
ENTREVISTA> Sos un artista muy inquieto. ¿Cuáles son tus proyectos actuales?
Fue
un año muy productivo. Todos los años los siento productivos, pero éste, en
especial, es uno de mis años fuertes. En noviembre saqué Retro futuro y la Cósmica del
sur, y ahora salió en físico [cd y casete] Rompenubes 2, banda que comparto con Rolando Castello Junior [de Aeroblus]
y Max Álvarez [Ambassador], editado por Ediciones Insolubles Records. En
septiembre voy a sacar Mogul, un
nuevo disco solista y en noviembre sale el recopilatorio Cronología, un vinilo de Tlön,
una banda que armé en Perú. Así que estamos hablando de cuatro discos, de
noviembre a noviembre. También estoy escribiendo un libro, ya casi terminado,
que trata del rock en la comarca andina. Va a incluir historias de los
citadinos rockers de los setenta que se fueron a vivir al campo o la montaña.
Estamos hablando de El Bolsón, aunque está mal dicho lo de El Bolsón, porque en
realidad es la comarca andina, que incluye los cuatro puntos cardinales que son
Lago Puelo, Puyén, El Hoyo y El Bolsón. De hecho, cuando se dice “Miguel Cantilo en El Bolsón”, en
realidad él estaba en Golondrinas, que está en Puelo, en donde yo vivo. Música, mística y ecología es el subtítulo
del libro, porque también llega a la actualidad y trata de generar consciencia
con el tema ecológico, con el mal llamado “progreso” que distorsiona las
esencias. Las esencias tienen que ver con eso que te hace huir de las ciudades,
como me pasó a mí, porque las ciudades están muy locas mientras allá estás en
un lugar tranquilo, en contacto con la naturaleza, un lugar hermoso que tiene
lagos, ríos y hongos mágicos. Lamentablemente, son lugares que se llenan de
gente que va por la moda o para hacer negocios inmobiliarios, cosas que hacen
perder esa esencia que te nombraba antes.
¿Hay rock en la comarca en la actualidad?
Sí,
es un lugar muy rockero, con varios bolichitos para tocar. En los setenta
pasaron muchos músicos grosos por el lugar, algunos se quedaron, y sus hijos y
nietos siguen el camino del arte. Lo que pasa es que los bolichitos son para
los turistas, y lo que quieren es que toques covers, y no tiene nada que ver
con la esencia de allá, porque es un lugar para crear. Eso es un sistema y yo
me mantengo al margen del sistema haciendo mis propios proyectos.
¿Cuánto tardaste en escribir el libro?
Más
o menos, un año. Afortunadamente tengo a una coequiper, Carol Calcagno, que escribe todo lo que yo le mando por audio. No
solo escribe sino que también aporta su visión. Es un libro que va a tener
muchos testimonios, data de prensa de la época, fotografías y dibujos inéditos…
Justo
venís de una estadía en Perú…
Sí,
salí de Puelo, estuve quince días e hice tres conciertos en Buenos Aires, hice
cuatro en Perú. Y ahora que sale el disco recopilatorio de Tlön, yo volvería en
marzo para apuntalar ese proyecto que tuvo actividad fuerte entre 2008 y 2012,
en donde sacamos tres discos. Todas mis bandas están activas, pero yo necesito
moverme, tocar aquí y allá, porque no me puedo quedar tocando lo mismo toda la
vida.
¿Cuáles son los diferentes estilos que tocás en tus diferentes bandas? ¿Psicodelia, folk…?
Sí,
están divididas en un formato más canción y otro de rock más pesado. Todas
tienen su impronta. Mi impronta viene claramente del rock argentino en sentido
general, pero con un montón de estilos diferentes. A lo largo de mi vida he
escuchado mucho jazz, bosanova, etc. En una charla, el violinista Carlos Casalla habla sobre el sonido
propio. No todo el mundo lo tiene, aunque lo deberían tener, porque cada
persona es diferente a las demás, no hay replicas entre las personas. Y así
debería ser con la música, pero no es así. Todos hacen lo mismo porque quieren
pertenecer, quieren lo rápido, lo efímero, un aplauso fácil… El sonido propio
solo se les da a los músicos honestos.
Ya
perdiste la cuenta de cuantos discos tenés hechos, ¿no?
No.
