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viernes, 20 de julio de 2018

SPINETTA EN EL MAREMOTO (Entrevista revista Roll, abril 1977)


A principios de 1977, la efímera revista Roll se dio el lujo de entrevistar a Luis Alberto Spinetta. En ese momento, el Flaco venía de terminar su etapa de Invisible y se aprontaba a iniciar (o ahondar) su etapa más jazzera con la Banda Spinetta, que en ese mismo año editaría su gran álbum A 18´del sol.

Sin dudas, una charla imperdible en la que Spinetta da cuenta de un gran momento de su carrera musical y de su vida, que lo encontraba estrenándose como padre, además de animarse a ponerle (por primera vez) su apellido a un proyecto musical.

SPINETTA EN EL MAREMOTO

A lo largo de un extenso y vertiginoso reportaje de dos horas, Luis Alberto Spinetta habló minuciosamente sobre el eclipse total de Invisible, sus motivos, el saldo que le dejó el grupo, y las características y proyección de su nueva agrupación. Describió la apertura y la libertad ilimitada que significa para él esta nueva experiencia, y, debido a que responde por completo a su visión de la música –sin obstáculos-, se encuentra dispuesto a firmar el intento con su nombre. Sólidamente afirmado, Spinetta emerge, una vez más, con la expectativa de innovar sobre lo recientemente realizado e incorporar ritmos y desarrollar su estilo poético. No obstante el hecho de que el grupo Spinetta (sic) no tiene prefijado meticulosamente su futuro, Luis Alberto advierte en él el germen de una agrupación que desea estabilizar para expresar sensiblemente su constelación armónica, para cuya constelación deja el paso libre al encuentro humano de sus integrantes:

En el último recital de Invisible, el 10 de diciembre del año pasado en el Luna Park, sobrevoló, entre las melodías insondablemente profundas, una desconcertante abulia, una somnolienta exposición de acordes, una música famélica como un árbol petrificado. La vitalidad que había identificado a Invisible se había esfumado. En las aceras que circundan el estadio se conocía la noticia de la separación. Luego vino un periodo de oscuridad que alcanzó a los ex integrantes de la formación. Sin embargo, las miradas se dirigían a Luis Alberto Spinetta, como motor y veta creativa sobre el que se cimentó el trabajo de Invisible. Spinetta es ahora el camino de Spinetta.


ENTREVISTA> ¿Qué saldo te dejó Invisible como músico, compositor y ser humano?
Como músico me dejó algunas experiencias interesantes en cuanto a la armonización para trío, y el hecho de poder desarrollar alguna temática que habitualmente no se puede hacer en trío. Por ejemplo, “Durazno Sangrando” es una prueba cabal de una pieza musical que debería trabajarse con  más instrumentos, pero se llegó a un resultado totalmente diferente en cuanto a instrumentación. En el terreno del cuarteto, me dejó la experiencia, aunque sea por cuatro meses, de haber podido pasar a un aspecto rítmico. Como músico, las experiencias serían muy arduas para explicar. Como compositor, la primera etapa de Invisible me dejó el grato recuerdo de haber trabajado en forma realmente comunitaria donde, sobre la base de un esbozo, se trabajó aportando en forma pareja. Después eso se cortó, porque la evolución nos llevó a no poder detenernos, quizá como hubiese sido necesario, para seguir trabajando en ese nivel.
Compositivamente, fue una etapa que me permitió estabilizar mi mundo poético y musical, ya embarcado en una cosa más definida. Quizás Invisible sea el pasaje ideal entre lo que había hecho y lo que hago ahora. Como ser humano me dejó buenas experiencias. En tanto que las malas que pude haber recogido con Invisible quizás no se hayan dado, por estar en un conjunto especial o con músicos especiales, sino porque a veces uno vive un momento malo, y las malas experiencias no son por los demás sino por uno mismo. Las experiencias negativas que viví con Invisible no me interesan, salvo las que me dejaron enseñanzas. Al principio con Tommy (Gubitsch) las cosas humanamente marchaban a un nivel impresionante, y la comunicación entre los cuatro integrantes se hizo muy clara, muy contundente. Pero me dio la impresión de que eso no evolucionó. Tengo la leve sensación de que Pomo, Machi y yo teníamos una misma meta, y Tommy tenía otra. Cuando se integra un músico a un conjunto que hacía tres años que estaba tallando significa incorporar un elemento absolutamente positivo como lo fue Tommy. El problema está en que, por una razón de edad, de tiempo del conjunto, de acostumbramiento a las personalidades y demás cosas, esa relación no prosperó. Nada más. No estoy haciendo responsable a Tommy de la escisión de Invisible.

