Crucis.
Nombre inmortal que resuena en el fondo de la historia del rock progresivo
argentino. Tan solo dos álbumes y un par de simples le alcanzaron a este efímero cuarteto
para quedar en el recuerdo de los miles de jóvenes que los siguieron en los
queridos setenta, y cuyas canciones aún incentivan la imaginación de decenas de melómanos y
músicos que los admiran, sin haberlos podido ver en vivo por haber nacido mucho
después. Y es que cuarenta años más tarde, su leyenda sigue creciendo, como si
fuera un gigante en la distancia, que sigue y sigue avanzando y no deja de
acercarse. Aníbal Kerpel (teclados),
Gustavo Montesano (bajo y voz), Pino Marrone (guitarra) y Gonzalo Farrugia (batería) fueron los
protagonistas de esta saga, los hacedores de una música sin igual. A pesar que rápidamente
sus caminos se bifurcaron, siguen juntos en esos temas largos y elaborados, en esos discos. Por
eso, en este nuevo rescate emotivo de nuestra sección Decíamos Ayer, viajamos hasta fines de 1976, cuando el
grupo se aprestaba a editar su histórico segundo álbum Los Delirios del
Mariscal, y hacía un rápido balance de su
meteórica carrera hasta ahí, en esta entrevista en la Pelo. ¿Preparados? Entonces, ajústense los cinturones
que allí vamos…
BALANCE
Y DELIRIOS DEL MARISCAL
A casi un año de su debut, los integrantes
de Crucis se plantean un análisis de
lo realizado. Con claridad opinan sobre el apoyo que la banda recibió y el
riesgo que ello implica.
Es particularmente difícil reunir a los cuatro
integrantes de Crucis, porque están en plena grabación de su segundo álbum.
Este nuevo disco es otro de los hechos de importancia de este conjunto meteóricamente
consagrado. Exactamente en noviembre del año pasado (1975) la renovada
formación de Crucis, intentaba hacer sus primeras armas con un concierto en el
teatro Astral; un gran recital, muy poco público, entre ellos el productor Jorge Álvarez y el músico Charly García, que los descubrieron. El
resto es historia conocida.
“Balance” no sólo es el nombre del próximo
simple de Crucis, sino un término que invita a la reflexión de todo lo sucedido
durante el año.
COLISEO
/ DEFORMACIÓN
Pino
Marrone:
“Toda la actividad de este año comenzó para nosotros con el recital del Teatro
Coliseo, un evento de gran trascendencia que significaba el primer contacto con
el público a nivel masivo. Tratamos de hacer las cosas lo mejor posible y, a la
vez, de volcar nuestras primeras ideas. Precisamente, una de las cosas que se
nos ocurrió fue realizar una puesta teatral; nos parecía que podía ser algo
interesante como complemento de la música. Entonces hablamos con Roberto Villanueva que, según los
comentarios, era la persona indicada. Él escuchó el material del Long Play y realizó una puesta,
directamente en el Teatro Coliseo. Villanueva es, supongo, un tipo muy bueno en
lo suyo, pero evidentemente no pudo captar nuestra idea, y el producto salió
completamente deformado”.
Gustavo
Montesano:
“Realmente pienso que lo del Coliseo, no fue bueno en cuanto a la faz escénica.
Pero –y creo que todos lo compartimos- nos gustó en la forma en que salió todo
lo demás: el sonido, nuestra interpretación y la respuesta del público”.
Pino
Marrone:
“Lo peor fue la repercusión que tuvo el concierto. Todo el mundo habló de la
puesta en escena como algo horrible y se olvidaron de nosotros, que estuvimos
tocando. Eso pasó porque la escenografía no tenía nada que ver con la música,
entonces la gente estaba tratando de ver que era lo que sucedía. Pienso que fue
un error de nuestra parte, pero siempre hay que pagar tributo a la inexperiencia.
INTERIOR
/ LUNA PARK
Pino
Marrone:
“Después de Coliseo intensificamos bastante el trabajo en los shows, que es una
cosa válida para poder hacerte conocer en lugares habitualmente vedados a este
tipo de música. También es muy importante presentarse en el Interior; hace muy
poco hicimos dos nuevas presentaciones en Córdoba, donde nos fue estupendamente.
Tocar en Córdoba es un placer porque el público cordobés tiene un respeto y una
sensibilidad impresionantes.”
“La verdadera consagración de Crucis en
Buenos Aires llegó con el recital en el Luna Park. Nosotros estábamos esperando
con muchas ansias el momento de tocar, porque sabíamos que era la oportunidad
de resarcirnos de lo sucedido en el Coliseo. Además estábamos seguros de que el
público nos iba a apoyar. A pesar de eso, reconozco que me sorprendió que las
cosas sucedieran de esa manera, a ese nivel emocional. Por momentos miraba que los reflectores iluminaban las gradas y
veía bailar a toda esa gente. Fue la primera vez que tocamos tan libres, sin
ningún condicionamiento”.
Gonzalo
Farrugia:
“Mucha gente pregunta si nuestro primer disco se vendió mucho o poco. Yo no sé
bien que responder porque este no es un gran momento para vender discos de rock
argentino. Existen varias causas: por ejemplo, que los chicos prefieren gastar
su dinero en álbumes importados, escuchando a los tipos que difícilmente puedan
ver algún día, mientras que a los grupos locales pueden verlos en vivo. El
costo que tiene hoy un disco hace que el comprador piense dos veces en lo que
va a comprar, y este año se ha editado una enorme cantidad de material
importado de óptima calidad”.
ÁLBUM
/ ASCENSO
Pino
Marrone:
“El nuevo álbum se titula Los delirios
del Mariscal, y estoy seguro que a la gente le va a gustar. Este disco
representa el trabajo más logrado, más homogéneo de Crucis hasta el momento. El
primero está bueno, pero parecía no tener una dirección musical demasiado
definida; eran cuatro identidades musicales diferentes. Esto ocurrió porque
nosotros lo grabamos muy rápido, y esta formación –la actual- tenía poco
tiempo. En cierta medida este disco tiene el trabajo constante y coherente de
los cuatro, por eso representa más a Crucis que el anterior”.
Gustavo
Montesano:
“Creo que este disco es marcadamente diferente del anterior, lo que se debe en
parte a que tenemos menos presiones a nuestro alrededor. Cuando uno empieza es
lógico que se rodee de gente que lo lleva de la mano. Ahora eso ya no pasa.
“Muchas veces me he puesto a pensar en cómo
todas las cosas se dieron rápidamente. Y eso me hace recapacitar en la
necesidad de que cada cosa que se haga sea coherente, porque los grupos suben y
bajan, desaparecen con igual velocidad. Creo que todos nosotros somos bastante
conscientes de eso, es parte de lo que dije antes respecto de las presiones y
manejos. A medida que uno va teniendo experiencia puede desenvolverse solo.”
Gonzalo
Farrugia:
“Nosotros ya sabemos toda esa historia de la manija y lo rápido que llegamos. Eso
no hace más que alegrarnos, porque yo –y los demás- somos plenamente
conscientes de nuestra capacidad como músicos. Entonces, todo el apoyo que venga
es bienvenido. Sobre ese particular tengo las ideas absolutamente claras y
definidas. Lo único que puedo decir es que ojalá hubiera muchos grupos como el
nuestro, que tengan un gran apoyo para poder romper todo, y que además, toquen
bien. ¿Qué más se puede pedir?”
(Publicado originalmente en la revista Pelo, número
79, octubre de 1976)
No hay comentarios:
Publicar un comentario