sábado, 2 de septiembre de 2023

DANIEL IRIGOYEN, Omnipresente: La larga aventura del vivir...

Daniel Irigoyen es un auténtico pionero del rock argentino. Frontman del mítico grupo Los Mentales, vivió toda la movida porteña del under y la contracultura de fines de los 60 y principios de los 70, en donde frecuentó ámbitos hoy mitológicos como La Cueva o el Instituto Di Tella. Desde hace décadas se encuentra viviendo en Hamburgo, Alemania, en donde realiza una exploración musical y creativa muy interesante, centrada en la fusión de ritmos y la World Music. De esta forma ha realizado una discografía extensa que llega hasta hoy. En esta entrevista nos cuenta de que se trata Omnipresente, su último álbum, editado en 2022.

ENTREVISTA> ¿Cómo fue la génesis de este disco? ¿Cómo lo craneaste? ¿Cómo lo grabaste?

Como ya es costumbre en mi forma de trabajar, a medida que van apareciendo las buenas ideas en mi casa con las guitarras o el teclado que uso para componer, si después de cierto tiempo el material me convence, vuelvo a él y de a poco empiezo con los arreglos para ir anotándolo todo en una carpeta Master prolijamente organizado como buen capricorniano y así empezar con la grabación de las canciones en mi estudio que tengo en un barrio vecino no muy lejos del lugar donde vivo.

Te amplío. La vida mística es el centro de cuanto hago, pienso y escribo, todavía con un alma en rebelión que percibe a los que mienten por tonterías. André Gide decía que poeta es quien cree en su genio y artista, quien lo pone en duda. Una metáfora para mí muy interesante aunque paradójica a la hora de saber quiénes somos y para que vivimos.

Sin encerrarme en un molde previo que me harán caer en la insinceridad de donde ningún humano retorna; aunque mis Visiones limpias de prejuicios en lo que canto parezcan inútiles para los "negocios de la vida", en este bienaventurado CD de experiencias mágicas, cada canción de lo que me fue dado llevan consigo su propia ley que invocan una filosofía mística muy profunda y excitante, que aunque resulte o no aceptable para los “condicionados”, “dominados y protegidos” por una creencia central religiosa o política responsable de una cultura empantanada en la vulgaridad, sigue siendo “Papa para el loro” para todos los que saben de mi corazón … Sólo he tratado, como todo creador, de hallar mi verdad, la mía, que no será mejor ni peor que la de otros, sino sólo diferente...

En la primera canción del disco, “Vértigo Sublime en Medio del Milagro”, hacés mención al año 1967, el Di Tella, y toda la movida de aquellos años. ¿Cómo siguen influenciándote en la actualidad todos esos recuerdos y vivencias de los 60?

En 1967, cuando llevaba más de un año viviendo en la calle y no precisamente como lo haría hoy un “sin techo” rodeado de cartones, ya era tan filósofo como lo seré siempre, acostumbrado a las amistades sólidas con vagabundos y al desprecio a los de “seguridad personal”, que solían aparecer ponzoñosos por la zona norte del centro donde me encontraba con aquella gente intensa relacionada a las actividades artísticas contraculturales del Instituto Di Tella, cuya influencia fue el canon que me abrió las puertas a la creatividad en mi forma de ser y entender la vida. Lo que me dio el coraje y la audacia para bancarme lo que viniera, pero con la convicción que para abrirme camino en el mundo debía confiar en mis propios poderes, en la fuerza y destreza de mis propias manos y talentos musicales. Hoy, aunque me encante volver de vez en cuando a ciertos discos, películas, o libros que me dieron el satori durante aquella época tan especial, no soy de los que afirman que todo pasado fue mejor, pero entiendo que sin ese pasado virtuoso de florecimiento tanto musical, como en relación a las drogas no adictivas, primeros amores y a tantas otras cosas que pasaron como una bengala luminosa por mi vida, hoy no sería la persona que soy. El sentido de la memoria es mantener el pasado en el pasado, no mezclar los tiempos. Aquel desprendimiento de la realidad a mis casi 18 años de niño atigrado, había sido lo que me puso en sintonía con un puñado de personajes inolvidables, donde a pesar de las pálidas por vivir a la intemperie, había conversación y cierta sensibilidad empática con los que sin ser hermanos o cómplices de nada, por momentos fueron casi como parte de mi familia, algo que hoy no es tan común encontrar en las nuevas culturas. Porque realmente ahora conversación no hay. Aunque la música siga sonando y los dramas y fetiches cinematográficos sigan reproduciéndose en el mundo del entretenimiento, a pesar de todo el quilombo virtual del “status quo” que obnubila a los consumidores de entretenimiento, haciéndoles creer que tienen el poder absoluto por el hecho de tener un iPhone 14 entre los dedos, creo que la cuestión del arte a nivel global creativamente ya no es lo que alguna vez fue en los 60 y 70, figura al final de la lista de las cosas de la vida que a la gente le preocupan. No es mi caso, ya que sigo lo bastante pasado de moda como para seguir siendo un individuo resistente e indiferente a lo que se estila en las nuevas generaciones manipuladas por un séquito de mercenarios muy bien pagados, encargados de embaucar a las masas con berretadas. Pero por supuesto que entre los recién llegados también sigue habiendo gente impregnada de buenos sentimientos y arte elevado.

“De la Nube al Cielo” es un instrumental, ¿Qué significa la fusión y la World Music en tu vida?