¿No hubo, en consecuencia, una integración humana coherente con la música que se estaba haciendo?
No. Y, por otra parte, Invisible ya arrastraba problemas de índole humana provocados no en sí por el núcleo del conjunto, sino por gente que estuvo alrededor.

¿Qué razones motivaron la creación de este nuevo grupo?
Más que ser un grupo de la índole de Invisible, Pescado Rabioso, Almendra, considero que ésta es la primera vez que encaro la experiencia de poder desarrollar mi música con otros músicos sin el esquema normal de participación grupal. En cierta forma, cada integrante puede hacer lo que quiere, pero tengo una responsabilidad mayor que la que tuve siempre. Es una banda que acompaña a Spinetta.

¿Hacia dónde se dirige ahora tu línea compositiva?
No es que vaya a continuar una línea musical dada, porque todo lo que he hecho este tiempo es mi música, con diferentes agrupaciones. Lo que no voy a hacer es depender del gusto o de la voluntad musical de los que hacen música conmigo. Los músicos con que estoy tocando están totalmente de acuerdo con que las condiciones creativas las impongo yo, que es diferente de lo que es un grupo. No es que me haya separado de Invisible porque considero que tengo que ir a otra etapa, sino que he abandonado la etapa de los conjuntos para desarrollar mi música, mi poesía y todas mis pasiones creativas sin límites. Quizás ésta sea la primera etapa mía real en la que me lanzo a hacer música con todos mis defectos y todas mis virtudes. Vos me estás haciendo preguntas que se relacionan muy directamente con toda la experiencia que estoy viviendo, y me gustaría contestarlas de una manera más clara, pero no puedo en este momento, no me sale porque estoy precisamente en ese maremoto.


¿En qué se basa la interrelación humana trascendente que se está dando con Diego Rapoport, tu tecladista?
Para mí un grupo musical es un grupo humano, donde no solo se comparte el ensayo o el momento de tocar sino las reuniones y momentos fuera de la música para conocerse. Sin embargo, ahora que planteo a un músico talentoso como Diego que responda, si es que él quiere, a ciertas y determinadas cláusulas para tocar conmigo, se da una relación que hasta el momento es macanudísima y, prácticamente, estoy compartiendo más con él que durante tres años con los integrantes de Invisible. Quizás mucha gente va a pensar que esta experiencia se va a transformar en una especie de Gestapo donde yo soy Hitler. Pero no. Porque sé que los errores que cometa los voy a cometer bajo mi entera responsabilidad; no tengo ese problema de que todos sigan como corderitos lo que yo pienso.

