Encontrarse a charlar con Gabriel Poli Martínez es empezar a
entender y conocer varias de las historias que fueron nutriendo los primeros tiempos de nuestro querido rock argentino. Y es que este pionero, protagonista y
testigo de los albores de este género musical, se paseó, guitarra al hombro,
por varios de los recovecos en donde explotaba esta música ruidosa que le metía
el dedo en el culo a la rígida moralina de la Argentina de la Dictadura de
Ongania, perturbando las obtusas mentes de las autoridades y los adultos, y revolucionando la
vida de muchos jóvenes. Entre esos náufragos de entonces, navegó Poli también.
Y se dio el lujo de tocar con varios referentes, que luego pasarían a la
historia, en grupos míticos como Los
Abuelos de la Nada, Conexión Número Cinco, La Pesada del Rock n´ Roll y La Banda del Oeste.
Esa fue la primera parte de esta historia.
Luego, como tantos otros, a mitad de los 70, Poli Martínez se escapó de la
represión socio-político-cultural que ya se venía con todo, radicándose en
Europa. Allí sigue aún. Y aún queda mucho de aquel jovencito soñador y bohemio
en este adulto de hoy, maestro de música y baile, que vive en el sur
de Alemania. Quizás, muchos menores de 40 años, no conozcan su nombre e
historia personal. Pero la suya es una de las tantas que nutrieron y dieron
forma a esta música rock que amamos, creando nuevos sonidos cuando aún no había
nada.
ENTREVISTA>
¿Cuáles son tus primeros recuerdos asociados
a la música?
Si encuentro el botón de playback tendría una cantidad bastante
grande para rebobinar en mi disco duro. Originalmente, esos recuerdos también están
asociados con el baile. De pibe me gustaba escuchar los discos que ya estaban
olvidados en algún rincón de la casa, y que todavía sobrevivían al polvo y los antiguos
recuerdos. Eran de 78 revoluciones por minuto, bien grandes y pesados, aquellos
de las décadas del 40 y 50. Después aparecerían los que llamaban comúnmente de
acetato o acrílico.
Fui autodidacta, me lo enseñé todo yo. Lo
que deseaba aprender en aquella época no lo enseñaba ningún maestro de música.
Quizás porque al principio no quise tocar
el piano, me dio miedo que un profesor viniera a la casa. Me gustaba ser libre.
¿Y qué músicos te influenciaron en ese
momento?
Originalmente fueron los artistas de la época
de mis viejos, más adelante fueron los Beatles,
The Who y también películas como A
Hard Day’s Night, Help, Woodstock.
¿Qué discos
e intérpretes te volaron la cabeza?
¡Muchos!, la
lista sería muy extensa. The Who, Hendrix, Cream,
Led Zeppelin, Jeff Beck, Deep Purple, Frank Zappa, Jethro Tull, Billy Cobham, Weather Report, Mahavishnu Orchestra, ¡Piazzolla! Música clásica, Jazz, pero como ves, éstos solo son los más conocidos…
¿Y cuándo
fue que empezaste a componer tu propio material?
El
sentimiento y la idea nació de poco a poco, al experimentar deseos de expresar a
través de mi instrumento, ciertos estados mentales y emocionales de la situación
por la cual nuestra vida atravesaba en aquella época.
¿Cómo era la movida rockera en tu barrio en
esos primeros tiempos del rock argentino?
Nací en Floresta, así que mi pódium fue el
Parque Avellaneda, Me movía también por Flores y hacia el Centro. En mi barrio
hubo buenos músicos conocidos y algunos no tanto, también. Por ejemplo, justo
enfrente mío tenia a un amigo de infancia; Rubén
Biscione con Los Mentales, que, como
muchos otros, ya ha emprendido su viaje al más allá.
En Ramos Mejía tenia a Willy Gardi, que era el violero de El Reloj, y éramos primos. Él se fue también. Fuimos muy amigos desde
los 14 años. Cuando tocó por primera vez adelante mío con su viola criolla “Ticket
to Ride”, me quedé encantado. Por aquella época yo no tenía idea de lo que era
una guitarra. Después todo fue cambiando.
