Me parece increíble estar
en el museo de los Chess Records, en el número 2120 de la avenida South
Michigan, en Chicago, Illinois. De pronto, la visión de esas consolas de grabación,
o los estudios con esos micrófonos conderser originales, me hace
retrotraer a aquellos gloriosos años cincuenta y sesenta, esas dos décadas en
las que aquí se grabaron decenas de álbumes clásicos del blues, el primer rock
y el soul. Los años dorados de la música negra. Todo está intacto, las
grabadoras impecables con sus carretes colocados, como si hubiesen sido
utilizados ayer, y las oficinas, en donde los hermanos Chess junto al legendario Willie
Dixon, decidían los pasos a seguir por la compañía. Los fantasmas de esas
leyendas me parecen saludar en cada uno de los ambientes de este recinto
sagrado, factoría de gran parte de lo mejor de la música popular norteamericana
del siglo pasado. ¡Si hasta parece que en cualquier momento entran a grabar Chuck Berry o Muddy Waters! Una historia inmortal que me gustaría recorrer con
vos en esta nota.
LA TIERRA DEL GOSPEL, EL COUNTRY Y EL BLUES
Los orígenes del rock
hay que rastrearlos en el sur de Estados Unidos, la cuna del blues y del
country. Según las estadísticas de la década del cuarenta, se habían trasladado
a Chicago más de medio millón de negros, huyendo de la miseria, en búsqueda de una
mejor calidad de vida, que no lograron hallar en su tierra natal, el Delta del
Misisipi. Muchos de ellos, trabajadores rurales, campesinos deseosos
de trabajo y con ansias de progreso. Y el blues ya era una de las
expresiones más importantes de esa minoría negra norteamericana, en las que las
canciones planteaban sus problemas amorosos o se lamentaban de la falta de
libertad, el hambre o las enfermedades. Era un género musical que se
interpretaba en cualquier parte, en las plantaciones, en las fiestas, en las
tabernas o en los burdeles. Una música simple de doce compases y tres versos,
con una expresión directa, palabras crudas y un ritmo lleno de entusiasmo.
Muchos de los primeros
cantantes de blues eran músicos errantes, vagabundos que esparcían sus
canciones por todos los lugares. Existían artistas que se dedicaban plenamente
a ese oficio, y otros con diversas ocupaciones (jornaleros, camioneros,
boxeadores, pintores, etcétera), gente negra normal de pueblo. Sin embargo,
para la población blanca, no dejaban de ser forasteros, por eso les impusieron
la otredad de la humillación, haciéndoles sufrir el rigor de empleos con míseras
condiciones laborales, y pagándoles mucho menos que a los empleados blancos.
Por otro lado, las pensiones en los suburbios, que eran alquiladas por los
negros, eran más caras que las destinadas a los inquilinos blancos.
UNA HISTORIA QUE EMPEZÓ EN EUROPA DEL ESTE
Chicago aún estaba muy
lejos de ser la ciudad del blues, todavía reinaba la música country como el
principal negocio de las empresas discográficas locales. Sin embargo, la
inserción del blues del Misisipi en Chicago ya había empezado a dejar sus
huellas en el sello RCA Victor, un verdadero monstruo del mercado discográfico
de Estados Unidos. Por otra parte, los músicos oriundos del sur también
comenzaron paulatinamente a realizar sus aportes, a medida que se acrecentaba
su llegada a la ciudad. Los clubes nocturnos resultaron un buen espacio para
que los negros muestren su arte.
El club Macomba
Lounge era uno de ellos y reinaba en las noches de Chicago. Sus dueños eran
dos hermanos polacos: Phil Chess (1921-2016)
y Leonard Chess (1917-1969) llegados
del este europeo a principio de los años veinte. Así recordaba Leonard en sus memorias, la
manera en que junto a sus hermanos y su madre lograron ingresar a Estados
Unidos: “Por aquel entonces existía una legislación en donde todo aquel que
poseía algún tipo de discapacidad física no podía ingresar. (Nota: Leonard
había contraído la poliomielitis a la edad de ocho años) Por eso mi
madre cubrió mis aparatos, y sosteniéndome del brazo me hizo caminar junto a
ella, impidiendo de esta manera que despertase algún tipo de sospechas.”
