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viernes, 19 de octubre de 2018

SUPERCHANGO: Una historia de culto en primera persona


Superchango fue uno de los mejores grupos de culto del rock argentino de los 90. Efímeros, se prendieron fuego mientras muchos los aplaudían. Otros tantos ni alcanzaron a conocerlos. Duraron muy poco, apenas un par de años a mediados de los noventa, pero dejaron un discazo homónimo, editado en 1996, que pide a gritos ser reeditado, y grandes conciertos que sobreviven en el recuerdo de su público. Eran Andy Chango (voz, teclados y guitarra), Juan Pablo Absatz (guitarra y voz), Pol Medina (voz, guitarra, piano), Gabriel Boluntieri  (bajo) y Adrián Maisano (batería). Esta es la historia contada por sus protagonistas…

ENTREVISTA> ¿Cómo resumirías la historia de Superchango?
Pol Medina: La historia de Superchango fue muy rápida. Ni bien nos juntamos, salió todo rapidísimo. Hicimos un demo con un par de canciones, se las mostré al productor Fernando Moya, y les gustó. Creo que él fue el que se las mostró a Fito (Páez), a quien le encantó, y nos invitó a tocar en un show que hizo al aire libre, cerca de la Facultad de Derecho. Fuimos banda soporte de Fito ahí, enseguida Charly (García) se copó también, y nos empezaron a ayudar mucho. Todos los que recuerdan esa época, recuerdan eso: que había mucha bola de músicos consagrados ayudándonos. Entonces estábamos tocando mucho. El disco lo grabamos en Panda, producido por nosotros. La grabación estuvo buenísima, salió rápida también, con algunos amigos que nos vinieron a ayudar, como Axel Krygier, Alejandro Terán, Andrea Álvarez


La de Superchango es una historia de vorágine, de mucha vivencia de amistad; tocábamos mucho, salió el disco y a la gente le gustó, éramos muy chicos… Lo que pasó es que la cosa terminó medio abruptamente, porque me fui de viaje con Andy a España, parando en lo de Andrés (Calamaro). Intentamos tocar un poco allá, pero ahí se empieza a desarmar la banda, porque justo en el momento en que nos tendríamos que haber quedado en el país, y armar el segundo disco del grupo, nos fuimos. Como siempre, el “desvarío”, el disfrute de la música y sus historias sin pensar en “lo que hay que hacer”. Claro, eso tiene sus pros y sus contras: tiene el beneficio de vivir nuevas experiencias y, por otro lado, el boicot a algo propio que está funcionando… Pero estuvo muy buena la experiencia de Superchango. Duró poco todo, ni sé si llegamos a durar tres años, pero hicimos muchos shows, y construimos con Andy una dupla para escribir canciones, que estaba buenísima. Una dupla que luego se prolongó y siguió en varios proyectos que fuimos teniendo. Con Juan Pablo Absatz también; con él trabajé un montón, aún hoy; hicimos comedia musical juntos y miles de situaciones más, en donde colaboramos ambos.
En sí, la de Superchango fue una historia que estuvo muy buena, y que mucha gente aún recuerda y añora esos momentos. Por eso, a veces con Andy hablamos acerca de que tendríamos que haber continuado la banda un poco más.

Vos y Andy se conocen desde chicos, ¿no?
Pol: Sí. Incluso hay una foto de Andy a los 4 años, señalando la panza de mi mamá, que estaba embarazada, conmigo adentro. Nuestros padres eran neurólogos, y también conformaron una dupla, escribieron cuatro libros juntos: la serie Convulsiones en la Infancia (I, II, III y IV). De dos neurólogos, y dos madres psicólogas, salimos estos dos enfermitos, que somos Andy y yo… (risas)

¿Desde chicos jugaban a hacer canciones?
Pol: Sí, desde muy chiquitos. Y a los catorce años hicimos unas tarjetitas que decían “Canciones de Amor por Encargo”, que las repartíamos; promocionando un emprendimiento en donde componíamos canciones románticas a pedido. Obviamente, los únicos que las compraron fueron amigos de nuestros padres. Pero, sí, enseguida tuvimos mucha conexión, y tenemos veinte mil canciones que hicimos juntos, que deben estar por ahí, guardadas en casetes. Y con Juan Pablo también hicimos un montón de cosas juntos.

Vos, ¿cómo los conociste, Juan?
Juan Absatz: A Andy lo conocí cuando teníamos 13 años. Mi amigo –y gran guitarrista- Gonzalo Córdoba, lo introdujo en el que fue nuestro primer grupo adolescente llamado Súper Hijitus. Pol tocaba en el grupo La Madre con Ruy Krygier, otro gran compinche. Gaby Boluntieri era muy amigo de Pol, con quien también tocaba. Y Recuerdo que Pol, el Negro Gabriel Boluntieri y yo nos estábamos juntando en casa a tocar, y empezaban a pasar cosas buenas. Un día vino Andy a visitarnos y enseguida quiso unírsenos. Además, como era mucho más ejecutivo que el resto, enseguida consiguió una fecha, que nos metió la presión necesaria para cerrar algunos temas y conseguir baterista (Adrián Maisano). Adrián vino por el lado de Andy. Y así fue.