Mucho. En mis épocas cuando ya era medianamente conocido en los medios musicales de Buenos Aires por mis dotes de frontman con Los Mentales, mi fascinación por ese tipo de música, donde suelen haber solistas virtuosos de muchas notas ensamblados a arreglos rítmicos sorprendentes ya había comenzado. En mi colección de vinilos de la época, además de los primeros discos de Steve Winwood con Traffic y el primer Songs for a tailor de Jack Bruce, (dos de mis ídolos a los que tuve el gusto de conocer) tenía el maravilloso Entrance de Edgar Winter. Cuando Los Mentales terminaban de desarmarse y me preparaba para un viaje a Europa motivado por Luis Gambolini, (baterista que había tocado con Pappo y La Pesada), entre el 72 y el 73, escuché por primera vez en el Agujerito de la Galería del Este, el matador Spectrum de Billy Cobham que me hizo despertar el bichito de hacerme algún día una banda como baterista, casi al mismo tiempo alguien me había hecho escuchar el novedoso Fingers que acababan de grabar los hermanos Fattoruso en Nueva York con el percusionista brasilero Airto. Todos estos primeros discos que aún suelo escuchar, fueron importantes en mi formación y gusto estético que influyeron creo en mi forma de fusionar mi música. Estando todavía en el 73 durante mi estadía en Paris, enseguida tuve la oportunidad de ver a menos de diez metros del escenario a ingleses imprescindibles como los Deep Purple, Led Zeppelin (dos veces), West, Bruce & Line, Traffic, Spooky Tooth, Family y Arthur Brown entre otros, pero lo que verdaderamente transfiguró mi concepto y gusto creativo en mi forma de escuchar, hacer, amar y entender la música, fueron los impresionantes conciertos que presencié de los Emerson, Lake & Palmer en el Palais des Sport y el extraordinario concierto del primer Genesis con Peter Gabriel en el Olympia de Paris que me pegaron un directo a la pansa. No solo por la variante sinfónica, melódica y escénica, también el contenido rítmico sincopático de los arreglos que iban más allá de lo escuchado hasta el momento en otras bandas, me volaron la peluca. Ya casi a mediados de los 70; después de la desgarradura de mi salida definitiva de Argentina, durante mis viajes nómadas por Europa llegaron los conciertos de Jethro Tull, Queen, Chicago, el proyecto de John McLaughlin con Billy Cobham y Jack Bruce, Jean-Luc Ponty Group, Jack Bruce Band, el siempre impresionante Chick Corea & Return to Forever, Herbie Hancock & Head Hunters y mi primer encuentro con Alex Acuña y Manolo Badrena con Pastorius en el 78 cuando andaban en tour con Weather Report presentando Heavy Weather, ¡tremendísimos!
Después llegaron los cubanos del primer Irakere que me hicieron meter más a fondo en la percusión afrocubana que ya venía dominando por mi gran pasión con los cueros y gracias a mis encuentros con maestros de gran corazón como
Giovanni Hidalgo y Milton Cardona. Desde entonces y a medida que iba descubriendo otras variantes instrumentales cada vez más abiertas a la síncopa y a los ritmos irregulares y ya como percusionista y baterista en activo, se me fue abriendo un mundo fascinante, sin que por ello dejara de sentirme totalmente identificado con todas las variantes rítmicas y melódicas relacionadas a las raíces de la música de dónde vengo - rhythm & Blues-soul tanguero, jazz cubana-brasilera-latino-rioplatense y todo lo que tenga interesantes armonías, buen pulso y corazón. A veces pienso que si no hubiera tenido que irme de Argentina, la historia de Daniel Irigoyen hubiera sido otra; posiblemente mi fervor musical como cantante y comunicador hoy no sería lo que es. Quién sabe. En todo caso agradezco al Señor que me haya dado la oportunidad de conocer y aprender de tantos músicos geniales que me han ayudado a crecer y creer en mi arte cantando en el idioma de mis ancestros para el mundo.

En “América Era una Sola” hablás de un sueño que tuviste sobre una América unida, ¿los sueños te inspiran composiciones?

Este tema en 6/8 lo compuse en el 97 y fue parte de mi primer CD Cuidando la Memoria que salió ese mismo año. Grabado durante un fin de semana en un estudio alquilado (por hora) y que por razones de tiempo, dinero y logística salió publicado sin la batería acústica. Algo que me dio cierto complejo. Aunque esa primera versión me gusta bastante como quedó, porque estuvo cantado con bastante swing y garra y con un buen sonido de congas y el sonido midi de los vientos que había orquestado a la ligera con el Korg M1 después de todo no quedó tan molesto como me lo hicieron entender algunos escuchas puristas criticones, igual se me había metido en la cabeza que tenía que volverlo a grabar, y así lo hice esta vez con nuevos arreglos como era de esperar agregándole una nueva introducción con los tambores Batá y la batería a tope con todo lo demás que toqué y grabé en mi estudio sin estar pendiente del reloj, acompañado por mi querido amigo cubano Leandro Saint-Hill Montejo, que se encargó del espectacular solo de saxo tenor y apoyando todas las líneas de vientos de los arreglos.

Sobre las dos Américas, sigue siendo difícil erradicar los venenos de amargas rivalidades, envidias y conflictos acumulados. La analogía del sueño fue un buen argumento para dar a entender mi posición sobre las desigualdades no solo económicas entre las dos Américas. En esta nueva versión introduje algunos cambios simbólicos en la parte B del texto, donde anteriormente aparecían el Che y el Beatle mayor como ejemplos catárticos de justicia social, dos símbolos opuestos que lucharon cada uno a su manera por una utopía todavía en pañales que opté por sacarlos de contexto para evitar controversias. En esta nueva versión apelo a que nadie se cura, ni se salva del propio infierno excepto mediante sus propios esfuerzos. La utopía existe, nada falla en el mundo, lo que falla es nuestra forma de verlo.

