Pocas
veces un único álbum definió a una banda tan bien, y casi nunca un héroe de la
guitarra sonó tan apasionado, íntimo y descarnado como Clapton
en este disco. Por eso no sería para nada desacertado considerar a Layla and Other Assorted Love Songs
como uno de esos álbumes bisagras que cambiaron la historia del Rock para
siempre.
Transcurría
1970, cuando Eric
Clapton, luego de terminar su participación en All Things Must Pass, el primer álbum solista
de su amigo George Harrison, voló
hacía Miami y en un rapto de catarsis creativa, se encerró en los Criteria Studios
para grabar lo que sería este álbum antológico. Una idea que nació tras leer un
poema persa de amor llamado Layla y
Majnum, que relata la obsesión amorosa de un hombre hacia una mujer casada.
Y es que Clapton se había
enamorado de Patti Boyd, la esposa de Harrison. Y todo el dolor que sentía por este amor impregnó el
sentimiento que rodea a este disco, en especial la canción que le da título al
mismo. Eric había leído ese poema y no pudo menos que sentirse identificado con
esa desesperada historia de amor. Fue así que desde ese momento, Patti pasó a convertirse en su Layla.
En
cierta forma, esta grabación desbordada pudo ser realizada en forma óptima debido
a que Clapton fue acompañado una banda formada por músicos de primerísimo nivel,
que habían participado con él de las sesiones de All Thing Must Pass, provenientes de la banda de Delaney & Bonnie, y que también lo
habían acompañado en su primer disco solista: Carl
Radle en bajo, Jim
Gordon en batería y Bobby
Whitlock en teclados. Un grupo efímero pero inolvidable que pasaría
a la historia como Derek & The Dominos.
Pero
si algo definiría a este álbum sería la presencia de un músico estelar: Duane Allman,
un guitarrista al que Clapton había conocido en esos días tras presenciar un
concierto en Miami de The Allman
Brothers Band, y a quien pidió que lo acompañara en su segunda aventura
solista, deslumbrado por la técnica del bottleneck
que aplicaba Duane en su guitarra Gibson. El resultado fue explosivo: la
conjunción entre las guitarras de Clapton y Allman, sumado a la explosión
creativa de Eric y el buen acompañamiento de los músicos que lo acompañaban
generaron un trabajo inolvidable, que incluye un homenaje a Jimi Hendrix, con la extraordinaria
versión de “Little Wing”, grabada apenas unas semanas antes de su muerte, y
sobre todo por la mencionada “Layla”, la canción de amor más poderosa y desesperada
que se haya grabado en mucho tiempo, que se convertiría en un clásico con el
correr del tiempo, aunque el propio álbum no resultó un éxito de ventas cuando
se lanzó a fines de 1970. La primera parte de este single inmortal fue escrita
por Clapton, y es una
estruendosa balada rock que desemboca en una emocionante coda en donde
predomina la parte de piano escrita por
Jim Gordon, a quien se unen el dúo guitarrero de Clapton y Allman, quienes desarrollan un contrapunto de solos
maravilloso, casi, como si se entendieran en forma telepática. Sin dudas, ambas partes de “Layla” -la
poderosa y desesperada inicial, más la sutil y calma del final- son las dos
caras de un tema perfecto.
Por
supuesto, el resto del material incluido en el álbum es excelente. En especial la
versión del blues de Buddy Miles
"Have You Ever Loved a Woman" (que también habla acerca de una
historia de amor prohibida hacia "la mujer del mejor amigo") y el
descarnado estándar "Nobody Knows You (When You're Down and Out)". También
en el disco fue muy importante la presencia del tecladista Bobby Whitlock (autor y co-autor en
seis temas), en especial en los clásicos “Keys to the Highway”, "Any
Day", "Why Does Love Got to Be So Sad?" y –principalmente- el
cierre del álbum con su "Thorn Tree in the Garden".