¿Y vos, Gabriel?
Gabriel Boluntieri: Como dijo Juan, conocí a Pol a los 14, 15 años por amigos en común y empezamos a tocar juntos en un grupo junto a nuestro amigo Ruy Krygier. Creo que fue algo natural que nos juntáramos con Andy y Juan Pablo y formáramos Superchango. De alguna manera todos ya nos conocíamos. Andábamos  por las mismas calles y los mismos bares.

Entonces, al toque que se juntaron como Superchango grabaron…
Pol: Sí, porque el demo estaba muy bien grabado. Lo había hecho Juan Pablo, quien ya sabía grabar perfecto. Estábamos con muchas pilas y ya sabíamos que las canciones iban a funcionar.
Juan Pablo: En realidad, al demo lo planificamos entre todos. Teníamos mucha entrega para que todo saliera de la mejor manera posible. Nadie se guardaba nada, así que reservamos un par de días en el estudio Panda, con el técnico Christian Algarañaz y grabamos tres temas que, por más que fueran un demo, perfectamente podían ir a parar a un disco.

¿De dónde salió el nombre del grupo?
Pol: No teníamos nombre, entonces se nos ocurrió ponerle Superchango, de una. Después nos enteramos que había un tema de Mano Negra que se llamaba igual, pero ya no lo íbamos a cambiar. Entonces nos fijamos si estaba registrado, y como no estaba, lo registramos nosotros.

Juan, ¿cómo fue para vos grabar el disco, la composición, los arreglos?
Juan Pablo: Fue muy emocionante. Era nuestro primer disco, y para nosotros, entrar al estudio era como para un pibe de 17 años debutar en la primera de un club.
Más allá de algún tema mío, las canciones eran casi todas de Pol y Andy. Todos éramos muy musicales, y cada uno aportaba sus ideas para los temas de los demás. Los arreglábamos mayormente en la sala, aunque también se nos ocurrían muchas cosas en el estudio, que reemplazaban o se sumaban al planteo original. El Negro Gaby siempre buscaba tocar lo que mejor le viniera a cada canción, dejando de lado cualquier ego infantil de instrumentista. Y Adrián era nuestro hombre más terrenal, que aportaba el peso y la calle, que el resto de nosotros cuatro no tenía.

¿Cómo fue trabajar sobre los temas que traían al estudio Andy o Pol?
Juan Pablo: Era un placer, porque desde chicos, son dos talentos con mucho vuelo y canciones buenísimas. Yo quizá tenía un poco más claro cómo hacer que la banda sonara bien, y que una grabación quedara buena.

LAS CANCIONES

. TENOCHITLAN (Andy Chango – Medina): ¿Sale de los libros de Don Juan, de Castaneda; de la experiencia de tomar ayahuasca?
Pol: Había algo ahí al respecto, porque estábamos un poco en esa sintonía, de una manera muy infantil también, no es que nos tomábamos el tema muy enserio, ni mucho menos…  Por eso las letras tienen humor también. Pero, sí, está bastante inspirado en un viaje que habíamos hecho con Andy a Tánger, en África; y también habíamos estado en México, y habíamos probado esa experiencia, con el librito de Castaneda abajo del brazo…  entonces, más que tomarnos esa experiencia tan seriamente, empezamos a juguetear con eso y con los sueños, con la psicodelia; más que con las frases y el mensaje de autoayuda, que algunos buscan en esa experiencia. Eso es, en resumen, la letra de esta canción: un delirio de imágenes que nos vinieron en sueños. Y creo que el disco de Superchango tiene mucho de eso, de imágenes y cosas, pero con letras entendibles.

. TIEMPO DE SUBSTANCIAS (Andy Chango): ¿Este es el tema Stone del grupo? ¿En una onda Beggar´s Banquet?
Pol: Sí. A mí me encanta el rock and roll, y teníamos muchas canciones en esa onda. Sobre todo, este era un tema que era muy lindo para tocar en vivo. Tanto en este tema como en “Paraguay” es como que se loopea la melodía, de alguna manera, y esto genera algún tipo de groove. Por más que no sea el típico groove musical, hay algo en la manera de la estructura de esas melodías que groovean.