¿Qué inspiró la letra de “Omnipresente”? ¿Por qué el disco se llama así?

OMNIPRESENTE (Que está presente en todas partes al mismo tiempo):
Mis ansias de conectar con lo sagrado sigue sosteniéndome. Ya no me preocupan tanto las razones del porqué tengo que vivir y morir todos los días como un ser humano en rebelión o como un pájaro caído del cielo. En todo caso vivir la lucidez en el ahora sin tiempo, es una bendición del espíritu santo, providencia, Dios en el alma o como se quiera llamar. Para un poeta-músico que ama lo que hace, el horizonte de ignorancia es infinito, es lo que lo mantiene vivo. Es como una luz interior que de acuerdo al corazón y al tesón que ponga aumentará o disminuirá. En este oficio no hay relación entre éxito y continuidad, sino más bien un azar absoluto. El hecho creativo energético de las ideas de lo que se recibe de las alturas, es lo que verdaderamente cuenta en el arte de la composición. Para mí hacer música no es hacer carrera, ganar premios, honores y dinero. Ella es la medicina de Dios que me mantiene en estado vital agradecido de vivir en cuerpo y alma como un miembro más de la humanidad entera y no solo emparentado con los seres que viven en el país donde nací. En esencia lo que simboliza la humanidad, no es solo un número grande de personas aquí o allí, es lo humano en acción a través de cada individuo lo que hacen a la humanidad. Gente diferente, lugares diferentes, músicas diferentes, climas diferentes, costumbres diferentes, hombres, mujeres y niños diferentes pero iguales en sentimentalidades, amores y tristezas. Porque las personas y sus mundos de ruidos o de silencios son iguales en cualquier región de nuestro planeta. Uno nace en alguna parte y muere en alguna parte, pero la vida y la muerte son iguales en todos los climas y en todos los continentes divinamente OMNIPRESENTE.

Algunas almas evolucionan rápido; otras progresan a paso de tortuga. Nadie tiene la posta, tal vez ese sea el precio que hay que pagar por ser enteramente lúcido con la realidad. Mi propuesta tal vez sólo se pueda transmitir mediante el ejemplo. Es algo que se debe vivir, no debatir, y eso es precisamente lo que no acaba de convencer en absoluto a algunos que prefieren escuchar otro tipo de propuestas libertarias en el rock, en el jazz o en el pop como divertimento pasajero. Pero lo que ofrezco es de posta. Podrá gustar o no. Más allá de las trifulcas estúpidas, celos, intriga, distanciamiento cada vez mayor entre las personas con ideales diferentes, todos tenemos que vivir y saborear el guiso en el que estamos cocinándonos a fuego lento en la gran olla de la supervivencia en ciudades ya casi a lo Blade Runner, buscando respuestas que pueden ser muchas y diferentes según el dogma con el que te hayas dejado formatear el cerebro o evolución amorosa que se tenga. Todo va unido, incluyendo el ángulo de visión del que hablaba Balzac. Como buen instintivista trato de vivir como un poeta, trabajando duro para que los caprichos infantiles del narciso de mi otro Yo vayan quedando olvidados por el camino, por lo menos hasta que termine un próximo CD, porque uno nunca sabe cuánto tiempo más va a estar aquí rompiéndole los cocos al mundo.

Todo lo que predico en mis textos de contexto místico son variaciones de un mismo tema. No me acuerdo quién decía que para llegar a ser un artista, primero hay que serlo. La vida es Ser y el Arte es hacer como poeta de la vida aunque por el camino a veces no lo advirtamos. Componer, poetizar, cocinar y trascender más allá de lo establecido por los jueces del show-business, sigue siendo una buena posibilidad para ayudar al mundo a despertar de la boludez y la falta de fe. En definitiva exhalar más de lo que inhalamos, es decir, honrar, obedecer y adorar al Creador de todas las cosas, es lo que para mí identifica a un verdadero artista. De esto se trata mi mensaje en OMNIPRESENTE como poeta de la vida todos los días de mi vida en la música de lo que me es dado y que uso como terapia regenerativa para elevarme a Dios. Como digo al final en ese arreglo de fusión apocalíptico que se va alejando:
“Quién comprenda lo que canto... Hará mío su corazón”... ¡me encanta!

“Inmunidad” es casi una puesta en acto de tus pensamientos del devenir de lo humano, ¿cómo se te ocurrió?

En este texto he optado por explayarme sobre lo que para mí es importante en las relaciones del vivir. Parte del texto de la canción dice: “El tirón de la vida en Amor y amistad... Sigue siendo un misterio de la Divinidad...” “Creo en lo que dudo y dudo en lo que creo...” “Esto me inmuniza para ir más allá…” Pero a pesar de las dudas sobre el misterio de la vida, la fe que se tenga en la propia sigue siendo fundamental para no tirar la toalla antes de tiempo.