Y en Caballito conocí a Cacho Lafalce, que se fue también. Originalmente
teníamos un trio no oficial con el Negro
Black (Amaya). Mucho después Cacho
participó en Huinca, con Rinaldo Rafanelli y Litto Nebbia.
¿Llegaste a frecuentar La Cueva?
No. Creo que ya la habían cerrado y además
eso ya era tabú, y un punto imán ideal para que te transportaran “los extraterrestres
regresivos de azul” hacia lugares no deseados. Hubiera sido un necio ignorante si
hubiera querido parar en la puerta para experimentar algo o querer encontrarme
con algún músico.
Los Abuelos |
Una parte de aquella experiencia se
desenvolvió de un modo bastante caótico. En un periodo me encontraba con Los Abuelos de la Nada (Pomo, Alberto Abuelo, Micky Lara, Mayoneso
y yo). Esto fue después que Miguel (Abuelo)
había grabado su “Diana Divaga”, abandonando el grupo, y yéndose a España. Para
colmo, después Pappo también termina
abandonando esta nueva formación de los Abuelos. Ahí entré yo. Lamentablemente,
no pudimos participar del lanzamiento del sello Mandioca, de Jorge Álvarez, que
se hizo el 12 de noviembre de 1968 en el Teatro Apolo, que quedaba en la Calle
Corrientes. Ese día se produjo debut de Manal,
nada menos. Nosotros no pudimos tocar, ¡por la simple causa que nos faltaban
los equipos!, imagínate.
Con aquellos nuevos Abuelos fuimos al primer
histórico recital organizado por Mandioca en Mar del Plata, dirigido por Jorge Álvarez
y compañía, también juntos con Manal y otros. Algunos se acuerdan todavía muy
bien de aquello. De ahí surgió también esa fotito con Bonavena escuchando música
en el suelo. Tanguito no estaba permitido
en el programa, pero se había auto invitado él solo. Como ves, todo eso fue lo
que antes solíamos llamar los comienzos de “el circo”.
¿Y qué opinas del desarrollo posterior del
género en nuestro país?
Mejoró, pero todavía hay mucho que pulir.
Me refiero a que hay que abolir toda creencia obsoleta y dejar de adorar a
cualquier grupo extranjero como si fueran dioses, porque esto es solo
desconocimiento. La publicidad que te injertan en tu disco duro es la que te
convierte en un zombi sin entendimiento y sin propia experiencia.
Todos sabemos que el blues fue negro y nació
de los esclavos. Así como tampoco existió un genuino tango finlandés o canadiense.
También es muy lindo que los japoneses vengan a Europa y se pongan a tocar, todos
en masa, música clásica, como si fueran robots blancos, si ellos así lo sienten
y les gusta. Pero creo que sería bueno crear música con raíz nueva y personal,
y, sobre todo, dejar la adoración y el fanatismo. Por lo que concierne al
sonido, claro que mejoró el rock en nuestro país, puesto que la técnica tuvo 40
años más de desarrollo. Antes era todo a válvula y banda celuloide.
Toqué en un grupo pop llamado Sol; también en Conexión Número Cinco, el conjunto que acompañaba al cantante Carlos Bisso, también después que se
fue Pappo. Por supuesto, en Los Gatos no quise tocar, para que no
dijeran que le seguía los pasos al Carpo…
jajá.
¿Cómo te juntás con la Pesada del Rock n
Roll?
¡Por desgracia! Me atrapó Billy (Bond) para que grabe en su disco
y no supe como negarme.
¿Y qué recordás de tu participación en ese
primer disco de la Pesada?
Recuerdo que no tenía ganas de llevar mi
Gibson Les Paul al estudio, y como estaba la guitarra blanca de Kubero (Díaz) tirada en una esquina, me
fue más fácil grabar con ella. Las grabaciones con Billy están hechas con mi Gibson.
¿Cómo era tu relación con otros músicos del
rock argentino de esos primeros tiempos?
Conocí a muchos músicos, mejor dicho a aquellos
que empezaban a convertirse en músicos, y que hoy, quizás, tienen nombres de
calle o estatuas por algún lugar, cuando apenas eran reconocidos por su mamá y
algunos otros pocos más de su barrio.
