Liberados finalmente del vínculo que los ligaba a la discográfica Disc Jockey, Vox Dei firmó contrato con CBS y entre el 8 de mayo y el 6 de junio de 1973 grabaron en los estudios de la compañía Es una nube no hay duda, un disco fundamental en la historia del grupo. Para recordar los 50 años de este álbum genial convocamos a Willy Quiroga, quien nos relató algunas de las historias que estuvieron detrás de Es una nube…, además de contarnos acerca de su presente musical.
ENTREVISTA> En 1973 ustedes venían de hacer La Nave Infernal, ¿cómo estaba el grupo en esa época?
La Nave Infernal
me trae malos recuerdos. Nosotros nos queríamos ir de Disc Jockey, porque nos
habían robado La Biblia, no nos
habían pagado nada, y tuvimos que grabar ese nuevo disco en vivo como
resarcimiento para poder irnos a CBS. Luego, el dinero que nos dio la CBS como
prima por la firma del contrato, que habrán sido unos 5000 dólares, también se
lo tuvimos que dar a Disc Jockey para que nos dejara libre. Entonces fuimos a
CBS, donde nos trataron muy bien, en especial Hugo Piombi, que era nuestro productor.
¿Los temas de Es una nube… fueron compuestos en esa época o los traían de antes?
No,
generalmente los componíamos pensando en el disco.
Era la primera vez que grababan en una multinacional y se nota ese cambio en el sonido con respecto a los discos anteriores…
Lo
que pasa es que discos como La Biblia
fueron grabados en cuatro canales nomás. Aparte fue una época en que tanto los músicos
como los técnicos estaban aprendiendo a la par a grabar discos de rock. Ellos venían
grabando tango y folklore hasta que aparecimos nosotros, Tanguito, Manal, Pappo, etc., toda una movida muy diferente; y
tenían cuatro canales, no tenían más que eso.
¿Cómo era la relación entre ustedes en ese momento?
Al
principio nos llevábamos bien, aunque yo tenía 10 años más que ellos. De cualquier
forma, con Rubén Basoalto nunca tuve
problemas, ni tampoco con Godoy,
mientras estuvo en el grupo. Ricardo
Soulé era el más denso.
En Es Una Nube… Ricardo hace los blues y vos los rocks, ¿cómo se daba eso?
Si
vos escuchás la obra de Vox Dei, yo
generalmente soy el autor de todos los rocks. Tengo “Total que…”, “Compulsión”,
“Es una nube…”, “Azúcar amargo; son todos rocks. Yo era el más rockero y él el más
lírico, si se quiere. Ricardo es de Piscis y yo de Tauro, capaz que tiene que
ver con eso. Los de Piscis son más volados, como es el caso de Spinetta. Los de Tauro somos más
rocanrol, más tierra.
Empecemos a recorrer el disco. ¿Cómo compusiste el tema “Es una nube, no hay duda”? ¿Cuál es la historia por detrás de esa canción?
Yo
tenía un amigo que era psicólogo y estaba casado con una modelo muy conocida y
nos juntábamos en una casa en Vicente López a escuchar música y a hablar y un día
este tipo estaba mirando por la ventana y dijo: “Es una nube, no hay duda. Se
mueve como una nube.” Esa frase me pareció muy loca y me quedó resonando en la
cabeza. Y se me ocurrió que a partir de ahí podría seguir una letra, dibujando
cosas, para que nadie se diera cuenta de lo que quería decir.
“Loco hacela callar” es uno de tus mayores clásicos. ¿Cómo lo compusiste?
Se
me ocurrió a partir de conocer a una persona que hablaba, hablaba y tenía la
respuesta para todo. El tipo sabía, daba consejos, etc. Un tipo repelente que
se mofaba de todo. Así que escribí un tema de acuerdo a eso. Yo tuve un
problema con esa persona -sin llegar a las piñas, claro- porque pensábamos distinto.
Aparte yo había leído en (el poema) Desiderata:
“Camina plácido entre el ruido”. Es decir, que entre toda la parafernalia de
cosas uno tenía que seguir adelante, tranquilo, sin dejar que te involucren en
determinadas cosas en las que vos no querés estar.