Ningún artista ha tenido el genio suficiente para ahondar a fondo en lo que se refiere a la vida privada de las personas, como lo hicieron algunos capricornianos famosos de diversos tipos, como por ejemplo Dante, Miguel Ángel, Dostoievski, Schopenhauer, Tolstoi, Alan Watts, Susan Sontag, Martin Luther King, Henry Miller o Edgar Allan Poe. Gente profunda y admiradísima, pero posiblemente unos pesados e insoportables tremendos. Los he estudiado a casi todos con atención por el infantil y ridículo motivo de considerarme a veces uno de ellos cuando ando con la autoestima por las nubes, dándome cuenta después que aunque yo también sea un capricornio con un alto concepto de mí mismo y con una sed insaciable de saber entregado al estudio de asuntos complicados y abstractos, además del ascendente y decanato al nacer, lo que creo me diferencia de alguno de ellos, es mi energía elevada de tipo abierto y comunicativo con casi todo el mundo, aunque después me tenga que clavar los puñales por haberle entregado el corazón a un imbécil que no pude detectar a tiempo. 

Según algunos libros “serios” de astrología, los capricornios solemos ser buenos filósofos, inquisidores y hechiceros redentores: Vivimos en varios niveles a la vez. Por mi lado también me considero un buen amante, por lo que algunos fogosos(as) del signo de fuego, agua y aire suelen acumularse ante mi puerta trayéndome flores y regalitos de admiración esperando en vano. Los capri somos trabajadores infatigables, perseverantes y obstinados… Algunos podemos condensar varios pensamientos a la vez. Los astrólogos estiman que capricornio es un animal solitario que no conoce a una madre. Sólo a “las madres”. Piensa en círculos. Se suma en las profundidades. No olvidan nada, nunca. Su memoria es fantasmagórica. Recuerdan no sólo sus tribulaciones personales humanas, sino también las pre humanas. A pesar de ser un signo cardinal de tierra, suelen escapar a las alturas equipados con alas indestructibles. A eso se debe su mediumnidad, su capacidad y deseo de practicar la aceptación. Entran en el mundo como visitantes destinados a otro planeta, a otra esfera. Mueren innumerables veces, mientras que los demás lo hacen una sola vez. A eso se debe su INMUNIDAD a la vida o a la muerte. Su lugar auténtico es el corazón del misterio, ahí todo está claro para ellos. Ahí viven aparte y están en casa.

En los 70, la astrología me había atrapado en el sentido de los cuatro temperamentos diferenciadores –colérico / flemático / sanguíneo y melancólico- Pero después la fui dejando a un costado por ese sentido casi religioso adivinatorio y de sugestión que los astrólogos especializados suelen darle, afirmando que los nativos de capricornio o el que fuera, de acuerdo a los planetas, el Sol, la Luna, ascendente y demás en el momento de nacer, somos de una forma o de otra, concluyendo que un capricornio o un leo o un tauro o el que pinte, lo será siempre para otro astrólogo con un sello identificatorio en la frente de por vida y te lo vas a tener que bancar porque está escrito en las estrellas. ¿Cómo?

Pero, ¿y los millones de otros planetas, otras constelaciones, otros universos, todas las estrellas que titilan sobre nuestras cabezas enloquecidas, la música de las galaxias, los cometas, los meteoros que nunca llegan a la tierra, los asteroides que inspiraron al extraordinario Ziggy Stardust? ¿Quién se atreve a decir donde comienzan o donde acaban las influencias? ¿Quién se atreve a decir que cualquiera de los cuatro elementos que nos vive en la sangre tendrá más rendimiento en un Sagitario que en un Leo? ¿Quién se atreve a decir lo que es importante o no en el espíritu de un ser humano? ¿Quién es dueño de las galaxias? ¿Quién lo regula? ¿Quién es el que tiene la llave? ¿Qué espíritu lo anima? ¿Cuál es el astrólogo, el gurú o filósofo que nos lo va a revelar?

Creo que no hay que saber nada sobre tipos astrológicos, la complejidad de sus reacciones sobre esto o lo otro. La gente consulta la carta astral para zafar de los problemas cotidianos, principalmente para congeniar unos con otros en el baremo de las relaciones de conciencia y diversidad de caracteres. Queremos que todo funcione como un auto nuevo. Siempre en pos de los buenos deseos, pero si no se tienen claro los deseos de vida, la mente, Dios o como lo llames, ¿qué te puede revelar el estudio de una carta astrológica? Pasarse la vida tratando de evitar a los pesados puede resultar una pérdida de tiempo si no se abandona el miedo, la soberbia y el prejuicio, sólo así tal vez podríamos, reunirnos con el asesino tan fácilmente como con el santo como decía el poeta. En la parte final de la canción canto: “Creo en lo que dudo y dudo en lo que creo... Esto me inmuniza para ir más allá…” los poetas, los artistas y los amantes perseguimos esta gloria de un misterio revelado, de una sabiduría oculta que ahora se hace repentinamente cierta, más allá de toda duda con “espíritu completo”, curándonos en cuerpo y alma por la fe en el bien amado sin necesidad de gurú o astrólogo.

¿”Eterno Romance” es un poco tu visión sobre las relaciones amorosas?

La letra de “Eterno Romance” es una alegoría o plegaria sobre las extravagancias de nuestras relaciones y experiencias con la gente y el mundo en relación a los niveles de conciencia a los que cada cual haya llegado. Un romance, que pase lo que pase, nadie quiere abandonar antes de tiempo. Y porque la muerte, ese misterio insondable que nos devolverá a la luz definitiva sigue siendo un tabú para los que amamos la vida, la idea es aprovechar esos momentos supremos del propio despertar mientras se está viviendo agradecidamente, aceptando las consecuencias de ser uno mismo con coraje y claridad de espíritu. Obvio que cada cual debe encontrar su propia solución para los problemas que lo agobien y debe encontrarla por sus propios medios. En tiempos confusos nadie puede decir a otro como componer una canción, ni cómo luchar contra los propios demonios y fuerzas negativas y paralizantes que amenacen con aniquilarte.