La relación entre los músicos siempre fue
muy compleja, o por lo menos así se hacía captar. Había momentos de gloria y
momentos tristes. Muchos vivian en su creencia del estrellato, pero así mismo
en su pobreza espiritual o mejor dicho musical. Otros eran muy buenos músicos,
pero no tenían buenos instrumentos, y para colmo hasta faltaban los equipos.
Rondaba mucho el fanatismo, la adoración, y, por supuesto, una concurrencia egocéntrica
total. Desgraciadamente, todo esto lo acentuaba y lo alimentaba el público que
seguía, ciegamente y como embobados, a estos seres tan especiales como si
fueran los mismos dioses.
¿Cómo surge La Banda del Oeste?
Con muchos obstáculos y desencantos, por
aquellos tiempos en que se acercaba la gran dictadura.
¿Cómo fueron desarrollando el sonido de la
banda? ¿Cómo lograron ese sonido de rock pesado tan visceral, que no se parecía
a ningún otro grupo argentino de la época?
Simplemente porque Diego Villanueva (batería) y Alejandro
Marassi (bajo) sabían muy bien lo que querían, y lo tenían ya todo pensado
y bien dibujado. Entré al grupo para reemplazar a Claudio Ravecca, pero ellos ya venían tocando, hasta habían participado
del primer BaRock en 1970. Yo era la pieza que necesitaban para completar aquel
power trío que estaban ambicionando.
¿Qué recordás de la participación de La
Banda del Oeste en el Festival de la Jotapé, en marzo de 1973?
Es medio difuso eso. Lo cierto es que fue
organizado por la Juventud Peronista, en la cancha de Argentinos Juniors. Había
gente por todos lados, en las tribunas, el campo. Todo iba bien hasta que subió
a dar un discurso Solano Lima, el vicepresidente de Cámpora. Ahí medio que se
pudrió todo, porque que se politizó del todo el clima del Festival. El grupo
empezó a tocar, se largó a llover, después del tercer tema, y se suspendió
todo.
¿Y cómo surge la posibilidad de grabar un
simple (con los temas “Rock del principio” y “Tema de la banda”) en Talent, la
compañía de Jorge Álvarez?
El que se acuerda
de eso es Alejandro Marassi. La otra
vez le pregunté y él, por mail, por supuesto, porque hace 20 años que vive en
Paris, me contaba que el simple lo grabamos en los estudios Phonalex, que
quedaban enfrente del Instituto del Lisiado. Me hizo acordar que cuando salimos
de la grabación, ¡nos llevaron presos! Nosotros solo estábamos parados en la
parada del colectivo, cuando cayó la cana. Talent era un apéndice de Microfón, como
si fuera la parte rock de Microfón, digamos…
¿Por qué no pudieron grabar un larga
duración?
Por varios motivos. Según la
opinión de Alejandro Marassi, si Diego (Villanueva) no se hubiera
peleado con Jorge Álvarez, hoy tendríamos
un lugar serio en el rock nacional. Lo cierto es que la Banda mataba, nos
elogiaban los otros músicos. Varios, como Luis
(Alberto Spinetta), los Vox Dei, los
Manal, etc.; todos decían que el
grupo mataba. Cuando yo entro al grupo, conseguimos el aval de Billy Bond, quien hacía de nexo con Álvarez
para que empezáramos a grabar. Después no seguimos porque hubo una pelea con Álvarez,
que quería que el grupo adoptara una imagen más “sexy”, en especial Diego.
Bueno, ahí se pudrió todo porque él lo mandó al carajo. Claro, como me decía
Alejandro, la relación con Álvarez y Billy fue muy buena hasta esa pelea, que
nos corta la posibilidad de entrar a grabar el larga duración que ya estaba
programado. Y, la verdad, no entiendo que querían, porque Billy no tenia nada
de sexy, siempre con su camiseta, panza, pelo largo y barba, en fin... Por
otro lado, era una época muy complicada para ser rockero, dos por tres nos
metían en cana, apenas salíamos a la calle. Después de la ruptura con Álvarez,
Diego y Alejandro se van al sur, al Bolsón, y graban el disco de Miguel
Cantilo y Grupo Sur.
¿Y por qué crees que La Banda del Oeste no
duró más en el tiempo, aunque luego fueron reconocidos como un grupo de culto,
y ahora ese simple es objeto de colección?