¿El título del tema es un alegato lisérgico acerca de la experimentación con substancias?
Pol: Y… Ya estaba Andy queriendo impregnar su mensaje… (risas) Todo eso es culpa de él… (más risas) Pero sí, hay todo un mensaje acerca de la experimentación con substancias. También era otra época en que las substancias no eran lo que son ahora, en donde abundan los productos sintéticos de laboratorio, y termina siendo un gran peligro la experimentación, porque no sabés que es lo que estás tomando… Ahora abunda el veneno a gran escala, por eso pasa lo que pasa, y se terminan muriendo tantos pibes en fiestas y demás. En esa época estaba todo más cuidado, eran substancias puras, nada que ver… entonces, uno se permitía jugar más con esas letras, no sentíamos que nos estaban haciendo mal, porque se trataba de experimentar. No eran metanfetaminas de laboratorio, o pseudoefedrinas, como abundan hoy; estábamos hablando de experimentar con el Ácido Lisérgico, la Ayahuasca, el Peyote y demás… Substancias que son más curativas o que, a lo sumo, te abren más la cabeza. No tenía que ver con el problema de la drogadicción.

. NO TENGO FIEBRE (Andy Chango – Medina): ¿De dónde sale la música de rítmica tan extraña de esta canción?
Juan Pablo: Con respecto a la composición, habría que preguntarle a Pol, que es quien la hizo. La banda la grabamos tocando todos juntos en la sala grande de arriba. El bajo del Negro, la bata de Adrián y la guitarra principal de Pol quedaron de esas tomas. Después reemplazamos el teclado que yo había grabado por el piano de verdad, Andy grabó una guitarra acústica que tocaba en ese tema y, al final, agregamos un par de eléctricas de Pol y un loop que le daba un buen empujón a la coda. También, a partir del último estribillo agregamos los trombones y la flauta de Axel Krygier.
Pol: Sí, este es un tema mío, que ya traje muy armado al estudio de grabación. Juan Pablo me dio una gran mano en la grabación del tema, Andy también colaboró. Siempre funcionábamos así. Uno llevaba un tema, más o menos armado, y los otros integrantes del grupo lo ayudaban o sugerían cambios. Los arreglos también los hicimos nosotros.


. AJUAR (Absatz): ¿De dónde salen los arreglos de esta canción, toda esas melodías de escalas ascendentes y descendentes, que están presentes durante toda la canción?
Pol: Bueno, este tema lo trajo Juan Pablo; lo que pasó es que todos veníamos de estudiar piano, que es muy diferente a componer con una guitarra, ¿no? Habíamos estudiado mucho piano, desde chicos, muchos estudios de música clásica barroca. Pasábamos mucho del clásico al barroco, porque aún no habíamos incursionado en el jazz y otros géneros. Y había mucha verborragia del piano en lo que hacíamos. Existía esa necesidad intrínseca en lo que componíamos, de ir cambiando melodías, rítmicas, etcétera. Eso también es el aspecto genuino que tiene la música de Superchango, más allá de ser una banda rock, hay muchas estructuras musicales que tienen que ver con la música clásica, y también, por qué no, con una parte medio “cabaretera” del piano. Eso también pasa en otros temas, como “Octambul”. Es esa mezcla que también mamamos de discos como Sgt. Pepper´s, con los arreglos clásicos de piano que hizo siempre George Martin para los Beatles, esa cosa barroca y clásica. Además, este era nuestro primer disco, y nos daba mucha ilusión escuchar esa música que hacíamos a lo grande, arreglada con violines y demás. Estábamos viviendo el sueño de plasmar nuestra música, y nos dábamos manija para hacerlo a todo trapo.
Juan Pablo: La canción tiene mucho de inseguridad adolescente, emoción y nervio. La música es bastante lúdica. Los aportes juguetones del piano de Andy, la guitarra sugerente de Pol y la base contundente de Gaby y Adrián fueron imprescindibles para el resultado final.

¿Hay un poco de música clásica contemporánea ahí?
Juan Pablo: Puede ser. Escuchábamos mucha música, y todo de algún modo se cuela. También, con todo lo que fueran instrumentos sinfónicos, nos ayudaron Alejandro Terán y Axel Krygier, dos titanes de la música, que también eran amigos nuestros.
Pol: Por supuesto, hay música clásica. Totalmente. Muy influenciados por Igor Stravinski, Bela Bartok… Todo mezclado con liricas que hablaban de desestructurar ciertas cosas de la realidad, Porque aunque éramos muy chicos, también veníamos leyendo mucho acerca de la época beat, William Burroughs, Kerouac y demás… por eso son canciones que aunque se pueden cantar tranquilamente en un fogón, también tienen momentos de rítmicas inesperadas, que pueden molestar a un oyente distraído, porque te llevan a otro lado, bastante distinto al que venias transitando…

Cómo poner un efecto de bocinas pasando en el medio de un tema…
Pol: Claro, pegar volantazos en el medio de la canción…