Es un hecho que la gente en su mayoría no están interesados en el poder divino que hay en ellas, sino sólo en encontrar un intermediario que arregle los quilombos causados por su estupidez o maldad de su alma. La mayoría prefieren creer en un dios remoto o gurú bestseller, que puede ser un santo, ídolo, filósofo o político revolucionario tipo Lennon, Trump o el que pinte, haciendo que los insensatos se “apresuran a correr allí donde los ángeles temen pisar”, como dijo Alexander Pope. En mi última conversa con Miguel Grinberg, quién me tenía un gran respeto y aprecio, durante la amable invitación que nos hiciera en su apartamento del barrio de Monserrat con su esposa, después de charlar sobre algunas insensateces relajantes que caracterizan a los buenos encuentros, lo incentivé a la sana conclusión tal vez no tan rockera, de que el mal no es sino la negación de lo positivo; de que la luz deberá triunfar sobre las tinieblas a pesar de las boludeces del ego que nos trastorna la mirada, en definitiva que sólo cuando el corazón y la cabeza llegan a ser una y la misma cosa, se llega a la confianza absoluta en la voluntad de seguir haciendo cosas interesantes relacionadas a la magia. Y creo que me entendió, a pesar de su frustración y algo de tristeza por no haber podido acompañarlo a un espectáculo que se iba a realizar esa misma tarde en un teatro del centro, dedicado a la música de Miguel Abuelo interpretada por una sinfónica creo, porque teníamos una cita con otra gente que no podíamos postergar. 

Respecto a esta canción, con una melodía nada fácil de entonar, por cuestiones de comodidad a último momento decidí bajarla medio tono, groso error, porque aunque los arreglos quedaron compactos, brillantes y bien ensamblados, si la hubiera dejado en la tonalidad original, creo que mi canto hubiera estado con mucha mejor entonación, afiatamiento y swing... pero la foto quedó así y ya no se podrá cambiar, sólo ha quedado el mensaje en la botella.

¿De qué se trata La Puerta Final? ¿Es una reflexión sobre la experiencia vital?

“La Puerta Final” es un canto de amor al “bien amado” que habla de la importancia de localizar el corazón interno espiritual y de ser consciente de él. Método de auto indagación (más allá del ego) que se enseña en la India para zafar del negativismo oscuro, posicionamiento básico que sigue activo, y se refleja en los interminables conflictos sociales y políticos de nuestros días. “La puerta final” también puede ser un canto que va “contra el placer bastardo” que se deriva del egoísmo en sus distintas expresiones, como la vanidad, la auto justificación, el deseo de tener razón, éxito o de sentirse superior a los demás.
“La Puerta Final” simboliza el descubrimiento del propio Ser en nuestro cuerpo astral, acompañado por esa música de las esferas que me acompaña como fondo en la tapa del disco. Con este poema espiritualista no intento defender mi posición ante el materialista escéptico, sólo estoy aplicando el principio de
Heisenberg para beneficio y mejoramiento de mí mismo y el mundo.

“La Puerta Final” es el último paso o paradigma a la iluminación que puede abrirse en cualquier momento como último gran posicionamiento que ha de trascenderse después de atravesar muchas puertas, lo que según los que la han alcanzado (Ramana Maharshi, Nisargadatta Maharaj, Maestro Eckart, Lao-Tse, Rumi, Sankaracharya Sankara, Bodhidharma, Mahatma Gandhi, Patanyali, Alan Watts, Plotino), puede presentarse de manera repentina con  introspección consagrada en la observación del operar interno del ego con el fin de comprender la conciencia como totalidad de Dios. Surge sin anunciarse y, por lo tanto, nunca es demasiado pronto para estar preparado, como en algunos de aquellos LSD de los 60, se producen avisos preliminares en forma de destellos de comprensión avanzada, o satori, momentos repentinos e inesperados de absoluta quietud y paz en los que el tiempo se detiene y la perfección y belleza de la Creación brillan. Antes de todo eso solo había olvido y confusión. La verdad espiritual de lo que predico en mis canciones está más allá del significado de la razón intelectual; no significa nada. Solo se la puede conocer. Es una conciencia subjetiva situada intrínsecamente más allá del intelecto. Es alegría sin emoción, amor infinito, protección, cercanía, está más allá de todo proceso mental, pregunta, duda, tiene la cualidad de la Divinidad. La evolución mental-humana-espiritual no es consecuencia de saber muchas cosas acerca de la “verdad” como un profesor religioso dogmático que da cátedra a los faltos de fe con X libro sagrado en la mano, sino de estar dispuesto a convertirse en la verdad. El que puedas aprenderte un par de sheites con la Stratocaster o la Les Paul (lo sigo tratando) no te va a transformar en un Clapton o Page de la noche a la mañana. Cada persona experimenta, percibe e interpreta el mundo y sus sucesos de acuerdo con su propio nivel predominante de conciencia.

Según el maestro David Hawkins, lo que energiza este proceso en el Ser es la intención, la dedicación, la devoción y la totalidad del esfuerzo está sustentado por la inspiración espiritual. La rendición se enfoca en el proceso mismo como rendición a Dios. Se trata de un proceso de descubrimiento que se convierte progresivamente en AUTORREVELACIÓN. El contexto incluye a la totalidad de la persona y su proceso: la mente, el cuerpo, el estilo de la práctica, la persona, el entorno, la habitación, los instrumentos de música, los libros, los discos, el edificio, la ciudad, el país, el Estado, el continente, el mundo, el cielo, los planetas, la galaxia, el universo y la mente de Dios.