¿Cuáles son los cambios producidos en tu poesía y tu música en este momento?
Voy a seguir escribiendo el tipo de letras de los últimos tiempos, pero ya he desarrollado una nueva temática, nuevos inventos. Todavía voy a estar más poético, con más contenido, con más expresión, con más polenta, con más tibieza. Son cosas que hice para mí, para mi momento íntimo, y ahora puedo hacerlas para todos. Sé que soy un guerrero romántico. En cuanto a la música, probablemente, aquellos que escuchen a la banda de Spinetta sentirán que es un poco más cuadrado lo que hacemos. Pero no es un problema de cuadratura o interpretación de los compases, sino es que mi hermano (Gustavo) tiene un tempo diferente de Pomo. Es muy regular, a mí personalmente es lo que más me gusta, que toque ajustado. Esa es de por sí una característica nueva: sumo ajuste. Además, estamos trabajando sobre improvisaciones sobre varios tonos, para poder delinear melodías más amplias, y sobre algunos ritmos de bossa nova y tango. Para sintetizar: en esta etapa estoy más cerca del corazón. Me siento más confiado en mi propio corazón, más libre espiritualmente. Por otra parte, en este momento, mi hijo, la gente que quiero, son mis influencias, y no Chick Corea, porque no lo conozco. Mi música es mi única influencia. La escala de valores la pongo yo.

Alguien que lea estas declaraciones puede pensar que sos ególatra. ¿Qué le dirías?
No podría no ser ególatra. Pero sé que la egolatría en mí tiene un lugar perfectamente adecuado. No supera mi inteligencia ni interrumpe mi proceso creativo. Por lo tanto, lo de ególatra habría que estudiarlo con comillas porque el ególatra es un tipo que se idiotiza de tanto quererse a sí mismo. Yo no soy ególatra ni dejo de serlo, yo qué sé. Me considero a mí mismo como un creador y por lo tanto estoy entregado a crear. Y la gente que piensa que soy un tarado, que lo siga pensando. A mí no me altera el pulso.

Entrevista por Javier Cófreces

Publicada en Revista Roll, número 3, abril de 1977.



miércoles, 26 de julio de 2017

ALMAS DE DIAMANTE: El Rock Argentino en primera persona...


Casali, Cesi y Castro; los autores y su obra...
El jueves 27 de julio a las 19.30 horas, en el Teatro Monteviejo (Lavalle 3177, Capital Federal), se realizará la presentación del libro Almas de Diamante: Memorias del Rock Argentino II, de Lautaro Castro, Maximiliano Ceci y Eduardo Casali.

Editado bajo el sello independiente Praga Ediciones, esta publicación cuenta con un prólogo escrito por el periodista y músico Sergio Marchi, un experto en la materia; y sendas entrevistas a músicos destacados como José Luis Fernández (La Máquina de Hacer Pájaros), Eduardo Frezza (El Reloj), Osvaldo Favrot (Espíritu), Héctor Pomo Lorenzo (Invisible), Juan del Barrio (M.I.A.), Gustavo Moretto (Alas), David Lebón (Serú Girán), Vitico (Riff) y Gustavo Bazterrica (Los Abuelos de la Nada).

Cada uno de estos protagonistas de nuestro rock retrató, a través de un testimonio sincero y vivencial, un período de florecimiento musical marcado por el rock sinfónico, el jazz rock, pop rock y hard rock, en una recorrida histórica y anecdótica por los principales acontecimientos rockeros de los años 70.  

Justamente, y aprovechando esta presentación venidera, charlamos con Lautaro Castro, uno de los tres autores de esta nueva publicación, para que nos cuente como fue la cocina de esta muy recomendable obra del periodismo rock argentino.



ENTREVISTA: ¿Cómo se les ocurrió escribir una serie de libros con entrevistas a rockeros de las diferentes etapas del primer rock argentino? 
Todo nació en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata. En el proceso de Tesis para recibirnos, buscamos un tema que nos interesara. Entonces, aprovechando nuestro gusto por la música, decidimos embarcarnos en esta aventura. Hicimos un recorte histórico (de mediados de los 60 a principios de los 70) y dimos forma a Silencio Marginal: memorias del rock argentino. El material fue nuestra Tesis en 2014 y poco después lo publicamos formalmente a través de la editorial Punto de Encuentro. Este año salimos con Almas de Diamante, una suerte de continuación del primer libro y que lanzamos en forma independiente. 

