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miércoles, 22 de mayo de 2024

LA CAMPANA DE LARGADA...: Turf celebra Una Pila de Vida



Una Pila de Vida
, el primer álbum de Turf, es sin dudas uno de los mejores discos debut de la historia del rock argentino. Una producción lujosa de pop elegante, buen gusto y el frenesí juvenil de cuatro chicos que venían con todo para dejar su huella en la música popular. En pocas palabras: un álbum mítico. 

En esta nota retrocedemos hasta mediados de los 90 para recorrer las historias detrás de esta colección de canciones de la mano del frontman y compositor Joaquín Levinton, el bajista Carlos Tody Tapia, el baterista Fernando Caloia y el guitarrista Leandro Lopatín. Junto a ellos echaremos un vistazo sobre la tarea de darle vida a este disco. Ellos nos contaron como lo crearon y grabaron bajo la invaluable producción de dos integrantes de Los Fabulosos CadillacsMario Siperman y Daniel Lozano. Un disco que volvió a reeditarse luego de 27 años y no solo ya está en todas las plataformas digitales sino que, también, la banda tocará en vivo el próximo viernes 24 de mayo en el Teatro Coliseo. La historia coral de Una Pila de Vida contada por sus protagonistas.

ENTREVISTA> ¿Por qué se reedita recién ahora Una Pila de Vida?

Carlos Tody Tapia: El plan original era hacerlo en 2020. Ya estaba todo listo, habíamos arreglado con Universal la remasterización y la edición digital en las plataformas por primera vez. Teníamos todo encaminado y vino la pandemia. Y cuando terminó se diluyó la idea porque teníamos ganas de sacar un disco nuevo [Renacimiento, 2023], entonces quedó un poco atrás en la lista de prioridades pero siempre lo tuvimos en cuenta. Y ahora se dio el momento justo. Decidimos hacer un lanzamiento, más potente del que teníamos pensado originalmente, con una edición en vinilo que va a salir ahora en unos meses.

Fernando Caloia: Para colmo en medio de la pandemia nos dijeron que Universal había subido el álbum a las plataformas, entonces les dijimos que no. Nos comunicamos con la compañía y negociamos para que cuando se relanzara pudiéramos tocarlo en vivo. Por eso es que hubo que esperar y por eso este número raro de 27 años. Que, de cualquier forma, coincide con la edad del rock, ¿no?

LA GÉNESIS DEL GRUPO:

¿Cómo surgen son las primeras composiciones del grupo?

Joaquín Levinton: Si bien empecé a hacer canciones de chiquito, era más bien por juego. Sin desmerecer el juego o la parte lúdica que implica componer una canción pero muchas canciones de Una Pila de Vida fueron las primeras de buena calidad que compuse. Es decir, cuando me di cuenta que una canción podría ser recordada y apreciada por otro. Por ejemplo, “Viajando en Jet (Set)”, “La Recta Final” y “Casanova” las hice en la casa de mi mamá a los 16, 17 años hace 30 años.

Esos temas son casi contemporáneos a tu ingreso a Juana La Loca en plena adolescencia…

Joaquín: Claro. Porque, en realidad, en ese momento estaba inventando Turf que era un proyecto a futuro. Con Lea veníamos tocando en la casa de mi vieja y me llega la propuesta de Juana La Loca a la cual no me resistí porque me gustaba la banda y me ofrecían grabar un disco. Entonces, le dije a Lea [Lopatín] “me voy a tocar un poco y vuelvo”. Entonces grabé un disco con ellos, toqué en Vélez con Depeche Mode y en un montón de shows aquí y allá y gané plata. A partir de ahí, la música se transformó en algo que me daba dinero, en mi trabajo hasta el día de hoy. Entonces no era poco para un chico porque la mayoría sueña con ganar plata haciendo su música.

¿Y cómo se inicia Turf?

Joaquín: Cuando regreso con Lea, después de un año con Juana La Loca, se sumaron Fernando y Carlos y armé este disco, el orden, un concepto, una tapa. Todo con la idea de nacionalizar el brit pop porque somos la primera banda argentina de ese género… los que escuchábamos a Blur, Oasis, Pulp. Vos pensá que no había Internet, no había acceso fácil a los discos salvo si ibas a disquerías especiales como Downtown Records en Galería Churba en Cabildo y Juramento. Así se fue generando y armando Turf. De inmediato sacamos un disco, nos hacemos amigos de Charly García, vendimos 50 mil copias y todo sucedió de un año al otro. Hicimos una vueltita por el under, tocamos en Cemento, en Die Shule, en la Capilla del Centro Cultural Recoleta, en El Codo, en Dr. Jekyll… Y, rápidamente, se corrió la bola de que el grupo tenía algo novedoso y original. Así que, en esa época, fue doblemente meritorio haber tenido éxito tan rápido porque, por lo general, eso sucedía pasados 10 años de estar en el under no te consideraban como “ser del palo” o “ser auténtico”. El mundo quería que seas “creíble” cuando el artista tiene que ser increíble…

Además, ustedes eran los más pibes…

Joaquín: Claro, y además era todo rock barrial… la verdad, no puedo creer lo chiquititos que éramos…

¿Qué cambió desde ese momento?

Joaquín: Mmmmm… No cambió tanto la cosa porque cada vez que hacemos un disco es un disco novedoso para nosotros mismos, también. Entonces, está el entusiasmo, el no saber para dónde va, el trabajo misterioso. Viste, que nosotros no tenemos un estilo musical definido y, en definitiva, ese es nuestro estilo.

¿Cómo era la forma de trabajo en aquel momento?

Joaquín: Grababa los temas en mi porta estudio, una Tascam de cuatro canales, en la casa de mi vieja; hacía la mayoría de los arreglos, cantaba los coros y los pasaba. Si vos escuchás el disco, los coros son míos. Así que les llevaba las ideas y las trabajábamos. Ese fue, también, el puntapié para que a partir del segundo disco los chicos intervinieran mucho más y empezaran a componer sus canciones y aportar lo que quieran sobre la canción del otro.

¿Cómo se unen ustedes al proyecto de Joaquín y Lea?

Fernando: Yo había puesto un aviso en el diario y llamaron dos chicos, Pablo y David, y empezamos a armar una banda. Entonces Pablo me cuenta que era amigo de Joaquín Levinton, el chico que tocaba la guitarra en Juana La Loca. La cuestión fue que arrancamos con este proyecto y en un momento me di cuenta que no era lo que yo quería. Lo de ellos era una música más de culto, y aunque yo vengo de ese palo, siempre me gustó mucho la música popular también porque en mi casa se escuchaba mucho rock nacional, etc. Entonces les comuniqué que no iba a seguir con el proyecto, iba a seguir en mi búsqueda. Al otro día me llamó Joaquín, y me dijo que Pablo le había pasado mi teléfono, él me dijo que quería armar una banda con Lea. Le dije que me parecía bien y fui a verlos. Me encontré que tocaban con mucho tremolo, efectos, muy en estilo Spiritualized pero lo hacían de una manera especial. Fue muy breve el encuentro y decidimos volvernos a ver en una sala de ensayo así veíamos como iba la cosa. Joaquín me había dicho que tenía un par de temas. La verdad, no me habían caído muy bien. Eran dos pibitos medio picantes de Belgrano. No teníamos mucho que ver, yo venía de la provincia, laburaba, me mantenía solo, y ellos vivían con los viejos todavía. Así que alquilamos una sala y nos juntamos. Joaquín me mostró los temas que tenía. Conté cuatro y empezamos a tocar y nos dimos cuenta que era por ahí la cosa. Así que Joaquín me dijo que les encantaba como tocaba y me propusieron que armáramos la banda juntos. Entonces llevé a David de bajista para ver si se sumaba al proyecto. Pero al cuarto ensayo él me dijo que no le gustaba la onda de Joaquín y Lea y se bajó. Ahí vuelvo a poner un aviso en el suplemento Sí! de Clarín, y entre algunos bajistas más, llamó Carlos. Empecé a hablar con él y pegamos mucha onda, nos gustaba la misma música. Así que le dije que se viniera a la sala de ensayo, que lo esperábamos para tocar.

Carlos: El grupo todavía no existía, no tenía nombre. Yo vi un aviso que decía “banda busca bajista en estilo The Kinks, Small Faces, The Who” y yo estaba muy enganchado con esa música así que llamé. Era una banda que estaba en pleno proceso de creación. Después nos dimos cuenta con Joaquín que teníamos amigos en común con Juana La Loca. Así que estuve un tiempo, fui a ensayar, después no fui más.

Fernando: Cuando Carlos llegó a la sala de ensayo, lo miró a Joaquín y le dije: “Pero vos sos el de Juana La Loca…” Ahí Joaquín le aclaró que este era un proyecto secreto, que estaba armando una banda nueva. Contamos cuatro y Carlos nos despedazó el cerebro, nos mató con su forma de tocar. Luego Joaquín me dice que le diga a Carlos que el jueves nos juntábamos de nuevo en la sala. Así que lo llamé a Carlos y me dijo que no le interesaba seguir, que conmigo tenía la mejor onda pero que con Lea y Joaquín no, aparte me dijo que él conocía a los muchachos de Juana La Loca y no quería meterse en problemas. Entonces lo llamé a Joaquín y le dije que Carlos me había dicho que no. Joaquín no entendía nada: “¿Cómo que te dijo que no va a tocar? Dame su número de teléfono”. A los diez minutos Joaquín me llamó para decirme que ya lo había arreglado, que nos veíamos el jueves en la sala. Qué le dijo Joaquín para convencerlo es un misterio que hasta el día de hoy no está develado.

Carlos: Joaquín me llamó y me dijo: “¿Vas a venir a ensayar o no?” A lo que le respondí: “Bueno, dale”. Y ahí fui y me quedé hasta el día de hoy.