Una vez instalados en
Chicago, lograron reunirse con su padre, un trabajador del calzado. Al
llegar a su juventud, Phil se alistó en las filas del ejército, mientras que
Leonard se dedicó a trabajar en los locales nocturnos. Luego de casi
cuatro años, Phil se retiró del ejército y comenzó a seguir los pasos de su
hermano.
El Macomba
resultaría ser el club más elegido por toda clase de clientela nocturna, por lo
que los hermanos Chess debieron llevar adelante su negocio lidiando con el hampa,
la prostitución y los traficantes de drogas. Pero no toda la actividad del club
se vinculaba con el lado más turbio y marginal, ya que también supieron
acercarse hasta ese lugar artistas –futuras estrellas del blues eléctrico de Chicago- que ocupaban el
escenario, brindando conciertos que con el tiempo llegarían a ser legendarios.
Así es que los Chess comienzan
a dar sus primeros pasos como hombres de negocios abocados al mundo
discográfico, cuando se asocian a un pequeño sello independiente llamado Aristocrat
Records. Este sello estaba dirigido por un matrimonio, que no creía que el
blues fuese un gran negocio, como sí lo era la música country o el jazz. Por su
parte, los hermanos Chess sí tenían afinidad con el blues, además de pensar que
esta sociedad era una buena idea para difundir a los músicos que se acercaban a
tocar al Macomba Lounge, que no eran tenidos en cuenta por otros sellos.
Lentamente, los planes de los Chess, enfocados en la difusión del blues,
comenzarían a predominar sobre la otra parte del paquete accionario de Aristocrat.
Así, a comienzos de
1947, llevan a grabar (acompañando al pianista Sunnyland Slim) a uno de los guitarristas que usualmente tocaba en
el Macomba Lounge: McKinley
Morganfield, más conocido como Muddy
Waters (1915-1983). Éste se había convertido en un asiduo artista en las
veladas noches de blues que se llevaban a cabo en el club, y su relación con
los hermanos comenzaba a ser cada vez más estrecha. Por eso la propuesta de
grabar, ofrecida por Leonard, entusiasmó rápidamente al músico, que ya contaba
con un puñado de canciones. En esa primera tanda de grabaciones, Waters
registrará el simple que incluyó las canciones "Gypsy Woman" y
"Little Anna Mae”. Más tarde, en diciembre de 1947, en una segunda sesión
de grabación, graba "I Can't Be Satisfied" y "Feel Like Goin' Home", que se
convertirían en un gran éxito.
NACE CHESS RECORDS, EL INICIO DE LA LEYENDA
BLUSERA
En el año 1949, los
hermanos Chess compran la totalidad del sello Aristocrat, y lo renombran
como Chess Records. Ya estamos a comienzos de la década del cincuenta, y
afianzan el vínculo con Waters. Éste va a ser, por muchos años, el hombre
estrella del sello, no solo por ser el primer músico que electrificó el blues, sino
porque el sonido de su guitarra revolucionó al género, sentando las bases
para que luego –desde el rhythm & blues- surgiera el rock and roll. Justamente, las primeras composiciones que Muddy Waters graba para Chees Records serían los clásicos
“Still a Fool”, “Rollin´ and Tumblin” y “Rollin´ Stone”; y de esta última canción
los Rolling Stones tomarían su
nombre, quince años más tarde.