Siendo chicos jóvenes, que no vivieron esa época, ¿que los convoca a la hora de escribir sendos libros sobre ella? ¿Son fanáticos de aquel rock? 
Obviamente, el hecho de no haber vivido la época hizo que agudizáramos nuestra investigación sobre bandas, artistas, lugares emblemáticos de los rockeros. También tratamos de aprovechar al máximo las entrevistas con los músicos para recrear lo mejor posible distintas escenas y momentos que hicieron al movimiento de nuestro rock, siempre vinculado a un contexto socio-cultural determinado. A medida que nos fuimos interiorizando en aquellos años, valoramos aún más todo lo que el rock argentino le dio a la cultura nacional. No sé si somos fanáticos, pero sí, a partir de nuestros libros, consumimos mucho más rock argentino que antes.  

Siendo tres los autores, ¿cómo se dividieron los roles y las tareas con respecto a la realización de entrevistas y la investigación? 
En ese sentido siempre fuimos claros. Buscamos que las entrevistas las realizáramos los tres, sin excepciones. Las inquietudes de cada uno a la hora de entrevistar suelen ser distintas, así que eso puede hacer al encuentro más provechoso. En cuanto a la investigación, cada uno lo hacía por su cuenta y después nos juntábamos y poníamos los conceptos / ideas sobre la mesa. En base a eso, planificábamos los encuentros. La escritura también fue personal (tres capítulos cada uno) pero después la etapa de corrección / edición era común. Cada uno sugería agregar o quitar tal o cual cosa al capítulo del otro. Fuimos muy democráticos.



¿En base a que criterio seleccionaron a los músicos entrevistados? ¿Tenían pensados los nombres de antemano, o les fueron surgiendo mediante la investigación? 
Lo primero que hicimos fue hacer una especie de mapa sobre lo que la escena del rock argentino ofrecía en aquel tiempo. Una vez identificadas las bandas representativas, fuimos por los artistas. En muchos de los casos buscamos que fueran músicos que no están del todo difundidos o que quedaron algo rezagados en el ambiente. Por ejemplo, para Almas de Diamante, entrevistamos a Gustavo Moretto, del grupo Alas; José Luis Fernández (La Máquina de Hacer Pájaros) u Osvaldo Favrot (Espíritu). Muchos de ellos cuentan experiencias riquísimas que no son del todo conocidas acerca del movimiento. 

¿Cuánto tiempo tardaron en realizar las entrevistas, escribirlo y poder publicarlo? 
Alrededor de dos años. Comenzamos con la investigación previa en abril de 2015 y lo publicamos en enero de 2017.



¿Cómo fue la respuesta de los músicos convocados? ¿Hubo algunos que se negaron a dar su testimonio? 
Muy buena. Por suerte todos los músicos a los que apuntamos nos dijeron que sí. Alguno costó conseguirlo más que otro, pero todos se sumaron a la propuesta.


¿Cómo fueron haciendo la investigación, de que hipótesis partieron  o que aspecto de la realidad de esos años pretendieron traer a la luz mediante los temas charlados con los músicos? 
La idea siempre fue que los músicos simplemente contaran la escena del rock local de ese momento desde su experiencia. Cada uno aportó lo suyo musicalmente y cada uno tiene una historia. La particularidad de este libro –al igual que el anterior- es que nunca dejamos en un segundo plano a la persona. En La Máquina de Hacer Pájaros el líder indiscutido era Charly, pero el que teníamos enfrente era José Luis Fernández. Entonces,  lo que corresponde es que José Luis tenga el protagonismo. Y así fue. 

¿Cómo se relaciona cada historia de vida con el contexto sociocultural de la época? 
En Silencio Marginal hicimos mucho más hincapié en el contexto socio-político del momento, algo que no profundizamos tanto en este. Quisimos darle más bola a lo estrictamente musical. Pero siempre, indefectiblemente, los músicos –como todas las personas- estuvieron marcados por una época. La última Dictadura militar es una cuestión ineludible, que los músicos tratan espontáneamente. Es interesante la manera en la que cuentan cuánto los influyó –algunos más, otros menos- ese momento oscuro de nuestra historia en su carrera. Y después, cada uno tiene su historia familiar, sus raíces, sus experiencias por fuera de la música. 