Fernando: La cuestión fue que una vez que entró Carlos, empezamos a ensayar todos los días y Joaquín se va de Juana La Loca, le ponemos nombre a la banda y arrancamos con todo. Sabíamos en que circuito movernos, conocíamos a gente del ambiente, éramos fans de Los Demonios de Tasmania y nos habíamos hecho amigos de Sharly, el cantante. Planeamos hacer el 20 de diciembre de 1995 el debut de Turf como soporte de Demonios de Tasmania pero en la semana previa los Demonios nos presentaron en dos shows que hicieron como una banda nueva que estaba empezando. Finalmente, el miércoles 20 de diciembre debutamos oficialmente en Dr. Jekyll, en Belgrano.

¿Qué temas tocaban en ese momento?

Fernando: Cuando debutamos teníamos solo seis temas. Tocábamos “Día especial”, “Tarjeta postal”, “Viene llegando” y también “Enlace” de Ratones Paranoicos y “No se va a llamar mi amor” de Charly García.

En un año Joaquín fue componiendo todos los temas que quedaron en Una Pila de Vida…

Fernando: Así es. Y el lapso de tiempo fue muy corto porque el día del debut ya nos ofrecieron grabar un disco. Y al tercer show vinieron a vernos Roberto Costa y Daniel Grinbank. Así empezaron a caer ofertas de discográficas que nos querían fichar. De entrada teníamos todo planeado, le pusimos nombre a la banda, teníamos una estética, sabíamos cómo llamar la atención, como meternos de prepo en el circuito… Y así fue. Lo planeamos, lo ejecutamos y en el camino se hacía el disco. En ese año, empezamos a mutar un poquito la parte musical, nos pusimos un poco más Stones, que era la banda que estaba de moda, cuando nosotros éramos más Beatles, más Kinks… De hecho, por eso también cambia la versión de “Viene llegando”. Cuando el ambiente under o indie empieza a ver este viraje musical se da vuelta porque nosotros ya apuntábamos a otra cosa. Hicimos el disco con Charly García de invitado y apadrinándonos y fue un éxito total.         Se dio todo muy rápido.

¿Cómo fue el proceso de armado del disco?

Carlos: Con el paso del tiempo empezamos a armar un repertorio para hacer algún show en vivo y empezamos a hacer demos. Hicimos demos de “Tarjeta postal” y “Viene llegando” que son los mismos que salieron como bonus tracks ahora en la reedición del disco. En 1996, una vez que ya estuvo demeado, hicimos los primeros shows y tuvimos la suerte que la banda llamó la atención de los periodistas de esa época y nos empezaron a hacer notas y a venir a vernos en vivo. Se armó como una bola de nieve y llegó hasta las discográficas. Primero tuvimos una oferta de EMI. Con ellos llegamos a grabar un demo en estudio, muy profesional. Eso está por algún lado. Es básicamente lo mismo que se editó pero tocado en otras circunstancias. Finalmente, tuvimos la mejor oferta de Universal y firmamos con ellos.

En el disco se nota mucha influencia de brit pop. ¿Era lo que escuchaban en esa época? ¿Por qué bandas estaban influenciados?

Carlos: Totalmente. Porque nos gustaban las mismas bandas clásicas que les gustaban a todos los grupos de brit pop. Ósea, todas las bandas que habían influenciado a Oasis, a nosotros también nos gustaban: T-Rex, Mott The Hopple, The Who, Beatles, los Stones, The Kinks, Small Faces, Slade… Había mucho de la british invasion de los 60 y también mucho glam de los 70 como la primera etapa de Bowie con Zyggy Stardust… Obviamente, nos encantaba Oasis, Blur, Suede, Supergrass… Detrás de Blur y Oasis había como 5000 bandas que estaban buenísimas. Y todas esas bandas eran lo que escuchábamos a full.

Fernando: Ya más cerca de la grabación del disco se empezaron a acentuar las influencias de David Bowie o T-Rex que se notan bastante en las composiciones. Nosotros queríamos sonar como en los 70 pero como no sabíamos de técnica tuvimos que adaptarnos a lo que el estudio y los técnicos requerían. Entonces el material tiene una estética bastante particular a nivel del audio que aunque no es lo que más queríamos quedó bien porque es más digerible, más pop, más radial y nosotros, también, queríamos que nos vaya bien.

MARIO SIPERMAN, LA VISIÓN DE UNO DE LOS PRODUCTORES:

¿Cómo se da tu vínculo con la banda?

Mario Siperman: Conocía a la banda aproximadamente un año y medio antes que se grabara Una Pila de Vida a través de Fabián Couto que era manager de Los Cadillacs en ese momento. Él me había hablado maravillas de Turf. No sé a quién del grupo conocía Fabián pero me hizo el contacto con ellos, los fui a ver y me encantó lo que hacían porque a mí siempre me encantó la música proveniente de Gran Bretaña y Turf era un exponente perfecto de ese estilo. A Joaquín ya lo conocía de Juana La Loca y luego de ver a Turf me hice amigo del grupo y empecé a tocar los teclados con ellos. En ese momento eran cuarteto, me invitaron y quedé casi como músico fijo durante un tiempo al igual que  Dany Lozano en trompeta. Posteriormente, salió la posibilidad de hacer el disco y que nosotros, también, fuéramos sus productores.

¿Cómo encararon la producción del disco?

Mario: Universal tenía un convenio con los estudios El Pie, contratamos de ingeniero a Walter Chacón que venía siendo el ingeniero histórico en vivo de Los Cadillacs y tenía mucha experiencia en grabación. La preproducción ya estaba hecha porque los temas los tocábamos en vivo y estaban muy armados. La compañía nos había dado un montón de horas de grabación así que lo hicimos tranquilos. Yo estuve todos los días menos el día que fue Charly García. Ese fin de semana estaba de gira con Los Cadillacs. Así que no conocía Charly personalmente. Sin embargo, me alivia porque en la sesión se vivió un momento caótico de Charly y de lo que se grabó casi no quedó nada. Metió algunas zapaditas nomás.

¿Cuánto duró la grabación de Una Pila de Vida?

Mario: Lo que se usaba en esa época, que eran las 120 a 130 horas de grabación. Habrán sido unas tres semanas, de lunes a viernes.

LA GRABACIÓN DEL DISCO:

¿Cómo fue la grabación?

Carlos: La grabación fue en El Pie que pertenecía a Alejandro Lerner. En ese momento, era el estudio donde grababan todos. Desgraciadamente, ese lugar fue vendido y luego, el año pasado, lo demolieron para hacer un edificio. Una lástima porque por ahí pasaron todos. Para nosotros era un flash ir a grabar a El Pie. Como estábamos con Universal, teníamos un buen presupuesto. Para mí, estar en El Pie era como estar en la NASA. Era hermoso. Mientras  grabábamos, jugábamos al pingpong. Compartíamos mucho tiempo juntos.

Fernando: Éramos una banda a la que todo le había llegado muy rápido. Fue buenísimo. La grabación del disco era el sueño del pibe para nosotros. El primer día de grabación se grabamos bajo y batería de seis temas y a última hora, escuchándolos, me empecé a poner mal porque no me gustaba como habían quedado. Entonces dije, mañana grabo todo de nuevo. Y al otro día, Joaquín me llamó para ir al estudio y me dijo que para no retrasarnos me acerque hasta la avenida Juramento para subirme ahí. Esas cuatro cuadras de mi casa al punto de encuentro, las corrí y me esguincé el tobillo gravemente. Terrible. Así que, cuando llegué al estudio, tenía todo el pie hinchado. Mario Siperman me llevó al Pirovano. Lloraba del dolor. Así que, ese martes, hubo que suspender la grabación. Lea consiguió un deportólogo que laburaba, también, con Julio Bocca, con gente re grosa. Ese especialista me dio un tratamiento breve con medicación y unas pomadas y me dijo que fuera el viernes para que me infiltrara y pueda  grabar el sábado. Y así fue. Ósea que el disco está grabado con mi tobillo derecho como una pelota de fútbol.

LAS CANCIONES:

. LA RECTA FINAL (Letra y música: Joaquín Levinton)

¿Qué se acuerdan de este tema bien brit pop?

Carlos: Lo usábamos para abrir los shows. Es lo que nosotros llamamos tema “cañonero”. Y por eso, también, abre el disco. Me acuerdo que fuimos a grabar sonido ambiental al hipódromo con Mario Siperman con un DAT portátil. Grabamos a la gente, todo ese audio son los burreros que están ahí hablando entre ellos. Es un temazo.

Joaquín: Claro, es la presentación del grupo y tiene la influencia de David Bowie y glam rock con un claro guiño al riff de “The Man Who Sold the World”. Y digo guiño porque hacerlo parecido es a propósito. Entonces dice: Gente alrededor buscando emoción apuestan dinero/Vienen hacia acá, no quiero mirar/ Mi vida va en juego. Habla de la gente que vive para la plata. Es como decir “arriba, la campana de largada”. Y en el medio el relato de una carrera literal hecho por el relator original del Hipódromo Argentino de Palermo.

Sí, y un poco se relaciona con el nombre del grupo…

Carlos: Tal cual. Es como el tema que pone la bandera de la banda: La Recta Final. Por eso le pusimos Turf a la banda, por las emociones que podés encontrar tocando o en un concierto de rock, o en una carrera que involucra tanta adrenalina cuando los caballos agarran la recta final…

. PANORAMA (Letra y música Joaquín Levinton)

¿De entrada se dieron cuenta que “Panorama”, que terminó siendo un corte de difusión, iba a ser un hit?

Carlos: En realidad, el tema a cortar fuerte era “Casanova” pero la compañía decidió lanzar uno antes para testear. Y salió “Panorama” en donde tenés una muestra de nuestra admiración por T-Rex.

