglos de cuerda. Fue un álbum grabado, casi en su totalidad, en el estudio personal que el ex beatle había construido en su inmensa mansión Tittenhurst Park, en las colinas de Ascot, la misma en donde los Beatles realizaron su última sesión fotográfica juntos, a fines de agosto de 1969, y que después John le vendería a Ringo Starr.

Seguramente, gran parte del éxito del álbum se deba a su canción homónima, “Imagine”, que se convertiría en un himno a nivel mundial, así como una de las composiciones más reconocibles y paradigmáticas de la carrera de Lennon. Un tema en el que solo participan Lennon, en el piano y voz; Klaus Voorman, en bajo; y, el futuro Yes, Alan White, en batería; y a la que, luego, el productor Phil Spector le agregó un imponente acompañamiento de cuerdas, grabado en Nueva York. Sin dudas, una canción preciosa e inolvidable. En fin... ¿Qué otra cosa podríamos agregar de este tema que no se haya dicho aun? Usted no sabe qué, nosotros tampoco; así que, sigamos…

Alguna vez, como invitado en el programa de televisión Play Time, Gustavo Cerati eligió a “Jealous Guy” entre sus canciones preferidas, diciendo que era una melodía pop perfecta, casi imbatible. Y algo de eso hay, ya que esta es una canción hermosa, inigualable. Una melodía perfecta que envuelve una historia con la que se pueden sentir identificados millones de muchachos celosos alrededor del mundo… Tantas inseguridades, tantos temores –muchas veces en vano- descriptos en forma certera en estas líricas… Y es que John Lennon, a pesar de ser la figura de la estampita, del póster; era tan dolorosamente humano como usted, yo, y el de enfrente: un tipo inseguro, neurótico, violento, paranoico, a veces arrepentido, triste, sensible, celoso... La letra de “Jealous Guy” también estaba vinculada a un momento particular de Lennon. Hacía apenas un año que se habían separado los Beatles y todavía se sentían los temblores del movimiento sísmico a escala mundial, que significó tamaño evento.

Por otra parte, John estaba muy influenciado por la terapia del Grito Primal del doctor Arthur Janov, que lo había llevado a combatir sus demonios, sus inseguridades –esos miedos, ahogados, pero que nos siguen acompañando desde la más tierna infancia- dejándolos al descubierto, en un grito desgarrador literal. Bastante de eso hubo en su primer opus solista e intimista (Plastic Ono Band, 1970), un disco que reflejaba los sentimientos más profundos de un ser angustiado. Esa obra, a pesar de no ser un éxito masivo de ventas, a la larga se transformaría en una de las producciones más inspiradoras, e imitadas, de la historia del rock. Sino pregúntenles a los Strokes o a Lenny Kravitz (por nombrar sólo a dos artistas), que se ve que lo escucharon largo y tendido, copiando esas bases de percusión y bajo en seco, esos pianos y guitarras minimas… Seguramente, Plastic Ono Band fue un disco que se adelantó a su tiempo y por eso no pudo ser digerido fácilmente por los fans beatles, aturdidos por la separación de la banda, y que aún no se habían acostumbrado a pensar que los 60 no existían más… 

En Imagine la historia, desde el vamos, sería distinta, debido a la participación de Phil Spector, en carácter de co-productor. Por él, y por su ímpetu por hacer de Lennon un ex beatle exitoso como solista, algo que ya había logrado con George Harrison, en la grabación del triple All Thing Must Pass, en 1970. John se encontraba en un excelso momento compositivo, y Spector –con su wall of sound- parecía ser el tipo más indicado para agregarle un toquecito sinfónico de pop, si se quiere, ideal para endulzar un poco esas dolorosas canciones. Y “Jealous Guy” terminó siendo la comunión perfecta de ambos mundo, la amalgama entre la canción lennoniana y las ambiciones wagnerianas de Spector por hacer “sinfonías para adolescentes”. El tema empezaba con una melodía en dos pianos, tocados a dúo por Lennon y el gran Nicky Hopkins, y la primera estrofa desembocaba en un estribillo inmortal: “I didn`t mean to hurt you / I`m sorry that I made you cry / I didn`t want to hurt you / I´m just a jealous guy” (“No pretendí herirte / Siento que te hiciera llorar / No quise herirte / Sólo soy un muchacho celoso”).

Los arreglos de cuerdas son hermosos, así como hermosa es la forma en que Lennon silba la melodía de la canción, antes de la parte final de este tema sublime. Lo que quizá muchos no sepan, es había sido compuesto bastante antes de ser incluido en Imagine. Más precisamente, durante la estadía de los fab four en la India, a principios de 1968, durante su retiro espiritual junto al Maharashi, y que tenía otra letra y nombre: “Child of Nature”. Con esa denominación se la puede encontrar, en una versión cantada por Lennon solo acompañado por una guitarra acústica, en varios discos piratas de los Beatles, como también en los piratas de los ensayos de (la película) Let It Be. Finalmente, mucho tiempo después, luego de la muerte de Lennon, Roxy Music haría un bello cover de “Jealous Guy” para su disco Avalon (1982), como tributo a John.

