Fotos: Guillermo Prat |
Algo
se intuía cuando, por los costados, ingresaron las coristas Emma Pardo y Florencia Andrada y con ellas la pared del groove: Panky Malissia (batería) y Tuta Torres (bajo); laderos de Carca en
su aventura solista. Mientras tanto, por el costado izquierdo se asomaba Carlos Hernán Carcacha, con su prolija camisa negra, portando
la emblemática sirena de policía que solía llevar el Flaco Spinetta en el lomo durante los conciertos de
Pescado cuando nos preguntaba: “¿Estamos
todos locos? ¿Estamos todos locos o pasó una hormiga, Cacho?”. Lo acompañaba
una pista de teclado lúgubre que se repetía en loop,
montada como una especie de marcha imperial mientras el “Panadero Ensoñado” avanzaba raudo, como “Iniciado del Alba”. El misterio pronto quedará develado,
cuando Carca, junto con Diego Outon (piano), se hace cargo de las
interpretaciones de “Poseído del alba” y “Viajero Naciendo”.
La
música se sumerge en un blues ácido y las versiones resultan en meras apropiaciones
del intérprete. Uno de los puntos más altos del show fue la versión soul de “Como
el Viento voy a Ver”, en donde ingresaron Migue
Mactas y Pipe Correa, de Los Espíritus. Mientras que en “Hola
dulce viento”, la dulce mixtura entre las congas y la guitarra slide matizaron
el clima musical casi ceremonioso del CCK.
El
rocanrol se hizo presente con “Nena boba”, en donde Carca deslumbró con su voz
cercana al primer Sandro, sumando,
además, la destreza de Pablo Hadida
en el lap Steel. Un momento exquisito del show. Hadida también participó en “Madre
selva”, que tuvo una inolvidable intervención de las coristas.
Como
es su costumbre, Carca se hizo cargo de las canciones y jugó con ellas a su
agrado, como en “Peteribí”, realizando una mixtura de dub y trip hop (cortesía de
Torres y Mactas), que le calzaba justa a la furia compacta del ahora power septeto.
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