Joaquín: Tal cual. Un rock and roll al estilo de T-Rex. Es la misma temática medio adolescente que habla en contra del vacío y a favor del amor. ¡Qué lindo! (risas)

Fernando: Fue el primer tema que sonó en la Rock&Pop y llamaba mucho la atención por el tipo de ritmo, 12/8, que acá en Argentina no se usaba.

Y quedó para el repertorio permanente del grupo…

Carlos: Sí, es un tema que siempre está. Cuando no lo tocamos, la gente lo pide y todos lo cantan. Es un re clásico.

. TARJETA POSTAL (Letra y música Joaquín Levinton)

¿De “Tarjeta postal” qué se acuerdan?

Carlos: Es un tema que ahora que lo empezamos a ensayar nuevamente nos dimos cuenta la impronta punk que tiene. Está muy influenciado por Supergrass. Está buenísimo.

Joaquín: Exactamente. Influenciado por los Beatles y Supergrass que es una banda exactamente contemporánea a la nuestra. Ellos tienen nuestra misma edad.

Carlos: Sí, el primer disco de Supergrass es del 95. Hay menos de dos de diferencia con respecto a nuestros álbumes debut.

Eran muy fans de Supergrass en ese momento, ¿no?

Carlos: Seguimos siéndolo. Nos gusta mucho.

. CASANOVA (Letra y música Joaquín Levinton)

Llegamos a “Casanova”, ¿vieron venir que iba a ser un hitazo?

Carlos: Sí, cuando lo empezamos a tocar en la sala nos dimos cuenta de que el tema era un hit, como nos pasó después con “Loco un poco” o “Pasos al costado”. Te mirás con tus compañeros y decís: “Este tema va a andar…” Además a nosotros nos gustaba mucho la banda Divine Comedy, y el tema tenía la onda de ese grupo. El video de ese tema fue el primero que estuvo en MTV que, también, fue una experiencia totalmente nueva. Aunque yo ya había integrado muchas bandas en el under, fue la primera vez que sentí eso de ir caminando por la calle y escuchar en los negocios que estaban pasando un tema de mi banda. Era una experiencia nueva. Un flash.

Joaquín: Si bien fue un hit no pensaba que iba a serlo porque el tema, en realidad, no tiene un estribillo. Me acuerdo que cuando la compañía lo seleccionó para promoción, el tipo dijo “el estribillo es musical, es el pa para parara papa”. 

Este tema es como una foto de la juventud de ese momento…

Joaquín: Sí, tal cual. Era la fiesta. Éramos nosotros. En medio de otros diciendo cosas comprometidas, nosotros diciendo cosas totalmente superficiales y de joda como debe ser, como los jóvenes.

Carlos: Tal cual. Habla de eso. Era una impronta muy juvenil, nosotros éramos muy chicos en ese momento.

. DESPIOLE GENERACIONAL (Letra Joaquín Levinton; música Levinton/Leandro Lopatín)

¿Cómo fue “Despiole generacional” con la participación de Charly García? ¿Cómo se hizo?

Fernando: Conocimos a un personaje que era amigo de Charly y nos llevó a su casa. Y le caímos muy bien, de hecho estaba copado con Lea porque era muy parecido a Pete Townshend, el guitarrista de The Who, y Charly es muy fana de ellos, de los Kinks y Small Faces; ahí linkeamos con él porque a nosotros también nos gustaban mucho esas bandas. Cuando empezamos a grabar el disco, nosotros grabábamos de día y a la noche Charly grababa Alta Fidelidad con Mercedes Sosa. Así que nos cruzábamos cuando nos íbamos y él entraba y de hecho nos usaban los equipos, las guitarras, el bajo, nos dejaba notitas. Entonces le dijimos que viniera a tocar en un tema y así fue.

Carlos: Tal cual. Nosotros estábamos en El Pie de 11 a 19hs. Y después, toda la noche y hasta la mañana, grababa Charly García. Así que un día llegamos y había puesto un cartelito que decía “chicos, les saqué el bajo Gretsch”. Y nosotros nos miramos sorprendidos como diciendo, “chau, que flash. Nos dejó una nota Charly García…”  Y así fue que nos empezamos a quedar. Escuchó lo que estábamos grabando y le gustó mucho. Así se inició una amistad. Empezó a venir a nuestros shows como invitado sorpresa. Capaz que estábamos por subir a tocar y nos avisaban que estaba viniendo Charly. Nosotros no lo podíamos creer. Así fue como lo invitamos a grabar en el disco y aceptó. Hay un video que está dando vueltas en el que se lo ve en la grabación.

Joaquín: Este tema lo tenía de antes de conocer a Charly. Hasta que un día nos encontramos y charlamos de música. Y bueno, todo lo que ya contaron. Esa es una linda historia. Después colaboró varias veces más y no solo eso sino que vino a tocar en shows nuestros y nosotros en los suyos. Fue muy generoso con nosotros. Yo lo considero mi amigo porque es increíble la cantidad de historias que tenemos juntos, momentos buenos y malos. No puedo imaginar a Charly comprando algo. ¿Vos te lo imaginás bajando al chino?... Nunca tuvo plata en la mano. No se compra nada. Voy a la casa ahora y no tiene nada como no lo tenía antes. Ni una remera compra. Es una locura, está fuera de sistema capitalista. Es un ser único en el mundo. Y el título de esta canción es el mismo del de una revista de Isidoro Cañones. Es decir, citamos a Isidoro, también.

Sí, aparte la foto de tapa del CD es bien la estética de Isidoro, de la joda…

Joaquín: ¡Sí! Totalmente, en Mar del Plata. Es así la historia.

. INTERMEZZO BRISTOL (CAFÉ CONCERT) (Letra y música Joaquín Levinton)

¿”Intermezzo Bristol” de qué se trata?

Joaquín: Es un momento de relajación porque el disco viene muy al palo. Se cierra con un portazo [literal] “Despiole Generacional” y con este tema te metés en una especie de bar exclusivo que arranca con el sonido de hielo girando en un vaso de wisky y un murmullo de gente. Y este tema también tiene un guiño a Charly García cuando dice: Animate a subir/Vamos a ver cómo salís, que es una alusión a “la entrada es gratis, la salida vemos”.

Carlos: Es un estilo de música que nos gustaba, medio Kinks. Nos encantó hacerlo. El otro día lo tocamos en Montevideo y lo disfrutamos mucho. Es un temazo.

. CRÓNICA TE VE (Letra Joaquín Levinton; música Levinton/Leandro Lopatín)

“Crónica Te Ve” también se convirtió en un hit. ¿De dónde viene la historia del tema?

Carlos: Es un tema que Joaquín hizo en esa época que Crónica TV estaba a full por sus placas desopilantes. Estaba de locutor [Claudio] Orellano. Era un canal de noticias bien bizarro, no es como ahora que es bien serio. Era psicodélico, una locura total. Con notas como esa que decía que había aparecido un pitufo en Catamarca, una locura absoluta… Ese tema también tiene un video que muestra un robo porque nos entraron a robar mientras estábamos grabando. Nos tiraron al piso en el estudio en el mismo momento que estábamos grabando “Crónica Te Ve”. Estuvimos ahí con los ladrones un tiempo. Habían cargado instrumentos en el auto de uno de los socios del dueño del estudio. Entre todas las cosas que cargaron, se llevaron un bajo que Zeta [Bosio] me había prestado para grabar. Y yo veía que lo cargaban en el auto y sufría porque pensaba cómo le iba a decir a Zeta que me habían robado su bajo. El mismo bajo que estaba en el video de “De Música Ligera”, imagínate… Pero tuvimos la suerte que cuando cargaron todo quisieron arrancar el auto y no pudieron. No arrancó el auto, vieron que la cosa se complicaba y se fueron. Fue realmente como dice Orellano, el locutor de Crónica TV, en la canción: “un susto y una mala pasada”. Fue un momento espantoso pero tuvimos suerte porque nadie salió lastimado y tampoco se llevaron nada.

Mario Siperman: ¿Cómo no me voy a acordar? Estábamos grabando y El Pie tenía una ventanita chiquitita de la puerta que daba al control del estudio, así que se abrió la puerta y entró uno con un arma y dijo: “Esto es un asalto”. Yo pensé que era una típica boludez de un amigo de Joaquín o de Lea que boludeaban bastante porque eran muy adolescentes todavía. Lo cierto es que nos encerraron a todos en el baño y empezaron a cargar instrumentos y equipos. Entraron al boleo. Me parece que pensaban que el estudio era una radio y como justo el teléfono empezó a sonar insistentemente se paranoiquearon que estuviera saliendo todo al aire porque se apuraron y solo se terminaron llevando la plata que encontraron en efectivo. Con lo cual los chicos zafaron los instrumentos.

Fernando: Yo zafé porque como estaba esguinzado me quedé en casa con la pata para arriba… (risas)

Joaquín: Al tema lo compuse inspirado por la locura de ese canal. Yo estaba muy fascinado con esos títulos loquísimos. Un genio el que inventó eso [Héctor Ricardo García]. El tipo tenía la idea que si vos mostrás a un jubilado prendiéndose fuego, el hecho de verlo genera cierta satisfacción porque no sos vos el que está prendido fuego. Entonces, esa es la mecánica de la psicología del pensamiento de “Crónica TV”. Porque mostraban “Le rompieron todo el auto a martillazos” y vos no podías dejar de verlo porque el contrapunto era “qué bueno que no me lo rompieron a mí”. Y después el vuelo de la fantasía que le sumaban, por ejemplo, “Hay un pitufo asesino”. Tuvieron muchos hits.

. VIENE LLEGANDO (Letra Joaquín Levinton; música Levinton/Leandro Lopatín)

“Viene llegando”, otro temazo. ¿Qué se acuerdan?

