sábado, 26 de agosto de 2023

LA SUERTE DE TOCAR CON MUCHA GENTE..., entrevista a Gustavo Gabetta

Gustavo Gabetta es un artista rosarino que ha recorrido el mundo. Cuando uno lo escucha tiene la sensación de que disfruta plenamente de su vida. Ligado al arte musical desde muy chico, perteneciente a una generación que recogió el guante en años en que la efervescencia creativa bajo la consigna “la imaginación al poder” se expandía por nuestro planeta, inició un camino que parece no tener fin. En este espacio recorremos parte de su vida y algunos proyectos en los que está sumergido.

ENTREVISTA> ¿Podrías resumir qué pasó desde tu enamoramiento con la música hasta tu recorrido europeo, sobre todo por Francia y España?

Comencé a tocar guitarra a los 7, 8 años y de oreja… a los 14 nos juntábamos en casa a tocar con Ricardo Aresca con el que íbamos al Almafuerte e hicimos la primaria juntos y a los 15 conocimos a Hugo Mastrogiovani y Norberto Tausia en la Arenera Cruz y Rojas y decidimos hacer un grupo y nacieron LOS NO. Nos fue increíblemente bien y llegamos a tocar más de tres años de teloneros de Joan Manuel Serrat en sus giras de Carnavales por toda Argentina. Luego en 1972 me fui a España por un año y formamos un trío con Carlos Joannas y Lolo Ciafardini llamado Septiembre y tocamos durante casi medio año por todo el país. De allí nos fuimos con Carlos a Suiza y comenzó un periplo por Alemania, Francia, Inglaterra, España donde trabajé con muchísimas bandas y cantantes solistas… Es largo de contar pero he tenido la suerte de tocar, grabar y formar bandas con Miguel Abuelo, Paul Carrack y muchos de los músicos de Pink Floyd como Tim Renwick, Guy Pratt, Gary Wallis y tantos otros que necesitaría un par de páginas para nombrarlos… Aprendí tango con Juan José Mosalini y folclore tocando con Los Indianos, el ballet folclórico de Carlos y Juan Saavedra… pero siempre me gustó mucho todo lo relacionado con el rocanrol…

Con Miguel Abuelo

¿Cuándo aparece el arte visual en tu vida? ¿O estuvo siempre?

Desde niño dibujaba copiando personajes de dibujos animados o revistas pero en 1997 comencé a pintar al óleo en Barcelona y allí hice mi primera expo en “El Foro Restaurante” y con mucha suerte, porque el primer día vendí 10 de los 16 cuadros que presenté. Eso me animó a seguir pintando y aprendiendo cada día un poco más sobre el tema. La pintura tiene para mí un solo secreto y es aprender a no apurarse… Calma y paciencia son la fórmula para que las cosas salgan bien.

¿Hay alguna conexión estrecha entre música e imagen en tus trabajos?

¿La verdad? Creo que no. Son dos cosas muy diferentes y creo que es un don que tenemos casi todos pero que hay que ir trabajándolo cada día para mejorar. Como en todas las cosas del arte hay que trabajar mucho para avanzar y para ver los resultados si no te come el Urubú. Yo aprendí las dos cosas preguntando y averiguando por las mías, es decir que no estudié en una escuela ni música ni pintura pero me he pasado horas trabajando que para mí es la mejor manera de aprender a hacer mejor las cosas.

En tu caso, con unos resultados maravillosos, habría que trazar un paralelismo entre tus dos actividades artísticas, ¿quiénes fueron tus influencias en lo visual, en la música, y si lo siguen siendo?