Sin dudas, los cincuenta
serían la década más prolífera para el insipiente sello, ya que tendrían su
primera experiencia en él muchos gigantes del blues americano, como Sonny Boy Williamson (1912-1948), Lowell Fulson (1921-1999), Memphis Slim (1915-1988) y John Lee Hooker (1912-2001). Las tareas
en Chess Records estaban minuciosamente distribuidas: mientras Leonard
se abocaba a la producción de las grabaciones de estos nuevos talentos, Phil
era el encargado de la difusión del material editado, su labor consistía en recorrer
el país, persuadiendo a los pinchadiscos de las radios para que pasaran sus discos,
y de esa forma seducir a los oyentes con cada uno de los lanzamientos
discográficos del sello.
La tarea encomendada a Phil por parte de su hermano nace a raíz de una legislación en donde las radios tenían absolutamente prohibido la difusión de más de dos artistas por sello, razón por la cual los Chess fundan un sello paralelo llamado Checker Records, en donde rotaban de forma continua sus artistas.
El gran armoniquista Little Walter (1930-1968) fue la
primera estrella en brillar dentro del nuevo catálogo de Checker, a partir del éxito
“Joke”. De ahí en más, un sinfín de hit escritos por Willie Dixon encabezarían
la lista de temas interpretados por Little Walter. Justamente, con clásicos
como “Confessin´the blues” o “My Babe”, a Walter se le atribuye el haber creado
un nuevo sonido en la armónica, dueño de un estilo innovador, se han
comparados sus aportes en este instrumento con los realizados por Jimi Hendrix en la guitarra y Charlie
Parker en el saxo.
FACTORÍA DE ÉXITOS
Hubo otro personaje que,
con el correr de los años, sería fundamental en la historia del rock: Sam Phillips (1923-2003), que si bien
no estuvo vinculado en forma directa con el sello, resultó una
pieza fundamental para fichar nuevos talentos. Phillips aún no había fundado su
sello Sun Records (en donde, posteriormente, descubriría a Elvis Presley), por lo tanto, los
artistas que este locutor devenido a productor descubriría en esos primeros
cincuenta, pasaron a formar parte del catálogo de Chess Records. Uno de
los grandes fichajes de Phillips fue el de Jackie
Brenston (1930-1979) y sus Delta
Cats, una banda liderada por un joven de 19 años llamado Ike Turner (1931-2007). Estos graban
“Rocket 88”, considerado por muchos como el primer “rock” de la historia. De
esta manera, este incipiente género musical empieza a captar la atención de los
jóvenes norteamericanos de los primeros años cincuenta.
Otra de las grandes
figuras que ha permanecido durante la existencia de Chess como una
suerte de hombre orquesta fue Willie
Dixon (1915-1992): contrabajista, compositor y productor de artistas, supo llevar
adelante innumerables sesiones de grabaciones, a pedido de los hermanos Chess. Entre los varios artistas que
fueron acompañados en sus grabaciones por Dixon podemos citar a Sonny
Boy Williamson, Bob Diddley y Koko
Taylor. La presencia de Dixon en Chess Records era permanente, si no estaba
presente en el estudio de grabación, estaba en la administración, coordinando
el material que se iba a editar. En síntesis, Dixon fue un hombre todo terreno
en el sentido más amplio de la palabra.
EL ADVENIMIENTO DEL ROCK
Si bien Chess Records
resultó ser en sus inicios un sello abocado al blues, no desaprovechó a
talentos de otros géneros que golpeaban sus puertas en búsqueda de una oportunidad.
Varios de estos músicos se presentaban por
voluntad propia o recomendados por otros artistas que ya habían tenido
alguna experiencia previa en el sello. Este fue el caso de Charles Edward Anderson Berry, más conocido como Chuck Berry (1926-2016), quien pasaría
a la fama como uno de los mejores guitarristas y compositores de la historia del
rock and roll.