. DADA VUELTA (Andy Chango – Medina): La letra de esta canción me hace acordar a una Road Movie demente, ¿tiene que ver algo con eso?
Pol: Sí, sí. Viene de una experiencia que le pasó a Andy en un auto, con una chica, donde luego me fue a buscar a mí. Una situación bastante loca… Y ahí también tenés ese loop de melodía del que te hablaba antes. Una melodía repetitiva, que nos imaginamos como propia del auto que maneja el personaje de la canción, ese sonido propio de los autos en las maquinitas de juegos electrónicos que jugábamos en los flippers cuando éramos chicos. Y también tenía que ver con esas películas antiguas en donde no se filmaba los viajes en auto de verdad, sino que ponían una película de fondo, simulando que los protagonistas iban moviéndose por diferentes paisajes, viajando en autos que, en realidad, estaban fijos en un estudio. Como esos juegos del Italpark, en donde había juegos con movimiento, que acompañaban las imágenes que veías. Hay mucho de eso en esta canción, y en varias de las letras del disco. Muchas referencias a lo visual.

. CHAMAMÉ GIOL (Andy Chango – Medina): ¿Este tema anticipa la melodía de “Paraguay”, cómo se les ocurrió?
Pol: Estaban Terán y Axel probando los arreglos que hicieron para “Bodega Giol”, y en un momento que estábamos esperando que pongan los micrófonos para empezar a grabar, Axel y Alejandro empezaron a jugar con el saxo tenor y otro instrumento de viento, a tocar casi sin soplar, no sé bien que hacían… Algo bien loco, pero propio de tipos talentosísimos como son ellos dos. Lo inventaron ellos, de una. Por eso se escucha tan raro, se escuchan las teclas del saxo, y desde muy lejos… Nos encantó eso que hacían. Intentamos grabarlo arriba del tema, como un arreglo; pero no funcionó. Pero como funcionaba muy bien solo, agarramos ese pedacito de música, y lo pusimos como una previa a la canción, porque nos parecía hermoso.


. BUDAPEST (Medina): Ese es un tema tuyo, Pol. ¿De dónde salió tu inspiración?
Pol: La letra habla de un viaje que hice con amigos a Europa, luego de terminar la secundaria; en donde estuve en Paris, ahí conocí a una chica húngara. Una chica de la que me enamoré perdidamente, por la que abandoné el viaje que estaba haciendo con mis amigos para irme a Hungría con ella. Estuve tres meses en Hungría viviendo con ella. Hacía apenas dos meses que habían derribado el Muro de Berlín, imagínate. Había ido a Hungría, una república que había estado en la órbita soviética, en donde la realidad era “en blanco y negro”, viviendo en la casa de esta chica… Ahí me enteré que su padre era nazi… Y yo soy judío… En fin, una situación bastante compleja. Me acuerdo que el padre me mostraba orgulloso fotos en las que se lo veía con esvásticas y demás… Pero fue una experiencia buenísima, igual. La melodía se me ocurrió caminando por la calle. Tiene una cosa medio mccartniana, ¿no? (tararea la canción) En realidad, la letra habla de una historia previa a ir a Budapest. Estaba en Viena aún, y me había pasado el dato de la casa de una chica, en donde podía dormir. Eran las tres de la mañana en Viena, fui a la casa de esta chica, me cocinó, y yo ya pensaba que me iba a quedar a dormir ahí, pero no, me fletó… (risas) Me quedé a gamba, medio borracho, en Viena, sin saber a dónde ir, y ahí empecé a tararear la letra: “Me iré a Budapest, ahí seguro seré feliz…”

. PARAGUAY (Andy Chango): ¿Y ésa de dónde salió?
Pol: Era Andy el que vivía acá, en la calle Paraguay. Era un juego de palabras entre Paraguay, la calle, y la seccional de policía que quedaba ahí. Algunos nos acusaron de “prejuiciosos”, por ponerle “Paraguay”… Me acuerdo que una vez fuimos a tocar a Paraguay y no la tocamos… Pero no era prejuicio para nada, tan solo jugar con las palabras…

. FANTASMAS (Andy Chango – Medina): Esta parece una música medio de película, con ese ritmo latino, ¿no?
Pol: Sí. Porque la grabamos una vez en un bar, tocándolo en piano solo con Andy, los dos a cuatro manos, y nos gustaba mucho el murmullo, el ruido de la gente alrededor nuestro. Así que grabamos el murmullo de esa vez –por eso se escuchan copas, mozos y gente- y lo mezclamos con el resto de los instrumentos grabados en estudio. Es divino ese tema, me encanta…

. OCTAMBUL (Medina): ¿De dónde salió? Parece una canción de los Kinks…
Pol: Sí, totalmente, es muy Kinks. Yo amo a los Kinks. La letra me la inspiró la lectura de los tres tomos de Las Mil y Una Noches. Estaba muy metido en ese mundito de los reyes, de las fabulas… Viene por ese lado, llevado un poco a la actualidad. Tiene varias referencias a Las Mil y Una Noches, los que lo leyeron se darán cuenta.