Al principio en lo visual, tal como te lo decía antes, aprendí copiando dibujitos y luego por el hecho de vivir en Europa, creo que influyó en mi la época de Dalí, Magrite, Van Gogh, Monet, Klimt, y cientos de pintores que me gustaban, pero que nunca me dediqué a mirarlos en profundidad porque si hay algo que no me gusta es dejarme influir por lo que veo o escucho. De chico sí lo hacía con la música y me pasaba días enteros escuchando a The Beatles, Rolling Stones, Crosby, Stills & Nash, The Carpenters, Beach Boys y todo lo que se escuchaba en esos años… ¡¡Gracias a Dios!! Pero luego como tocaba mucho todo el tiempo con diferentes bandas y solistas no tenía ganas de escuchar nada y solo me dedicaba a aprender lo que tenía que tocar para mi trabajo y a componer cosas mías.

Gustavo ha tenido momentos que formarían parte del sueño de cualquier ser humano con cierto caudal de inquietudes artísticas. Tuvo una banda con la que teloneó a Bee Gees en sus conciertos europeos. Formó Paul & the Macarracks junto a Paul Carrack, aquel vocalista e instrumentista de Mike and the Mechanics, con los cuales hizo giras durante cinco veranos en España. En Francia, ejerciendo de músico callejero, tocó en la casa de Brigitte Bardot, participó en un pequeño papel como extra en la película El gendarme y los extraterrestres del comediante Louis de Funès. En 1995 vivió intensamente, en Barcelona, el festival Non Stop, que dirigió en contenido y realizó la cartelería. A ese festival llevó a La Portuaria y  a Los Rodríguez, entre muchas figuras más. Recuerda cuando se cruzó con David Byrne y le pareció una alucinación convivir durante cuatro días con su músico tan admirado. Como Byrne no podía tocar porque no tenía banda, se había tomado un año sabático, le dijo: “me gustaría ser el presentador”. Gustavo accedió y David Byrne fue el presentador del Non Stop de Barcelona. “He tenido una suerte bárbara en mi vida”, afirma a cada momento durante la entrevista.

Haber atravesado tantas fronteras, ¿te permite una visión más amplia del arte en general?

Sí… totalmente. Vivir en Suiza casi 10 años te enriquece porque aprendes cosas que normalmente no escuchás salvo que vivas allí y lo mismo me pasó en Francia, en Inglaterra, en Alemania o España… Cada país tiene su folclore y hay tantas diferentes músicas que te llenan el coco con nuevos ritmos y formas de armonizar y crear tus propios temas. 

Siempre estás al lado de artistas de distintas generaciones, ¿cómo percibís el presente artístico, los jóvenes de hoy, tanto en el arte visual como en la música?

Creo que el presente está relacionado a la edad de cada uno y por supuesto los de mi edad no aceptan que los chicos hagan la suya y estén en otro palo pero lo que no ha cambiado es que está la música buena y la mala. Siempre fue así y lo será... yo elegí el camino del medio... pero siempre escuché, en lo posible, todo tipo de música y de la que yo considero “la buena”. El problema o la parte negativa hoy en día es que con el uso de la tecnología cualquiera canta o se le considera Músico a gente que no sabe ni tocar un instrumento y menos tocar en vivo. Pero bueno, también pienso que cada uno tiene su gusto y sus preferencias y que la música es siempre positiva, porque le hace bien a la gente y ese creo que es el fin. Quién es quién para juzgar a los gustos de los demás, ¿no?  

Hoy la exhibición musical pasa principalmente por las plataformas de internet, ¿qué pensás de esto, aleja del contacto directo con el público o se puede manejar igual?

Son dos mundos paralelos que van de la mano. Por un lado las plataformas salieron diciendo que se creaban para defender a los Autores y Compositores, pero es mentira. Ganan billones y pagan una miseria. Que vayan a laburar, y para colmo la mayoría de los que las dirigen ni son músicos. Creo que sí, que alejan al músico del contacto con el público porque como verán ninguna de las principales plataformas contribuyen en poner dinero para conciertos o giras. Para mi manera de ver, son un fiasco disfrazado de “protectores de los músicos”.

Inquieta, incansable, tu personalidad te permite embarcarte en proyectos colectivos, convocando gente o aceptando cuando te convocan. ¿De qué se trata el proyecto de Ramiro Lezcano en el que estás trabajando?