Después no estuve más al tanto de nada. No sabía
que fuimos reconocidos de esa forma, pero doy gracias a la gente que nos
escucharon a través del tiempo y también del espacio.
Grabando con La Pesada. |
Creo que hoy hubiésemos tenido 3000 amigos
en Facebook y hubiéramos hecho una Banda
del Oeste II, para aceptar todavía a mas amigos… (risas)
¿Cuándo y por qué decidís irte del país?
En sí, decidimos irnos todos. La razón
principal venía de las ganas de conocer otros lugares, pero sobre todo nos
vamos por la Dictadura que ya se venía. Me acuerdo que el batero Luis Gambolini me decía, ya en el 73: “los
militares van a dar con todo”. Así que nos vamos. Yo decidí viajar a Europa.
Luego, el Negro Black se enteró de
esto y se anotó también en la lista del barco. Diego y Alejandro ya se habían
desplazado hacia el sur de la Argentina, antes de grabar algo más con Cantilo.
¿Cómo sigue tu carrera en Alemania? ¿Por
qué decidís radicarte en ese país?
Fue el destino. Por los 80 conocí muchos
alemanes y me dieron ganas.
¿Y porque nunca tuviste ganas de volver a
vivir en Argentina?
Porque me acostumbre a Europa, al Viejo
Mundo.
A veces me siento como un viajero
intergaláctico en Marte o quizás en Saturno, sabiendo que la Tierra existió
alguna vez y que sigo perteneciendo a ella.
Aquí también se baila tango y se toma mate,
comen helados en invierno y al mismo tiempo se pueden vestir también de blanco
o amarillo, lo que queda bien con la nieve, que se pone también amarilla. Toman
cerveza hasta cuando hace frio, lo que lógicamente te da calor. Suben a los
trenes o los tranvías y buses, cuando la gente todavía no bajo. Bloquean las
veredas para hablar y tenés que seguir caminado por la calle. Caminan derecho
hasta que si no los esquivas te chocan, pero después te piden perdón. Si se te
cae algo, lo recogen y te lo dan. No roban, por lo menos cualquier tontería que
se encuentran por la calle, como lo harían algunos en Sudamérica. Te devuelven
la guita si la perdés, ¡a mí me pasó! Te prestan guita y te la devuelven si la
prestaste. A veces hasta te la pueden regalar, como también otras cosas. En
resumen, vivir acá tiene muchos lados positivos, y también otros de los cuales
nosotros no acostumbramos a ver, pero no solo en lo material. Quizás porque es
el Viejo Mundo y pasaron muchos años.
¿Y qué te sorprende de nuestro país, cada
vez que venís de visita?
Que a pesar de estar más lleno de
edificios, casas, calles cambiadas y millones de nuevos seres, la cultura no
cambió demasiado. Todo cambia pero sigue siendo todo igual. Siguen afanando, odiándose
los unos a los otros, matándose entre ellos y no respetando a nadie y ni
siquiera a ellos mismos. Están desgraciadamente divididos y a causa de algo que
va más allá de nuestro entendimiento.
Algunos de los comentarios que hace cierta
gente por Facebook dan asco, por estar llenos de arrogancia, discriminación y
falta de respeto.
Los años pasaron pero la distorsión o la
ignorancia siempre persisten para seguir creciendo de nuevo. Es una raíz muy
dura de arrancar pero esto no lo sufren solo los argentinos.
Muy variada: Clásica, Jazz, Rock, músicas
de diferentes culturas y épocas. Funk, Soul, Rhythm and Blues... No lo podría
nombrar todo, ¡porque la gente se cansaría de leer!
¿Estás al tanto del rock argentino actual? ¿Te gusta algo?
Todavía no me tomé el tiempo de indagar
mucho, pero adelantando diría; El Reloj
me sigue gustando, y también los Robertones
con Black. El grupo de Pomo, El Don, también me gusta.
Y en relación a esto, ¿cuál es tu opinión
acerca del presente de la música popular argentina?