Carlos: Tenía otra versión más beatle, muy brit, que es la que ahora salió en los bonus tracks del disco. Después la cambiamos a una versión más glam rock, tipo Mott The Hopple, también media Bowie, media Stone. Finalmente, pusimos en el disco esta segunda versión bien rockera para tocar en vivo, que es la conocida porque la original no es tan conocida.

Justamente, el título del álbum sale de la letra de “Viene llegando”, pero ¿a quién se le ocurrió?

Carlos: Es un chiste con el eslogan de Eveready y su jingle comercial. De hecho, ese tema lo tocábamos en vivo en los comienzos del grupo. Aparte el nombre Una Pila de Vida estaba bueno para una banda nueva y joven como éramos nosotros.

Joaquín: Además, “Viene llegando” es una de las primeras canciones que hicimos como banda. De hecho está en un demo de la Revista Revolver que hacía Pablo Schteingart que salía con un casete que tenía los temas: “Viene llegando”, “Tarjeta Postal”, “Día Especial” y “La He Visto en TV”.

¿Esos son los primeros temas que hicieron en vivo?

Joaquín: Sí, eran los primeros temas y tres más, nada más porque el grupo se fue haciendo sobre la marcha.

. JUVENTURF (Letra Joaquín Levinton; música Levinton/Leandro Lopatín)

“Juventurf” es un poco el tema que define a sus fans, prácticamente…

Carlos: Claro. A raíz del tema, un grupito de fans se hizo llamar La Juventurf y llevaban una bandera. Éramos todos pibes, tanto arriba en el escenario como en el público. Es un tema medio punk, bien a las chapas, es el tema más rápido del disco. Muy anfetamínico, con una letra que no para, va siempre para adelante. Un tema muy arriba.

Joaquín: Es una canción del desenfreno, de la velocidad. La juventud. Dice: Alrededor de todo el mundo/Chicos y chicas crecerán/Creyendo en el amor por cable y ya/ Nadie los va a salvar. Que es como anticipar Internet. Y en otra parte: Es tan salvaje y fatal/Prefiero ni pensar/Es joven, lista y singular/Me desespera. Es la desesperación de ser joven.

. VIAJANDO EN JET (SET) (Letra y música Joaquín Levinton)

¿Qué se acuerdan de “Viajando en (Jet) Set”?

Carlos: Es una de mis canciones favoritas. Ahí tenés una influencia muy Kinks, de la época del tema “Waterloo Sunset” o “Sunny Afternoon”. Ya lo veníamos tocando en vivo antes de grabarlo.

Joaquín: Es una canción que plantea la forma de ver a la gente famosa desde afuera siendo un chico. En ese momento los ves en las revistas y medio que les tenés bronca… Un poco de lo mismo que uno siente ahora (risas). Y después dice: Yo ya estuve ahí/ puedo mostrarte donde es/ si querés/ Ya soy como vos. Es lindísima esa canción y es de las primeras que hice y es onda Kinks… ¡Imaginate que éramos un grupo argentino trayendo la influencia de los Kinks! Una banda que acá no era ni conocida.

. BEATLE – THONNE (Letra y música Joaquín Levinton)

El final del disco es con “Beatle – Thone”, un tema bien acústico…

Joaquín: La idea de ese tema fue que al terminar de escucharlo quedaras suspirando… como pasa con el tema de The Animals, “The House of the Rising Sun”. Y como fanático de ese tema intenté hacer algo parecido.

Carlos: Era una forma más introspectiva de cerrar el disco después de esa avalancha de adrenalina de un primer álbum. Es un tema en donde bajamos tres cambios inclusive la letra es más para adentro. Y por qué no pensar que, también, deja la puerta abierta para lo que luego sería Siempre Libre, nuestro siguiente disco. Es casi un nexo entre Una Pila de Vida y Siempre Libre.

¿Ya venían venir esa onda?

Carlos: No, para nada. Son esas cosas que suceden. Porque imagínate que en ese momento nosotros no teníamos ni la más mínima idea de luego haríamos un disco psicodélico y sinfónico como fue Siempre Libre.

. BONUS TRACK: DÍA ESPECIAL

¿Y el bonus track?

Joaquín: Es un tema que no queríamos poner pero lo deformamos todo y lo hicimos como un remix. Pero ahora, que subimos el disco a las plataformas digitales, lo hicimos en la versión original.

Carlos: Nunca había salido aún la versión grabada tocada por nosotros. El tema de repente aparecía en el fondo después de muchos minutos de silencio. Ahora, cuando finalmente decidimos reeditar el disco, me acordé que ese tema lo habíamos grabado aunque no lo sacamos en su momento. Y lo llamé a Mario Siperman y le pregunté si tenía los DAT porque quería ver si estaba la versión original para editarla ahora. Y él los tenía todos. Así, remasterizamos esa primera versión junto al resto del disco. Y después de 27 años, salió el disco completo, tal cual tendría que haber sido.

Y TODO LO DEMÁS, TAMBIÉN…

La tapa es un homenaje a Queen, ¿no?

Carlos: Sí (risas). Sí, nosotros hacíamos esas cosas. También nos gustaba mucho A Nothern Soul, el segundo disco de Verve. Hay muchas parecidas, en realidad, lo que pasa es que la de Queen es como la más icónica.

Fernando: No es homenaje. Buscamos algo fuerte a nivel visual, a nivel estético, y en donde se viera, también, que éramos cuatro pibitos de 22. Porque todos los grupos a los que les iba bien acá sus integrantes tenían 40. Incluso los del nuevo rock argentino tenían 30… (risas) Buscábamos que se vieran nuestras caras, nuestra juventud. Lo que teníamos para dar, para seducir a la gente. Queríamos ir contra la estética del rock barrial, que se vestían como andaban en la calle, y que todos tenían panza. Para nosotros la historia del rocanrol era diferente.

¿Cómo definieron los cortes de difusión?

Fernando: Con la compañía discográfica, decidimos que “Casanova” y “Crónica Te Vé” tenían que ser los cortes pero como estaba esta cosa prejuiciosa contra nosotros, para sonar en Rock&Pop, elegimos un tema más rockero, por eso salimos con “Panorama”.

¿Qué te acordás de los videos?

Fernando: Los videos los hicimos en una casa club que tienen unos tíos de Joaquín en Belgrano. Tenían una estética muy british de los 60. Hicimos todo el video de “Casanova” ahí y una parte del de “Crónica Te Vé”, la otra parte de éste está hecha en el estudio que es donde sucedió el robo.

En ese momento tenían el auspicio de Levi´s, ¿no?

Joaquín: Claro, esa fue otra manera de rebelarnos. Porque, en aquel momento, estar asociado a lo comercial estaba mal visto por “vendido” o “puto”. Y nosotros decíamos “¿por qué no me chupan bien la pija?”. Hicimos todo lo que no teníamos que hacer: firmamos con una multinacional, al disco le pusimos como nombre un eslogan publicitario, cantábamos rocanroles de Ratones Paranoicos que estaba muy mal visto, reivindicamos a Charly y su “mala” influencia.

Fernando: El tema del auspicio viene mediante Roberto Costa, que era el dueño de Pop Art y nos consiguió ese contrato con Levi´s. Con esa financiamos algunas giras. Teníamos el sueño de hacer una gira por la costa pero, obviamente, nadie nos iba a pagar para ir a tocar así que la financiamos con ese dinero. Compramos equipos, nos pusimos al día. Así empezamos a tocar mucho, nos fue muy bien con Una Pila de Vida. Terminamos tocando con los Stones, con Primal Scream.

Se les abrieron todas las puertas…

Fernando: Sí. Al haber firmado contrato con Universal, una discográfica multinacional que desembarcaba en el país teníamos presupuestos holgados y para hacer la tapa del disco nos fuimos a Mar del Plata, al Hotel Provincial y al Casino con Picky Talarico que después hizo el video de “Casanova”, y Nora Lezano, que en ese momento era la asistente y ahora es una de las fotógrafas más conocidas del rock. Por aquellos años Joaquín se había puesto de novio con Sol Acuña, una divina que era una modelo re famosa y con ella nos abrían las puertas en todos lados. Nos dejaron entrar al Casino e hicimos toda la sesión de fotos. Todo en gran nivel, tanto es así que todos mis amigos se sorprendían de nuestro éxito. Yo con ellos tocaba en el under, no nos conocía nadie y ahora con Turf era todo lo contrario. Todos me decían: “¿Pero quién se creen que son?” (risas). Recuerdo que hasta un amigo me dijo: “Fui al shopping y hay un poster de ustedes en el local de Levi´s”, como si fuéramos modelos y eso estaba muy mal visto en el rock. Nosotros rompimos con un montón de prejuicios que tenía el rock, porque a dos años de eso llegaron Divididos y Spinetta tocando en un festival en Mar del Plata que auspiciaba una marca de cigarrillos. Pergolini nos daba con un caño en la radio, se hablaba de que Turf era un invento de una discográfica. Después, con el tiempo, quedó bien demostrado que éramos una auténtica banda de rocanrol. Simplemente que nosotros no queríamos hacer el camino que hacían todas las bandas que cuando se hacían famosos tenían panza y estaban pelados. Queríamos todo ya, en un camino más rápido que fue difícil también porque nos chocamos contra muchas paredes, muchos prejuicios pero finalmente, hicimos lo que queríamos y con el tiempo la gente fue valorando eso.

¿Cómo fue la repercusión del álbum, porque vendieron mucho pero Universal les devolvió el contrato?