“Despierta Alas” es una especie de suite que cierra el álbum, ¿cómo la compusiste?

Lo compuse en el piano con mucho regocijo y espontaneidad, fue un golpe de magia porque mis conocimientos pianísticos tanto en armonías como en técnica de dedos apenas cubren ciertas necesidades irigoyeanas, pero al estar basado en uno de esos ritmos calentones motivantes, todo fluyó como en un sueño. El tema deja entrever mi gran pasión tocando la batería, las congas, los timbales, la Stratocaster y todos los otros instrumentos de apoyo que se fueron sumando, con algunos momentos supremos o deliciosos a cargo de mis queridos y admirados Leandro Saint-Hill Montejo de Cuba en solos de saxos soprano y tenor y el argentino Guillermo Marigliano desde Los Angeles con un solo de guitarra. Es obvio que mi dialéctica filosófica-musical no es para convencer sino para encantar.

¿Cómo son tus momentos de composición de canciones? ¿Qué cosas te inspiran?

En mis composiciones, la música siempre ha estado en primer plano, las letras vienen después. Dependiendo del estado de ánimo, hay cosas que compongo en el teclado, un Korg Kronos de 88 teclas pesadas maravilloso que tengo en mi estudio situado en un cuarto piso de bunker a unos quince minutos de donde vivo, no dispongo de piano acústico. También suelo componer con la guitarra aquí en mi casa. Las letras suelen aparecer de algún poema en prosa o ideas que suelo anotar durante mis caminatas meditativas en busca de silencios por algún parque de los tantos que abundan en Hamburgo.

Mi temática compositiva tal vez no tiene el sabor y el sentido de lo que la gente está acostumbrada a escuchar sobre las realidades del mundo. Pero es mi camino y forma de entrega sin hacer concesiones con nada ni nadie, parece inevitable que tener un punto de vista excepcional sobre el sentido de la vida, me condene a molestar a los incrédulos. Pero no me quejo porque la pasión continúa.

Ya no me importa no ser un gran estudiante de los instrumentos, ni de tener un dominio del lenguaje poético para que cuelguen mi foto en la pared. Recién ahora estoy aprendiendo a renunciar a la perfección para ser feliz. Lejos de tener el poder de eliminar el mal y la pena, me aferro a las palabras y al sonido de mi flamante Gibson J-45 (que aún tendré que pagar en cuotas) o de un piano o de un tambor para curarme en vida. El arte es un proceso curativo, como señaló Nietzsche, pero principalmente para quienes lo practican. Se compone una melodía o se escribe un pensamiento para conocerse a sí mismo y a la vez liberarse de los fastidiosos memes del Yo mientras se va madurando en alguna dirección. Sabiendo de mis limitaciones como músico intuitivo, no me dedicaría a hacer lo que hago si no tuviera el deseo de hacerlo. Quiero decir que si me comprometo a publicar algo será con alegría creativa y con desafío y no para ver si “camina” en el ambiente de las vanidades.

En mis canciones la vida es el principal tema de inspiración. Sigo siendo un enamorado del mundo, aunque a veces tenga que mearme desde una considerable altura, sobre todas las cabezas hipócritas no regeneradas que pretenden corregirme. En mis textos trato de transparentar mis afinidades sentimentales sobre la realidad del ser humano que vive en ciudades como un fantasma condicionado por la máquina en busca de un paraíso perdido que lleva dentro suyo sin notarlo. Canto sobre lo que creo que no se ha dicho lo suficiente. Por supuesto que soy consciente que, por mucha claridad que exponga en mis pensamientos, el mensaje corre el peligro de no ser entendido, inspirando dudas, burla o ansiedad. Se va aprendiendo por el camino, haciendo camino al andar como decía el poeta español. En definitiva, seas lo que seas para alguien por tus grandezas o miserias, la única cura auténtica es la cura por la fe. Quien usa el espíritu creativamente de lo que hay en él es un artista de posta. Hacer de la vida misma un arte: ese es el objetivo decía Miller, porque cuando estamos completamente vivos y unidos con nosotros mismos y con Dios, todo está unido, no necesitamos Instagram, Facebook ni drogas psicodependientes del ego que nos dé la palmadita.

¿Qué artistas escuchás y te influencian?

En lo posible disfruto de buena música que escucho con frecuencia. Soy adicto al vinilo. Toda mi vida he estado adquiriendo obras en vinilo y en CD de diferentes músicos, bandas, compositores, instrumentistas, cantantes, filarmónicas, etc. La lista es muy larga, de acuerdo a los estados de ánimo suelo variar los caracteres y géneros a capricho.
Extrañamente, a pesar de la gran variedad de música que suelo escuchar, lo hago por puro placer y disfrute sensorial, nunca para tocar encima con la guitarra o el teclado para estudiar o emular a tal o cual. Este ha sido tal vez un punto flojo en mi vida como músico autodidacta desde mis inicios en Buenos Aires, ya que cuando me encuentro a full trabajando en algunas de mis composiciones, me es imposible escuchar a nadie que no sean los arreglos con los que me encuentro obsesionado en mi estudio. Igual puedo darte algunos nombres a los que suelo escuchar por el simple placer de enriquecerme el corazón y las neuronas, no tanto para ser como ellos ni como cantante ni como instrumentista de nada por favor.
Adoro la música de Mc Coy Tyner, Hubert Laws, Victor Feldmann, Les McCann, Jack Bruce, Donald Fagen, Vince Mendoza, Jerry LaCroix, Jimi Hendrix Experience, Buddy Miles, Eddie Palmieri, Lalo Schifrin, Herbie Hancock, Clare Fischer, George Duke, Edgar Winter, Billy Cobham, Chick Corea, Dave Weckl, John Patitucci, Jorge Dalto, Bobby Lyle, Michael Brecker, Barry Miles, Wayne Shorter, Jaco Pastorius, Yellow Jackets, Eliane Elias, Don Grolnick, Don Alias, Steve Khan, Paco de Lucía, Djavan, Tower of Power, Otis Redding, Gino Vannelli, Pino Daniele, James Brown, Tchaikovsky, Irakere, Beatles, Traffic, Dave Mason, Cream, Led Zeppelin, Procol Harum, Ivan Lins, Toots Thielemans, Hugo Fattoruso, João Gilberto, Astor Piazzolla...