Otros momentos importantes del álbum Imagine eran los temas "Oh My Love", una dulce canción compuesta para Yoko Ono (por favor, chequeen la hermosa versión de este tema realizada por Luis Alberto Spinetta, como invitado en el disco tributo beatle del rock nacional, de Los Durabeats, en 2005); y la contemplativa "How?", en donde Lennon reflexionaba sobre los vericuetos existenciales propios del doloroso devenir humano, seguramente, en una visión muy influenciada por sus experiencias vividas durante su estadía, realizada en 1970, en el centro terapéutico de Janov. En sí, "How?" relevaba varias de las preguntas que Lennon se formulaba durante los cambios producidos en el tiempo que realizó la terapia de Janov.
Pero no solamente canciones tiernas y reflexivas poblaban este disco, porque Imagine también daba cuenta del amor de John por los ritmos frenéticos, así como de sus raíces rockeras y bluseras, en temas como "Crippled Inside"(“Lisiado internamente”, alevosamente dedicado a Paul) y "It's So Hard", así como en la provocativamente encantadora "Gimme Some Truth", en donde John se descolgaba con uno de sus más brillantes y potentes temas solistas. Por su parte, "I Dont't Wanna Be A Soldier" cerraba el viejo lado A detonando una pancarta activista en contra de la militarización y el reclutamiento forzado, en tiempos en donde aún no se había resuelto el problema de Vietnam (y mientras quedaban aun tantas otras guerras futuras por venir…). Un canto antibélico que –mediante el eco tremebundo del filtrado spectoriano- se convertía en un pasaje espeluznante.
Otro de los momentos más recordados de Imagine era la canción "How Do You Sleep?", en donde Lennon aprovechaba para mofarse a fondo, y sin ninguna sutileza o eufemismo, de Macca, tomándose revancha de la letra del tema de Paul “Too Many People”, que Lennon creía que su ex compañero le había dedicado, en especial por ese fragmento que se preguntaba por qué se podía hacer por “un muchacho que había arruinado todas sus oportunidades”. Lennon suponía que ese “pobre muchacho” era él, y reaccionaria con furia ante su ex compinche. Por este motivo, y fogueado por su manager Allen Klein (enemigo acérrimo de McCartney), se cebaría componiendo una canción que era una brutal bola de bilis. Sin embargo, se dice, que varias de las letras hirientes hacia McCartney, deliradas por Lennon y Klein, fueron dejadas de lado, debido al consejo de Ringo Starr –otro de los participantes en la grabación del disco- quién veía en esta actitud de Lennon mucho infantilismo agresivo al pedo. Por eso, en medio de la grabación del tema, el baterista solamente se limitaría a decirle a su amigo: “Basta John”. También, en esta canción, así como en “Crippled Inside” y "Gimme Some Truth" se destacaba George Harrison como músico invitado (¡ese slide!), realizando un brillante trabajo, con sus punzantes solos guitarreros.
Finalmente, la alegre “Oh Yoko” mostraba a Lennon, de nuevo como en sus primeros tiempos en los Beatles, dando cátedra en la armónica. Un punto final muy poppy y optimista, para un disco espectacular que alcanzaría el puesto número tres en las listas de la Billboard, y el número uno en el mercado discográfico británico.
Emiliano Acevedo

miércoles, 20 de septiembre de 2017

SAXO ITINERANTE, entrevista a Sergio Dawi



Nada pareciera ser casual, a la hora de develar su devoción por la música, razón por la cual esta pasión lo llevó a estudiar piano y flauta a muy corta edad. Será por eso que Sergio Dawi plasma en cada uno de sus trabajos el sello intacto de un apasionado por el arte. Transcurrió su niñez y adolescencia en un hogar en donde quienes   lo trajeron al mundo  pasaban sus días vinculados a la música y el cine. Su padre  fue el director de cine Enrique Dawi y su madre, María Teresa Corral, compositora e intérprete de canciones infantiles. Por lo tanto, el niño Sergio siempre ha tenido una relación muy cercana con la diversidad artística. 

Tenía tan solo veinte años cuando trabajaba de cadete en la productora de su madre, donde vivió los avatares de los años 70: "Mi madre tuvo un  sello discográfico que se llamaba La Cornamusa, donde sacaba como productora  independiente sus discos y había editado, entre otros, a Daniel Viglietti. Resultaba riesgoso en esa época tal elección, y fue por eso que, ante la imposibilidad de sacarle el centro identificatorio al vinilo, no nos quedó otra que llevarlos a la dársena porteña y arrojarlos por cientos al agua".   

Los humores de esos años lo llevaron a cruzar  al viejo continente, y allí, el que luego sería el  saxofonista de los Redonditos de Ricota, se nutrió, durante una década, de una diversidad musical que aun  recrea. Haber estudiado y  tocado con músicos jamaiquinos, españoles o africanos, es una  experiencia que  plasma en cada disco  y propuesta que lleva adelante.  