Carlos: El disco tuvo éxito, lo que pasó fue que el presidente de Universal –que era el que firmó con nosotros- fue removido y además  ya estábamos craneando lo que luego fue Siempre Libre. Las nuevas autoridades del sello venían a escuchar esos nuevos temas y para ellos era un delirio porque querían más hits como “Casanova” o “Panorama” y se encontraban con canciones muy psicodélicas, algunas, incluso, que ni llegaron a Siempre Libre. Todo esto hizo que nos quedásemos sin contrato.

Fernando: Es muy simple la explicación. Hicimos todo lo que habíamos soñado en solo dos años. Entonces la compañía discográfica pretendía que copiásemos la formula y hagamos otro disco igual, y nosotros empezamos a hacer un álbum más loco, más psicodélico. Ahí ya teníamos 24, 25 años; yo tuve mi primer hijo, alguno estaba enamorado, entra Ríspico [Nicolás Ottavianelli] en teclados… Entonces se nos empezó a abrir la cabeza y empezamos a buscar algo que no habíamos logrado todavía que era un vuelo musical más interesante, no tan parecido a nuestras influencias. Así nos embarcamos en Siempre Libre que fue una locura total. Fue un fracaso comercial rotundo pero hoy en día todo el mundo reconoce a ese segundo disco como a una obra maestra. Apostamos fuerte en lo artístico y nos fue muy mal. En mi caso, tuve que volver a trabajar. Por eso en Turfshow retomamos la idea de ser una banda que guste, festivalera, hitera… 

Mario, ¿cómo ves en la actualidad al disco?

Siperman: Es un álbum debut con muy alto nivel. Hoy en día a veces se extrañan bandas de rock como ellos con guitarras, bajo, batería, coros, voces y buenas melodías. Ellos tenían toda esa influencia de Oasis, el brit pop pero, también, de Marc Bolan, T-Rex, toda ese glam rock de los 70 que yo curtí cuando tenía 15 y por eso me llegaba tanto. Es un disco al que le tengo gran aprecio. Luego los seguí bastante y hoy en día considero que Joaquín es uno de los mejores compositores de canciones de Argentina.

¿Qué significa este disco en sus vidas?

Joaquín: Es genial. Es lo que me trajo hasta aquí. Fue el autobús que me tomé para llegar hasta acá (risas). Una hermosa aventura. Hay muchos pequeños secretitos en nuestras canciones que tienen que ver con traspapelar en ella cosas que nos gustaban. Si vos armás un rompecabezas con las alusiones que hay en nuestras canciones encontrás las cosas que a nosotros nos gustaban cuando éramos chicos. Como piecitas de un rompecabezas.

Fernando: Yo veo Una Pila de Vida en Ca7riel y Paco Amoroso, en Conociendo Rusia… Es que entre los 20 y los 25 vos tenés una energía que te podés llevar al mundo puesto y que después no la volvés a tener o la tenés de otra manera. Una Pila de Vida representa muy bien ese momento de nuestras vidas, que es el comienzo de la adultez. Y cuando a Joaquín se le ocurrió el nombre del disco todos coincidimos en esa idea porque es lo que representaba.

Carlos: Una Pila de Vida significa muchísimo para mí. Ahora, reviviéndolo, uno se acuerda que vivió todo por primera vez. Escuchar un tema tuyo en la radio, verlo en MTV. Todo lo que nos pasaba era nuevo. Por supuesto, recuerdo como era mi vida en ese momento. Todos son buenos recuerdos. Siempre dicen que tu primer disco es el más importante, y algo de eso hay. Quiero muchísimo a este álbum, y por eso no dejamos pasar esta oportunidad de festejarlo y reeditarlo. El 24 en el Coliseo, vamos a tocar por primera vez en la vida el disco entero, con los temas en orden, tal cual como está en el CD.

Emiliano Acevedo




lunes, 18 de octubre de 2021

ALEGRÍA LUMINOSA: 2O AÑOS DE TURFSHOW

 

Foto: Martín Bonetto

Luego de una vuelta musical que dio origen al segundo disco de la banda, Siempre Libre, un álbum experimental con composiciones elaboradas y repleto de diferentes estilos musicales, Turf retomó el espíritu de su primer trabajo, Una Pila de Vida, y así llegó a la bateas, radios, tv y a los lugares más recónditos de nuestro país con un memorable trabajo: Turfshow. Un disco editado en 2001 con 12 temas, muchos de los cuales ya son un emblema del cancionero popular argentino. “Loco un poco”, por ejemplo, fue uno de los temas más escuchados de ese verano. 

En paralelo, nuestro país atravesaba una crisis política, económica, social e institucional potenciada por una revuelta popular generalizada. En ese clima crítico llegó este trabajo que aportó una brisa fresca de alegría, tan necesaria como esperada. Algo que demuestra la, realmente, masiva recepción en el público.   

Hoy, 20 años después, no caben dudas de que muchos de los temas de este disco ya son parte imborrable de nuestro inconsciente colectivo. Y siguen sonando, aún intactos, en eventos, en la radio, en diferentes soportes hoy en día, lo que hace de este trabajo una obra tan vigente como recordada.   

Grabado en estudios Circo Beat y Liquid (Buenos Aires) con producción de Coti Sorokin, este trabajo es una clara muestra de que el show debe continuar porque eso “te va a alegrar el corazón”. Así será, incluso, el próximo 4 de noviembre cuando Turf se suba al escenario del Teatro Broadway en la calle Corrientes a celebrar los 20 años de este disco del que charlamos con el frontman Joaquín Levinton (voz, guitarras), Fernando Caloia (batería, coros), Carlos Toddy Tapia (bajo, contrabajo), Leandro Lopatín (guitarra, coros) y Nicolás Ríspico Ottavianelli (piano, teclados, coros). La historia coral de Turfshow contada por sus protagonistas. 

ENTREVISTA> ¿Cuál fue la génesis de Turfshow?

Joaquín: Bueno, fue el tercer disco de Turf. Viene Una pila de vida que tiene un éxito inmediato. Recordemos que el éxito en aquella época era vender discos. No había redes, etc. Nosotros del primer disco vendimos como 50.000 copias y hoy, ya no existen los discos. Sin embargo, trasladado a hoy, podrían ser 10 millones de visualizaciones. Hoy el suceso es la reproducción. Nos volvimos más introspectivos, alejándonos de toda esa fama y ese supuesto éxito que habíamos tenido e hicimos Siempre Libre. Después nos rajan. Nos quedamos en la calle sin equipos, sin nada. Entonces se me ocurrió armar la idea de que éramos un éxito monstruoso y que el grupo volvía y tocaba en River con fuegos artificiales. Por eso en la tapa del disco salimos en las remeras de nuestras fans. Turf siempre ha coqueteado con el sarcasmo, la ironía y los juegos de palabras. El disco empieza con fuegos artificiales como cuando River salió campeón.

Fernando: Como decía Joaquín, veníamos de una búsqueda artística importante y jugada. Siempre Libre para nosotros había sido un éxito artístico pero fue un fracaso comercial rotundo. Nos habíamos quedado sin compañía discográfica. Ese es un disco que terminamos tocando en vivo recién 20 años después gracias a la tecnología. Porque en aquella época no lo podíamos tocar en vivo. Estábamos muy contentos con los resultados artísticos pero después se nos complicó un poquito. En el primer disco, Una Pila de Vida, teníamos una fórmula estética con la que nos fue tremendamente bien. Eso lo desarmamos para hacer Siempre Libre, una obra compleja, en la que abrimos el abanico ciento por ciento. Entonces, para volver, empezamos toda una reformulación estética y nos encontramos frente al desafío de reposicionar al grupo en un lugar que habíamos abandonado. Es decir, que el material tenga una llegada más digerible al público masivo, que sea bien popular. 

Entonces, empezaron las sesiones en la casa de Joaquín. Una época de escasez de recursos económicos. Con decirte que inventamos un trago: “Ponele agua”, que consistía en poner los chops de cerveza en el freezer, varias cubeteras de hielo y así rebajábamos la cerveza (risas). Y, bueno, así empezó el proceso. Arrancamos a demear y empezaron a salir las canciones. Carlos trajo unas canciones y músicas increíbles con arreglos de vientos y cuerdas.

Recuerdo un día que volviendo de mi trabajo en el Centro. Porque nos había ido mal y como ya era padre tuve que empezar a trabajar en otra cosa, y Joaquín me dijo que había un tema que quería que escuche. Entonces fui directo para su casa. Justo ese día había cobrado y me robaron el sueldo en el subte. Cuando llegué, Joaquín estaba re entusiasmado y yo le conté lo que me acababa de pasar. Nos lamentamos los dos por el hecho un rato. Pero bueno, Joaquín me mostró el tema terminado, que era “Vade Retro”, y me re emocionó la letra. Y me olvidé un poquito del bajón. Así, empezaron a aparecer las canciones y se empezó a armar un disco con una frescura y un espíritu bien popular.

Nicolás: En esa época yo vivía en la terraza de la casa de Joaquín. Pasábamos juntos mucho tiempo, tocando y grabando en la Mansión del terror, o simplemente “El terror” para nosotros. Muchas de las canciones nacieron allí. Por ejemplo, “Yo no me quiero casar, y ud?”, “Vago”, “La chispa de mi mente”, “Delfines” o “El centro musical”. Esta última la compusimos con Toddy Tapia en mi habitación - estudio en la terraza apodada “La Covacha”.

Carlos: Como dijeron los chicos, salíamos de Siempre Libre que fue un disco casi neo sinfónico y estábamos con una sensación rara porque el trabajo había salido por el sello de Musimundo, creado en ese momento, que sacó solo un par de discos. Fue como que el álbum pasó sin pena ni gloria. Siempre Libre es más reconocido ahora que en aquel momento. Entonces, el ánimo que teníamos era “hay que salir con todo”. Pegamos un volantazo. Por eso se nos ocurrió el nombre Turfshow, un nombre conciso y directo que hacía pensar en lo que eran las presentaciones en vivo de la banda, bien eléctricas y efusivas. A partir de ahí empezamos a componer canciones. Yo hice “Loco un poco”, “Es la emoción”, “Ranchera”, “Mambo”… Todas canciones muy alegres. Ese fue el inicio de Turfshow. Decidimos producirlo, al igual que Siempre Libre, con Coti Sorokin, con el que la banda funcionaba muy bien y ya habíamos entablado una amistad. De hecho, seguimos produciendo temas con él hasta el día de hoy.

