Esta es la
historia de un disco muy exitoso, debido a la inclusión de “Music”, un clásico inmortal
que alcanzó el Top 3 de las listas de éxitos en el Reino Unido en 1976, además
de adquirir fama internacional. Su autor era John Miles, un gran vocalista,
guitarrista y tecladista; que a pesar de su talento innato como compositor, le
costaría horrores mantener su popularidad luego de este impresionante éxito.
Sin embargo, más allá de “Music”, Rebel es un disco excelso que merece ser
redescubierto.
FUNDANDO UN
ESTILO
A mediados de
los ´70, luego de un lustro liderado por el rock progresivo y el glam rock, el
rock británico se preparaba para el advenimiento del punk, un estilo que
sacudiría –por poco tiempo- los cimientos mismos del género, modificando los
paradigmas rockeros setentosos. Las causas fueron varias. Una de las
principales se debió a la alta fragmentación de los públicos, además de una
identidad renovada de los nuevos grupos de heavy metal, que sumados a los del
llamado pub rock, abogaban por un regreso a un rock más simple, menos
sofisticado y pretencioso que el de los dinosaurios sinfónicos. Sin embargo, y
a contramano de estas propuestas radicalizadas, también empezaba a manifestarse un estilo que muchos
denominaron como “pop sinfónico”, en donde seguía prevaleciendo una búsqueda
estilística muy elaborada desde lo instrumental, en discos en abundaban los
arreglos orquestales y las melodías ampulosas. Sin dudas, uno de los grupos
principales de este sub-genero era Supertramp, y más luego de su ultra exitoso
disco de 1974 The Crime of the Century;
a los que seguían en importancia otros grupos como 10 cc, o la Electric Light
Orquestra. Sin embargo, no sería del todo desatinado afirmar que este pop
sinfónico fue fundado –inesperadamente- en 1973 por Pink Floyd, con su célebre Dark Side of the Moon, un disco que cambiaría
para siempre la suerte del grupo, catapultándolo a la fama internacional; además
de redefinir el sonido de la década. De ahí en más empezaría a ganar
importancia el uso que los diferentes grupos daban de los estudios de
grabación, mediante la labor sofisticada de varios productores e ingenieros,
que se volverían casi tan famosos como los propios músicos.
Justamente, el
ingeniero de Dark Side of the Moon capitalizaría
muy bien su participación en el álbum más reverenciado de los ’70. Su nombre
era Alan Parsons, y más tarde se volvería una figura de importancia en el rock anglosajón,
hasta convertirse en uno de los mayores paladines del rock adulto, metiendo un
éxito atrás de otro en las radios FM. Parsons había comenzado su carrera como empleado
auxiliar de los estudios Abbey Road, a fines de los ´60, siendo aún un
adolescente, poniendo la cinta en los carretes de las grabadoras, durante el
último año de los Beatles como grupo. Más tarde, había ido ganando experiencia
trabajando de ingeniero de grabación para los Hollies y los Wings, antes de
tener la oportunidad de trabajar con Pink Floyd. Justamente, luego de rechazar
la posibilidad de grabar Wish Were Here
con los Floyd, y mientras buscaba iniciar su propio proyecto musical, Alan
Parsons es convocado por Decca para grabar el debut solista de un artista cuasi
ignoto llamado John Miles…
¿PERO QUIÉN ERA
JOHN MILES?
John Ethrington, luego conocido
como John Miles, había nacido en Jarrow,
Inglaterra, en abril de 1949. Durante su juventud, Miles había
sido integrante de The Influence, un grupo adolescente de su ciudad natal, del
cual también eran miembros Paul Thompson, posteriormente
baterista de Roxy Music, y Vic Malcolm, luego guitarrista de Geordie. Más
tarde, Miles formaría su propia banda, The John Miles Set,
antes de comenzar su carrera solista. Luego de
varios años, en apariencia infructuosos, Miles consigue llamar la atención de
un par de sellos discográficos con el demo de “High Fly”, una canción en
sintonía con los sonidos del glam rock, aunque con una melodía muy original,
con mucho gancho. “High Fly” había sido
compuesta por Miles junto a Bob Marshall, el bajista de su banda. Ambos formaban un dueto compositivo, en donde John se encargaba de la
música y Bob de las letras.
