lunes, 7 de agosto de 2023

50 años de Hasta Que Se Ponga El Sol. Entrevista a Daniel Ripoll.



En este 2023 se cumplieron 50 años del estreno de Hasta que se ponga el sol, la película más famosa de la historia de nuestro rock. Se estrenó el 8 de febrero de 1973 en el Cine Sarmiento y documentó la tercera edición del festival B.A. Rock, llevado a cabo en los predios del club Argentinos Juniors durante noviembre de 1972. Su creador y promotor fue el fundador de la revista Pelo y ex redactor de Pinap Daniel Ripoll.

La lista de participantes en esa edición fue impresionante: Color Humano, Arco Iris, Pappo´s Blues, La Pesada del Rock And Roll, Vox Dei, Escarcha, León Gieco, Miguel y Eugenio, Orion´s Beethoven y Raúl Porchetto, además de bandas del interior del país como La Pequeña Banda Tripuca de Tucumán, Cadenas de Rosario, Virgem de Santa Fe, y las bandas uruguayas Días de Blues y Psiglo.

Paralelamente a la realización del festival el director Aníbal Uset convenció a la productora Aries de Fernando Ayala y Héctor Olivera para producir un largometraje dedicado al naciente rock argentino. Junto al manager y productor Jorge Álvarez armaron el proyecto mientras filman con dos cámaras de 35 milímetros durante el festival en Argentinos Juniors, incluyendo parte de las actuaciones de Gabriela, Arco Iris, Litto Nebbia, Orion´s Beethoven, Gieco y Sui Generis, más algunas entrevistas al público presente, entre ellos Peter Deantoni, futuro manager de Pappo. También se filmaron los recitales de Pappo´s Blues y Pescado Rabioso en el Teatro Olimpia y a estas escenas en vivo les sumaron filmaciones en otras locaciones: Vox Dei en una iglesia metodista de la Calle Corrientes, Color Humano tocando al aire libre cerca del Rio de la Plata y Claudio Gabis e Isa Portugheis en los estudios Phonalex. Por supuesto también se registró una famosa serie de sketches, proto video clips, que incluyeron a los integrantes de Pescado Rabioso en medio de las calles de Acassuso y a los músicos de La Pesada disfrazados de mujeres en un decorado de los estudios Baires para el tema “Tontos”.

Para hablar de esta película tan paradigmática convocamos al mismísimo Daniel Ripoll para que nos contara algunos de los secretos de esta historia tan especial.

ENTREVISTA> ¿Cómo organizaste los festivales B.A. Rock?

Yo venía de organizar, en septiembre de 1969, el Festival Pinap para la revista homónima. Por haber hecho ese festival, me echaron de la revista Pinap, en donde era el secretario de redacción. Luego, en febrero de 1970, saqué Pelo. El movimiento de rock era muy chico en ese momento y se necesitaban lugares en donde tocar. Y yo, como editor de una revista que estaba creciendo, necesitaba difundirla y difundir también a los músicos que aparecían en Pelo. Así me dieron el Velódromo Municipal y ahí hice el primer B.A. Rock, en noviembre de 1970. Este festival tuvo como característica que tanto yo como los músicos, que eran muy pocos, nos dimos cuenta de la dimensión que tenía el movimiento, que había sido adquirida a través de la difusión por medio de Pelo. De esta forma comprobamos que lo que parecía un movimiento de elite, burgués, del Barrio Norte, en realidad tenía raíces en el suburbio, en la Zona Sur, en la Zona Oeste y en el norte. Por supuesto fue una sorpresa para todos. Un festival inmenso, en un lugar que era muy lindo y que, además, generó que se empezaran a realizar notas elogiosas y asombradas en los medios masivos, porque era la primera vez que el rock convocaba a tanta gente en nuestro país.

¿Y cómo se llega a la filmación del tercer B.A. Rock?