¿Cómo es tu presente en Alemania?

Desde que llegué con una mano atrás y otra adelante, fui aceptado plenamente sin que me palparan de armas. Mi vida estuvo caracterizada por todo eso que a través de los avances y retrocesos del andar, hace que te vayas superando de a poco como individuo en una sociedad de la que si querés adaptarte a las reglas del “juego” sin ponerte en duro onda “macho alfa”, las cosas te pueden ir diciendo sin mentirte, que el amor que pongas en lo que hagas hablando en un alemán de calle, todo camino puede andar como cantaba el Flaco.

En lo que llevo de estadía ya vi correr bastante agua bajo el puente. Aunque no pueda hablar de una felicidad gregaria a la argentina, no tengo amigos alemanes que me toquen seguido el timbre. Lo que no quiere decir que no tenga amigos. En las décadas que llevo aquí sin echar raíces, es decir sin haberme nacionalizado alemán por cuestiones de logística o negocio, mi actitud nunca ha sido la de un paranoico ambicioso por aquello de ser “el mejor” en lo que hagas, que es lo que caracteriza a los trepadores que al alcanzar cierto éxito en la sociedad, son adorados como si fueran dioses para después, eventualmente ser olvidados. También aquí se estimula a una sociedad en que se venera el éxito con independencia de la forma en que este se ha obtenido, y en la que la competencia parece más natural que la cooperación. También aquí hay pobres, no en el sentido de la miseria que pude vivenciar en África (Mozambique) perseguido por niños famélicos semidesnudos cada vez que salía del hotel.

Una existencia individual no es nada, a no ser que se la considere parte de un todo mayor. Los alemanes saben de su historia, además por lo que se sigue pasando en la TV, de documentales impresionantes sobre los estragos de la última guerra demoniaca que se vivió aquí, que muestra la destrucción total de casi todas las grandes ciudades alemanas, fundamentalmente en la que vivo, los políticos alemanes saben por experiencia que la depresión económica puede producir intranquilidad, una intranquilidad que puede dar nuevo empuje al avance del fascismo aunque sea un país democrático, por lo tanto, la mentalidad facha aquí no funka aunque existan los de Afd. Porque un fascista es alguien que repudia las enseñanzas de los profetas y que cree que la mejor sociedad es una sociedad nacionalista que vive en un estado de hostilidad crónica hacia otras sociedades. Se trata de alguien que desprecia al individuo desapegado (como recientemente me lo ha demostrado una antigua conocida porteña ya no tan “amiga”, de los tiempos contraculturales del pasado bastante fanática y patriota de sangre caliente que ha dejado de quererme) y que admira a la persona que obedeciendo al amo que en ese momento se ha adueñado del poder político, cultiva sistemáticamente todas las pasiones (el orgullo, la cólera, la envidia, el odio) que los filósofos y poetas espirituales y algunos pocos santos de la especie han condenado unánimemente como las más dañinas y menos dignas del ser humano.

Con mi esposa llevamos ya más de treinta y ocho años juntos. Pura bendición en mi vida por tener un Ángel protector que es mi amada compañera y madre extraordinaria de nuestra única hija. Desde que nos conocimos trabaja como terapeuta en una institución especializada en niños hemipléjicos y autistas de familias de pocos recursos. Tratamos de vivir sin enfermarnos la mente por cuestiones materiales ajenas a lo más importante del porqué vivimos. Ocupado con la música y las buenas ideas, a través de los años he tratado de mantener mi ego bien organizado y suficientemente flexible como para que en caso de pobreza o derrumbe creativo espiritual, no tenga que entrar a un banco con una media de nylon en la cabeza y una pistola de plástico haciéndome el Al Pacino. Gracias a Dios mentalmente sigo tan ágil como siempre, aunque a veces se torne dificultoso en el idioma alemán que no domino como un profesor, puedo decir mis cosas o las cosas ya casi como un hombre maduro. Con más de setenta años, todavía puedo hacer que la batería o las congas, suenen como los dioses y gracias al fitness que practicamos dos veces por semana, nos mantenemos relativamente en talla y alimentándonos con cocina vegana al igual que nuestra amada hija y su compañero, también músico él. Parece que si se mantiene el cerebro en buenas condiciones (sin alcohol u otras drogas destructoras), el cuerpo puede curarse por sí mismo. Recientemente teniendo que ir a mi oncólogo para el chequeo de sangre y demás al que me debo cada tanto, no me detectó nada que pudiera ensombrecer mis ganas de continuar con las buenas ideas, lo que me ha hecho sentir tan joven como hace treinta años, o quizá más. “Esto no tiene fin, se parece al rock and roll…” como digo en mi canción “Cuidando la memoria”. Creo que además de todo el amor que uno recibe y da, lo principal es ser capaz de vivir con vos mismo lo más despierto posible, de gustarte lo bastante como para poder ser vos en todo sentido, no necesitar a otras personas siempre a tu alrededor para que te den la papa. Tratando como te gustaría que te trataran sigue siendo una buena opción.