Antes de firmar
contrato con Decca, John y su banda ya habían tenido ofrecimientos
contractuales de varios sellos discográficos, en especial EMI, pero Miles
sintió que dentro de EMI el álbum no iba a tener la promoción que le prometía
Decca. Los ejecutivos de esta compañía habían quedado muy entusiasmados con el
demo de "High Fly", porque veían en Miles un gran potencial como
artista popular, y en su figura la posibilidad de que el sello volviese a tener
una impronta fuerte en el rock, algo que Decca no conseguía desde la época en
que los Stones grababan en el sello, en los ´60. Luego de la salida del grupo
de Jagger y Richards, Decca se había tenido que conformar, durante la mayor
parte de los ´70, de tener éxito solo con artistas etiquetados dentro del
llamado "easy listening", como el mítico Tom Jones.
Cuando Miles firmó contrato con Decca, los directivos de la compañía le presentaron a Alan Parsons, en el verano boreal de 1975. Parsons y Miles rápidamente congeniaron y se pusieron a grabar “High Fly”, que sería editado como single en el Reino Unido en septiembre del ’75, alcanzando el puesto 17 en los rankings de singles británicos y el 68 en la Billboard en los Estados Unidos. Debido al éxito de esta canción, se comenzó a grabar el primer larga duración de Miles, durante noviembre y diciembre de 1975, en los míticos estudios de Abbey Road. Un lugar en donde Parsons se sentía muy cómodo.
Cuando Miles firmó contrato con Decca, los directivos de la compañía le presentaron a Alan Parsons, en el verano boreal de 1975. Parsons y Miles rápidamente congeniaron y se pusieron a grabar “High Fly”, que sería editado como single en el Reino Unido en septiembre del ’75, alcanzando el puesto 17 en los rankings de singles británicos y el 68 en la Billboard en los Estados Unidos. Debido al éxito de esta canción, se comenzó a grabar el primer larga duración de Miles, durante noviembre y diciembre de 1975, en los míticos estudios de Abbey Road. Un lugar en donde Parsons se sentía muy cómodo.
Rebel sería editado en marzo del ’76. La crítica especializada recibió al
disco con alborozo. Por ejemplo, los titulares de Melody Maker decían “John Miles: Una nueva Estrella ha nacido”,
dando cuenta de su “sensacional debut”. Justamente, el álbum entero reflejaba –tanto
en los títulos de las canciones, así como en varias de sus letras- las
observaciones de John Miles acerca de la vida.
Sin dudas, Rebel era el éxito que Decca había
ansiado. Sin embargo, más allá de la impecable producción de Alan Parsons, hay que
destacar que nada de esto hubiese sido posible si John Miles no hubiese estado
en uno de sus mejores momentos artísticos.
Gracias a su amplio rango vocal, se encargó de todas las voces solistas,
además de tocar teclados, guitarra eléctrica y sintetizadores. Durante toda la
grabación, acompañaron a Miles, su compinche compositivo Bob Marshall, en bajo;
y Barry Black, en batería y percusiones. Justamente, tanto Marshall como Black
serían los músicos de la banda de John Miles durante muchos años, participando también
de los siguientes álbumes de este artista. Otro de los protagonistas
principales de este álbum fue Andrew Powell, quien a partir de las indicaciones
de Parsons y Miles, se encargó de los arreglos orquestales que tanta
importancia cobrarían en varios de los temas del disco.