Berry había nacido en
Saint Louis y emigró al estado de Chicago, en donde conoce a Muddy Waters, y
éste le sugiere que vaya a ver a los hermanos Chess. Berry no duda del
concejo de su amigo y logra una entrevista con Leonard. En ese momento le deja
una cinta con la maqueta de una canción que se llamaba “Ida May”, un tema que
contaba la historia de una mujer casada e infiel. A Leonard la composición de
Chuck le gustó mucho, pero como por aquella época el nombre era muy popular, y
el sello no quería herir susceptibilidades, le sugiere a su autor que le cambie
su título. Así el tema pasaría a la historia como “Maybelline”, convirtiéndose en
uno de los mayores éxitos de la historia de Chess Records. “Maybelline”
no solo anunciaba la llegada de Berry al sello sino que también sería el primer
disco de rock interpretado por un negro que vendería más que su versión
realizada por artistas blancos. Fue así que Berry entró por la puerta grande de
Chess, posicionando la canción entre los cinco discos más vendidos de
los charts. Luego llegarían más éxitos grabados por el talento de Saint Louis,
como "Roll Over Beethoven”, “Rock and Roll Music", "Route
66" (escrita por Bobby Troup) y "Johnny B. Goode"; muchos de ellos luego versionados
por las grandes bandas del rock inglés de la generación del sesenta, como los Beatles o los Rolling Stones.
Unos meses antes del
fichaje de Chuck Berry, Chess Records también había firmado con un
artista al que no le había sido fácil obtener un contrato en otra discográfica:
Ellas McDaniel, un entrañable amigo
de Berry. Este artista había sido en su juventud un mediocre boxeador, que también
se había trasladado al estado de Chicago. Como era un artista precoz,
Ellas se presentaba en el famoso club nocturno 708, en donde dejaba ver
sus influencias musicales, tocando versiones de Muddy Waters o John Lee
Hooker. Sin embargo, el gran paso lo dará con un tema llamado “Uncle John”, que
sorprendió a los directivos de Chess Records. Luego de contratar a este
joven artista, le proponen modificar el nombre del tema, que saldría a la venta
como “Bo Diddley”, sugiriéndole al artista que también lo adoptase como seudónimo.
A partir de ese momento, Ellas McDaniel pasó a ser conocido como Bo Diddley (1928-2008).
Tanto Chuck Berry como Bo
Diddley recorrieron un largo camino con Chess. Allí se les permitía realizar
los discos a su manera: ambos compusieron una obra propia y
extremadamente rica. Así, Diddley permaneció más de veinte años en el sello, en
donde grabó catorce discos repletos de clásicos, que luego han sido versionados
por bandas tan variadas como The Doors o
The Clash.
LOS SESENTA, LOS AÑOS DEL SOUL
A mediados de la
década del sesenta surgieron nuevas corrientes musicales, luego de la invasión de
los grupos ingleses a Estados Unidos. Lamentablemente, Chess Records no
se adaptó a los nuevos sonidos de este incipiente movimiento de rock, aunque tenía
como referentes a varios artistas de los cincuenta. Así, ante este nuevo
paradigma de la industria musical, los hermanos Chess intentaron darle a su
sello su propia identidad y dejar en un segundo plano al blues. Sin embargo, aunque
Chess Records contaba con un puñado de músicos estables, no logró
seducir a los las nuevas bandas del rock para que grabasen en el sello. Sin
dudas, el distanciamiento de varios músicos trajo como consecuencia la ausencia
de nuevos talentos en los estudios.
Ante esta problemática,
la discográfica decide incursionar en un género musical que comenzaba a tener
su adeptos: la música soul. Esta sería la apuesta fuerte del sello, un ritmo
con tinte ligeramente comercial, aunque sin perder el sentido rítmico que caracterizaba
al sello. Estos nuevos fichajes le aportaron a Chess Records, un sonido más
refinado y sofisticado que el de las otras discográficas de la época. Y es que
los hermanos Chess sabían que para que su compañía continuase siendo
competitiva en el nuevo panorama musical debía adaptarse.
