Todos
saben que Tito Losavio
es una voz autorizada a la hora de hablar de canciones, porque en ese ámbito
juega de local, gana, gusta y golea. Ya sea escribiendo para los grupos en los
que participó, así como para otros artistas; Tito se destaca por la calidad de
sus canciones, varias de las cuales ya forman parte del himno del corazón de
mucha gente. Y en esta charla que tenemos el honor de acercarles se habla de
eso, del arte de hacer canciones y de cómo éstas llegan a tocar el espíritu de
las personas. Pero como no solo de combinar líricas con músicas vive el hombre,
tampoco queríamos dejar pasar esta oportunidad y aprovechar para repasar con
Tito, de forma muy resumida (claro está), algo de lo mucho que hizo en casi 35
años de trayectoria musical.
ENTREVISTA: ¿Cuáles
fueron tus inicios en la música?
Mis
inicios fueron cuando era niño. Mi padre ya estaba en la música, primero como
músico y compositor de música popular (por ejemplo, algunos de sus temas eran
muy conocidos en México y los grababa Leo
Dan) y después se desempeñó como representante. También tuvo un pequeño
sello discográfico, etcétera. Por eso yo viví en ese ambiente desde que nací. A
los siete años me mandaron a estudiar piano, pero podríamos decir que
oficialmente mi formación como músico comenzó cuando a los quince decidí por mí
mismo comprarme una guitarra y anotarme en el conservatorio municipal. También
me dedicado mucho a tocar salsa y música brasileña, lo que fue un gran
aprendizaje para mí.
¿Escribiste
varios clásicos del pop nacional que están en el inconsciente colectivo del
público, crees que te falta ese reconocimiento masivo como compositor?
En
verdad, no sé si escribí algún clásico, lo que sí sé es que, aun hoy, hay
algunas canciones compuestas por mí que siempre suenan en la radio, y que
alguna de ellas son nombradas en alguna de esas listas que siempre gustan de
armar los periodistas, tipo “Las 100 mejores de la historia”, etcétera. Para
mí, el mejor reconocimiento es la reacción de que me llega de cualquier persona
cuando escucha alguna de esas canciones.
¿Y
cuál de todas esas composiciones es tu favorita?
No
tengo favoritas, si puedo reconocer algunos temas que fueron mejor logrados
cuando los grabamos.
Hace
algunos años escogiste como tu canción favorita del rock nacional “Para ir”, del
disco doble de Almendra, ¿crees que existe la canción perfecta?
Sí,
es verdad, elegí "Para Ir", pero creo que es muy difícil elegir sólo
una canción. Hay muchas bellas canciones en la historia. Me refiero a esas que
te tocan el corazón. No sé qué es la canción perfecta. No me gusta la
perfección en la música. La naturaleza y los humanos no somos perfectos.
The Beatles, Rolling Stones, The
Kinks, Jethro Tull, Mahavisnu Orchestra, Bob Marley, The Skatalites, Almendra,
Invisible, Pappo`s Blues, Aquelarre, Los Gatos, Moris, Manal y
muchos más que ahora mismo no recuerdo.
¿Crees
que faltan compositores de canciones pop en el rock argentino actual?
Creo
que hay muchos buenos compositores de pop y rock; lo que pasa es que no se los
conoce. En la actualidad, ocupan más espacios aquellos que ponen un mayor
ímpetu en hacerse conocer que aquellos que viven (siempre) en un mero estado de
inspiración. Muy buenos envases con poco adentro. Hay que buscar entre
muchísima oferta. A mí no me cierra tener que escuchar 100 compositores para
encontrar uno. Hay que tener en cuenta que esto lo dice alguien como yo, que
tiene muchos años y ya escuchó mucho.
Hablando
de nuevos compositores, hace unos años participaste en Ruiseñor, uno de los álbumes de Andrés Ruiz, grabando guitarras en la canción
“Cuando el Rebaño Quiere Matar”, ¿cómo llegaste a colaborar con él?
El
contacto fue a través de Gaby Martínez,
el ingeniero de grabación del disco. Se ve que Andrés quería que yo participara
en su disco como guitarrista. La cuestión fue que le dije que me mandara la
música porque no podía ir al estudio. La escuché y me encantó. Grabé las
guitarras en mi casa, se las mandé y ellos terminaron el trabajo. Debo decir
que no conocía la música de Andrés. Escuché el disco terminado y me encanta lo
que él hace. Me parece uno de los tantos talentos que hay debajo de la
superficie en Argentina.
El
estado de contradicción permanente, la búsqueda, la efervescencia, el no
rendirse; eso me gusta. En verdad, no sé qué es lo que no me gusta. Siempre hay
artistas maravillosos, tocando en todos lados, lo que cuesta es encontrarlos. A
veces dependo de algún amigo que me recomienda a alguna banda nueva. Hay que escarbar,
hay varias cosas nuevas y buenas por ahí. Justamente, desde febrero de este año
estoy haciendo un programa de radio en Nacional Rock, los domingos de 21 a 23,
y ahí me he estado poniendo bastante al tanto con las bandas nuevas que han
venido al programa.
Hablando
de géneros musicales, ¿qué preferís escuchar en la actualidad?