TEMA POR TEMA:
Empezamos por la
cima. El primer tema de Rebel era la épica
“Music”, una canción que había nacido para ser leyenda. Esto quedó
rápidamente comprobado cuando fue editada como simple y se convirtió en un
éxito internacional instantáneo, alcanzando el puesto número 3 en Gran Bretaña,
el número 1 en Alemania, y el puesto 88 en los Estados Unidos. John Miles varias veces contó que la había compuesto en un viejo piano
que tenía en el living de su casa, en Leeds, en menos de media hora. A
diferencia de la mayoría de los temas del disco, co compuestos junto a
Marshall, “Music” había sido compuesta en soledad por Miles, quien, en un
principio, había pensado su melodía como la base de otra canción, pero debido a
su carácter distintivo, la desarrolló como un único tema. Curiosamente, “Music”
tenía un ritmo inusual de 7/4. Como luego señaló en forma acertada un crítico
británico, esta debe ser la única canción pop escrita en 7/4 –aparte de
“Money”, de Pink Floyd-, que haya entrado con en los rankings británicos en
toda la historia. Este ritmo tan poco convencional hace que muchas personas,
aun conociendo la canción, manifiesten una tendencia a poner un beat más por compas, cuando cantan o
silban la melodía. Más allá de su curioso entramado rítmico, la letra de la
canción no parecía demasiado compleja:
“Music was my first love
and it will be my last.
music of the future
and music of the past.
To live without my music
would be impossible to do.
in this world of troubles,
my music pulls me through…”
and it will be my last.
music of the future
and music of the past.
To live without my music
would be impossible to do.
in this world of troubles,
my music pulls me through…”
(“La música fue mi primer amor,
Y el será el último,
Música del pasado,
Y música del futuro.
Vivir sin mi música
Sería imposible
En este mundo de problemas
Mi música me saca de ellos…”)
Y el será el último,
Música del pasado,
Y música del futuro.
Vivir sin mi música
Sería imposible
En este mundo de problemas
Mi música me saca de ellos…”)
Como vemos, una letra bastante cursi, en la
que su autor da cuenta en forma mínima de su amor imperecedero por su vocación
musical. Sin embargo, más allá de lo
limitado de su lírica, la parte instrumental de la canción alcanzaba para noquear
a propios y extraños. En especial por esa preciosa melodía de piano, que era acompañada
por los impresionantes arreglos de cuerdas y voces de Andrew Powell –que, en
buena medida, anticiparon lo que sería el sonido del Alan Parsons Project-, además
de los solos guitarreros furibundos de Miles. Además, John la cantaba como lo
dioses, redondeando una de sus mejores performances como cantante de toda su
carrera. Sin dudas, un tema perfectamente balanceado, que se movía, en forma
pendular, entre la simpleza y la
grandilocuencia, hasta llegar a un final apoteósico, pocas veces apreciado antes
en ninguna otra canción de rock. Por algo, luego “Music” se convertiría en uno
de los mayores (y más distintivos) himnos rockeros de los ´70.
"Everybody
Wants Some More" era una potente canción que también mixturaba partes
fuertes con otras más delicadas, en un perfecto balance de rock y pop.
Seguramente, este tema junto con "High Fly", como habíamos mencionado
antes, eran los números más “glam” del álbum. Por el contrario, "You Have
it All" era una compleja composición épica, que iba ganando intensidad en
forma progresiva, en especial por la combinación de la música rock del grupo de
John Miles sumada a los arreglos orquestales de Powell. Una canción con final
ampuloso en el que Miles se grabó tocando múltiples sintetizadores, haciendo,
al unísono, solos de guitarra multi trackeados, a los que Barry Black agregaba
varios sonidos percusivos, entre los cuales se destacaban varios timbales de típico
sabor latino.