Tengo 26 discos editados y salen tres más ahora… Igual, yo no estoy haciendo
una carrera de caballos… Simplemente, compongo y quiero escucharlo. Primero lo
quiero escuchar yo, después lo comparto. Tengo la suerte de que hay sellos que
me editan y gente que me apoya, me valora y me quiere. Siempre compongo y, en
general, un tema o dos ya me dan el puntapié para todo el disco. Ahí sé si el
disco va a venir acústico, eléctrico, electrónico… Por ejemplo, el próximo disco
solista Mogul va a tener baterías electrónicas,
estoy jugando con otras paletas de sonido. Igual, lo escuchás y sigue siendo mi
música.
¿Y cómo es seguir editando discos físicos en esta época que todo parece ir por el lado de las descargas, el streaming?
Hay
un público que quiere discos físicos, así que no hay problema con eso. Y también
está lo digital, yo todos mis discos los tengo subidos a las diferentes
plataformas. Ahora, me preguntás si alguna vez abrí Spotify y te digo nunca…
Para mí, Spotify es un enemigo, porque le dan muy poco rédito a los músicos, también
porque no me gusta que los algoritmos manejen lo que vas a escuchar. Nosotros
somos de la generación que escucha lo que se les canta y escuchan los discos
completos. No me pongas una maquinola que me diga que tengo que escuchar. Eso
de que “si te gusta esto, te va a gustar esto otro…” ¿Vos quién sos? ¿Quién te
conoce para decir que me va a gustar? O sea, que a mí me recomiende música gente
que sabe, no una máquina. Tengo gente conocida que me pasa música y me vuela el
cerebro. Siempre estoy descubriendo y escuchando más música y me encanta.
¿Y de lo nuevo que suena, qué te gusta?
Ahora
que estuve en Perú, escuché a La Lá,
una solista que me encanta; su disco Zamba
Puta lo recomiendo, es hermoso. En Argentina me gustó siempre Los Espíritus, pero si sacan un cuarto
disco igual a los anteriores ya está… Basta de guitarra con Wha-Wha porque ya
está.
¿Y
la movida del rock en Perú cómo es?
Es
un mercado mucho más chico que el argentino, pero siempre está ahí. Igual que
acá, hay algunos guerreros que están toda la vida con la música, haciendo
proyectos. Es más difícil allá que acá porque acá hay más público. Lamentablemente,
acá hay demasiada oferta para tan poca demanda. Hay demasiadas bandas, pocos
lugares para tocar. Y hay mucho público en nuestro medio, aunque la gente es
bastante vaga para ir a ver shows…
Eso pasa seguido…
Claro.
Por ejemplo, todos le dicen a Kubero Díaz:
“maestro”, “genio”… 30 mil personas le ponen “genio” en los posteos, toca
Kubero y van solo treinta personas a verlo. La gente está estúpida con el
tecladito y las redes, no pueden salir de eso… Vayan a ver a los artistas. Muchos
están en la pavada total.
¿Y cómo es el rock peruano?
Bueno,
está El Polen, que es una banda
amiga y para mí es la más auténtica del rock peruano, porque fusiona elementos
de la música peruana andina con el rock y una mística muy particular. Tienen letras
muy buenas, poesía, son la mejor banda históricamente del Perú. También allá
hay mucha influencia del rock argentino. Argentina es siempre una punta de
lanza del rock a nivel latinoamericano.
Sos
un artista independiente desde siempre, ¿nunca te tentaron las discográficas grandes?
No,
ni yo los busqué, ni ellos me buscaron. Lo que te puedo decir y es interesante
es que yo tengo cuatro amigos que son jurados en los Premios Gardel. Ahí los
sellos grandes como Sony postulan, lo que responde a la postulación es una máquina.
Cualquiera que mande y que cumpla los requisitos, la máquina los postula. De ahí
hacen una selección. De 10 mil quedan 10, yo quedé cuatro veces entre los 10
finalistas. Por ejemplo, mi disco Transportador
estuvo entre los 10 seleccionados en 2022 en los Premios Gardel. De los 10
pasan a los 3 que son los que van. Yo cuando vi quienes eran los 10 que estaban
conmigo en rock alternativo, me sorprendí: Babasónicos,
ok, Sony Music; Pedro Aznar, ¿rock
alternativo?... Son todas movidas promovidas por Sony. ¿Quién ganó? ¡Pedro
Aznar! Yo lo amo a Pedro, pero no podés ponerlo en la categoría “Rock
alternativo”. Por eso, nunca voy a ser mainstream. Si no estás con Sony no lo
sos, y Sony es una mafia. Sony es el enemigo, no es el único, pero lo es.
