domingo, 10 de mayo de 2015

RONNIE MONTROSE, Open Fire: Sutil y tormentoso...



Ronnie Montrose (1947-2012) fue un soberbio guitarrista estadounidense. Tenía una técnica depurada y una reputación polifacética, ya que podía tocar igual de bien temas de rock pesado así como finas páginas melódicas, cercanas a la música clásica contemporánea. Desde el comienzo de su carrera, Montrose había dado innumerables muestras de este eclecticismo estilístico. No por nada algunos lo denominaban el "Jeff Beck Californiano".

En los primeros años de su carrera profesional, Ronnie se había ganado la vida como músico sesionista, participando en variadas producciones de artistas de renombre como Van Morrison, Boz Scaggs o Edgar Winter. Por fin, en 1973, finalizaría su labor como sesionista cuando funda su propia banda, llamada -simplemente- Montrose. En este proyecto Ronnie convocaría al vocalista –y futuro Van Halen- Sammy Hagar, el bajista Bill Church y el baterista Denny Carmassi. Con esta formación, el grupo Montrose editaría su álbum debut en 1974. Luego Church se fue y es reemplazado por Alan Fitzgerald. Sin dudas, la banda de Montrose se destacaba por su sonido explosivo, ya que recordaban a MC5, el grupo anarco proto punk de Detroit. En 1975, editan Paper Money, un disco que confirmaría a Montrose como uno de los grupos más populares del rock pesado norteamericano de esa época. Sin embargo, Hagar fue echado luego de completar la gira presentación del álbum siendo reemplazado por Bob James. Otro que se sumaría a Montrose en el ´75 sería el sutil tecladista Jim Alcívar

Con esta nueva formación, Montrose realizaría dos álbumes más: Warner Brothers Presents Montrose (1975) y Jump on It (1976). Ambas producciones fueron un fracaso comercial. Como consecuencia de este revés, Ronnie Montrose disuelve su banda para lanzarse como solista en 1978 con la edición del disco del cual nos ocuparemos en esta oportunidad: Open Fire. Un álbum instrumental sorprendente, que contó con la producción del talentoso albino Edgar Winter y el magnífico trabajo de Jim Alcívar, en lo que a arreglos orquestales se refiere.

Curiosamente, Montrose no participaba en "Openers", el primer tema de Open Fire, ya que se trataba de una composición pomposa dirigida por Bob Alcívar, quién además se encargó de los arreglos orquestales. Sin dudas, un comienzo con tutti, ya que con su sonido pretencioso, "Openers" recordaba a las famosas bandas sonoras del compositor John Williams, como por ejemplo la de Star Wars. Esta apertura se enganchaba a “Open Fire”, el arranque “real” del disco, un vertiginoso tema de Montrose y Winter que prolongaba al anterior. Acá teníamos a Ronnie haciendo sonar su guitarra como si fuera una nave espacial que está aterrizando. A continuación, la canción se transformaba en una aplanadora sónica en donde Montrose se movía con soltura, elaborando una mixtura sónica de rock con tecnología, que daba forma a un estilo al que podríamos llamar como "Heavy-Tecno-Ficción". Como si esto fuera poco, además de su actuación destacada como guitarrista, en este tema Montrose también se lucía tocando un Theremin, ese añejo y extraño instrumento que basa su funcionamiento en la variación del tamaño de las ondas de frecuencias mediante unas antenas, las cuales generan un sonido fantasmagórico, característico de las viejas películas clase B y que también fuera utilizado por Brian Wilson en los Beach Boys, como en el inmortal Pet Sounds, así como en el inolvidable single “Good Vibrations”.

Siguiendo con esta recorrida, el tercer tema de Open Fire era “Mandolinia”, intitulado así debido a que aquí Montrose se lucía con una performance magistral de mandolina. Este era un tema con una onda casi celta, similar a lo que sería un Jethro Tull electrónico. Seguía “Town Without Pity”, un tema que no tenía nada que ver con lo que veníamos escuchando, ya que era un impresionante blues que no hubiese desentonado en la banda sonora de un policial negro, en donde el detective protagonista es seducido por una rubia fatal. Por su parte, “Leo Rising” era una joya en la que Montrose se lucía en la guitarra acústica. En esta pieza también se destacaba Jim Alcívar, quien tocaba otro instrumento vintage poco común: Las Ondas Martenot. Ideado en los años `20 por el inventor francés Martenot -llamado “el loco”-, este instrumento es considerado el primer teclado electrónico moderno y casi un antecedente directo de los sintetizadores.

Después llegaba “Heads Up”, un vertiginoso tema con el que se podría musicalizar la banda sonora de un video juego o de una película sobre carreras de autos. Por el contrario, en “Rocky Road” Montrose se movía en la veta del jazz-rock clásico, aunque sin realizar demasiadas partes improvisadas. “My Little Mistery” era otro hermoso tema acústico, casi de música clásica, ya que por momentos nos recordaba la obra de grandes compositores contemporáneos de guitarra como Villalobos, Rodrigo o Castelnuovo-Tedesco. Este era, sin dudas, otro momento ideal para el lucimiento de Montrose, quién era acompañado por una sutil interpretación de Edgar Winter en clavicordio y una orquesta conducida por Bob Alcívar. Y así llegamos al final de este disco con “No Beginning/ No End”, otro finísimo tema de rock, en donde la nave musical y fantástica de Montrose levanta vuelo y se va…


Luego de la edición de Open Fire, Montrose formó otro grupo de hard rock llamado Gamma. Con Gamma grabó tres álbumes entre 1979 y 1982, en donde siguió con la veta tecno-heavy, realizando obras inspiradas en la imaginería de la ciencia ficción clásica. Con posterioridad a la separación de Gamma, Montrose volvió a su labor solista, alternando discos de rock pesado con otros más cercanos al jazz rock. Sin embargo, en el año 2000 aparecería un nuevo álbum de Gamma en donde Montrose se reencontró con Edgar Winter, quien participaba como músico invitado. Este no sería el último reencuentro de Ronnie con antiguos colaboradores, ya que en 2004 reúne a la formación original del grupo Montrose para participar en algunos conciertos de Sammy Hagar. 

Lamentablemente, la historia de Ronnie Montrose terminó en forma trágica, ya que durante sus últimos años debió luchar contra un cáncer de próstata, enfermedad que lo sumió en una profunda depresión. Finalmente, el 3 de marzo de 2012 se suicidó de un disparo en la cabeza, a los 64 años. Sumado al sufrimiento por su enfermedad y la muerte de su tío, a principio de 2012 su amada perra bulldog Lola muere. Hechos que bien podríamos decir fueron determinantes para que Montrose tomara tan drástica decisión.  A pesar de este final nos queda el regalo de su maravillosa obra que  lo sobrevive.


Emiliano Acevedo


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