Tormato fue el noveno álbum de Yes. Editado en septiembre de 1978, en
plena decadencia del llamado rock sinfónico y auge de la new wave, alcanzó igualmente las listas de
ventas entrando en el puesto 8 de los rankings británicos y el 10 en Estados
Unidos.
Este fue un disco en el que el vocalista Jon Anderson se bajó del
caballo, luego de ser acusado como “dictador” o “pequeño Napoleón” por el resto
del grupo, para dejar que los otros aporten más ideas en el nuevo material de
la banda. Así se generó este Tormato, con canciones más cortas (aunque
igual en la tónica progresiva) pero más eclécticas en la búsqueda musical, algunas
con mejores resultados que otras. Quizás por eso, en la contratapa del
disco, se ve a los integrantes del grupo con anteojos oscuros mirando en
distintas direcciones... quizás el mayor punto negativo del álbum haya sido
que el criterio de Yes por auto producirse no fue el más preciso, como bien lo señaló
el guitarrista Steve Howe.
La tapa del disco –al igual que su antecesor, Going For The One-
fue obra del grupo de diseñadores gráficos Hipgnosis y reproduce un
montaje en cuyo fondo aparece el "Yes Tor", una formación rocosa en
Okehampton (Devon, Reino Unido). Cuenta la leyenda que el tecladista Rick
Wakeman le arrojó un tomate, debido a la frustración que sintió al considerar a
la imagen como "poco expresiva". Finalmente, se decidió ajustar la tapa
y contratapa dejando las manchas de tomate como parte de estas.
LADO A:
1. FUTURE TIMES (Yes): Un muy buen tema
dividido en dos partes (“Future Time” y “Rejoice”) que -según el baterista Alan
White- sonaba mejor en vivo que la version que quedó en el disco.
2. DON'T KILL THE WHALE (Anderson, Squire): El himno “Greenpeace"
de Yes nació -según Rick Wakeman- de una improvisación rockera del bajista
Chris Squire que se parecía al estilo de Bo Diddley. Posteriormente, Jon
Anderson le agregó una letra basada en una nota que había leído en el diario
sobre una matanza de ballenas, y Wakeman unos ruidos del sintetizador Polymoog,
que se parecían al ruido de unas ballenas, y así hicieron el tema.
3. MADRIGAL (Anderson, Wakeman): El
grupo quería hacer un tema que se pareciera a la música folk o de madrigal, que
se canta en las mesas de las familias inglesas después de la cena, así que
Wakeman se sentó al clavicordio, Anderson le puso letra y así surgió "Madrigal”.
Este tema tenía un video clip en el cual Wakeman personificaba a un músico de
la corte, que vestido con ropas de época, se sentaba al clavicordio para tocar esta
canción, mientras que la imagen del el resto del grupo aparecía superpuesta (por
un efecto cromático propio de la época) sobre el primerísimo plano de los
"fierritos" (cuerdas) del clavicordio, las teclas y el atril del
mismo.
4. REALEASE, REALEASE (Anderson, White, Squire): Sin dudas, uno de
los temas más recordados de este disco. Una canción con gran ritmo y potencia,
que según Howe le gustó mucho a Ahmet Ethegun, el mandamás de Atlantic Records,
quien les dijo: "Muchachos... estaría
bien si hicieran siempre temas como este".
LADO B:
5. ARRIVING UFO (Anderson, Howe, Wakeman): Un tema que, según el
grupo, estaba basado en la moda de 1978 acerca de los platos voladores y la película
Encuentros Cercanos del Tercer Tipo.
Este tema tiene una soberbia actuación de Howe con el Wha-Wha, que hace
"hablar" a la guitarra.
6. CIRCUS OF HEAVEN (Anderson): Un tema muy simple basado -según
Anderson- en un libro de Ray Bradbury. Aquí Jon hace participar a su hijo
Damion Anderson.
7. ONWARD (Squire): Tema que Chris empezó, improvisando sobre el
piano, y que desarrolló con los arreglos de cuerdas que aportó Andrew Jackman,
quien también había trabajado con el bajista en su disco solista Fish Out of Water.
8. ON THE SILENT WINGS OF FREEDOM (Anderson, Squire): Temazo
nacido de una zapada de bajo y batería que terminó convirtiéndose en canción.
Como colofón podemos decir, para el que
no lo sepa, que este disco le puso punto final a la formación “clásica” de Yes,
quienes recién se volverían a juntar en 1995, para la grabación de Keys to Ascencion. Pero, por supuesto,
esa ya es otra historia…
Emiliano Acevedo
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