Fijate que Litto [Nebbia] también está en quilombo con
Sony, porque pasan estas cosas. Eso es mafia, porque tienen comprados esos
premios. Yo te puedo decir que mi disco Transportador
es mejor que el de Aznar, pero ganó él. No hay nada que hacerle. Entonces, si
no estás ahí no existís para el mainstream. Yo no quiero ser mainstream, imaginate
que hubiese ganado, ¿sabés las cosas que hubiese dicho en el micrófono? Un discurso
de media hora… [risas] Un discurso durísimo contra Sony y a favor del arte.
¿Y qué opinás de las bandas que están en el mainstream?
Depende,
en los 70 casi todo el rock era mainstream y estaba bien, porque las discográficas
ponían la guita ahí. En los 80 y los 90 también, y después se acabó. No sé quiénes
son las bandas de rock argentinas que están en el mainstream ¿Eruca Sativa? Debe ser la única, después
son todos viejos vinagres, que estuvieron en el mainstream desde los 70 y
tuvieron hits porque en esa época las discográficas ponían la tarasca para que
sus temas sonaran en la radio todo el día. Eruca Sativa es mainstream pero me
parece que está bien lo que hacen. Dentro de lo que tiene Sony, Eruca está
bien, pero podrían fichar más bandas de rock porque hay un montón buenísimas. Eruca
Sativa, claramente, no es la mejor del momento, es una más, pero muy buena. Sony
levanta a cualquier muerto, pero es una mafia. La cosa es mantenerse sin Sony atrás,
ahí se ven los pingos. Mantenerse toda su carrera al margen del mainstream, ahí
están los artistas.
¿Y
por qué no fichan más bandas de rock en el mainstream?
Porque
somos incomodos los rockeros. Porque es más fácil manejar a una Lali Espósito que se ríe y baila y no
dice nada… Es más fácil vender pochoclo.
Ojo, que Lali es la imagen de la contracultura ahora…
¿Sí?
Para mí es la contracultura de la estupidez lo suyo. Tiene una letra que dice: “A bailar antes que el mundo explote, sin
pensar, yeah, yeah, yeah…” Por favor, ¿qué es eso? Le estás haciendo daño a
la gente. Aparte, no canta nada Lali Espósito. No tiene buena voz, no afina.
Pero pasa en todos lados. Taylor Swift
tampoco afina. ¿Cómo pueden cantar? Caraduras. No tiene que ver con que tengan
una voz bonita o especial, pero afinar es esencial, eso es música…
¿Y qué opinás de otros géneros como la música urbana o el rap que le copan la parada al rock?
Yo
soy del rock clásico, sí, pero soy abierto… No me gusta nada… [risas] Soy tan abierto
que no me gusta nada… Pero sí me gustó mucho el Tiny Desk de Ca7riel &
Paco Amoroso. Ya me había gustado el concepto de video de “McFly”, el tema
está bueno. Después me gustó Ca7riel con Juana
Molina, también me gustó cuando tocó el himno en Olga. Lo que hicieron en Papota también me gustó. Entonces, se
puede decir que me gusta lo que hacen. Sin embargo, no lo escucho todos los días,
pero no porque sea malo o bueno, sino porque uno es de otro palo y escucha
otras músicas. Igualmente, trato de escuchar todo lo que hay. Y sacando a Ca7riel
y Paco, después lo demás no me gusta nada, no me mueven un pelo, no me pasa
nada con lo que hacen.
Cuando Dillon sale diciendo que es rock…
Nooo…
Ese es un pobre muchacho, un infeliz. La verdad, es que son gente dañina. Es
dañino para la cultura ese pibe.
Sí,
de la música. Pero yo hago de todo, además de mi actividad como músico y compositor,
afino pianos, soy productor, masterizo, tengo un programa de radio. En algunos
momentos pude vivir solo de tocar en vivo y hacer discos, pero fueron pocos momentos.
En general, hago bastantes actividades diferentes vinculadas a la música. Lo que
sí, no puedo dar clases.
No tenés paciencia…
No.
Lo he hecho pero no puedo. Solo le doy clases conceptuales a gente que ya toca
bien.
¿Vos sos autodidacta?
No.
Igual, la intuición es lo más importante, es más del 90 % de todo. Pero sí,
estudié música cinco años, Producción musical, acá en Berklee. También estudié
tres años Ingeniería de sonido. Pero, justamente, como estudié eso te puedo
decir que lo que estudiás es el 3% del bagaje total musical. Porque hay toda
una parte en cada artista que la tenés o no, eso no te lo puede enseñar nadie.
¿Y qué te inspira a la hora de componer?
Todo
lo que sea arte me inspira. Me inspiran las cosas estéticas y bellas. Me inspira
todo, yo vivo inspirado porque vivo componiendo.
Emiliano Acevedo
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