viernes, 31 de enero de 2020

Clínica de batería de Andrea Álvarez en Notorious (23/01/2020)


En esta crónica hablaremos de la clínica y charla que brindó el último 23 de enero Andrea Álvarez en un evento, organizado por el Instituto Nacional de la Música (INAMU) en conmemoración del Día del Músico, que se celebró en Notorious, una disquería resto-bar que se encuentra frente al Palacio Sarmiento en la Recoleta.

Andrea comenzó a tocar la batería a fines de los 70 y a lo largo de su trayectoria trabajó con una gran variedad de músicos reconocidos por todo el mundo (Charly García, Soda Stereo, Alex Acuña, Celia Cruz y muchos artistas más). También es cantante, percusionista y compositora. Y a esta altura, todo un emblema de la escena rockera argentina.

Cuando se abre el micrófono en Notorious, Andrea  sentencia con sinceridad: “No me gusta dar clínicas”. En relación a esta afirmación recuerda su primera experiencia en este tipo de evento: “Había muchos músicos profesionales viendo cómo tocaba. Estuve practicando durante cinco meses, ocho horas por día para demostrar que podía tocar. Luego de esa experiencia dije ‘basta, no quiero demostrarle a nadie nada más… me agarró una crisis muy profunda…’”. Sin embargo, a raíz de esa clínica, la llamaron para suplantar a Federico Gil Solá en Divididos.

En alusión a su disgusto por dar clínicas, también, comenta una experiencia protagonizada por uno de sus ídolos: Chester Thompson (baterista de Frank Zappa, Weather Report, Phil Collins, etc.). En esa oportunidad, Andrea presenció una clínica en la que Chester demostró algunos ejercicios básicos y, para su sorpresa, el músico cometió diferentes errores en varias oportunidades. Andrea, señala, que se puso tan mal que atinó a irse pero, por suerte, el productor del evento la buscó para que reingrese al auditorio. En ese momento, Chester llamó al pianista Álvaro Torres y a un bajista para comenzar a tocar en trío, entonces, Andrea comenta: “Le agradecí al señor haber vuelto a la sala. Chester Thompson tiene que hacer eso, tiene que tocar música porque no tiene perfil pedagógico. Hay músicos que tienen más facilidad para enseñar que para tocar y viceversa”.

Andrea plantea que “no hay una técnica perfecta” y que “de cada una se saca un poco y se crea la que a cada uno le sale hacer”. Retóricamente, se pregunta: “¿Qué es lo que te hace ser baterista?” y continúa: “comunicarte desde el instrumento, y no importa si trabajás de otra cosa, lo importante es que cuando estás sentada en la batería puedas comunicar desde el cuerpo que es el instrumento real”.

Su pasión por la búsqueda de información nació de una necesidad muy profunda y sobre ello expresa lo siguiente: “En los ochenta, cuando las clínicas empiezan a salir en formato VHS, podía ver a los bateristas que me gustaban. También, nos juntábamos en el Club de Bateristas donde era la única mujer. Cada uno traía un VHS de un baterista distinto y los mirábamos”.

Recuerda a su maestro Horacio Gianello (Baterista de Arco Iris) como el coleccionista de VHS de clínicas de baterías más grande del mundo y como quien la influenció para suscribirse a la revista Modern Drummer. De esta publicación había algo que le resultaba llamativo: en las tapas, solo salían varones salvo raras excepciones como Hilary Jones o Sheila E. que, además, posaban solas mientras que todos los hombres salían con su instrumento. Algo que Gianello, su profesor, siempre le marcaba eufórico: “¡Mirá salió Sheila E. en la tapa, sin la batería, salió re linda!” En ese momento los asistentes al evento se ríen y ella agrega: “Esas son las cosas que me pasaban a mí”.


Las clínicas estaban asociadas con el virtuosismo y durante muchos años ya a principio de los 90, Álvarez tenía la necesidad de demostrar su talento, así encontró en la percusión una buena forma de acceder a las ligas mayores. Fue Charly García quien le sugirió que de esa manera podía comenzar a hacerlo ya que eran muy pocas las bateristas mujeres; como fue el caso de Sheila E. junto a Prince o, más tarde, Cindy Blackman con Lenny Kravitz. Lo que sí era muy común era incluir a una percusionista mujer (que también hacía coros).

Con respecto a Sheila E., Andrea cuenta lo siguiente: “A Sheila E. me la nombró por primera vez Lito Vitale, mi primer profesor de batería. Lito había ido a un festival de jazz en Río de Janeiro y me dijo que había visto a una chica tocando la batería con Billy Cobham y George Duke. Después me la nombró Gianello… esos eran grandes despertares.
En otra oportunidad, escuché en la radio (los periodistas tenían mucho poder y te direccionaban) un baterista tocando con Al Jarreau que tocaba raro; entonces, llamé a mi profesor y le dije que ya no quería tocar más como Phil Collins que ahora quería tocar como aquel baterista que había escuchado en la radio, uno que tocaba con el cencerro. Gianello me dijo que era Steve Gadd, baterista del cantante Al Jarreau y Steely Dan, entre tantos otros”

“También hay discos que te cambian la vida como Spectrum, de Billy Cobham. Recuerdo que (Roberto) Pettinato me regaló el casete grabado de Heavy Metal Bebop (The Brecker Brothers) donde toca Terry Bozzio la batería con 18, 20 años y… pocos discos en vivo están tan bien tocados como ese, así como el disco de Joni MitchellShadows and Light. También gracias a Spotify hoy me abro a lo que traen mis alumnos para escuchar.”