¿Cuáles son las similitudes y diferencias entre Almas de Diamante y Silencio Marginal? ¿Por donde continúan sus investigaciones a partir de aquí? 
Básicamente, la principal diferencia está en el período que tomamos. En Silencio Marginal desarrollamos la etapa fundacional –mediados de los 60 a principios de los 70- mientras que Almas de Diamante hace lo propio con toda la década del 70 hasta principios de los 80. Después de esto, lo lógico sería avanzar hacia un tercer libro, en el que nos aboquemos a los 80. Creo que se dará en algún momento pero primero debemos saber bien qué vamos a contar. Hay mucho material sobre ese período y tendremos que ser originales. 

Tengo entendido que las entrevistas también fueron registradas en audio y video. ¿Hay una intención de hacer un documental en algún momento? 
Las entrevistas que sirvieron para el libro obviamente las grabamos pero no fueron registradas en video. Los videos que andan circulando por las redes son pequeños encuentros –posteriores a la edición del libro- en los que los músicos brindaron su testimonio a modo de promoción del material. En cuanto a lo del documental, no lo hemos evaluado.



¿Qué creen que tiene de distinto Almas de Diamante con respecto a otras publicaciones que también se basan en las historias de los inicios del rock argentino? 
Que tratamos de narrar las historias, contarlas de manera simple y directa. No hacemos nada cronológico. Y también, que el movimiento del rock argentino es contado por sus protagonistas. A través de las escenas que recreamos, los personajes del libro están en constante movimiento. 

¿Hay algún acercamiento a la problemática rock-política de la época, en temas relacionados con la represión y persecución que sufrieron los jóvenes y su música en aquellos años? ¿Se analiza la relación del rock con la lucha armada y los movimientos de liberación nacional? 
En el primer libro hay un mayor acercamiento. En este, no tanto. No porque no lo hubiera sino porque la decisión fue centrarnos más en lo musical. Pero, como dije anteriormente, la última dictadura militar atraviesa el periodo que tratamos y no podíamos obviarla. Lo que más está son los difíciles años 74, 75, posteriores a la muerte de Perón, y la dictadura misma. El capítulo de Vitico refleja muy bien esa falta de libertad, expresada en las reacciones desmedidas del público de Riff. La Guerra de Malvinas también aparece y Osvaldo Favrot cuenta una perlita muy interesante de cómo vivió ese momento junto a la banda. 

¿Qué opinan acerca de la relación e influencia que tuvo el rock nacional de aquellos años con respecto al resto de la sociedad, por fuera del gueto de los jóvenes, y en relación con otras artes? 
El rock emergió en los 60 cuando el tango y el folclore eran muy fuertes. Digamos que las bandas fundacionales (Almendra, Los Gatos, Vox Dei, Manal) allanaron el camino para lo que vino después, con una mayor variedad de grupos y estilos. Y la relación con el arte siempre estuvo: algunos músicos más que otros, fueron lectores, amantes del cine, la filosofía o la pintura. El Flaco Spinetta era uno de ellos. Creo que involucrarse en cualquier actividad artística por fuera de lo musical enriquece muchísimo la carrera de cualquier músico. 

¿Por qué creen que estas canciones, artistas y discos no pierden vigencia a pesar del paso de los años y lo corto de la duración de la vida de algunos de esos grupos? 
Porque lo que hicieron fue realmente revolucionario para la época, tanto musical como estéticamente. Y porque muchos grupos, a pesar de durar poco, vivieron ese corto tiempo con intensidad y gran creatividad. Y esa calidad musical hoy sigue teniendo vigencia porque es una referencia ineludible para los músicos de hoy. Para hacer algo nuevo, siempre es bueno saber de dónde se viene. Y creo que aplica a los músicos como a todo artista.  