Fernando: Recuerdo que cuando llamamos a Coti, él estaba haciendo su primer disco solista y nos dijo que no iba a poder acompañarnos. Entonces, lo invitamos al bar Único para charlar y le rogamos que nos produzca y, no tuvo opción. Así que puso en stand by su disco y produjo el nuestro. Finalmente, fue el disco más exitoso de Turf.

Nicolás: Tuvimos que convencer a Coti para que lo produjera porque lo habíamos vuelto loco en Siempre libre y no quería saber nada de meterse en otro disco de Turf. Me acuerdo que lo citamos en ese bar y le llevamos una torta. No era su cumpleaños pero nos queremos mucho y el gesto ayudó.

¿Se vieron venir el éxito al tener temas con semejante potencial?

Fernando: Sí, sí. Sabíamos muy bien lo que estábamos haciendo. Por eso le insistimos tanto a Coti y por eso, creo que aceptó. Le dijimos “con esto vamos a romper todo”. Él escuchó los temas y dijo: “Listo. Lo hago”.                  

Fueron pocas jornadas de grabación. Lo teníamos todo muy resuelto. Coti nos ayudó mucho, más que nada en la parte de las voces. La parte musical estaba muy cerrada porque veníamos de meses y meses de laburar en la casa de Joaquín.

Nicolás: Estábamos muy bien alineados artísticamente, a pesar de la dura realidad que se vivía con las carencias de la época. Fueron tiempos difíciles que supimos convertir en una obra musical cargada de optimismo y buena energía. Queríamos levantar los ánimos, y salir disparados como un cohete a la estratósfera. En los primeros shows en vivo, nos dimos cuenta que algo especial empezaba a pasar con esas nuevas canciones. Luego, esa fuerza y alegría se contagió a nivel popular en todo el país.

Con este disco se van a PopArt…

Fernando: Tal cual. Fuimos a PopArt, y esta compañía, también, se encargó de que el disco suene en radio y televisión.

Carlos: Nosotros conocíamos a Roberto Costa de la época en que habíamos estado en Universal y a él le gustaba mucho nuestra banda. Así que cuando creó PopArt, lo primero que hizo fue llevarnos. La relación con el sello sigue hasta el día de hoy. Eso también ayudó a que Turfshow tuviera la repercusión que tuvo porque sumado a los Turf reinventándonos, había una compañía nueva con ansias de salir a romper todo.

Fernando: Además, conocimos una manager que nos hizo tocar, por muy poco dinero, pero pueblo por pueblo. Fueron épocas de girar y recorrer de verdad el país. No tocábamos solo en ciudades sino en lugares inhóspitos con boliches con piso de tierra. Nos pagaban en Patacones, Lecops, Quebrachos, Lecor, todo tipo de bonos. En 2001, el país se había venido abajo y nosotros le pusimos el pecho a todo. Eso tiene un valor social muy grande para nosotros porque desde nuestro lugar fuimos a llevar una buena cuando todo era un desastre. Viajábamos en micros de pasajeros porque no daban los presupuestos pero siempre muy enchufados en hacer que ese disco sea lo que, finalmente, terminó siendo: un disco exitoso. Pusimos mucho de nosotros, mucho trabajo y amor.

Sí, una época muy difícil, el fin de la convertibilidad y todo cayéndose a pedazos en el país…

Joaquín: Claro, quedamos todos los grupos sin compañía, no solo Turf. Y PopArt se transformó en ese momento en una compañía independiente que agarró todo el rock nacional. Entonces, “Loco un poco” es el primer hit que hizo un crossover total por todas las radios y a la vez, fue la primera vez que un grupo que parece ser rockero o popero la pegó tanto. No se entendía muy bien. Pero bueno, como nosotros siempre generamos bastante confusión, no se entendía nada. Por otro lado, es un hit con una música que no existía en el país: una cosa de fanfarrias, cinematográfica mezclada con una canción pop. Si uno lo quisiera traducir, sería como una música británica hecha en Argentina…

Tal cual, se me ocurre Supergrass, esas bandas británicas bien poperas…

Joaquín: Claro, nosotros siempre tuvimos eso en el ADN, el tema es que nunca habíamos llegado tan lejos como con “Loco un poco” que fue algo gigante. Y seguimos por ahí porque estaba “Cuatro Personalidades”, después llegarían “No se llama amor” o “Pasos al costado”, que se transformó en algo mundial. Pero, bueno el primer suceso fue “Loco un poco”. Y en Turfshow, en general, hay de todo un poco. Es un disco chifladísimo: “Vade Retro”, que habla de la amistad; “Delfines”, que habla de la Argentina de un modo poético; “El centro musical”, que habla de la música en sí misma; “Mambo”, una fantasía musical; “Ranchera”, que es una pieza maravillosa. Y, también, está uno de los temas, tal vez, más populares del rock nacional que es “Yo no me quiero casar…”

Es muy interesante que este disco y Siempre Libre no se parezcan en nada…

Joaquín: Sí. Por suerte los discos de Turf nunca se parecen entre sí porque ese es nuestro estilo. Hoy por hoy casi tenemos terminado el disco nuevo y, tal vez, sea el mejor de todos. Y volviendo a la comparación entre Siempre Libre y Turfshow, la diferencia es monstruosa. Veníamos de ese viaje de introspección de Siempre Libre, que, incluso, tenía que ver con que empezamos siendo muy chicos entonces después de leer literatura existencialista, Hermann Hesse, [el libro El] Lobo Estepario, cosas que se leen a esa edad, nos surgieron los típicos cuestionamientos que se pueden tener con 20 o 21 años…

Creo que lo más importante que tiene la etapa de Turfshow es volver a ocupar el lugar que Turf tenía como banda. No éramos un grupo de colgados que hacían música que da para tomarte un ácido. Turf es una banda que nació para ser popular, ese es su espíritu, es lo que nos sale naturalmente. Para nosotros es mucho más fácil hacer un hit que un tema chiflado. Por otro lado, son canciones de mucho diseño, tienen mucha búsqueda por detrás. Se toman muchas definiciones sobre arreglos, estilos musicales. Por ejemplo, “si acá pusimos violines, en el próximo disco no van violines” y cosas así. Son todas fichas que entran y salen según el juego que estés armando y si las vas a repetir tiene que tener un sentido. No hay dos canciones de Turf iguales ni parecidas. No repetimos nuestras fórmulas.

Creo que lo más importante que logra Turfshow es reinsertarnos en lo que, en ese momento, era el lugar de la popularidad que nos tocó a nosotros: la radio, los recitales masivos. Obviamente, no tocamos en River ni nos hicimos millonarios (risas).

LAS CANCIONES:

. LA EMOCIÓN (letra LEVINTON/LOPATIN música TAPIA)

¿Cuál es la historia de esta canción?

Joaquín: Este tema es una especie de rock sinfónico que anuncia la llegada increíble de un grupo que va a explotar un estadio. Una banda que está lista para semejante evento.

Fernando: Ese fue uno de los primeros temas que trajo Carlos con ese arreglo de vientos y si bien era una obra conceptualmente pop, nosotros queríamos una entrada bien pirotécnica. Así que inmediatamente nos dimos cuenta que sería el tema que iba a abrir el disco. Y, con Coti, convocamos a los mejores vientos del país para que sea una aplanadora. Queríamos romper todo.

Carlos: Cuando le mostré la canción a la banda, todos dijimos: “este tema tiene que abrir el disco”. También, abríamos los shows con esa canción. Era como una declaración de principios de la intención que tuvo este trabajo: que cuando lo empezaras a escuchar, con los fuegos de artificio y las trompetas, te sacara de la realidad y te pusiera en mundo que nosotros proponíamos con Turfshow, un mundo más optimista y alegre que la realidad.

Leandro: Me acuerdo que cuando llegó la música de este tema, enseguida pensé ese título. A partir del primer acorde del estribillo se me vino “es la emoción…” y Joaquín completó la letra. Y además, si trazás una línea con el trabajo del que veníamos, es muy disruptivo. Fue como plantar bandera, y que suenen las fanfarrias.

. CHICAS MALAS (letra LEVINTON música LOPATIN)

¿Qué recuerdan de “Chicas malas”?

Carlos: Un tema bien rockero y cañonero. Rendía muy bien en vivo.

Fernando: Es, también, uno de los primeros temas que se hicieron para el disco. Tiene música de Lea. Teníamos ganas de que el disco tenga rock.

. EL CENTRO MUSICAL (letra LEVINTON música TAPIA/OTTAVIANELLI)

¿Cómo hicieron Centro Musical? Porque es una canción con muchos cambios rítmicos y climáticos.

Carlos: Esa es una canción que hice con Ríspico. Nos juntamos un día los dos solos y empezamos a tocar, él con un teclado y yo con el bajo y el tema nos salió de una de principio a fin. Es un tema muy divertido porque Rispi le metió unos aires medios cariocas. Por momentos era como una canción inglesa de los Happy Mondays y después cortaba y pasaba a algo más brasilero. Fue muy lindo, salió en una tarde, se la tocamos al resto de los chicos y a todos les gustó y Joaquín le puso la letra.