. CORTAME (Andy Chango – Medina - Krygier): ¿Es una onda Primal Scream?
Pol: Sí. Tiene algo de eso, pero sin haberlos escuchado aún. Tiene ese espíritu. El estribillo viene de una canción previa de Ruy Krygier, que decía, justamente: “Cortame las venas, nena… Te necesito, te necesito”. A partir de esa parte hicimos el resto de la canción.

. ALERGIA (Andy Chango – Medina): ¿Cómo se les ocurrió este tema, con esa parte en inglés al final?
Pol: Ese era un tema mío, que yo venía tocando con una bandita que tenía antes. Al principio era más “The Clash” su estilo. Se unió a esa parte en inglés, de un tema de Lou Reed, que siempre cantábamos con Andy. Nos encantaba cantarlo y por eso los unimos. Terán puso unos arreglos muy lindos ahí.

. GANGSTERS (Andy Chango – Medina): Un tema que viene casi desde tu adolescencia junto a Andy…
Pol: “Gangsters” lo hicimos a los 16 años. Yo tenía mi profesora de piano, Violeta Gainza, quien hacía conciertos en el Teatro San Martín con sus alumnos. Un día pasó Andy a buscarme, y le tocamos la canción a Violeta, a cuatro manos en el piano, y le encantó. Creo que incluso la puso en uno de sus libros de enseñanza de piano, con pentagrama y todo. Era medio gracioso, porque con Andy la tocábamos siempre, hasta una vez que conocimos a Charly García. Incluso la tocamos en la televisión, en un programa de Raúl Portal.

Es como un Diabelli demente…
Totalmente, es eso… La letra la inventamos en el momento, y la canción la grabamos en vivo.

Como si “Hansel y Gretel” terminaran mal…
Claro, la parte oscura de Hansel y Gretel… (risas) Como si en Elige tu propia aventura, Hansel y Gretel hubiesen ido por el lado oscuro de la vida… (más risas)

. COME TOGETHER (Lennon – McCartney): ¿Cómo se les ocurrió hacer un cover de los Beatles? ¿Cómo laburaron el tema de los sonidos, los diferentes loops de sonidos?
Juan Pablo: Cuando escuché “Give it Away” de los Red Hot Chili Peppers por primera vez pensé: “¿Qué es esto? ¿Una versión alucinante de “Come Together”?”. Resultó que era un tema de ellos. Así que decidí samplear la parte del medio, que no tiene voz cantada, y hacer mi propia versión, toda con pedazos de distintos temas. Entonces lo consideré un juego, un collage musical, algo parecido a lo que hoy llamamos “mash up”.
Yo era bastante nerd de las máquinas. Tenía un sampler básico (AKAI S900), pero al que le sacaba mucho jugo, y una procesadora Yamaha SPX90. Buscaba en discos los pedazos de temas que iba a samplear, después con el AKAI los cortaba, loopeaba y ponía a tempo, y con la SPX le daba el toque final de afinación, ya que entonces, las computadoras y los samplers de uso casero -al menos el mío- no podían cambiar la altura de una grabación sin modificar también su velocidad (o tempo). Cuando cada sample estaba listo, lo tocaba desde un teclado y lo grababa en una grabadora Fostex de cinta abierta de 8 canales.
Al resto de la banda le gustaba mucho esta versión, y decidimos que fuera parte del disco.

COLOFÓN:

¿Por qué pensás que el grupo no pudo continuar un poco más?
Juan Pablo: Durante toda la primera etapa nos potenciábamos mucho entre nosotros. Después las cosas se trabaron un poco y nos resultaba más difícil canalizar lo que cada uno quería. El funcionamiento de los grupos puede ser complejo, sobre todo cuando los roles no están claramente definidos. Imaginate un equipo de fútbol en el que todos quieran ser delanteros. Y... se complica.
Gabriel: La experiencia Superchango duró poco tiempo pero fue muy intensa. En lo particular a mí el rock ya no me despertaba muchas emociones.

¿No hubo posibilidades de volver?
Juan Pablo: Creo que cada uno está contento con lo que está haciendo, pero igual estamos hablando de amigos súper talentosos que hacen música y están vivos, así que nunca digas nunca.
Pol: Hubo un par de charlas al respecto, pero justo estábamos haciendo otras cosas…  Bueno, aún tenemos veinticinco años… (risas) ¿Qué edad tenemos? Aún puede pasar, ¿por qué no? En esta vida eterna, o que creemos que es eterna…
Gabriel: Somos todos muy amigos. Estamos en contacto permanente. Hasta hemos tocado un par de canciones cuando Andy presentó su espectáculo en Argentina.

¿Cómo piensan que soñaría Superchango si estuviera tocando hoy?
Juan Pablo: Lo que hacíamos, en ese momento, estaba buenísimo. Y pertenece a ese momento. Ahora no tengo idea de cómo sonaría.