El antiguo lado dos del vinilo empezaba con el tema que le daba nombre al disco. “Rebel" era otro rock estridente muy marchoso, que contenía un gran trabajo de guitarras, y una letra que era una verdadera declaración de principios. Sin dudas, en “Rebel” John Miles cantaba acerca de sí mismo. Él se veía como un rebelde en contra de muchos de los valores materialistas a los que mucha gente le dan importancia. En efecto, su frase “Don´t call me a loser, call me a rebel” da cuenta de que él no quería seguir al rebaño, que no se conformaba con vivir una vida como la de la mayoría de las personas. Sin embargo, el mensaje de la letra fue malinterpretado, tanto por el público como la crítica, quienes creyeron que la letra estaba dedicada a la figura de James Dean. Buena parte de este malentendido vino de la idea de que el título del disco (y la canción) estaba basado en la foto de la tapa, en donde se veía a Miles posando con una escopeta sobre sus hombros, una imagen que se asoció con la figura del recordado ídolo “rebelde” de los ´50. Ya en junio de 1976, en una entrevista brindada a la New Musical Express, John Miles tuvo que salir a aclarar que “Rebel” había sido escrita apenas dos semanas antes de que entraran en el estudio para grabar el disco, y que nunca había estado en su mente dar a entender que el legado de James Dean estaba encarnado en su figura. Según Miles, todo fue un gran malentendido, propiciado por la foto de tapa, que en realidad había sido una idea de los ejecutivos de Decca. Ellos pensaban que una foto, en la que Miles pareciera “un nuevo James Dean” sería una buena promoción para el álbum. Una idea que funcionó, porque empapelaron todo Londres con la foto de Miles y la escopeta. Una imagen casi icónica, que más allá de su éxito, aún hoy es odiada por el propio músico. Volviendo al carácter autorreferencial de la letra de la canción, en una entrevista dada a la Melody Maker se le preguntó al músico el sentido de la letra, y si él se consideraba a sí mismo un rebelde, a lo que Miles contestó que esta canción no era más que su respuesta a todos lo que lo habían tildado como un “perdedor” en los siete años anteriores.
El antiguo lado dos del vinilo empezaba con el tema que le daba nombre al disco. “Rebel" era otro rock estridente muy marchoso, que contenía un gran trabajo de guitarras, y una letra que era una verdadera declaración de principios. Sin dudas, en “Rebel” John Miles cantaba acerca de sí mismo. Él se veía como un rebelde en contra de muchos de los valores materialistas a los que mucha gente le dan importancia. En efecto, su frase “Don´t call me a loser, call me a rebel” da cuenta de que él no quería seguir al rebaño, que no se conformaba con vivir una vida como la de la mayoría de las personas. Sin embargo, el mensaje de la letra fue malinterpretado, tanto por el público como la crítica, quienes creyeron que la letra estaba dedicada a la figura de James Dean. Buena parte de este malentendido vino de la idea de que el título del disco (y la canción) estaba basado en la foto de la tapa, en donde se veía a Miles posando con una escopeta sobre sus hombros, una imagen que se asoció con la figura del recordado ídolo “rebelde” de los ´50. Ya en junio de 1976, en una entrevista brindada a la New Musical Express, John Miles tuvo que salir a aclarar que “Rebel” había sido escrita apenas dos semanas antes de que entraran en el estudio para grabar el disco, y que nunca había estado en su mente dar a entender que el legado de James Dean estaba encarnado en su figura. Según Miles, todo fue un gran malentendido, propiciado por la foto de tapa, que en realidad había sido una idea de los ejecutivos de Decca. Ellos pensaban que una foto, en la que Miles pareciera “un nuevo James Dean” sería una buena promoción para el álbum. Una idea que funcionó, porque empapelaron todo Londres con la foto de Miles y la escopeta. Una imagen casi icónica, que más allá de su éxito, aún hoy es odiada por el propio músico. Volviendo al carácter autorreferencial de la letra de la canción, en una entrevista dada a la Melody Maker se le preguntó al músico el sentido de la letra, y si él se consideraba a sí mismo un rebelde, a lo que Miles contestó que esta canción no era más que su respuesta a todos lo que lo habían tildado como un “perdedor” en los siete años anteriores.