Luego
de finalizar las grabaciones, Derek
& The Dominos volvió a Inglaterra para realizar una gira que sería
continuada por Estados Unidos, en donde daría su último concierto el seis de diciembre
de 1970. Ya editado, Layla and Other Assorted Love Songs
sería un gran suceso en Estados Unidos, donde la emotiva "Bell Bottom
Blues" y "Layla" rankearon en el mercado de singles de la mano
de sus versiones abreviadas. Curiosamente, no tuvieron tanta fortuna en la
lista de éxitos británica. Después de esto, The Dominos se volvió a juntar para grabar un segundo álbum, en
mayo de 1971, pero se separaron antes de poder completarlo debido a los problemas
de salud de Eric Clapton por su
creciente adicción a la heroína. Justamente,
esta situación provocaría su posterior retiro de la música, sumado a una fuerte
depresión que lo puso al borde de la muerte. Afortunadamente, el guitarrista
podría salir de esta triste situación, dos años después, gracias a la ayuda de varios
de sus músicos amigos –en especial Pete
Townshend y Steve Winwood- y con
un tratamiento en base a la acupuntura.
UNA RACHA MALDITA
Lamentablemente,
Derek & The Dominos no es solo
un grupo famoso por la extraordinaria música que realizaron sino tambien por
las circunstancias trágicas en las que se vieron envueltos la mayoría de sus
integrantes. Una seríe de situaciones adversas que alcanzarían para tachar a
este grupo como “maldito”.
Y
es que sumado al derrotero de Eric con
los narcóticos, y la trágica muerte de su pequeño hijo Connor, mucho tiempo después,
en 1991; otra tragedia marcaría a fuego la historia de los Dominos el 29 de
octubre de 1971, cuando se produce la prematura muerte de Duane Allman en un
accidente de moto, poco antes de cumplir los 25 años. El bajista Carl Radle también tuvo una muerte trágica,
en 1980, a los 37 años, debido a una
seria infección en los riñones por sus abusos con el alcohol y los narcóticos.
Pero el costado más oscuro de esta historia, sin dudas, ocurriría el 3 de junio
de 1983, cuando el prestigioso baterista Jim
Gordon, en un arranque de furia, asesinó a su madre a martillazos.
Aparentemente, los problemas mentales de Gordon habían comenzado a finales de
los 70, cuando comenzó a tener alucinaciones y a oír voces. Por desgracia, en aquella
época, sus psiquiatras no le diagnosticaron su esquizofrenia, y solo le
trataron su alcoholismo. No sería hasta su juicio penal en 1984 cuando fue
diagnosticado como enfermo mental. Por supuesto, ya era demasiado tarde. Gordon
sería sentenciado a una pena variable de entre 16 años y perpetua, pero con la
posibilidad de poder conseguir la libertad condicional en algún momento. Hasta
el día de hoy, a los 71 años, sigue encarcelado en una prisión psiquiátrica en
California.
Ustedes
se preguntaran, ¿y Withlock? Bueno,
en su caso, podemos decir que –afortunadamente- “la maldición” de Derek &
The Dominos lo pasó por alto, porque aún hoy disfruta de una vida apacible,
alejado de las luminarias, viviendo en Austin, Texas, y tocando ocasionalmente
con amigos.
Esa
fue la triste historia “extramusical” de los Dominos. Lamentablemente, nos
quedamos con las ganas de poder seguir disfrutando de este grupo genial. Será
por eso, quizás, que cuando "Layla" fue re-editada como single, en su
versión full de siete minutos -en el compilado History of Eric Clapton,
en marzo de 1972- llegaría muy rápido al
Top Ten de los rankings, en ambas costas
del Atlántico.
Y,
continuando con la "necrología" y "homenajes" varios, luego
se editaría un álbum más, esta vez en vivo, llamado Derek and the Dominos in
Concert, en enero de 1973, sacado de grabaciones inéditas, efectuadas
durante el tour norteamericano de 1970. Este disco también tendría mucho éxito.
Por eso en 1988, cuando se editó el box
set Crossroads, con material de Clapton de toda su historia, también se
incluiría material sacado de las sesiones abortadas del segundo álbum de Derek & The Dominos. Más tarde, en
1990, las Layla Sessions también serían editadas en forma de box set, expandiendo a ese álbum con más
material inédito. Luego, otra grabación en vivo, Live at the Fillmore,
de 1994, ofrecería una versión expandida del anterior álbum In
Concert. Sin dudas, nunca nos cansaremos de escuchar a este grupo
inmortal y lamentarnos por lo que pudo ser…
E.
A.