¿Qué balance hacés, a la distancia, de toda la experiencia de Superchango?
Juan Pablo: Fue genial. Un época muy divertida y musical de mi vida. De mucho aprendizaje también.

¿Y en qué te nutrió esta experiencia en toda tu carrera posterior hasta hoy?
Juan Pablo: Pude observar y experimentar los beneficios y dificultades de trabajar en grupo. Haber tocado con ellos fue decisivo para el modo en que seguí escribiendo canciones. Creo que la gente que está más cerca, es la que más te puede influenciar. Así que, tener un grupo con ellos me dio el privilegio de aprender del cancionista y melodista genial que es Pol, con un vuelo y desenfado únicos y, también, de absorber algo de la magia y la locura de Andy, que es otro talentazo argentino y es tan singular al mismo tiempo.

Emiliano Acevedo


lunes, 26 de marzo de 2018

CANCIONES SIN TESTIGOS, entrevista a Pol Medina

Pol Medina es un músico de culto del rock y el power pop argentino. En los noventa, formó parte de Superchango, una banda híper talentosa y efervescente, reverenciada por los más grandes de la escena rock local, antes de auto prenderse fuego. Luego de esta experiencia, en el 2000, grabó un único álbum solista homónimo, que fue un soplo de aire fresco para los que estaban hartos del rock chabón. Y es que en la música de Medina se conjugan miles de influencias sonoras, en un caleidoscopio espectacular que incluye el pop británico clásico, la electrónica y sus estudios de música clásica contemporánea. Compositor y multiinstrumentista muy solicitado, Pol es un artesano de la canción, un laburante del rock. Afortunadamente, está de vuelta en la Argentina, y grabando su esperado segundo disco. En esta entrevista nos cuenta todo eso… Y más…

ENTREVISTA: Contanos como fue este regreso al país, luego de estar viviendo casi una década en Estados Unidos…
Como decís, estuve viviendo un tiempo largo en Nueva York, entonces, cuando regresé al país empecé a ver para dónde ir, si seguir con los proyectos musicales que tenía… y lo primero que salió fue lo del grupo Horizonte, que estuvo buenísimo como para hacer un EP y empezar a tocar. Y después me llamaron los chicos de Poncho porque querían empezar a tocar en vivo todas las canciones que tenían grabadas y para eso necesitaban formar una banda, entonces me incorporaron a mí. Así, empezamos a desgranar esas canciones y sonidos que conforman una música bastante complejo y Hi-Fi. Nos llevó mucho laburo poder reemplazar esos sonidos grabados para tocarlos en vivo. Hubo que incluir guitarra, bajo, etcétera. Fue una muy linda tarea y aunque difícil, muy agradable y muy mágica. También pusimos un coro góspel. Y llevamos tocando más de diez fechas, entre ellas participamos del Lollapalooza de Argentina 2017. Otra fecha muy linda fue la de Niceto en la que hubo invitados. Vino Dani Melingo a cantar una canción de la que él compuso la letra, Mimí Maura con Sergio Rotman, Juliana Gattas y después hubo un momento muy emotivo que fue el tema que Poncho grabó con el Flaco Spinetta, y que por primera vez hicimos en vivo. Escuchar la voz de Luis es tan emocionante. En los ensayos llorábamos todos. Entonces, estoy muy metido con esta banda porque como hay muchos shows hay que ensayar mucho. Por otro lado, estaba con un proyecto de canciones para niños con Andy Chango que quedará para cuando él vuelva de España. 
Acompañando a Marcelo Moura
También estoy componiendo bastante con Marcelo Moura, por ejemplo, hice un tema para su disco solista y grabé en otros. También estuve visitando el estudio de Cachorro López que siempre tiene proyectos para hacer discos o hacer composiciones para algunos artistas.  Y, paralelamente, estoy terminando un nuevo disco solista, ya tengo 12 canciones. Este año, entonces, la idea es terminar este disco en que van a participar, también, muchos músicos amigos, como María Eva Albístur o Juan Pablo Absatz, porque las canciones que tengo, luego de hacerlas y deshacerlas, ya quedaron como yo quería. Las toco en guitarra y me gustan, en piano y me gustan, y esa era la idea que tenía: hacer canciones que sirvan para cualquier temática, que las puedas bailar, escuchar solo con los ojos cerrados, tocar en un fogón.