“Sam El Montañés” se hizo muy conocido por el patrocinio publicitario en los pantalones Topeka, los cuales traían la letra en una etiqueta que venía con una foto de ustedes…
Topeka
era una marca de pantalones y ropa que tenía Alpargatas. En esa época recibimos
el patrocinio de varias marcas, Topeka era una de ellas. Nosotros en ese
momento éramos la banda número uno del país como lo fueron después grupos como Soda Stereo. Y lógicamente aparecían marcas
que te querían patrocinar. Teníamos el cachet más alto, por ejemplo. Estábamos trabajando
muchísimo, no dábamos abasto. Me acuerdo de una fecha que hicimos en el Carnaval
de Vélez, en donde estaba también Julio
Iglesias, y había quince mil personas. Era una locura. Ojalá volvieran esas
épocas.
¿Cómo compusiste “El mañana es otra historia”, de qué se trata?
Se
trata de nosotros, los argentinos. El mensaje de la canción sigue intacto: ¿Vos
sabés lo que va a pasar mañana? ¿Qué nos va a pasar con todas las controversias
que vivimos día a día? Yo soy argentino y vivo acá y ya en aquella época se
venía venir la mano pesada del Proceso, la represión y todo lo demás. La letra
dice: “Cansado ya de gritar desde la oscuridad. Hoy abro mis ojos y miro
hacia la luz… Mis hermanos que no saben adónde van y no saben de dónde
vienen… Porque el mañana es otra historia que está muy lejos de ser realidad en esta torre de babel.” Sigo pensando lo mismo.
Este tema cierra el disco con una charla ahí en el estudio, ¿eso cómo se les ocurrió grabarlo?
Quedaron
los micrófonos abiertos, estábamos hablando, y al productor le pareció una conversación
que estaba buena para agregar al disco. No sabíamos que estaban grabando, fue
una sorpresa pero quedó bien para cerrar el disco. Es totalmente espontáneo.
¿La foto de tapa en dónde se sacó? Están con unos ponchos en la imagen interior del álbum…
Estábamos
en Villa Gesell. La tapa es un montaje. Estábamos atrás de unas dunas, pero es
un montaje que hace que pareciera que estuviéramos arriba de una nube. Y después,
la foto de adentro estábamos en el pinar de Villa Gesell, buscamos un lugar muy
lindo para hacerla. La CBS nos había pagado una semana en Villa Gesell para que
hiciéramos toda la parte del arte del álbum.
EL PRESENTE DE WILLY
Ahora
estoy trabajando en Willy Quiroga – Vox Dei,
que lo maneja mi hijo Simón Quiroga.
Además estoy ensayando el Willy Quiroga
Project, que es un proyecto personal mío en carácter solista, donde tocó
solamente mis temas. Y estamos componiendo temas nuevos, hechos especialmente
para esta banda, en donde estoy con Jonathan
Burgos en guitarra, Raúl Gutta
en la batería y la percusión, Maxi
Vaccaro en teclados y yo en el bajo y voz. Todavía no hemos grabado el
disco, directamente estamos saliendo a tocar. O sea, yo no puedo parar de tocar…
Soy un tipo feliz.
¿El tema “Archipiélago de almas” ya lo grabaste?
No,
todavía no lo grabamos. Cuando lo grabemos ahí voy a tocar el teclado. También quiero
tocar el teclado cuando grabemos “Torcazas y pinos”, y el tecladista va a pasar
al bajo. Quiero mostrar un nuevo rostro. Uso el teclado para armonizar lo que a
mí se me ocurre cantar, hace rato que lo toco, me gusta.
Y ahora también estás haciendo temas de Destroyer, tu proyecto de 1982, ¿no?
Totalmente,
porque son temas que por la Guerra de Malvinas no tuvieron difusión. Ya que me
decían que no podía salir a tocar con un grupo que tuviera un nombre en inglés.
Una locura total. Son todos temas que hablan de cosas nuestras. Por ejemplo,
ahora estamos haciendo “Rugido de 100 mil dragones” que habla expresamente de
la fuerza interior de cada persona. Y esa es la fuerza que me está llevando
adelante, a los 83 años, a poder seguir haciendo proyectos nuevos. Yo voy para
adelante. Soy una persona agradecida a Dios. La última parte que me queda la voy
a utilizar para componer, para tocar, para disfrutar de la vida. Quiero disfrutar
de mi vida.
¿Y para cuando un libro tuyo? Viste que ahora varios pioneros del rock argentino están sacando autobiografías…
Sí,
ya tengo alguien que quiere hacer mi libro. Tenemos que ponernos en contacto,
lo que pasa es que estoy muy ocupado con tantos ensayos, viajes y conciertos. Pero
sí, va a salir el libro…
Emiliano Acevedo
Gracias por las publicaciones interesantes y útiles
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