En su retorno al país en los  80, junto a Damián Nisenson -que luego pasó a ser saxofonista de Los Twist- participó del mítico Parakultural, desde su inauguración hasta su cierre, en la calle Venezuela. En esa época, ambos músicos se subían  al escenario del legendario sótano con 2 Saxos 2, donde hacían  breves performances: "La música era lo central, pero el lenguaje que desarrollamos tenía una cuota de juego, de dialogo e improvisación, que junto a una  actitud corporal, vestuario, iluminación y escenografía le dio un carácter a  nuestro  camino. Todo se desarrolló en un contexto histórico, dentro de una primavera democrática, donde era frecuente  en esos camarines cruzarte  con   gente de teatro, músicos, poetas, curiosos con una impronta libertaria. Se destapaba una olla que había quedado comprimida  durante muchos años. Pérez CelisFernando Noy, Las Gambas Al Ajillo, Los Melli, (Alejandro) Urdapilleta y tantos otros fueron de la partida.”  

Dentro de ese contexto, una noche, la Negra Poli y Skay Beilinson, buscando espacios para que los Redonditos de Ricota realizaran  unas  fechas, invitaron al dúo de saxofonistas a participar en los intervalos de la banda. De ahí comenzó un vínculo muy estrecho, que tuvo como resultado formar parte del staff ricotero, cuando Willy Crook se alejó para integrar Los Abuelos de la Nada, en 1987. El resto es la historia que todos conocemos, la participación de Dawi en siete discos  de  la banda de La Plata, sin dejar de lados sus proyectos paralelos.

Luego de la separación de los Redondos, el dúo siguió presentando nuevos espectáculos y, en paralelo, junto al ex bajista de los Redondos Semilla Bucciarelli, Sergio formó parte de SemiDawi, otro proyecto audiovisual  que ha  recorrido el  país y que tiene como propuesta  el  cruce  entre la plástica y la música  con un tratamiento digital, donde el saxo, vía procesadores y  samplers, dialoga con la pintura y el dibujo digitalizado, en  un espectáculo experimental y performatico llamado Ambos a la vez.
Actualmente, Sergio Dawi está abocado en la presentación de Jaqueados, su tercer  trabajo discográfico, junto a  Dawi y los Estrellados.

ENTREVISTA: ¿Cuál es la propuesta que llevás adelante con Estrellados? ¿Continuar con la temática de un espectáculo que vaya más allá de lo musical? 
Dawi y los Estrellados tiene un formato más de banda donde aparece la palabra. Cuando presentamos este tercer disco y elegimos el formato de teatro ciego, de alguna manera era poder convidar a nuestro público a tener una experiencia donde la imaginación tome rienda suelta. También creo que la oscuridad es un buen disparador. 

¿Jaqueados es un trabajo conceptual, apunta a una determinada idea? 
Son nueve temas que están enmarcados no solo en lo musical, sino también en la lírica y en la gráfica. El disco tiene una unidad tal que, entre tema y tema, no hay silencio, es todo un continuo. El espectáculo está presentado como una banda de sonido de una obra teatral. Cuando lo escuchás en las plataformas, podes traquear tema por tema. La idea que terminó pulsando el disco, está guiada por el título que lleva: Jaqueados es una palabra que sintetiza una sensación de un estado de las cosas y de la condición humana. El mundo está muy difícil, es una sensación de que  el futuro no nos lleva por buen camino y donde siento que realmente se está jaqueado. Por eso en la tapa del disco hay una ilustración en donde una niña levanta su brazo como diciendo “paren la mano”.   La lírica tiene un  carácter   ficcional, y cada canción relata  historias  en donde los personajes están jaqueados en el amor, en la suerte, en la esperanza, en la vida misma. 

¿Cómo te llevás con el hecho de tener que ser el líder de una banda? 
En esta formación, donde me vuelco a escribir y también a realizar la producción general, tengo que meter el cuerpo para llevar la historia adelante, pero este   proyecto creo que no hubiese salido a luz si no fuese por la sumatoria  y el aporte de cada uno de los que conformamos Dawi y Los Estrellados.  Tengo la fortuna de contar con un equipo de notables músicos y colaboradores.  Con  el DJ Roco Collado y el guitarrista Juan  Benítez, compusimos la música. Luego se sumaron Alejo Trinelli  en el contrabajo y Nicolás Daniluk en batería. Tuvimos colaboraciones  musicales  diversas, que también fueron fundamentales. Creo en el trabajo grupal.

¿Cuáles han sido tus referentes a la hora de llevar adelante tu propuesta musical? 
Uno es la sumatoria de experiencias y de vivencias. Es innegable que hay un poco de todo, y tiene que ver con lo que escuche desde mi infancia y adolescencia hasta el presente. Uno va haciendo como síntesis en cada momento y regenerándose.

¿Cómo definirías tu propuesta artística en pocas palabras, Sergio?
Soy un curioso que tiene canales abiertos. Que no se limita solo a lo musical, y que rescata la posibilidad de utilizar la palabra como modo de expresión. 

Con esta autodefinición, Dawi cierra la charla, dejando la sensación de que hay un sinfín de proyectos por venir, solo resta esperar y disfrutar de su último trabajo en banda. Un músico desprejuiciado como pocos.

Patricio Fernández Abregu