ENTREVISTA> ¿A qué refiere el subtítulo del libro: Del Revival al Progresive Folk?
Empiezo
hablando de lo que algunos llaman el segundo revival, a partir de los años 50,
con gente como AL Lloyd y Ewan MacColl, etc. Hay toda una primera
parte del libro que se llama “Antes del prog” en donde cuento la metamorfosis
del folk y ciertas cosas ligadas a la psicodelia, incluso a los Beatles y los Rolling Stones. La línea de este segundo volumen empezó con ver la
relación que tenía el progresivo con el folk, una relación que rápidamente
empezó a aparecer por todas partes, y después se convirtió un poco en el
intento de averiguar qué era lo específicamente británico, o incluso inglés,
que había originado al rock y al progresivo en particular entre finales de los
60 y los 70.
¿Cómo
es la organización del libro?
Tiene
dos partes muy marcadas: Una es la correspondiente al prog, en la que en los
dos primeros capítulos se habla del revival folk y un segundo capítulo que
plantea como ese revival se va transformando en folk rock. Es un capítulo que
termina con Pentangle. Los dos
capítulos siguientes tienen que ver con el proceso que se dio a mediados de los
60 por el cual el pop británico empieza a apropiarse de tradiciones un poco más
autóctonas, en particular todas las que están ligadas al music hall. Entonces
es un capítulo sobre los Beatles y los Stones del periodo intermedio, que sería
el tercero; y un cuarto capítulo que habla de bandas ligadas a la psicodelia
pero también aparece el primer disco de David
Bowie o el periodo intermedio de los Kinks.
Esa es la primera parte y se llama “Antes del prog” porque todo ocurre en los
60, obviamente. Es todo lo que ocurre antes del álbum debut de King Crimson, para poner una fecha
emblemática. Después, la segunda parte, va desde el acid al progresive folk.
Empieza con un capítulo de Incredible String Band y después rastrea una serie
de bandas ligadas al folk ácido y al folk progresivo, y después concluye con
dos capítulos sobre Genesis y Jethro Tull.
¿Cuál era el entorno social cultural que rodeaba al rock progresivo británico en esos años?
El
rock progresivo bebe de estímulos muy variados. Un poco la voluntad del libro
es romper con ese mito ligado a cuatro o cinco bandas sinfónicas muy
importantes que tiende a hacer creer que el progresivo es la mera modificación
de los clásicos de la música burguesa y nada más. La idea es que el rock
progresivo en Gran Bretaña es un género fuertemente británico y la búsqueda de
algo británico es algo que, efectivamente, empieza con los revival folk. Pero, también,
está presente el intento de mostrar cómo se constituye un pop británico a
mediados de los 60 con bandas como los Beatles,
los Stones, los Who o los Small Faces que,
de alguna manera, sientan precedente para lo que después van a ser las
búsquedas del prog más consolidado.
La Incredible String Band es una banda muy olvidada, ¿no?
Sí,
así es. En el capítulo dedicado al grupo marco eso. En realidad fue una banda
muy popular entre 1967 y 1968, y muchos dicen que fue inspiración para los
Beatles y los Rolling Stones. Si vos pensás en tres bandas multi populares de
Inglaterra: Beatles, Rolling Stones y Led
Zeppelin, todos ellos eran fans de la Incredible String Band. Entonces uno
se pregunta por qué si tuvieron una centralidad tan fuerte después quedaron
olvidados.
¿Por algo en particular?
Yo
creo que fueron asociados a lo que fue la contracultura hippie de la época,
entonces quedaron muy marcados como una banda paradigmática de ese periodo.
Mientras que los Beatles y los Stones tuvieron distintas reencarnaciones y se
fueron reinventando de manera diferente. Hubo una recuperación del legado de
Incredible en lo que fue el free folk
de los años 90 y comienzos del siglo XXI, pero dentro de un ámbito más acotado.
¿Cuál
es el periodo de Genesis que tratás en el libro?
Llego
hasta 1974 cuando Peter Gabriel se
va del grupo. El último disco que reviso con detalle es The Lamb Lies Down on Broadway porque todo lo que planteo de Genesis
tiene que ver con lo que está ligado al universo de esa primera época. Con la
ida de Gabriel se van, también, los disfraces, los juegos de palabras y las
aliteraciones y el grupo empieza a ser más, estrictamente, musical.
De
Jethro Tull, ¿qué podemos decir? ¿Qué periodo cubre este volumen?
