Ronnie Montrose (1947-2012) fue un
soberbio guitarrista estadounidense. Tenía una técnica depurada y una reputación
polifacética, ya que podía tocar igual de bien temas de rock pesado así como
finas páginas melódicas, cercanas a la música clásica contemporánea. Desde el
comienzo de su carrera, Montrose había dado innumerables muestras de
este eclecticismo estilístico. No por nada algunos lo denominaban el "Jeff Beck Californiano".
En los primeros
años de su carrera profesional, Ronnie se había ganado la vida como músico
sesionista, participando en variadas producciones de artistas de renombre como Van
Morrison, Boz Scaggs o Edgar Winter. Por fin, en 1973, finalizaría su
labor como sesionista cuando funda su propia banda, llamada -simplemente- Montrose. En este proyecto Ronnie
convocaría al vocalista –y futuro Van Halen- Sammy Hagar, el
bajista Bill Church y el baterista Denny Carmassi. Con esta
formación, el grupo Montrose editaría su álbum debut en 1974. Luego Church
se fue y es reemplazado por Alan Fitzgerald. Sin dudas, la banda de Montrose
se destacaba por su sonido explosivo, ya que recordaban a MC5, el grupo anarco proto punk de Detroit.
En 1975, editan Paper Money, un disco que confirmaría
a Montrose como uno de los grupos más populares del rock pesado norteamericano de esa época. Sin embargo, Hagar
fue echado luego de completar la gira presentación del álbum siendo reemplazado por Bob
James. Otro que se sumaría a Montrose en el ´75 sería el sutil tecladista
Jim Alcívar.
Con esta nueva formación, Montrose realizaría dos
álbumes más: Warner Brothers Presents
Montrose (1975) y Jump on
It (1976). Ambas producciones fueron un fracaso comercial. Como
consecuencia de este revés, Ronnie Montrose disuelve su banda para
lanzarse como solista en 1978 con la edición del disco del cual nos ocuparemos
en esta oportunidad: Open Fire. Un álbum
instrumental sorprendente, que contó con la producción del talentoso albino Edgar
Winter y el magnífico trabajo de Jim Alcívar, en lo que a arreglos
orquestales se refiere.
Curiosamente, Montrose no participaba
en "Openers", el primer tema de Open Fire, ya que se trataba de una composición pomposa
dirigida por Bob Alcívar, quién además se encargó de los arreglos
orquestales. Sin dudas, un comienzo con tutti, ya que con su sonido pretencioso,
"Openers" recordaba a las famosas bandas sonoras del compositor John
Williams, como por ejemplo la de Star
Wars. Esta apertura se enganchaba a “Open Fire”, el arranque “real” del
disco, un vertiginoso tema de Montrose y Winter que prolongaba al
anterior. Acá teníamos a Ronnie haciendo sonar su guitarra como si fuera una
nave espacial que está aterrizando. A continuación, la canción se transformaba
en una aplanadora sónica en donde Montrose se movía con soltura, elaborando
una mixtura sónica de rock con
tecnología, que daba forma a un estilo al que podríamos llamar como "Heavy-Tecno-Ficción". Como si
esto fuera poco, además de su actuación destacada como guitarrista, en este
tema Montrose también se lucía
tocando un Theremin,
ese añejo y extraño instrumento que basa su funcionamiento en la variación del
tamaño de las ondas de frecuencias mediante unas antenas, las cuales generan un
sonido fantasmagórico, característico de las viejas películas clase B y que
también fuera utilizado por Brian Wilson en los Beach
Boys, como en el inmortal Pet Sounds, así como en el
inolvidable single “Good Vibrations”.
Siguiendo con esta recorrida, el tercer
tema de Open Fire era
“Mandolinia”, intitulado así debido a que aquí Montrose se lucía con una
performance magistral de mandolina. Este era un tema con una onda casi celta,
similar a lo que sería un Jethro Tull electrónico. Seguía “Town
Without Pity”, un tema que no tenía nada que ver con lo que veníamos escuchando,
ya que era un impresionante blues que
no hubiese desentonado en la banda sonora de un policial negro, en donde el
detective protagonista es seducido por una rubia fatal. Por su parte, “Leo
Rising” era una joya en la que Montrose se lucía en la guitarra
acústica. En esta pieza también se destacaba Jim Alcívar, quien tocaba
otro instrumento vintage poco común: Las
Ondas Martenot. Ideado en los años `20 por el inventor francés Martenot
-llamado “el loco”-, este
instrumento es considerado el primer teclado electrónico moderno y casi un
antecedente directo de los sintetizadores.
Después llegaba “Heads Up”, un vertiginoso
tema con el que se podría musicalizar la banda sonora de un video juego o de
una película sobre carreras de autos. Por el contrario, en “Rocky Road” Montrose
se movía en la veta del jazz-rock clásico, aunque sin realizar demasiadas
partes improvisadas. “My Little Mistery” era otro hermoso tema acústico, casi
de música clásica, ya que por
momentos nos recordaba la obra de grandes compositores contemporáneos de guitarra
como Villalobos, Rodrigo o Castelnuovo-Tedesco. Este era,
sin dudas, otro momento ideal para el lucimiento de Montrose, quién era
acompañado por una sutil interpretación de Edgar
Winter en clavicordio y una
orquesta conducida por Bob Alcívar. Y así llegamos al final de este
disco con “No Beginning/ No End”, otro finísimo tema de rock, en donde la nave musical y fantástica de Montrose levanta
vuelo y se va…
Luego de la edición de Open Fire, Montrose formó
otro grupo de hard rock llamado Gamma. Con Gamma grabó tres álbumes entre 1979
y 1982, en donde siguió con la veta tecno-heavy, realizando obras inspiradas en
la imaginería de la ciencia ficción clásica. Con posterioridad a la separación
de Gamma, Montrose volvió a su labor solista, alternando discos de rock pesado
con otros más cercanos al jazz rock. Sin embargo, en el año 2000 aparecería un
nuevo álbum de Gamma en donde Montrose se reencontró con Edgar Winter, quien
participaba como músico invitado. Este no sería el último reencuentro de Ronnie
con antiguos colaboradores, ya que en 2004 reúne a la formación original del
grupo Montrose para participar en algunos conciertos de Sammy Hagar.
Lamentablemente, la historia de Ronnie
Montrose terminó en forma trágica, ya que durante sus últimos años debió luchar
contra un cáncer de próstata, enfermedad que lo sumió en una profunda depresión.
Finalmente, el 3 de marzo de 2012 se suicidó de un disparo en la cabeza, a los
64 años. Sumado al sufrimiento por su enfermedad y la muerte de su tío, a
principio de 2012 su amada perra bulldog Lola muere. Hechos que bien podríamos
decir fueron determinantes para que Montrose tomara tan drástica decisión. A pesar de este final nos queda el regalo de su
maravillosa obra que lo sobrevive.
Emiliano Acevedo
No hay comentarios:
Publicar un comentario