Nicolás: Como dijo Toddy, nos juntamos en la Covacha y nos propusimos hacer un tema bailable, bien arriba. Arranca con un riff medio de música disco, como la intro de Carlitos Balá. Después se pone medio The Doors, que nos gustan mucho a ambos. El cuerpo tiene algo de parodia de funk, como riéndonos un poco del funk blanco, con el clavinet y demás. El estribillo vuelve al  estilo disco y reaparecen los Doors en la caída a mitad de tempo. Es una mezcla bastante peculiar de elementos. En vivo es explosivo.

Fernando: También, es un tema muy ágil, con mucha dinámica, con guiños a Virus, al rock nacional. Tiene el “Oaria raio/Obá, obá, obá” [del tema “Mais que nada”] de Jorge Ben que tiene que ver con el momento de efervescencia que estábamos viviendo.

¿En esa época eran de escuchar a otras bandas? ¿Qué música los influenciaba?

Carlos: Todos tenemos diferentes gustos musicales. Pero hay bandas que nos gustan a todos por igual. Sobre todo las clásicas: Beatles, Stones, The Kinks, The Who; bandas de los 90 que nos gustan mucho son Primal Scream, Flaming Lips, Happy Mondays o The Stone Roses. En esa época, también, escuchábamos a The Beta Band. Y la música que está por fuera del rock, la música country, sureña, o ritmos como el mambo que son latinos. Todo eso pasa después por la “turferización” y es como que termina siendo del estilo de la banda.

Nicolás: Cada integrante de la banda tiene orígenes e influencias musicales muy diversas, a la vez que van cambiando los gustos. En esos tiempos, yo estaba escuchando mucho los discos solistas de Brian Eno. También, Velvet Underground, Air, Daft Punk y Chemical Brothers, los discos  de Bowie en Berlín. Otra gran influencia de la época fue el disco El Salmón de Andrés Calamaro, y Los Auténticos Decadentes

. LOCO UN POCO (letra LEVINTON música TAPIA)

¿Cómo hicieron “Loco un poco”?

Nicolás: Toddy trajo la música completa, de principio a fin. Cuando Joaquín le puso la voz, encontré en los huecos el espacio para hacer un arreglo que puede ser casi tanguero pero que, con un sonido que despega de esa manera, lo saca de la armonía melancólica y lo lleva al espacio exterior. Luego, en el estribillo, hice el arreglo de cuerdas que viaja debajo de la melodía de la voz.

Carlos: Recuerdo que había ido a visitar a mis viejos y ahí tenía una guitarra criolla. Así que la agarré y empecé a tocar los acordes. Yo quería hacer una canción como la de la presentación de [el programa de TV] El Mundo del Espectáculo, en el que pasaban películas en Canal 13. Quería hacer algo grandilocuente, con trompetas y demás. Así que me puse a tocar los acordes y salió de una. Después volví a mi casa y con una compu muy precaria y un teclado le grabé lo que serían los arreglos de trompetas. El tema estaba terminado de principio a fin y lo llevé a la sala en la que ensayalábamos, en Córdoba y Gascón, se los mostré a los chicos, y les gustó. La primera vez que lo tocamos en la sala ya salió perfecto, igual que como lo escuchás hoy. A la semana, Joaquín ya tenía la letra terminada. Son esos momentos de inspiración, que hacen que la banda esté conectada en una misma idea. Por suerte, nos fue bien. Fue el primer gran hit que tuvimos en nuestra carrera.

Foto: David Sisso

¿Cuándo lo estaban haciendo se imaginaron que iba a terminar siendo un hit?

Carlos: De movida no lo hice pensando en eso. Yo solo quería que fuera una canción de los años sesenta, muy retro. Pero cuando la tocamos en la sala los cinco, ya con la letra terminada, ahí sí nos miramos y nos dimos cuenta que algo bueno iba a pasar con esa canción.

Fernando: Recuerdo que la batería la grabamos con Carlos y a Coti y a mí no nos gustó cómo quedó. Entonces, le propuse a Coti grabar solo la batería, sin bajo, sin nada. Y me dijo: “No, es una locura”. Pero le dije: “Poneme el metrónomo y grabo la batería y cuando llega Carlos graba el bajo”. Y así fue. Un método inusual. No te suelen permitir grabar la batería sin escuchar los otros instrumentos. Pasa que ese tema tiene un beat muy rápido y es difícil que el resto de los instrumentos puedan mantenerlo hasta el final del tema. Por eso le propuse eso a Coti, y dimos en la tecla.

Cuando grabamos, sabíamos que teníamos una bomba con ese tema. Y en un momento, Coti paró todo y dijo: “tengo la intro”. Y, bueno, la intro son voces hechas por él. Éramos conscientes de que con ese tema explotaba todo y que la alegría y esa efervescencia la íbamos a contagiar sí o sí.

¿Los sorprendió el éxito impresionante que tuvo?

Joaquín: No. Si nosotros arrancamos el disco con fuegos artificiales… Fue un deseo. Lo planeamos, lo buscamos, nos esforzamos y lo logramos. Nos hubiese sorprendido que no funcione.

Lo digo, también, porque era un tema con mucha alegría en una época que fue una bajón…

Joaquín: Bueno, sí. Fue en 2001… Ahora que lo mencionás, recuerdo que fue un poco en contraposición. Incluso, veníamos de un disco tan chiflado como Siempre Libre con búsquedas musicales muy elaboradas y se planteó “¿y ahora, vamos a cantar: Cuando escuchés esta canción/Te va a alegrar el corazón? Pero esto es muy sencillo”. Pero ¿qué tuvo de genial?: la genialidad de lo simple. Un metalenguaje que te dice cuando estés escuchando esta canción te va a estar provocando alegría.

Se me ocurre que sería como la performatividad del lenguaje, esa obligada conexión entre lenguaje y acción…

Joaquín: Sí, como un sistema del lenguaje que me parece muy interesante. Pero bueno, cada uno lo entiende como quiere. Y después, también, tiene una música bastante compleja. ¡Andá a sacar “Loco un Poco” con la guitarra! Los arreglos los tiene que tocar una orquesta. Nosotros teníamos la experiencia, por escuchar otros artistas, de la capacidad de generación de alegría que la música tiene. Pero ojo, una alegría luminosa. No, relacionada con el reviente. Parece poco pero no lo es. Con una canción se puede generar alegría y sobre todo con una banda como Turf, por el alcance que tiene. En paralelo, sonaban los Decadentes con “Tanta alegría seguida te va a hacer mal…”, que fueron como una inspiración, no tanto a nivel musical pero sí, por ese espíritu. Nosotros, también, teníamos ese deseo de levantar el bollo de un país hecho verga.

. MAMBO (letra LEVINTON música TAPIA)

¿Cómo hicieron “Mambo”?

Fernando: Otro tema de Carlos para el que trajo un loop de una orquesta de los 50 y nos volvimos locos. Vino, perfectamente, en línea con el disco. Con esa impronta fresca entró por la puerta grande.

Creo que es un disco muy variado estilísticamente hablando, porque a Carlos, que aportó mucho como compositor, le gusta la música de género. Por ejemplo, para “Ranchera”, él le pasó los acordes a Joaquín con su acústica y Joaquín le hizo esa letra perfecta. Salió así, sin demasiadas vueltas.

Carlos: Como dijo Fernando, había loopeado unos ritmos, no me acuerdo de que banda, que tenían la cadencia del mambo. A mí me gustan mucho Esquivel, Pérez Prado o Perry Como, todos esos artistas norteamericanos que cantaban mambo, y esas orquestas de la década del 50. Entonces lo sampleé. En ese momento, tenía un contrabajo, que desgraciadamente ya no tengo; así que sobre ese loop empecé a hacer una línea de contrabajo. Luego, le puse los acordes del estribillo, arreglos, la estuve trabajando un tiempo y después la llevé a la sala. Estábamos muy inspirados en ese momento y Joaquín le escribió la letra. Así quedó como un tema muy poco común, casi una rareza. De hecho, le pusimos “Mambo” porque nos pareció muy bien ponerle de nombre el estilo porque nunca habíamos hecho algo parecido.

Aparte el título tiene un doble sentido: el estilo y un estado mental…

Carlos: Claro. “Ando con un mambo…” Está bueno eso, porque ahora es una palabra vintage, ya nadie usa expresiones como esa. También, tiene que ver un poco con las películas de los 80, como las de Olmedo y Porcel, donde se usaba ese lenguaje porteño que era muy gracioso y que a nosotros siempre nos gustó.

. RANCHERA (letra LEVINTON música TAPIA)

¿Y la idea de “Ranchera” cómo fue?, porque el título de la canción también describe el estilo…

Carlos: Exacto. Esas son canciones que yo tenía grabadas de principio a fin. Lo que no tenía era la letra. Así que se la mostré a los chicos y la empezamos a tocar. La grabé con el contrabajo y durante mucho tiempo, también, la tocaba en vivo con el contrabajo. A mí me gusta mucho Neil Young y, con todo el respeto, quería hacer una canción en el estilo de su disco Harvest Moon, un tema country lento, mid tempo, y me salió esa canción. Primero, grabé todos los acordes después, el contrabajo y luego, los arreglos de guitarra. Después, eso fue doblado por un violín en el disco. Joaquín le puso la letra. Esa historia es graciosa porque yo le preguntaba: "¿Hiciste la letra de la ranchera?”, y él me respondía que no. Y así durante un mes, hasta que la trajo terminada. Y, finalmente, la letra habla de eso, de una especie de receta de cómo escribir una canción. Un tema que seguimos tocando hasta el día de hoy.

. CUATRO PERSONALIDADES (letra LEVINTON música LOPATIN/LEVINTON)

“Cuatro personalidades”, otro hit muy importante…

Joaquín: Por supuesto. Ese es un clásico. El título tiene que ver con Quadrophenia [el álbum de los Who, 1973]. Hay mucha data oculta en este disco.