De cualquier forma, la música
soul producida por el sello no logró tener la trascendencia, la identidad y el
éxito comercial que caracterizó al sonido del blues eléctrico de los cincuenta,
un distintivo sonoro que había hecho de Chess un sello inimitable. Porque el soul terminó siendo el caballito de batalla para
una empresa que venía en baja, motivo por lo cual, debió recurrir a profesionales
que estaban más empapados en el género. De esta forma, el sello acordó varias
alianzas con productores y estudios distribuidos a lo largo de Estados Unidos,
los cuales le procuraron su material. En resumen, Chess perdió ese
sonido que la hacía única, porque estas nuevas producciones no tenían casi nada
de original, ya que bien podrían haber sido grabadas en otros estados fuera de
Chicago.
Sin
dudas, dentro del amplio abanico de cantantes y músicos de
soul que han pasado por los estudios de la compañía, la que más se destacó fue
la cantante Etta James (1938-2012).
Indudablemente, Etta fue la diva del sello, conquistando el mercado musical con
sus sufridas baladas. A James se le sumaban otros notables artistas como el
"Duque" Gene Chandler
(1937) la inolvidable Fontella Bass
(1940-2012) la potente Marlena Shaw (1942)
y otros como The Radiants, o The Dells, un grupo vocal que llego a
tener una bastante popularidad durante casi tres décadas.
Como es sabido,
los Rolling Stones jamás
ocultaron su devoción por el sonido y los músicos de Chess Records. Fue
por este motivo que, en 1964, la banda viajó a Chicago y se encerró en el
estudio de Chess para grabar su EP Five by Five. En
esta placa se incluyó el instrumental “2120 South Michigan Avenue”,
inolvidable tributo de los británicos a la dirección en donde quedaban los Chess
Records.
COLOFÓN, TRISTE Y SOLITARIO
Sin embargo, ni su prestigioso catálogo de
artistas, ni la publicidad que obtuvieron con las andanzas de Rolling Stones, lograron
maquillar una realidad: el sello estaba en serios problemas económicos.
Por un lado, el blues y su sonido de rock n´roll primigenio, ya no rendían los
mismos réditos que en los cincuenta. Por otra parte, el soul sofisticado
de Chess carecía de la chispa comercial de los discos de la Motown y del prestigio de Atlantic
Records. El descalabro estaba a la vuelta de la esquina. El sello
finalmente cerraría en 1969, cuando los
hermanos Chess vendieron todo su catálogo a la compañía GRT (General Recorded Tape)
por 7,5 millones de dólares. Para 1972 solamente quedaba operativo en Chicago
el estudio de grabación de la compañía. Luego, GRT trasladó el sello discográfico a Nueva York, transformándolo en
una división del sello discográfico Janus
Records. Más tarde, el vaciamiento siguió, cuando GTR vendió el resto de Chess
Records a la compañía discográfica All
Platinum Records en agosto de 1975. Finalmente, luego de varios años, All Platinum Records atravesó
dificultades económicas que la llevarían a vender el histórico catálogo de Chess Records a la multinacional MCA Records.
El
recuerdo de ese legado ya formaba parte de la historia musical norteamericana
desde hacía muchos años. Incluso se filmó una película llamada Cadillac Records en 2008, protagonizada
por Adrien Brody como Leonard Chess, Jeffrey Wright como Muddy
Waters, Columbus Short como Little Walter, Mos Def como Chuck Berry
y la bellísima cantante pop y productora de la cinta Beyoncé como Etta James,
entre otros. Un filme que trataba de la creación del sello y su influencia clave
en el blues y el nacimiento del rock 'n roll con las figuras claves de ambos
géneros musicales.
Lamentablemente,
el visionario y pujante Leonard Chess
no lo pudo ver, ya que no sobrevivió mucho tiempo después del cierre de su
empresa: un infarto acabaría prematuramente con sus días en octubre de 1969,
apenas tres meses después de la clausura de los Chess Records.
Patricio
Fernández Abregu
Cadillac Records: película indispensable para todos los amantes del blues.
ResponderEliminarEl enorme impulso que los hermanos Chess le dieron a la música popular hizo que fuera el gen que llevo al nacimiento del Rock & Roll del que bebieron las bandas Inglesas de principios de los 60's para transformar el mundo de la música para siempre.
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