Andrea hace hincapié sobre la nueva forma de abordar el conocimiento a través de tutoriales por YouTube y de cómo los niños y adolescentes tienen un acceso total al aprendizaje, lo que habilita a las nuevas generaciones a aprender más rápido y eficazmente la información técnica de los instrumentos como es el caso de Yoyoka Soma de la cual Andrea es fan: “Cuando yo era muy chica le pedí a (Oscar) Moro que me dejara tocar la batería en un show de Serú Girán, entonces vinieron Pedro (Aznar) y Charly y le pidieron que me deje. Me senté en la batería y solo sabía hacer dos cosas y yo me pensaba que era la ídola total, que era Billy Cobham, y Charly me decía tocá una base, y yo no le hice caso porque lo que pensaba, en mi infantilismo, es que no me dejaban progresar porque era una chica. Yo me empecinaba –una característica mía- en no hacerles caso. Por eso siempre es importante escuchar lo que el otro está tocando”.

El primer estadio de Andrea como percusionista de Soda Stereo – 23/01/1990
(Archivo fotográfico de Andrea Alvarez)

Andrea tocó en su primer estadio grande de la mano de Soda Stereo en el Derby Rock Festival, casualmente, un 23 de Enero de 1990, hace exactamente 30 años. Un verdadero hito en su carrera que cambió su visión acerca de la producción de espectáculos de semejantes magnitudes, como música referente de un movimiento que, si bien ya se venía gestando, cobraba cada vez mayor valor en todos los aspectos.

Luego de su salida de Soda Stereo quería probarse a sí misma que sabía tocar la batería y que no era la chica de la percusión ni la corista. Así incursionó en el mundo de las clínicas de batería ya que, en aquella época de convertibilidad, venían los mejores instrumentistas del mundo como Jack DeJohnette o Terry Bozzio.

Andrea Alvarez junto a Hiram Bullock (Archivo fotográfico de Andrea Alvarez)

Cuando estuvo en Nueva York aprendió batería con el gran Kenwood Dennard, gracias al virtuoso guitarrista Hiram Bullock que la incentivó a tomar clases con él. Ambos músicos tocaron con Jaco Pastorius en las sesiones en vivo en New York, punk-jazz-fusión de alto vuelo.

Entre las enseñanzas que relataba, junto a esta eminencia, una es que la obligaba a contar fuerte y que le regaló la biblia de los bateristas: 4-Ways Coordination; que sirve para coordinar los cuatro miembros y lo recomienda para todos los bateristas: “Con haber estudiado las dos primeras hojas te tocás todo porque es muy, muy difícil…”.

Libro 4-Way Coordination (Presente que le regala Kenwood Dennard)

Dennard la conectó con el percusionista Frankie Malabé y éste a su vez con Madeleine Yayodele Nelson para aprender a tocar el Shequere (instrumento de percusión que es una suerte de calabaza con cuentas), quien le recomendó, para perfeccionarse en el instrumento, ir a un edificio subvencionado por el estado norteamericano para músicos, donde ella vivía, también John Scofield y en los sótanos ensayaban muchos músicos de elite como Gil Evans.

Nos señala que nunca debe perderse esa capacidad de sentarse como un alumno: “Todos y cada uno de los maestros que tuve me ayudaron a  hacer mis discos. El primero fue Fernando Martínez, que recién venía de Berklee y tenía mucha data, con él compuse el disco Andrea Álvarez (2001). Luego, tomando clases con Jorge Araujo -recomendado por Fernando Diéguez- me disparó el disco ¿Dormís? (2006). Más tarde fui con Sebastián Hoyos, un maestro de varios grosos, quien se obsesionó con una forma de técnica que nos sirvió mucho a muchos bateros para aflojar y para dar clases, leyendo la musculatura, los cuerpos de los alumnos, ahí compuse el disco Doble A (2008). Últimamente estuve muy mal, técnicamente, familiarmente y empecé a tomar clases con Ezequiel Díaz (alumno de Sebastián Hoyos y baterista de Axel) para entrenar un poco. Siempre es importante eso…”

Andrea Alvarez junto al bajista Lonnie Hillyer




Terminada la charla nos deleitó con un set junto a su bajista Lonnie Hillyer con quien tocaron varios pasajes de temas instrumentales con citas ineludibles a baterías propias del rock psicodélico, con mucho contrapunto, hi-hat abierto y la técnica característica de esta gran heroína y estandarte femenino del rock local.

Para el final le hicimos una pregunta sobre la influencia que tuvo de Javier Martínez Manal, considerando que ella canta y toca la batería contestándonos lo siguiente: “A mí me genera mucho, yo soy muy fan de Manal. Tengo los vinilos, soy muy admiradora de Javier, de lo que componía, su forma de cantar. Uno de mis temas preferidos de rock nacional es ´Porque hoy nací´ y me gusta mucho ´Para ser un hombre más´. En una época en donde nadie hacia nada, se genera una música como la de Manal, que era como Cream en ese momento. Es más, empezaron tan alto que no pudieron superar eso, porque empezaron arriba de todo. Parece gente más grande, pero, ¿cuántos años tenían? Veinte años. Toda la música de rock que a uno le gusta está hecha por gente de veinte años. Son discos que quedaron para siempre. Cuando uno escucha ´Una casa con diez pinos´, en esos temas hay poesía urbana, como en ´Avellaneda Blues´… La forma de tocar la batería y cantar a la vez; Javier era el único que lo hacía en ese momento, cuando muy pocos lo hacían en el mundo. Sin dudas, es un héroe del rock nacional”.


  
Andrea Alvarez se presentará el próximo sábado 1 de febrero junto a Knei y Sol Bassa a las 20:30h en Niceto Club (Av. Cnel. Niceto Vega 5510).Entradas a la venta: http://nicetoclub.com/shows/locales/6339_andrea-alvarez-knei 

Mauro Feola

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