“Discos
como Surf´s Up son
poesía, maravillosos a pesar de su oscuridad. Son el mejor pop de ahora mismo.”
Esta cita pertenece, nada menos, que a Leonard
Bernstein, el gran pianista, compositor y arreglador de música
contemporánea; y, más allá de sorprender, es bastante acertada; porque este
álbum de los Beach Boys es una verdadera delicia, al estar repleto de
matices y grandes canciones –y pesar de ser casi un clásico menor (al lado del
inmenso Pet Sounds, de 1966)-, es un disco de culto que merece una
revisión urgente.
MAREAS ALTAS Y BAJAS
Luego de ser criticados por su imagen inocente, demodé, no sintonizada con la estética
hippie, y de haber perdido el tren, quedándose al costado del camino mientras
el rock evolucionaba hacía el art rock
de principios de los 70; los Beach Boys seguían tratando de encontrar su
lugar en el mundo del pop. No era una tarea fácil, y menos teniendo en cuenta
que su principal compositor, el genial Brian
Wilson -quien había concebido casi por completo Pet
Sounds-, luego del fallido Smile (1967), se había
confinado en su casa, paranoico, alejándose de las presentaciones en vivo,
atormentado por su sordera, y por los excesos con las drogas alucinógenas que,
casi, lo habían convertido en un vegetal que no podía ni salir de su cama, un
ser frágil y patético, con profusa barba e inseparable pijama, al que sus
amigos y familiares trataban como a un niño, y se encontraba bajo el cuidado de
un doctor que regulaba su vida.
Paradójicamente, estas ausencias creativas y
vitales de Brian harían que el resto del grupo tuviera que dedicarse por
entero a componer en forma mancomunada el nuevo material de la banda, logrando
un resultado muy satisfactorio en este Surf´s Up. Una vez editada, esta
legendaria producción sería saludada y aplaudida unánimemente por la crítica.
Parecía que los chicos playeros estaban otra vez en carrera. No duraría mucho
esta buena senda, pero… ¿A quién le importa eso?
ALEGATO OSCURO
Surf´s Up es agridulce,
triste, pero esperanzado, hermoso y melancólico; un disco de esos para escuchar
una y otra vez sin cansarse. Empezaba con “Don´t Go Near the Water”, un
increíble tema, compuesto por Al
Jardine y Mike Love;
que era un verdadero alegato ecológico que hablaba acerca de la necesidad de no
seguir contaminando ríos y mares. De movida nomás, se apreciaban las armonías
vocales que eran la “marca registrada de la casa” en este grupo. La música era
la de siempre, pero más en sintonía con las nuevas tecnologías de grabación y
con un sonido no tan mecánicamente relacionado a la vieja estética playera de
“I Get Around”, por ejemplo, sino encarando una nueva fase instrumental del
grupo, quienes sonaban como nunca. Bella y simple música, desde el mismo
principio.
Lo mismo se podía apreciar en “Long Promised Road”,
un tema complejo –lleno de armonías- compuesto por el gran Carl Wilson
(junto a Jack Rieley). En ese momento, Carl, ante las
intermitentes participaciones de su hermano Brian, se había convertido
en el líder de facto en esta nueva etapa del grupo. Por su parte, “Take a Loaf
Off Your Feet” (de Alan Jardine y Gary Winfrey) era un cómico
tema, alegre, simple, pero no por eso menos atractivo. Luego llegaba esa joyita
inolvidable llamada “Disney Girls (1957)”, una hermosa página melancólica,
hecha canción por Bruce Johnston –histórico virtual sexto Beach Boys-; un
momento único de este Surf´s Up que explora las lejanas
e idealizadas épocas de la adolescencia de estos muchachos, con nostalgia y
sentimiento. Soberbia pieza, es casi un valsecito divino, bien marcado con su
ritmo de ¾, un rasgo estilístico quizás inesperado en una producción de este
grupo.
Así pasamos a “Student Demostration Time”, una
brillante reinterpretación del clásico rock (del dueto compositivo Leiber
& Stoller) “Riot in Cell Block Number 9”, un standard del mejor rockabilly,
que aquí contiene unas nuevas líricas, escritas por Mike Love, que dan
cuenta del violento suceso ocurrido el 4 de mayo de 1970, en la Kent Stade
University, cuando una manifestación estudiantil en contra de la Guerra de
Vietnam fue repelida en forma brutal por las fuerzas policiales, lo que tuvo como
consecuencia varios manifestantes heridos y un par muertos.
Chistosamente, en este tema, la voz de Mike
Love fue grabada saliendo a través de un megáfono.
Luego es el turno de “Feel Flows”, otra muy linda y
sutil canción de Carl Wilson y Jack Rieley, que muchos años
después sería elegida por Cameron Crowe para cerrar su emotiva Almost Famous (2000), esa recordada
película que daba cuenta del amor de este director (y ex periodista de la
revista Rolling Stone) por la cultura rock de los 70. Y así llegamos a
“Looking at Tomorrow”, también compuesto por Al Jardine y Gary
Winfrey, una canción sin demasiadas complicaciones pero también atractiva.
Este sería el final de los dos primeros tercios de Surf´s Up, porque la
última parte del álbum estaba dedicada…
…CON TUTTI…
… a Brian Wilson, quien se levantaba de su
lecho convaleciente para darnos tres soberbias muestras de porque era (y es)
uno de los mejores compositores pop de la historia. Esta sección genial
comienza con “A Day in the Life of a Tree” (compuesta por Brian junto a Rieley),
una impresionante canción, devastadora, dolorosa -pero sin nada de
autocompasión-, en donde Brian escribe una letra que, casi casi, habla
en primera persona de sus dolencias y complicaciones personales. Una emotiva canción
que eleva al oyente hacía un mar de armonías y sonidos únicos, desembocando en
un final complejo que contiene una inmensidad de voces, (casi un coro
celestial) cortesía de todos los integrantes del grupo -más algún que otro
amigo misterioso-, que cantan al unísono redondeando un tema sin desperdicio.
Lo mismo se puede decir de “´Til I Die”, otra increíble canción de Brian,
que tiene una letra de tono casi existencialista, en donde el protagonista
traza analogías de su vida con las existencias de un tronco en el océano, una
roca que cae por la montaña y una hoja en un día ventoso; preguntándose, ¿hasta cuándo durará esto?: “Hasta que me
muera”. Sin palabras: impresionante…
Pero, si algo le faltaba a este monumental disco
era su final con “Surf´s Up”, un intrincado tema (compuesto por Brian Wilson
junto al gran Van Dyke Parks) que se había quedado afuera de Smile;
tremenda canción, compleja y encantadora; difícil de entender en una simple
escucha casual, pero que luego se transforma en un verdadero himno, y una de
las mejores piezas jamás grabadas por los Beach Boys. Sin dudas, el
mejor final posible para este disco súper recomendable.
Por favor, ¡escúchelo! Le hará bien a su vida…
Emiliano Acevedo
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