Arranco
con el primer disco, This Was, que no
deja de ser un producto del segundo revival del rhythm and blues y llego a lo que muchos llaman la trilogía folk de
finales de los 70: Song From the Wood,
Heavy Horses y Stormwatch. Recorro
un poco el periodo de la formación clásica de Jethro antes del disco A. Porque en los 70, más allá de que
siempre Ian Anderson fue el líder
indiscutido del grupo, en discos como Thick
As a Brick se nota un trabajo más de conjunto, una colaboración en los
arreglos. [David ´Dee´] Palmer y [John] Evan eran
realmente importantes a la hora de componer. En general, los capítulos de Vendiendo… nunca se pasan de los 70
porque la idea es revisar el momento dorado del progresivo. Claramente, creo
que la música progresiva tuvo en ese momento una centralidad que nunca más
volvió a tener. No es que no hubo más progresivo a partir de ese momento, decir
eso sería una tontería, sino que se perdió la centralidad que el género tuvo
especialmente en la primera mitad de los años 70. Esa importancia, por
supuesto, está ligada a los grandes discos del rock progresivo porque Red, de King Crimson; o Seling England by the Pound, de Genesis;
o Close to the Edge, de Yes, son
ejemplos claros de una época. Después uno puede discutir si le gusta más A, de Jethro; o Drama, de Yes; pero, claramente, esos no son los discos con los que
uno asociaría rápidamente a esas bandas. A eso me refiero un poco con la idea
de la época central del rock progresivo…
En
tus libros hay una idea esencial que contrasta con lo que habitualmente se dice
del origen del rock progresivo, como si hubiera sido simplemente la unión del
rock psicodélico con la tradición romántica europea…
Sí.
Para mí todo es más complicado que eso. Pero hay una parte en el capítulo 3, que
es el dedicado a los Beatles y los Rolling Stones, en la que trato de demostrar
la idea de lo que yo llamo una suerte de interludio “rockista” entre la
psicodelia y los inicios de la progresiva. O sea, hacia 1968 se da una voluntad
de retornar a las raíces, cuando muchos grupos británicos parecen cansarse de
la fiebre psicodélica de finales del 67, un back
to the roots, que, de manera distinta, también se da en el contexto de la
psicodelia californiana. Para mí el paradigma de eso es el Beggar´s Banquet de los Rolling Stones, también presente en los
temas más duros del Álbum Blanco de
los Beatles, así como en Estados Unidos tiene que ver con el John Wesley Hardin de Bob Dylan. Lo llamo interludio rockista
porque esas obras sumadas al segundo revival del rhythm and blues, con grupos
como el primer Fleetwood Mac, Savoy Brown o Chicken Shack, incluso los inicios de cierto hard rock que después
se va a popularizar con Led Zeppelin, conforman una reacción rockera y rockista
a lo que había sido la estación psicodélica de los meses previos. Se retoma la
idea del power trio, el sonido fuertemente amplificado de gente como The Who o The Jimi Hendrix Experience. Los inicios de la progresiva, esos
inicios más vacilantes de los primeros discos de Genesis, Van Der Graaf o
de Yes, tienen que ver con una
reacción a este rockismo que a su vez reaccionaba a la psicodelia. Entonces ahí
estoy tratando de trazar un marco, de decir que el progresivo no es simplemente
la continuación del linaje contracultural psicodélico, sino que lo que hay es
una reacción en contra del rockismo del 68 de lo que después van a ser grandes
bandas progresivas que, en ese momento inicial, estaban buscando su sonido. Eso
está ligado a una recuperación de alusiones inglesas y británicas que ya habían
empezado a darse en el pop británico de 1966 y 67.
¿Qué proyectás para la realización del próximo volumen de Vendiendo Inglaterra…?
La
idea del próximo libro es hacer algo más ligado al jazz en el que entrarían Van
Der Graaf y King Crimson. Claramente, esos dos grupos van a estar. Después
quiero mostrar un poco cómo buena parte de los músicos que constituyeron la
música pop más característicamente británica provenían del jazz, empezando, por
ejemplo, por Jack Bruce y Ginger Baker en Cream, hasta los miembros de Colosseum,
por decirte una banda que uno identificaría como claramente progresiva. Probablemente,
va a haber un capítulo sobre brass bands, bandas de bronces, en donde hablaré
de esos grupos que se pusieron muy de moda en la transición de los 60 a los 70
y quiero escribir, también, sobre muchas bandas de progresivo oscuro que
quedaron fuera del radar o no tuvieron éxito, que grabaron uno o dos discos y
después desaparecieron por completo como Affinity,
Cressida, Catapilla, The Room, Samurai… El problema es que son decenas y
decenas, entonces aún no sé cómo lo voy a armar. Otro capítulo que quiero
escribir tiene que ver con Soft Machine
y Nucleus, dos bandas que inauguran
una línea muy clara de jazz rock británico. También pensaba, pero no sé si llegaré
a hacerlo, terminar con un capítulo sobre Henry
Cow y Rock In Oposition… Pero
todo esto que te digo es a vuelo de pájaro, muy ambicioso y todavía no está
confirmado que vaya a ser así hasta el momento en que me ponga a escribirlo.
Está todo en veremos pero la idea está. Lo que no es negociable es Van Der
Graaf y King Crimson, que van a estar sí o sí.
Emiliano Acevedo
Excelentes ambos libros del maestro Cambiasso, nos ayudan a entender esta música que tanto amamos.
ResponderEliminar