En realidad el proyecto es de Ramiro y yo he colaborado tocando el bajo en un tema junto a casi todos los ex Abuelos de La Nada en el primer CD. Ahora voy a cantar junto con León Gieco un tema en el que él ya ha grabado su voz y que se llama “Carancho de Metal”, en referencia a los aviones que fumigan veneno en el campo y colaboro en todo lo que puedo con su proyecto que se llama Canciones Urgentes para Mi Tierra para que se difunda y tenga mayor alcance al público en Instagram, Facebook, etc., etc…

¿Va a haber alguna presentación en vivo del proyecto de Ramiro o sólo queda en grabación?

Por ahora Ramiro está dando unos talleres por todo el país hablando sobre la historia del Rock Argentino y haciendo conocer el proyecto y concientizar a la gente sobre lo que pasa en el campo y las escuelas rurales con respecto a muchos aspectos, pero sobre todo a los mal llamados Agroquímicos porque deberían llamarse AgroVENENOS. Sinceramente, sé cuando se harán conciertos en vivo. Ojalá se puedan hacer.

Contanos acerca de proyectos a futuro cercano. Hay una expo tuya que se viene junto a Andrés Calamaro, en San Telmo.

Este año estuve y estoy con una pubalgia que me impidió hacer música en vivo, junto con músicos como Nahuel Antuña, Jota Morelli, Walter Nebreda, Kahil Ferraris y Julián Baronio con quienes hice una producción para una inglesita de 17 años que se llama “Hanr” y que quedó muy buena. La mezclamos en los estudios DeAire de Gustavo Corto Mestre en Venado Tuerto, y Sony Inglaterra está interesada en hacer algo con ella y, por supuesto, con nosotros. Por otro lado ahora estamos en el comienzo de una producción que haremos con Jota Morelli, Guillermo Vadalá y Claudio Cardone para un cantante catalán de 24 años que canta como los dioses y que se llama Víctor Sala. Veremos qué pasa y como queda… Otro proyecto que estoy grabando con Marcelo Arce, un gran guitarrista y amigo de Rosario, es el de hacer un LP con temas míos y que estamos grabando en los estudios de Daniel Pascual “ED Records” en Rosario. En fin… hago lo que puedo despacito pero seguro para que las cosas salgan bien. Yo, por mi parte, con la pintura en septiembre haré una expo en Casa Ezeiza con mis cuadros y Andrés Calamaro colgará fotos suyas y de Carol Lumiere. Esta última gentilmente nos cedió el lugar para exponer. ¡¡¡Gracias Carol!!!

A Gustavo se lo puede encontrar en:

Instagram (@gabettagustavo)  FB (Gustavo Gabetta) y 

YouTube (Gustavo Gabetta)

 

Raúl Astorga

raul.astorga@yahoo.com.ar




lunes, 7 de agosto de 2023

50 años de Hasta Que Se Ponga El Sol. Entrevista a Daniel Ripoll.



En este 2023 se cumplieron 50 años del estreno de Hasta que se ponga el sol, la película más famosa de la historia de nuestro rock. Se estrenó el 8 de febrero de 1973 en el Cine Sarmiento y documentó la tercera edición del festival B.A. Rock, llevado a cabo en los predios del club Argentinos Juniors durante noviembre de 1972. Su creador y promotor fue el fundador de la revista Pelo y ex redactor de Pinap Daniel Ripoll.

La lista de participantes en esa edición fue impresionante: Color Humano, Arco Iris, Pappo´s Blues, La Pesada del Rock And Roll, Vox Dei, Escarcha, León Gieco, Miguel y Eugenio, Orion´s Beethoven y Raúl Porchetto, además de bandas del interior del país como La Pequeña Banda Tripuca de Tucumán, Cadenas de Rosario, Virgem de Santa Fe, y las bandas uruguayas Días de Blues y Psiglo.