Escucho
la música que fui juntando durante la vida: tango, folclore, jazz, rock, pop,
electrónica, folclores de otros pueblos... Y cada tanto, algunas cosas que me
hace oír algún amigo o colega.
¿Y
cuál es tu opinión acerca de la caída de la Industria Discográfica y de las
nuevas formas de difundir música en Internet?
Mi
opinión es que los músicos no somos la industria, que se arreglen ellos. La
música siempre está, hay que ver cómo nos arreglamos los que la hacemos para
poder vivir de eso. O quizás, como en la antigüedad, debamos conseguirnos el
pan con otras habilidades y hacer música en los momentos libres... No sé, digo.
EL PASADO EN EL PRESENTE RECOBRADO
¿Cómo
recordás la época en que formaste parte de Los Twist?
La
recuerdo con mucha alegría, ya que tocaba con Pipo Cipolatti, otro tipo a quien siempre admire por la síntesis
argento / porteña de su arte, además disfrutaba tocar ska, rockabilly, twist
con una base de lujo como la que formaban Cano
en bajo y Rolo Rossini en batería;
además gané bastante dinero. Con el gran Damián
Nisenson en saxo. Eso sí es casi perfecto. Fue una época maravillosa para
mí. Lo que me he reído en esa época con Pipo fue increíble…
¿Cuál
es la historia del tema “Buscando Siempre”? ¿Lo compusiste expresamente
pensando en que lo interpretara Fabiana Cantillo, o ya lo tenías de antes?
“Buscando
Siempre” existía de antes, hice primero la música, como siempre en mi caso, y
después arme la letra con ayuda de mi amigo Cuino Scornik. En algún
momento se la mostré a Fabi, a quien
le encantó y terminó adoptando.
¿Qué
es lo que más te gustó durante tu experiencia en Man Ray? ¿Pensás que la banda
podría haber continuado un poco más?
De
mi experiencia en Man Ray me gustó
casi todo. Primero mi encuentro con Hilda
(Lizarazu), después el placer de compartir música con tipos como Lupano, Samalea, Gringui Herrera, Picolini,
Willy Crook y tantos más... Fue una gran época. Pienso que, meses más,
meses menos, estaba todo bastante maduro para que Man Ray terminara cuando
terminó.
Ya
treinta años de Man Ray, con un reencuentro con Hilda en 2013, con el disco Purpurina y una pequeña vuelta del grupo…
Sí,
hubo tres grabaciones nuevas y tres canciones nuevas en ese compilado. Nosotros
queríamos reeditar Perro de Playa (1991)
y Hombre Rayo (1994), dos discos
nuestros que están descatalogados. Ese fue nuestro primer plan. Queríamos hacer
una caja con esos dos discos, pero como no pudo ser, editamos Purpurina. A partir de eso armamos una
banda y salimos a tocar de vuelta.
¿Cómo
fue ese reencuentro con el viejo material de Man Ray?
Fue
como un ritual de revivir esas canciones, que estaban en estado de letargo. Fue
muy lindo volverlas a hacer.
¿Cómo
se dio tu participación en el disco El
Salmón de Calamaro?
Mi
participación en ese álbum es la de un amigo que pasa por el estudio y, entre
otras cosas, también graba. La obra de Andrés, además de vasta, me parece rica.
¿Y
cómo fue producir y tocar junto a Palo Pandolfo en el disco Antojo?
Siempre
admire a Palo y por eso fue un gran honor que pensara en mí para hacer Antojo. Nos divertimos muchísimo
haciendo la pre producción, la grabación fue muy trabajada y hubo muchos
invitados. Por eso quedé muy conforme con el resultado y creo que él también.
Nos llevamos muy bien, a tal punto que a partir de ahí estuvimos tocando juntos
un par de años.
¿Quedaste
conforme con el resultado de los covers incluidos en ese disco?
Quedé
conforme con las versiones, ya que fuimos muy libres a la hora de versionar. En
algunas fuimos bastante lejos, como por ejemplo en “Karma Police”, de Radiohead,
que la convertimos en una milonga rioplatense.
Así
llegamos al trío que formaste junto a Gringui Herrera y Federico Gil Sola en
2009, ¿cómo se les ocurrió comenzar este proyecto?
Ese
trío surgió de las ganas que teníamos de tocar, como casi siempre nos pasa a
los músicos. Nos conocemos desde hace tiempo, compartimos distintas
experiencias musicales, nos llevamos bien y yo los admiro mucho a ellos dos
como músicos.
¿Qué
estás haciendo ahora y cuáles son tus proyectos a futuro?
Estuve
haciendo cosas con Nico Pauls,
algunas tocadas en vivo y eso. Quizás hagamos un posible disco en vivo. De
momento estoy poniendo fichas al trío y también a un proyecto de sesiones de música
electrónica, que me gusta mucho. Me gusta mucho esa cosa latino – electro – psicodélica,
por llamarlo de alguna forma. Siempre ando en eso, y también tocando, cuando
podemos, en un trío junto a Dhani Ferrón y
Gustavo Spinetta. Tengo muchísimos proyectos
en carpeta. Quizás, más adelante, junte algunas canciones que tengo, las grabe
y las ponga a rodar. También estoy juntando música instrumental, que fui
haciendo para documentales y cortos, para en algún momento reunirlas en un
disco.
Emiliano
Acevedo y Leandro Ruano
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