Editado en diciembre de 1970, H to He, Who Am the Only One es una experiencia sonora única, que te revuelve la mente y todos los sentidos. De movida nomás, hay que decir que su singular título se debe al proceso en el que “el hidrógeno se funde con el helio para producir la principal reacción exotérmica, generadora de energía del universo” (según versa en el sobre interno del disco). Es otra frase científica que da cuenta del paso del cantante Peter Hammill por las aulas de la Universidad de Manchester, cuna desde donde surgirá la propia VDGG.
En sí, en
este tercer disco de Van Der Graff Generator queda
solidificado de forma completa el “sonido VDGG”, y todo lo bueno que había insinuado el grupo en su
soberbia producción anterior (The Least We Can Do is Wave to Each Other,
1970). De esta manera, en H to He… tenemos varios de los
elementos que forman parte del imaginario musical permanente de este genial
grupo del rock progresivo,
incluyendo al furioso y envolvente sonido del órgano Hammond, que hizo de la banda
de Peter Hammill una de las más originales y dark –si por eso nos
referimos a lo gótico de su propuesta artística- de toda la historia del rock internacional. No es
casualidad que varios grupos posteriores (de estilo cuasi gótico) como Joy
Division o Suxie and the Banshees hayan tomado a Van Der Graaf
Generator como uno de sus grupos de cabecera.
En lo que
respecta a este H to He Who Am the Only One, en esta época el grupo estaba
conformado por Peter Hammill (en voces, guitarra, piano y teclados), Nic
Potter (bajo) –luego reemplazado, en mitad de la grabación, por Hugh
Banton (órganos
Hammond y Farfisa, bajo con pedaleras, guitarra, piano, teclados y voces), Guy Evans (percusiones y batería) y David
Jackson (flauta, teclado y saxos alto, barítono y tenor). Un Dream team que se complementaba con la
participación de Robert Fripp en la guitarra, un invitado de lujo, que
usualmente gustaba de acompañar los emprendimientos musicales de su amigo Hammill
(como también lo haría luego en el primer brillante opus solista de éste: Fools
Mate, de 1971). Pero basta ya de palabrería y aprestémonos a
recorrer esta soberbia producción que hoy nos compete.
H to He
arrancaba con el cuasi súper clásico de VDGG “Killer”, un soberbio tema
de ocho minutos que contenía un carácter musical “siniestro”, tanto en
lo que respecta a su contenido instrumental como lírico, para conformar una
pieza poderosa en la que la banda se mantenía todo el tiempo sonando a pleno,
en una performance que incluía una increíble mixtura formada por el sonido
violento de los saxos de Jackson y la soberbia voz de Hammill (no
por nada, reconocido casi en forma unánime como el “Jimi Hendrix
de la voz…”). La composición de este tema fue bastante curiosa, porque
surgió de un intento deliberado (¡y descocado!) de unir fragmentos separados de varias
canciones, tratando de crear un tema que pudiera ser exitoso como single, o que
al menos fuera posible que lo difundieran en la radio. Así fue compuesto, a
partir de una estructura básica de canción escrita por Hammill en 1968, a la que se sumó un fragmento de "A Cloud as
Big as a Man's Hand", otra vieja canción escrita por (el ex miembro de la
banda) Judge Smith; y un riff
rockero compuesto por el organista Hugh
Banton que había sido influenciado por “Brontosaurus”, un tema de los Move. En sí, la letra de “Killer” da
cuenta de la historia de un tiburón que se encuentra en el medio del océano, y que
se da cuenta que se ha quedado totalmente solo, luego de devorar todo lo que tenía
al alcance.
Lo seguía “House With no Door”, un bellísimo tema con una encantadora
melodía muy sutil, producida por la conjunción de piano e instrumentos de
vientos (en especial flautas). La letra habla de un personaje que tiene mucha
dificultad en hacer amigos y no es capaz de formar lazos durareros con las
otras personas. Esta canción es una de las varias en las que Hammill
utiliza el término “casa” como metáfora, algo que volvería a realizer en su
siguiente album solista. Por su parte, es muy interesante también el trabajo de
Guy Evans en percusión, y en especial por como éste utiliza el tympani en
canciones como "The Emperor in His War-Room" (compleja canción tipo
suite dividida en dos partes) o "Lost", dos piezas que conforman un
complejo tapiz sonoro confeccionado a partir de texturas impresionantes y
furiosas, plagadas de cambios e intricados arreglos musicales, que no decaen en
ningún momento. Además, el efectivo uso de los saxos de David Jackson da
a la música incluida en esta producción un inolvidable carácter vivaz y
sobrecogedor. Otro de los temas destacados de este disco es “Pioneers Over C”,
una pieza compleja que se destaca tanto por sus cambios rítmicos como su lírica
intricada que habla de una sociedad futura en donde unos astronautas abandonan
nuestro planeta para nunca más volver, como cuestionando la caída de los
valores de toda la humanidad.
Por todo esto no podemos más que agregar que este es otro álbum que (junto a Pawn Hearts, de 1971) retrata a Van Der Graaf Generator en su mejor momento y es, sin duda, un soberbio ejemplo de como el rock progresivo podía volverse oscuro y sobrecogedor. Una verdadera obra de arte de la música popular. Muy recomendable.
Nacho
Melgarejo
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