"When You
Lose Someone So Young" era una poderosa balada, cantada como los dioses
por Miles. Sin embargo, el sentido de su letra resultaba confuso, ya que podía interpretarse
tanto como la historia de la muerte de alguien joven, así como la ruptura de un
romance adolescente. Sea cual fuese su significado, Miles en este tema relataba
en primera persona, una perdida muy trágica que tuvo en su vida, y su lucha
posterior para superar este mal trance.
“Lady of My
Life” era una bella canción de amor, muy influenciada por el estilo de Stevie
Wonder, uno de los máximos ídolos musicales de John Miles. En este tema éste le
canta a la dama que ama, y le pide que se quede a su lado. Una canción “suave y
delicada”, como remarcaba la reseña de la revista Melody Maker, en donde sobresalía el impresionante solo de saxo de
Phil Kenzie. En sí, ésta era (además de “Music”) la única canción del disco
escrita en soledad por John, quien probablemente haya dedicado la letra a su
esposa, Eileen.
Por el contrario,
”Pull the Damn Thing Down", no tenía casi nada de suave, simple o
delicado. Con sus siete minutos y medio de duración, era la canción más
larga del disco, además de contener una letra bastante sarcástica –con
reminiscencias de los Kinks- que reflexionaba acerca de la vida moderna. Un
verdadero tour de force, bien rockero
y épico, que comenzaba lento e iba ganando más y más furia en forma
“progresiva”. Sin dudas, un prodigio sonoro que daba cuenta de la calidad de
Alan Parsons como productor. Dicha labor se puede apreciar en el crescendo
final de la canción, en donde -conforme va aumentando el tempo- John Miles
interpretaba un solo de guitarra espectacular que motorizaba al tema hacía un
frenético final en el que un “torbellino” sonoro se tragaba todo. Esta culminación
desembocaba en una coda en donde se repetía el maravilloso final de “Music”,
que aquí funcionaba como cierre del álbum. Sin dudas, valga la redundancia, un
golpe de efecto bien efectivo…
MILES DESPUES DE
REBEL…
Luego del éxito
de Rebel, durante la segunda mitad de
los ´70, John Miles lanzó una docena de simples y cuatro álbumes de estudio: Stranger in the City (1977), el
conceptual (y, quizás, su mejor disco) Zaragon
(1978); y More Miles Per Hours
(1979), éste último, nuevamente con Alan Parsons como productor.
Por supuesto,
John Miles también participaría como cantante invitado en varios temas de los
subsiguientes discos del Alan Parsons Project, además de continuar grabando y
tocando en vivo durante la década del ´80.
Desde 1987, John Miles también ha formado
parte de la banda de Tina Turner; en donde se desempeñó tanto como guitarrista
como director musical de varias giras de la mítica cantante norteamericana.
Miles también tocó en varios álbumes de estudio de Tina, además de su
participación como sesionista en el disco Night
Calls (1992), del recientemente fallecido Joe Cocker; y en Outrider (1988), de Jimmy Page.
Además, desde 1985, John Miles participa
asiduamente, junto a otras viejas estrellas del rock y el pop, en The Night of the Proms, una serie de
conciertos que se realizan con regularidad en Bélgica, Holanda, Alemania,
España, Francia, Austria, Suiza, y los países escandinavos. Estos shows ofrecen
una combinación de música popular y música clásica (a veces mixturando ambos
géneros). Por supuesto, Miles siempre interpreta “Music”, así como versiones de
temas clásicos de otros intérpretes. Por ejemplo,
en 2009 editó The Best of John Miles
at the Night of the Proms, que incluía "Music" y covers de “All
by Myself”, “Rapsodia Bohemia”, y “It Was a Very Good Year”, el viejo standard
popularizado por Frank Sinatra.
Como vemos, John
Miles sigue siendo aún hoy, a los 65 años, un músico valioso que, a pesar de no
volver a gozar con un tema propio un éxito comparable al de “Music”, ha
superado con holgura la categoría del one-hit
wonder…
Emiliano Acevedo
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