Luego de que organicé el festival nuevamente en el año 71, cuando quise volverlo a hacer en el Velódromo en 1972, las autoridades de turno me lo prohibieron. No me dieron la autorización, avisándome dos meses antes. Así que tuve que salir corriendo a buscar otro lugar y encontré el predio de Argentinos Juniors. Justamente en ese momento Aníbal Uset apareció en mi oficina y me dijo que quería filmar el festival, ya que tenía una productora muy importante atrás, como era Aries Cinematográfica. A lo que yo le respondí que me parecía muy bien, pero que para eso era necesario que hicieran el escenario, porque la verdad era que en ese momento no tenía cómo hacerlo. Así que limpiamos como pudimos el descampado y la productora hizo el escenario. Luego, en febrero de 1973, cuatro o cinco meses después de la realización del festival, la productora me trajo la película que habían filmado, que tuvo en los cines un éxito más o menos liviano, habrán ido 500 o 600 mil personas a verla. Pero el verdadero éxito fue posterior, cuando durante 15 o 20 años, se la vio en la trasnoche de los cines de Buenos Aires, y ahora en las redes en donde tiene más de 15 millones de visitas. La película también recibió el Premio Cóndor de Plata, de la Cinematografía Argentina, en una ceremonia que se hizo en el Teatro Avenida. Justamente en mayo de este año, el INCAA realizó un homenaje en el Cine Gaumont, como motivo del 50 aniversario, proyectando nuevamente una copia en 35 mm.

¿Cómo se dio tu participación en la película?

Me lo pidieron, ya que era lo que venía haciendo. No era que yo presentaba los números musicales tan abiertamente, pero como era para la película, lo hice un poco más extendido, ya que como organizador era la cara visible del festival. Por supuesto, era muy joven en ese momento.

Esas locuciones las hiciste después, ¿no? No fueron hechas en vivo…

Algunas sí y otras no. La de Sui Generis sí fue hecha después, porque se había filmado a una sola cámara y hubo problemas de luz y sonido.

¿Cómo se hizo para producirla? Porque se cuenta que tenían muy poco celuloide…

Sí, teníamos muy poca materia prima, porque Aries la hizo con muy bajo presupuesto. En una o dos ocasiones tuvimos que filmar con una sola cámara y hubo que hacer algunas re tomas. Por eso también hay partes en blanco y negro, porque no había película en color para filmar. Igualmente no importa porque es una de las películas más exitosas de la historia del cine argentino. Un documental icónico al que conoce todo el mundo. Su nombre es el eslogan del festival, porque a mí no me dejaban hacerlo de noche. Cuando se ponía el sol tenía que cortarlo, si no la policía lo cerraba. Entonces yo le puse así para que la gente entendiera que íbamos a hacer “rock hasta que se ponga el sol”, y ese fue el título de la película.

La película tiene escenas filmadas en el Teatro Olimpia, ¿no?

Sí, con Pescado Rabioso, que no tocó en el festival, y Pappo´s Blues. Como sabés, también se hicieron escenificaciones como la de Vox Dei tocando en la Iglesia Evangélica Metodista de la Calle Corrientes. Se completó la película con esas filmaciones.

Aparte son prácticamente los únicos registros audiovisuales de buena calidad que se tienen del rock de esa época…

Sí, y fijate que todos los documentales que se hacen ahora están hechos con las imágenes de la película que yo produje. Porque son los únicos registros audiovisuales que existen de esa época con carácter profesional. Y la película es un icono a nivel iberoamericano. Se ve en el exterior, se ha visto mucho en Perú. Es muy conocida y como la revista Pelo llegaba a Perú, hace unos años me invitaron a dar unas conferencias allí.

¿El guion de película quien lo escribió?

Lo escribí yo con Jorge Álvarez. Mucho guion no tiene, tiene el guion de la idea de producción nomás. La escenificación.

La participación de Sui Generis es un hito, porque prácticamente era la primera vez que el dúo aparecía ante un público masivo…

Sí, así es. Yo tengo dos hitos en mi vida. La primera vez que alguien escribió la palabra “Almendra” en un medio fui yo. Es decir, el nombre del grupo. Y yo no me acordaba de ese detalle, hasta que me lo recordó el queridísimo Rodolfo García, que en paz descanse. Y también fui el tipo que predestinó el éxito que iba a tener Sui Generis. Habían terminado de grabar su primer disco, tres o cuatro días antes. Pero también hubo otros artistas que tuvieron mucha difusión gracias a la película. Notoriamente, León Gieco, algo que él reconoció. Fijate que todos los músicos que participaron en la película luego tuvieron mucho éxito. Precisamente, hace poco Gustavo Santaolalla me pidió la grabación del año 72 de la presentación de Arco Iris porque se acordaba que en medio de la actuación del grupo había pasado un avión encima del escenario y a él eso le pareció mágico. Pero, lamentablemente, esas grabaciones están perdidas. Me parece que hay algo trucho en las redes, pero no lo podría asegurar.

Emiliano Acevedo




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