Aún elegís los formatos físicos para editar tus álbumes, tanto en cd como en vinilo, ¿por qué los revalorizás cuando muchos artistas ya se resignaron a la fugacidad del streaming?

Sí, es tremendo como se ha transformado todo en los medios. La industria musical está cada vez más compleja, además ya nadie alienta, ni alaba ni recompensa a nadie. Todo el mundo anda con el propio kioskito a cuestas. La paradoja es que al ser tan grande la oferta como la demanda; Internet sigue cooperando a la destrucción del espíritu de consagración del arte. El CD tiende a desaparecer. Sin embargo aún no ha sido retirado de los negocios y los músicos que editan nuevo material, lo siguen haciendo en CD y ahora cada vez más en vinilo, incluyendo Download Code para bajar la música de internet como lo acabo también de hacer con el doble LP GATEFOLD - TRANSFIGURACIÓN que acabo de publicar.

Mis cds aunque nadie los nombre jamás, siguen estando en internet para el que quiera bajarlos o comprarlos en formato físico. El público en general se la pasa buscando la sensación más que conocimiento de preparación para experimentar la vida. Posiblemente en algún momento deje de pagar en Internet por la difusión extra por cada uno de mis álbumes que ignoro si de los que bajan mi música obtendré algún tipo de beneficios algún día. Todo tiende a una gran fantasía y al reduccionismo voluntario como víctima de los que sin hacer nada, se ganan algún par de dólares con tu trabajo de meses y años de entrega valiosa, una aberración causa de la locura que desprecia el corazón de los artistas. Pero es lo que hay para que alguien te escuche con atención o te ignore.

A pesar de que las cosas relacionadas al negocio jueguen en contra para los músicos independientes; seguiré publicando mi música dentro de lo posible, porque en gran medida para mí es un juego que me llena de ilusión, me da un respiro y al mismo tiempo me hace digno. Dicho de otro modo, me mantiene feliz, entusiasta y vivo. Algo fundamental para cualquier músico que no ha dejado de creer en lo que hace y se la sigue jugando.

¿Cuáles son tus proyectos a futuro?

Por el momento enfrascado en mi libro Juegos de la divinidad (Apuntes y ensayos sobre música, mística y otras drogas) atando cabos y corrigiendo lo incorregible. Cuando logro abandonar por un rato mi mesa de trabajo, siempre tengo algunas de mis guitarras cerca para agilizar dedos. Me gusta caminar para serenar el espíritu y resolver cuestiones literarias o musicales que quedaron sin resolver. Otras veces cuando salgo a hacer cosas por la ciudad, en el transcurso tengo mil ideas nuevas, todas brillantes, extraordinarias. Después cuando regreso, son tantas, que no sé por cual empezar. No podría vivir sin crear. Tengo aún demasiados impulsos, demasiados deseos, demasiada necesidad de comunicación con el mundo. Después de haber superado un cáncer que ha transformado definitivamente mi forma de entender, continúo siendo un agradecido apasionado y devoto de lo que hago. Todavía gracias a Dios suelo tener ataques de euforia, (le doy bastante al café y a la Rosamonte) teniendo la impresión de ser inmune a la enfermedad, la pobreza, los bajones narcisistas, incluso la muerte. Es cuando finjo ser Aldous Huxley o un Samurai orgulloso por haber nacido en el barrio de Almagro. Hacen ya muchos años que dejé de ser carnívoro y quejumbroso, aunque sí tal vez algo gruñón para compensar mi ingenuidad con los que mienten.

Para subsanar el hecho de que en las efemérides de internet, sólo se le da prioridad a la música que estuve haciendo cuando andaba por los diecinueve, ignorándose una obra de cuarenta años junto a otros músicos de alto calibre, acabamos de publicar de forma independiente y en edición limitada y de lujo para coleccionistas, un doble LP masterizado para vinilo en 180 gramos que quedó espectacular, TRANSFIGURACIÓN lo forman catorce canciones elegidas de cuatro diferentes álbumes que produje entre 1982 y el 2023 que nos ha costado una fortuna, pero con la satisfacción espiritual de que esta música representa mi particular forma de entender el mundo y la vida. Dicho de otra forma, este doble vinilo representa mi legado artístico y filosófico, que obviamente espero que alguien lo disfrute antes o después de mi partida definitiva a la otra galaxia. Música de expresión contemporánea cantada en castellano, con elementos afrolatinos del continente americano. Porque como dice la leyenda, el vinilo es para siempre.

Bueno, esto se va terminando, te agradezco tu atención por continuar incluyendo mi ofrecimiento al mundo en esta gran obra empática de laberintos que se bifurcan que es INTERSTICIO. Hay músicas todavía por hacer y remontar. Todo lo que proceda del corazón tarde o temprano algo va a significar para alguien. Como había profetizado el grosso Vaslav Nijinsky, “Dios quiere que seamos felices”.

Emiliano Acevedo

 



1 comentario:

  1. Gracias Emiliano por tu apoyo a los músicos independientes, me ha encantado abrir mi corazón una vez más .. FUERTE ABRAZO!

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