lunes, 11 de enero de 2016

DAVID BOWIE: Recordando The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars, un álbum inmortal...



Es muy posible que durante la primera mitad de los 70 se haya vivido la edad dorada de la historia del rock en Inglaterra, con diversos estilos y artistas –dentro del rock progresivo, el glam, y el hard rock-; y en donde serían editados docenas, cientos de álbumes clásicos como –por sólo nombrar a unos pocos- Dark Side of the Moon, Thick as a Brick, Close to the Edge, Led Zeppelín IV, Seeling England by the Pound, Band on the Run, Imagine, All Thing Must Pass, Exile on Main Street, Queen II, Red... Mientras tanto en Argentina es editado Artaud (1973), la gema de Luis Alberto Spinetta. Y quizás el artista inglés que más se puede emparentar al Flaco durante esos años, debido a su carácter camaleónico (estético-musical) fue David Bowie, quién se destaparía editando en 1972 uno de los discos conceptuales más impresionantes de la historia, basado en la historia de un extraterrestre bisexual de imagen andrógina: The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars.

Metáfora de los peligros del rock, la fama y de las audiencias masivas, la historia de Ziggy narra el ascenso y caída de un astro rockero, quién a la manera de Tommy (de The Who) se convierte casi en el Mesías, el salvador de esta maldita humanidad. Ziggy, como primer alterego de este artista, también combinaba las pasiones del Bowie setentoso: el glam, la megalogamania, y la ciencia ficción. El propio Bowie, fascinado con estas temáticas, declaró alguna vez su plena conciencia de que iban a matar a una estrella de rock en el escenario, y creería que iba a ser él.
¿Culto de personalidad, exceso descontrolado de poder? Mucho antes de que Roger Waters lo hiciera en The Wall, el álbum doble de Pink Floyd, o del asesinato de John Lennon, Bowie ya estaba reflexionando aquí sobre la siempre compleja relación entre las estrellas de rock y sus fans.

También, este álbum engloba buena parte del imaginario glam, lleno de rock y purpurina. ¿Y cómo logró Bowie semejante cosa? Muy simple: combinando sus influencias musicales del rock (Syd Barrett, Marc Bolan, Iggy Pop, Lou Reed, Vince Taylor) y de la moda (su amiga la modelo Twiggy) con un poco de fantasía espacial, y todo bien mezclado con el teatro Kabuki y la cultura japonesa. Así inventó un personaje que daba cuenta tanto de las películas berretas de ciencia ficción como de las minorías sexuales.

La historia narrada en este álbum era la de un extraterrestre (Ziggy), que empezaba revelando a los habitantes de la tierra que sólo quedaban cinco años antes del armaggedon, y debido a esto, decide él mismo convertirse en un Mesías del rock para salvarlo de la destrucción; antes de terminar abandonando sus objetivos, siendo victima de su propio éxito, y deviniendo en un suicida. En esa época, Bowie era acompañado por The Spiders from Mars, una concisa banda de apoyo en la que se destacaba el guitarrista Mick Ronson. Sería el mismísimo Ronson una de las piezas claves en el andamiaje de este disco debido a su perfomance en la guitarra eléctrica. Esto se nota claramente en temas como "Ziggy Stardust" (la canción más conocida del disco), en donde Ronson realiza un trabajo excepcional con un impresionante e histórico riff de guitarra. También se incluían otras canciones paradigmáticas del repertorio de Bowie como la bella “Starman”, la balada “Lady Stardust”, el poderoso "Suffragette City", y el final del álbum con “Rock n Roll Suicide”.

Sin dudas, uno de esos álbumes imperdibles que marcaron un antes y un después en la historia del rock: Ziggy Stardust. Ya no se hacen discos así.

E. A.


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