Paralelamente a la realización del festival el director Aníbal Uset convenció a la productora Aries de Fernando Ayala y Héctor Olivera para producir un largometraje dedicado al naciente rock argentino. Junto al manager y productor Jorge Álvarez armaron el proyecto mientras filman con dos cámaras de 35 milímetros durante el festival en Argentinos Juniors, incluyendo parte de las actuaciones de Gabriela, Arco Iris, Litto Nebbia, Orion´s Beethoven, Gieco y Sui Generis, más algunas entrevistas al público presente, entre ellos Peter Deantoni, futuro manager de Pappo. También se filmaron los recitales de Pappo´s Blues y Pescado Rabioso en el Teatro Olimpia y a estas escenas en vivo les sumaron filmaciones en otras locaciones: Vox Dei en una iglesia metodista de la Calle Corrientes, Color Humano tocando al aire libre cerca del Rio de la Plata y Claudio Gabis e Isa Portugheis en los estudios Phonalex. Por supuesto también se registró una famosa serie de sketches, proto video clips, que incluyeron a los integrantes de Pescado Rabioso en medio de las calles de Acassuso y a los músicos de La Pesada disfrazados de mujeres en un decorado de los estudios Baires para el tema “Tontos”.

Para hablar de esta película tan paradigmática convocamos al mismísimo Daniel Ripoll para que nos contara algunos de los secretos de esta historia tan especial.

ENTREVISTA> ¿Cómo organizaste los festivales B.A. Rock?

Yo venía de organizar, en septiembre de 1969, el Festival Pinap para la revista homónima. Por haber hecho ese festival, me echaron de la revista Pinap, en donde era el secretario de redacción. Luego, en febrero de 1970, saqué Pelo. El movimiento de rock era muy chico en ese momento y se necesitaban lugares en donde tocar. Y yo, como editor de una revista que estaba creciendo, necesitaba difundirla y difundir también a los músicos que aparecían en Pelo. Así me dieron el Velódromo Municipal y ahí hice el primer B.A. Rock, en noviembre de 1970. Este festival tuvo como característica que tanto yo como los músicos, que eran muy pocos, nos dimos cuenta de la dimensión que tenía el movimiento, que había sido adquirida a través de la difusión por medio de Pelo. De esta forma comprobamos que lo que parecía un movimiento de elite, burgués, del Barrio Norte, en realidad tenía raíces en el suburbio, en la Zona Sur, en la Zona Oeste y en el norte. Por supuesto fue una sorpresa para todos. Un festival inmenso, en un lugar que era muy lindo y que, además, generó que se empezaran a realizar notas elogiosas y asombradas en los medios masivos, porque era la primera vez que el rock convocaba a tanta gente en nuestro país.

¿Y cómo se llega a la filmación del tercer B.A. Rock?

Luego de que organicé el festival nuevamente en el año 71, cuando quise volverlo a hacer en el Velódromo en 1972, las autoridades de turno me lo prohibieron. No me dieron la autorización, avisándome dos meses antes. Así que tuve que salir corriendo a buscar otro lugar y encontré el predio de Argentinos Juniors. Justamente en ese momento Aníbal Uset apareció en mi oficina y me dijo que quería filmar el festival, ya que tenía una productora muy importante atrás, como era Aries Cinematográfica. A lo que yo le respondí que me parecía muy bien, pero que para eso era necesario que hicieran el escenario, porque la verdad era que en ese momento no tenía cómo hacerlo. Así que limpiamos como pudimos el descampado y la productora hizo el escenario. Luego, en febrero de 1973, cuatro o cinco meses después de la realización del festival, la productora me trajo la película que habían filmado, que tuvo en los cines un éxito más o menos liviano, habrán ido 500 o 600 mil personas a verla. Pero el verdadero éxito fue posterior, cuando durante 15 o 20 años, se la vio en la trasnoche de los cines de Buenos Aires, y ahora en las redes en donde tiene más de 15 millones de visitas. La película también recibió el Premio Cóndor de Plata, de la Cinematografía Argentina, en una ceremonia que se hizo en el Teatro Avenida. Justamente en mayo de este año, el INCAA realizó un homenaje en el Cine Gaumont, como motivo del 50 aniversario, proyectando nuevamente una copia en 35 mm.