Con Lea Lopatín, Uki Goñi y Ale Sergi

Este nuevo material, ¿tiene alguna relación con el disco anterior o es otra onda?
El anterior era muy introspectivo, yo estaba muy solo en ese disco. Aunque tenía a Warner atrás y a Fito (Páez), que había bancado la situación con su estudio de grabación. Justamente, estuve hace poco ahí, grabando unas unos arreglos vocales para unos temas de Turf y me trajo muchos recuerdos de aquella época en la que estaba yo solo con Ulises Butrón grabando; pero él, por problemas familiares de ese momento, no pudo seguir. Entonces, a veces estaba grabando solo y tenía que inventarme voces. Mi primer álbum solista es un disco para escuchar muy atentamente. Si bien hay temas que podrían ser hits, en realidad, los hice de una manera que no es tan fácil. Tal vez no es un disco para poner de fondo mientras hacés otra cosa. En mi nuevo disco hay algo de ese espíritu aunque será diferente, más despojado, menos complejo. También, hice algo que no había hecho antes: de la mitad de los temas primero compuse la letra y después la música. Esta vez tenía letras a las que había que ponerle música. Además incluye un par de grabaciones que traje de Nueva York, pero, en general, son grabaciones que estoy haciendo ahora en mi estudio o estudios de amigos.

Tocando en Poncho
Esta introspección de la que siempre hablás ¿es lo que hizo que no siguieras apuntando a ser solista?
Yo soy un músico muy curioso y me gusta mucho componer entonces puede ser que pierda un poco la noción de lo que es “hacer una carrera”. Así, hice un disco y de repente me fui a Nueva York, cuando tal vez tendría que haber hecho otro enseguida, pero me dieron muchas ganas de ir allá a aprender jazz y tocar en bandas por ahí. Después, esto de empezar a hacer temas para otros artistas también hizo que mi carrera sea muy versátil. No es una carrera típica. Creo que hay algo con la falta de noción del tiempo, como que me pierdo un poco. Entonces, para mí quizá no pasó mucho tiempo y de pronto fueron varios años. Pero, en realidad, siempre estoy produciendo pero desde un lugar desde el que tal vez la gente no se entera. Es más, en redes sociales recién estoy desde hace unos meses. Son etapas y este año sí es el momento de sacar un disco con estas canciones que me encantan.

¿Renegás del mainstream?
En realidad, no, porque muchas de las canciones que compuse para otros artistas fueron muy radiales. Tal vez lo reniego para mí, cuando soy yo el que pone la cara. Pero me encanta hacer canciones hiteras. Es más, también, hago bastante música para películas, me llaman de agencias de publicidad, con las que trabajo con mucha libertad, para hacer canciones instrumentales tipo jingleras. Por ejemplo, hice una para Quilmes, otra para la campaña de Claro con Juana Molina. Es más, los temas que estuve componiendo en el estudio de Cachorro fueron para intérpretes femeninas. Entonces, es como meterse en esos disfraces.


El nuevo disco, ¿saldrá de forma independiente?
Eso lo veré una vez terminado. Porque el tema de las compañías está muy extraño ahora. Lo haría más independiente o de última iría viendo, sobre todo para la circulación fuera de nuestro país. Por Internet va a salir por todos lados, pero para hacer shows, tal vez sí necesite la ayuda de algunos sellos. Pero no quiero que me pase lo que me pasó con Wagner, que bueno, es una plataforma enorme pero en la que vos no podés hacer todo lo que querés, por ejemplo en cuanto a la promoción, porque ellos ponen sus cláusulas, y a la vez tampoco es que le dieron mucha bola al material. Es medio una jaula de oro. Mi objetivo principal es que sea un discazo y que los temas estén buenísimos y que las personas que lo escuchen sean felices.

¿Y la propuesta sigue siendo eclética como siempre?
Sí, sí. Bueno, hay mucho de lo que no voy a poder zafar (risas) porque está en mi sangre. Por ejemplo, caer hacia el sonido Beatles. Pero sobre todo va a haber mucho de algo que yo tenía antes de escuchar a los Beatles. Yo toco el piano clásico desde muy chiquito entonces estoy recuperando un poco eso. Una música que tocaba en piano y que tenía que ver con impulsos míos antes de acercarme a cualquier tipo de influencia. Una profunda conexión con mi “elefante de madera”, como llamo a mi piano de siempre que es como mi mano derecha. Este disco va a tener mucho de eso: una conexión con un estilo y una forma de componer de mi infancia.


¿Cuánto tiempo viviste en Estados Unidos?
Diez años. Pasa que ahí el tiempo pasa muy rápido y pasaron cosas muy hermosas. Toqué en la banda Chunis con Flor Zabala, hice DJ´s sets con Didi Gutman Brazilians Girls, tocamos en el Metropolitan Museum, también en un show homenaje a Gabriel García Márquez, en Nueva York, producido por el consulado. También compuse música para un espectáculo teatral, junto a Richard Coleman. Además, toqué mucho jazz en bandas pequeñas. En resumen, fue como nutrirse de otro mundo musical donde aprendí muchísimo aunque no hay muchos testigos (risas). Y en lo nuevo, algo de eso también va a salir. 
  