Hay mucha gente desconocida, músicos
geniales que viajan al extranjero, exportando y trayendo consigo sus propias
composiciones y arreglos. Escucho bastantes emisoras de radio de Francia y
Alemania, programas culturales y por supuesto cultura musical. Ahora con
internet llegás a cualquier lado y te quedás con la boca abierta, descubriendo
videos de tantos talentos que andan por ahí, conciertos de todo estilo y tiempos,
de los cuales antes nosotros solamente los podíamos ver en sueños o con nuestra
propia imaginación. Pero puede pasar también que de repente te encuentres con un
video de alguien sentado sobre un inodoro y te quieran convencer que no es solo
un asco.
¿Qué intérpretes de nuestra música popular te
gustan?
Lo típico del Tango y del Folklore: Piazzolla, D'Arienzo,
Edmundo Rivero, Goyeneche, Los Chalchaleros, Atahualpa, Mercedes Sosa… Esos
son tan solo algunos, la lista sería infinita.
¿Cuál es tu opinión acerca del presente de
la música, con respecto a la caída de la Industria Discográfica y el
advenimiento de las nuevas formas de difusión y el tema de las descargas
ilegales por medio del uso de Internet?
Ese es un fenómeno que ha pasado con la
televisión, gracias a Dios, pero desgraciadamente con los libros también. Ahora
se ve todo por internet, no necesitás ir a la cancha o al cine, tampoco ir a un
concierto o a una escuela de música o de cocina, esta todo ahí. Hay mucha gente
que le gusta lo virtual. El teléfono móvil se apodera de toda tu concentración.
Se producen inmensas cantidades de plástico y los océanos están llenos. Ahora
muchos músicos tocan solos acompañados de bandas virtuales, por un lado se
ahorra pero por otro se pierde encanto.
En música y baile. Soy profesor de guitarra
y de baile. Es más, en el año 2007 conseguí un primer puesto en la competición
de baile, en la disciplina Latin, en
el torneo perteneciente a la región de Baden Württemberg, Alemania.
Una pregunta que le hacemos a todos
nuestros entrevistados: ¿Qué canción de otro artista te hubiese gustado
componer a vos?
Al desear algo así me sentiría extrañamente
como robándole el mérito que lograron ellos. Pero confieso que me hubiera
gustado participar en varias bandas famosas, no por vivir solo su fama y todo
lo demás, sino por su música en sí. Sin ser arrogante o naif, pienso que
hubiera podido, sin obstáculos y con un indescriptible placer, participar en las
nuevas formaciones que algunos músicos grosos fueron creando, casi siempre después
de su gran apogeo.
Por ejemplo, en los 80, me encontré con Jack Bruce en Ámsterdam, en el bar de
“Melkeweg” (traducido como Milky Way
o Vía Láctea), estaba tomando algo justo antes de empezar el concierto. Esta
persona era humilde. Intercambiamos algunas pocas palabras, y se me pasó como
un rayo por la cabeza, ofrecerme como guitarrista para su banda. Puede que esto
hubiese sido parte de un viaje psicodélico, pero también algo natural y algo
concreto, si Bruce hubiese estado de acuerdo. Soñar se puede de diferentes
formas, solo que uno mismo decide, si el sueño se convierte en realidad.
¿Cuáles son tus proyectos actuales y a
futuro, Poli?
Ser feliz, seguir aprendiendo.
Espero que en mi próxima vuelta a la
Argentina haya músicos que se interesen en compartir nuevas experiencias conmigo.
A todos aquellos que tengan algún motivo y que vean algo positivo en todo esto,
por favor conéctense conmigo. Estoy abierto a nuevas ideas y buenos momentos.
¡Les envío mucha vibración positiva! Y que
triunfen con lo que estén haciendo.
Emiliano Acevedo
Realmente un Maestro !!!!!
ResponderEliminarrealmente un verdadero Maestro !!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarQue maravilla la nota con Poly.tremendo músico!! Pero TREMENDO ser humano !! Lo conocí en el año 70 . Siempre nos encontrábamos de madrugada en Plaza congreso para tomar el colectivo a floresta
ResponderEliminarPoli excelente musico y mejor persona siempre acompañado de su guitarra y muchas tardes compartidas con el negro montes en su casa en la calle Mariano Acosta momentos vividos de mi adolescencia
ResponderEliminarBuenos momentos vividos de mi adolescencia en la casa del negro montes siempre acompañado de su guitarra muy buena persona aparte de buen músico
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