¿Cómo se dio tu participación en la película?

Me lo pidieron, ya que era lo que venía haciendo. No era que yo presentaba los números musicales tan abiertamente, pero como era para la película, lo hice un poco más extendido, ya que como organizador era la cara visible del festival. Por supuesto, era muy joven en ese momento.

Esas locuciones las hiciste después, ¿no? No fueron hechas en vivo…

Algunas sí y otras no. La de Sui Generis sí fue hecha después, porque se había filmado a una sola cámara y hubo problemas de luz y sonido.

¿Cómo se hizo para producirla? Porque se cuenta que tenían muy poco celuloide…

Sí, teníamos muy poca materia prima, porque Aries la hizo con muy bajo presupuesto. En una o dos ocasiones tuvimos que filmar con una sola cámara y hubo que hacer algunas re tomas. Por eso también hay partes en blanco y negro, porque no había película en color para filmar. Igualmente no importa porque es una de las películas más exitosas de la historia del cine argentino. Un documental icónico al que conoce todo el mundo. Su nombre es el eslogan del festival, porque a mí no me dejaban hacerlo de noche. Cuando se ponía el sol tenía que cortarlo, si no la policía lo cerraba. Entonces yo le puse así para que la gente entendiera que íbamos a hacer “rock hasta que se ponga el sol”, y ese fue el título de la película.

La película tiene escenas filmadas en el Teatro Olimpia, ¿no?

Sí, con Pescado Rabioso, que no tocó en el festival, y Pappo´s Blues. Como sabés, también se hicieron escenificaciones como la de Vox Dei tocando en la Iglesia Evangélica Metodista de la Calle Corrientes. Se completó la película con esas filmaciones.

Aparte son prácticamente los únicos registros audiovisuales de buena calidad que se tienen del rock de esa época…

Sí, y fijate que todos los documentales que se hacen ahora están hechos con las imágenes de la película que yo produje. Porque son los únicos registros audiovisuales que existen de esa época con carácter profesional. Y la película es un icono a nivel iberoamericano. Se ve en el exterior, se ha visto mucho en Perú. Es muy conocida y como la revista Pelo llegaba a Perú, hace unos años me invitaron a dar unas conferencias allí.

¿El guion de película quien lo escribió?

Lo escribí yo con Jorge Álvarez. Mucho guion no tiene, tiene el guion de la idea de producción nomás. La escenificación.

La participación de Sui Generis es un hito, porque prácticamente era la primera vez que el dúo aparecía ante un público masivo…

Sí, así es. Yo tengo dos hitos en mi vida. La primera vez que alguien escribió la palabra “Almendra” en un medio fui yo. Es decir, el nombre del grupo. Y yo no me acordaba de ese detalle, hasta que me lo recordó el queridísimo Rodolfo García, que en paz descanse. Y también fui el tipo que predestinó el éxito que iba a tener Sui Generis. Habían terminado de grabar su primer disco, tres o cuatro días antes. Pero también hubo otros artistas que tuvieron mucha difusión gracias a la película. Notoriamente, León Gieco, algo que él reconoció. Fijate que todos los músicos que participaron en la película luego tuvieron mucho éxito. Precisamente, hace poco Gustavo Santaolalla me pidió la grabación del año 72 de la presentación de Arco Iris porque se acordaba que en medio de la actuación del grupo había pasado un avión encima del escenario y a él eso le pareció mágico. Pero, lamentablemente, esas grabaciones están perdidas. Me parece que hay algo trucho en las redes, pero no lo podría asegurar.

Emiliano Acevedo