¿A cuáles rockeros de la actualidad se los podría emparentar con estos pioneros, cuyas historias forman parte del libro? 
Es difícil emparentarlos. Creo que los músicos actuales –sobre todo los más nuevos- aun tienen un largo camino por recorrer como para poder sentarse a una mesa y ser protagonistas de una época. Quizá en quince o veinte años, formen parte de otra etapa del rock argentino y cuenten su experiencia, tal como hoy lo hacen aquellos que se iniciaron en los 60 y 70. Siempre está bueno contar las cosas desde la distancia que ofrece el paso del tiempo. 

En tu opinión, ¿existe algo de ese rock artesanal y primigenio en el rock argentino actual, masivo e hipercomercializado del mainstream, o hay que rastrear esas huellas en las propuestas independientes del rock under? 
Obviamente, los tiempos han cambiado. Es mucho más fácil grabar que antes, internet ha revolucionado todo y la tecnología aplicada a la música modificó muchas cuestiones. Las facilidades de hoy, creo que dejaron atrás ese método artesanal. También hoy son otros los modos de consumo, distribución y comercialización. A su vez, el under tiene esa cosa de hacer todo a pulmón, tal como ocurrió con muchos de los músicos pioneros en su momento. El MIA fue un claro exponente de ello: la autogestión en su máxima expresión. 

¿Quiénes fueron sus herederos estilísticos a través de los años en nuestro rock, según tu opinión? 
De los que tratamos en el libro, creo que Los Abuelos de la Nada –en su segunda etapa, la más conocida- abrieron un abanico importante para lo que vino en los 80 con Virus, Los Twist y otros que le pusieron una cuota “popera” al rock. Lo mismo pasó con Riff, que apadrinó a V8 en el último B.A. Rock, cuando recién estaban haciéndose conocidos. Spinetta Jade o Serú Girán creo que hicieron algo tan complejo y original, que difícilmente pueda decirse que tienen “herederos”. Afortunadamente, casi todos los músicos de Almas de Diamante siguen en actividad y aún tienen mucho más para dar. 




A Almas de Diamante: Memorias del Rock Argentino II lo podés conseguir en estos puntos de venta:



Capital Federal:

. Oíd Mortales: Av. Corrientes 1145 Local 1

. Siempre Acampa Música y Libros: Av. Santa Fe 1126 local 27

. The Anthology: Av Santa Fe 1670 Local S7. Galería Bond Street

. Rayo Rojo: Av Santa Fe 1670 Local 21-23. Galería Bond Street

. Parque Rivadavia: Puesto Nº 67

. Discover Store, en Galería Jardín (Florida 537, Microcentro)

. La Libre (Bolívar 438, San Telmo)

. Caburé Libros (México 620, San Telmo)



La Plata:

. La Disquería - 54 e/ 8 y 9

. Disquería Sonidos Las Delicias  - 8 e/ 49 y 50

. Xennon La Plata - 48 e/ 7 y 8

. Galería Mayo local 27/28

. Ediciones Haber 48 casi esq. 6

. Génesis Discos - 6 e/ 47 y 48

. Génesis Discos - 7 e/ 56 y 57

. Librería Atenea  - Diag. 80 nº1010

. Siberia Librería y Galería - 51 e/ 5 y 6 nº503

. La Libroteca - 3, 61 y 62 Nº 1415

. Editorial Malisia - Diagonal 78 Nº 506, esq. 6 y 59



Berisso:

. Kaunas - Montevideo e/ 7 y 8 Galería Pendón

. Librería Pérez - 10 e/ Montevideo y 166

. Lutheralia - 9 e/ Montevideo y 166 


Quilmes:

. Xennon Quilmes - H. Yrigoyen nº504 Galería Colón local 141/142



City Bell:
. Libro 49 (Cantilo, entre 6 y Jorge Bell)

Bahía Blanca:
. La Masmédula Libros: O'Higgins 27, Galería Americana
 

Entrevistó: Emiliano Acevedo