Editado en
diciembre de 1976, Hotel California fue un álbum paradigmático de la llamada Década del Yo. Y no
solo por la inclusión de la canción homónima, con la que abre el disco, a esta
altura uno de los mayores clásicos de la historia del rock. Este era un tema
melodioso, lánguido, y una muestra más del mejor pop de la FM californiana.
Pero algo tenebroso se escondía en su letra, a la que varios cultos cristianos
describieron como “satánica”. Por supuesto, ya sea que se estuviera a favor o
en contra, todo el mundo se preguntaba acerca del significado de la letra de
esta canción de The Eagles. Porque aunque no debe ser demasiado agradable
quedarse encerrado para siempre en ese hotel, también puede suponerse que este podría
no ser más que el relato de un tipo medio paranoico que hace rato que no duerme.
Entonces, ¿podríamos decir que “Hotel California” no es más que una fantasía cocainómana?
Por lo pronto, este álbum fue grabado en una época
delirante y llena de excesos, y describía un lugar propicio para el hedonismo:
la California de fines de los 70. Recordemos que esos fueron también los años
en que artistas emigrados de Inglaterra, como Peter Frampton y los Fleetwood
Mac, sorpresivamente, empezaron a vender
discos como pan caliente. Por otro lado, aún estaba muy difundida la idea de
que “la cocaína no hacía mal”.
Claro, una extraña aseveración que duró hasta los primeros años de los 80,
cuando muchos artistas otrora exitosos (como la linda Stevie Nicks
de Fleetwood Mac) terminaron internados en rehabilitación y/o con un
agujero en el tabique nasal…
Volviendo a “Hotel
California”, esta era una canción guitarrera per se, que empezaba con una
introducción basada en el contrapunto de guitarras acústicas, a cargo de los
dos guitar heroes de la banda: Don Felder y Joe Walsh. Luego de esta intro, aparece la voz de Don Henley (también batería y percusión), más el
acompañamiento de Glenn Frey (voz y guitarra
rítmica) y Randy Meismer (bajo
y coros). Sin dudas, muy alta la musicalidad de este quinteto que sonaba
tan ajustado como preciso.
Porque si hay
algo que se nota a lo largo de todo el disco, producido por Bill Szymezyk es su perfección
sonora, cristalina y accesible a cualquier oído. Y como si esto fuera
poco, los cinco Eagles también eran capaces de hacer hermosas
armonías vocales, como ocurría en “New Kid in Town” o “Try and Love Again”. Incluso,
en el final del álbum (“The Last Resort”), el grupo lograba redondear una canción
de tono épico, que complementaba la pretensión musical de otras piezas como la
balada “Wasted Time”, que también incluía una compleja coda instrumental con
cuerdas y todo.
Incluso el hit
“Hotel California” incluía uno de los momentos más recordados del álbum, con su
memorable final, en donde Felder y Walsh realizaban un espadeo eléctrico de
guitarras, sacándose chispas. Sí, una coda majestuosa; que siempre era, inevitablemente,
pisada por el locutor de turno, cuando pasaban la canción en la radio. Sin
dudas, ese final en fade es uno de
los excesos instrumentales mejor resueltos de la historia del rock, con ese perfecto
contrapunto interminable de solos y escalas, que van subiendo en su tonalidad
hasta llegar al infinito y más allá...
Curiosamente, a
pesar de su perfección, se cuenta que la banda tuvo un problema cuando
estaba grabando la canción en los Criteria Studios de Miami: les fue imposible
recrear la coda de guitarras gemelas y la intro acústica con Don Felder
tocando la guitarra de doce cuerdas. Entonces, aterrorizado, Felder llamó
a su casera en Los Angeles para que buscara el demo que tenía en el
estudio y así poder escucharlo por teléfono y ver como lo
había hecho.
¿CULTO SATÁNICO?
Como habíamos
dicho al principio, siempre se dijo que “Hotel California” hablaba de la experiencia con las drogas
pesadas o del culto a Satanás. Para colmo, incluso, corrió el rumor de que
cuando sacaron la foto para la contratapa del álbum -en donde aparecen los
integrantes de la banda, rodeados de un montón de gente, en el lobby de un
hotel- en la parte superior de la imagen se veía (medio borrosa, eso sí) a
una criatura “monstruosa”, asomada por entre los barrotes de uno de
los balcones. Se decía que no se sabía quién o qué era eso, porque no
había nadie ahí cuando se sacó la fotografía. Finalmente, se aclaró que
solamente era una planta... Por supuesto, el baterista y cantante Don Henley,
se desligó totalmente del supuesto mote de “satanistas” que les querían poner,
diciendo que el más grande éxito del grupo “(no tenía) nada que ver con eso.
Solo éramos chicos de clase media del Medio Oeste y esa canción no fue más
que nuestra interpretación de la vida de clase alta en Los Angeles”.
En fin, más allá
de toda esta confusión, esta anécdota satánica le vino como anillo al dedo para
promocionar el single y aumentar la mística de este clásico álbum de los Eagles.
Y es que el grupo estaba en su mejor época. Justo un año antes habían
editado su primer Grandes Éxitos
-a la postre, uno de los discos más vendidos de la historia del rock-, que recopilaba sus primeros
cuatro años de trayectoria; y la situación no podría ser más que propicia
para la edición de otro bombazo de ventas.
Y Hotel California no defraudaría estas
expectativas ya que cortó tres singles súper exitosos (“Hotel California”, “New
Kid in Town” y “Life in The Fast Line”), más otras cinco canciones que también
se volverían clásicos de la banda; para terminar vendiendo la friolera de
16.826.000 copias del álbum (contabilizadas hasta 2004) sólo en el mercado
norteamericano.
Emiliano Acevedo
Por si no lo sabes, en Argentina, para ser mas preciso, el Hotel California se encuentra en la ruta 3 kilometro 113 frente a la laguna de monte, te animas a pasar por alli?
ResponderEliminarEstimo que lo habras visto, pero el docu HISTORY OF THE EAGLES de 4 horas , es uno d los mas crudos qu he podido ver sobre cualquier banda, honesto y despojado imperdible....
ResponderEliminarLa historia de Eagles se puede ver en Netflix. Muy buena excelente diria
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