¿Por qué volviste?
Porque llegó un momento en el que me di cuenta que pasó mucho tiempo y me dieron ganas de volver a Buenos Aires, a su vez mi padre no estaba muy bien y yo quería estar con él. Es más, yo estaba tramitando la visa de artista para Estados Unidos, y el mismo día que me llegó, decidí quedarme en Buenos Aires. Algo muy significante. Y bueno, acá empezaron a suceder cosas; empecé a laburar con la música en varias bandas y con músicos amigos, tuve una hija…

¿A Estados Unidos llegaste con proyectos?
No. Nos invitó una pareja de amigos. Y fuimos con Florencia Zabala, mi novia de ese momento, con la que tenía la banda Chunis, a probar suerte, sabiendo que nos iba a gustar mucho; y enseguida nos metimos en una movida de músicos en Brooklyn y empezamos a tocar sin parar. Nueva York es un lugar que te atrapa y que si te podés mantener, como yo que trabajaba haciendo música para películas, no te das ni cuenta del paso del tiempo.

Pol junto a Uki Goñi, Alejandro Alvarez (Barco), Javier Zuker y Simón Poxyran.

¿Qué escuchás ahora?
Tengo etapas. Ahora escucho mucha música clásica y mucho jazz porque estoy aprendiendo a tocar la trompeta. También los chicos de Poncho me acercan cosas nuevas o inéditas. Pero más que de escuchar soy de quedarme tocando en el piano o tocar arriba de los discos. Porque por ejemplo, con Spotify es como que me mareo con tantas posibilidades. Entonces, ahora que recuperé mi colección de vinilos, pongo discos de hace mil años y me quedo mirando las tapas como cuando éramos chicos. Todos mis discos de Billy Holiday, Thelonious Monk, Electric Light Orquestra, Echo & The Bunnymen, Elvis. En general, toco arriba con el piano mientras escucho, es como que enseguida empiezo a participar.

Pol, junto a Poncho, en Lollapalooza Argentina
¿Cómo es tu forma de trabajo para componer?
Estoy todo el tiempo maquinando, cuando sueño, cuando juego con mi hija... No sé, voy por la calle y si se me ocurre algo, lo grabo en el momento, ya sea en mi celular o en un grabador portátil; o siempre llevo partituras y un lápiz en la mochila y si surge algo, lo escribo. Entonces, algunas cosas van a parar a composiciones de otros artistas porque justo voy para un ensayo, o cuando me siento a componer dedicándole, por ejemplo, todo un día, se van uniendo esos fragmentos. A veces imagino toda la orquesta y los instrumentos en mi cabeza, entonces sí tengo la necesidad de llegar e intentar plasmar lo más fielmente posible lo que imaginé. Ver si eso que está en mi cabeza puede tener lugar en la realidad. A veces resulta mejor lo que plasmo que lo que imagino, y a veces no. Otras veces me doy cuenta que es algo que jamás va a salir de mi cabeza y otra vez no va a haber testigos (risas).

¿Qué canción de otro artista te hubiera gustado componer?
Más que nada hay pasajes musicales, cositas, mixturas, mini elementos que pienso “¿cómo no se me ocurrió?” Eso me pasa con temas de jazz. Y en cuanto a una canción, algunas de Spinetta o de Charly que ahora no se me vienen a la mente para poder decirte…


Hay una faceta casi desconocida tuya, que es la de actor, ¿qué recordás de esa película que hiciste junto a otros músicos?
Jajaja... Sí, tal cual. Todos músicos que veníamos del Festival Argentina Vivo Alternativo, en donde yo toqué a las dos semanas de haber sacado mi primer disco solista. Fue un cortometraje dirigido por Albertina Carri, llamado No quiero volver a casa; incluido en una película que se llamaba Historias de Argentina en Vivo (2001). La historia se trataba de un mundo de extraterrestres (representados por todos los músicos que participamos en el Festival) que congelaron a los humanos y buscan la pócima para salvarlos. Así que tuve que hacer de marciano, imaginate... (risas) El largometraje fue presentado en los cines del Village Recoleta y la banda sonora tiene temas de mi disco solista y de los otros "marcianos" músicos que participaron del Festival Alternativo: El Otro Yo, María Gabriela Epumer, Leo García, Rosario Bléfari (cantante de Suárez), Richard Coleman, Francisco Bochatón y yo.

Entonces, la pregunta obvia sería, ¿cuando edites, de acá a poco, tu segundo álbum, se vendrá tu segunda participación en el cine, también?

Afortunadamente... para el público... ¡No! (risas) Es en la música donde tengo mi lugar... Las otras facetas, quedaran, otra vez, sin testigos...



Emiliano Acevedo

Una escena de "No quiero volver a casa", junto a Leo García



Con Juliana Gattas

Poncho en vivo, Pol junto a Nekro

Con Daniel Melingo