Leandro: Recuerdo que toqué el riff del comienzo en la casa de Araoz de Joaquín. Después lo seguimos juntos y Axel Krygier le puso el arreglo de vientos del estribillo. En esa época íbamos mucho a ver a Axel. Ese tema es genial.

Fernando: ¡Es un temazo! Mucha picardía de toda la banda para los arreglos. Coti nos felicitó por la base rítmica. Tiene a Joaquín hablando, en primera persona, desde un personaje muy diferente a lo que la gente creía de él. Un Joaquín más real, más cercano a lo que conocíamos nosotros y no, a la imagen que tenía la gente de él: un chico pedante. Las personalidades como “pasaportes falsos”. La mismísima vida, la estrategia de supervivencia.

Este tema tenía un video muy lindo…

Carlos: Sí. Lo filmamos en el Circo de Carlitos Balá, creo que era por Lanús, que nos lo habilitaron un día de semana que estaba cerrado al público. Y estuvimos toda la tarde y parte de la noche filmando. Nosotros con un vestuario bien circense… Fue una producción muy linda, dirigida por Néstor Frenkel, que es un genio. Y tiene una historia de amor y desamor de todos los integrantes del circo. 

. YO NO ME QUIERO CASAR, Y UD? (letra y música LEVINTON)

¿Cómo salió Yo no me quiero casar…Y Ud.?

Joaquín: Fue un momento genial. Me acuerdo que fue fácil de hacer pero me faltaba una sola parte y estando en mi casa de Villa Crespo, yendo hacia la cocina, de pronto dije “Libertad, frenesí, do re mi fa sol la si. Eso es el amor para mí”. Todo de corrido. Fin. Listo, terminada. No lo podía creer. La frase entera entró justa en la melodía que ya tenía.

Fernando: Originalmente, el tema era tipo Velvet Underground, nada que ver. Cuando apareció el coro “chururururu”, dijimos “No, este tema tiene que ir para otro lado”. Un lado más stoner, más popular, más comercial. Y bueno, Joaquín, un maestro, le hizo una letra bien acorde para que lo cante el pueblo.

Carlos: Está muy buena. La gente se identifica mucho con la letra cuando la tocamos… Yo no me voy a casar pero después se terminan casando todos… (risas)

¿Y el magnífico video de esta canción con los imitadores de Jagger, cómo surgió?

Fernando: El video del tema, gran idea de Joaquín y Tomi Diéguez [director de cine], hizo de esa canción una cosa muy espectacular. Nos prestaron un estudio y una isla de edición en Canal 9 y así, gastamos cero pesos para hacer ese video. Pusimos un aviso en el diario y aparecieron un montón de personajes. Fue un video hecho solo con una gran idea. Tal es así que el propio Luis Alberto Spinetta dijo alguna vez que era el video que más le gustaba. Así, que imagínate que le sacamos una sonrisa a el Flaco.

Carlos: Cuando hicimos la convocatoria aparecieron unos locos de la guerra y otros sí sabían, eran imitadores de verdad, o eran rolingas… Algunos no habían visto a Mick Jagger en su vida… Te tiraban unos pasos que te morías de risa. Fue muy gracioso. El video quedó muy bueno y fue muy novedoso. Después salió un video de Maroon 5 casi con la misma idea, creo que el tema se llama “Move Like Jagger”. Nos chorearon…

Joaquín: Como dijo Fernando, pusimos un aviso en el diario buscando imitadores de Mick Jagger. Fuimos a un estudio que nos prestaron y los hicimos bailar. Facilongo. Pero tiene millones de visualizaciones en YouTube.

Sí, más de 10 millones. Algunos de los imitadores están re bien tipificados…

Joaquín: Sí. La mayoría no los conocíamos. Hay muchas anécdotas. El que ganó se sumó a la gira, se montó en la contienda de estrellato. Muy gracioso todo. Muchos años después lo convocamos para un nuevo video y nos pidió $4000 por hora y remises para los traslados (risas).

. VADE RETRO (letra y música LEVINTON)

Este es un tema con un pulso glam rock, ¿no?

Fernando: Sí. Hay citas a David Bowie, T-Rex, incluso. Y tiene una letra espectacular. Creo, de las mejores que hizo Joaquín para ese disco. Es como la letra seria del disco. Estábamos en una época luminosa, donde también nosotros empezábamos a consolidarnos como amigos después del fracaso de Siempre Libre, que fue duro. Estábamos en una buena etapa. Y esa letra dice cosas buenísimas. Es uno de los preferidos de los fans de Turf.

Carlos: Tiene un pulso glam con una letra sugestiva. Una vez estábamos tocando ese tema en Tucumán, en un festival de un colegio. Un lugar grandísimo, y de repente, en la mitad de del show, nos paran el sonido y sube un sacerdote agitando un bastón como que nos quería pegar.

¿Cómo fue eso?

Fernando: En la semana de la juventud, en un colegio católico muy importante de Tucumán, les preguntaron a los alumnos qué artista querían que convocaran para tocar y ganó Turf. Entonces, nos contrataron y vía fax, el cura, que era el director del colegio, mandó a pedirle a nuestra compañía discográfica que en el repertorio no se incluyan “Vago” ni “Chicas malas”. Bueno, dijimos “está bien, no los tocamos”. A la mitad de “Vade Retro”, sube el cura al escenario agitando su bastón y un séquito de 10 monaguillos. Cortan el sonido. La cuestión es que él entendió que la letra decía “Padre Nuestro, Satanás”. Así, muy tucumano todo, nos encerraron en el camarín, nos cortaron la luz y tuvimos que huir del lugar. Una locura por un mal entendido. Una de las tantas que nos han tocado vivir en el interior. Porque nosotros éramos “pibes modernos” (risas).

Carlos: Una escena muy surrealista. El tipo entendió que nosotros le estábamos cantando una oda al diablo, y se subió al escenario a cortar todo.

Fernando: Son cosas que en el momento las padecés pero te terminás riendo y que a través de esas cosas mucha gente abre los ojos. Muchas veces las cosas terminaron al revés, nos terminaron dando la derecha a nosotros.

Foto: Martín Bonetto

. VAGO (letra LEVINTON/LOPATIN música LEVINTON/LOPATIN/OTTAVIANELLI)

“Vago” es una oda a ser músico, ¿no?

Carlos: Sí. Es, también, una pose porque tener una banda es un trabajo serio al que le tenés que poner el cuerpo… Pero sí, digamos que la letra es lo que la gente piensa del músico.

Fernando: Nosotros no nos podíamos ver a nosotros mismo como vagos. Éramos muy autocríticos con eso. Y este tema dice todo lo contrario: “sí, soy un vago”. Fue como decir algo que uno se niega a reconocer. Soy vago, chau (risas).

¿Y cómo la compusieron?

Nicolás: Estábamos con Joaquín y Lea en el Terror, una tarde zapando. Yo arranque el tema con el riff de piano que aparece en la reintro, como un arreglo onda Depeche Mode. Fuimos siguiendo esa armonía y armando la canción. Lea metió el riff del principio y fuimos tirando acordes. Joaquín fue cantando la melodía y se fue esbozando la letra sobre la marcha. Es uno de los pocos temas del disco con cierta pesadez, con tonos menores y algo oscuro.

. DELFINES (letra LEVINTON música LEVINTON/OTTAVIANELLI)

¿Cuál es el significado de esta canción?

Carlos: Tiene una doble lectura. Por un lado, se vincula con la psicodelia (pensar en los delfines) pero, también, tiene un costado relacionado con lo social que apunta a cómo se mueve la gente en una sociedad.

Fernando: Tiene una letra media futurista, mística, visionaria. ¿Cómo podría decir? Tiene reminiscencias de [Benjamín Solari] Parravicini, Nostradamus. Habla de cosas que podrían pasar y que han pasado a lo largo de toda la historia. Es más que nada un espíritu. Uno siempre pretende que lleguen los delfines y que todo cambie de una vez. Se podría decir que es el tema más, si no el único, político del disco. Porque tiene una especie de bajada de línea respecto del manejo del mundo.

Joaquín: Siendo que nunca hablo de la realidad porque no la quiero meter dentro de algo tan luminoso como una canción, en ese momento disfrazado de algo misterioso y, los delfines como metáfora de la esperanza, ese tema involucra algo del estado general de las cosas. Seguramente, no fue intencional sino más bien una secuela que me dejó el contexto.

Nicolás: La hicimos con Joaquín, también en el Terror. Lo hicimos en el piano, en la línea musical de “Demoliendo Hoteles” de Charly, o “Suffragette City” de Bowie, con un mensaje esperanzador en una época muy terrible. Habla de la salvación y la libertad, de renacer desde lo más profundo de nuestras emociones que han sido perturbadas.

. LA CHISPA DE MI MENTE (letra y música LEVINTON)

El disco se cierra con La Chispa de mi Mente.

Joaquín: Sí, que es un chiste a “La chispa de mi gente” [el programa televisivo de Quique Dapiaggi, popular en los 80]. Es un típico tema de Turf. Tiene la influencia de “Baby, I Love You”, el  tema de Ramones que produjo Phil Spector.

Fernando: Es el cierre fantasioso que el disco merecía porque pasa por muchos lugares. Entonces, le queríamos dar un final bien arriba y haciendo el chiste sobre un programa folclórico de la década de los 80, medio de sociedad rural, con esos gauchos medio fachos. Imaginate, que para nosotros ese mundo era totalmente ajeno a nuestro espíritu.

REFLEXIONES Y COMENTARIOS

¿Cómo se hizo el disco?

Fernando: Lo grabamos en pocas horas en Circo Beat con Coti. La verdad fue muy simple, no le dimos muchas vueltas. O sea, pasamos de hacer Siempre Libre en 850 horas de estudio a hacer este en la mitad de tiempo, como todo el mundo.

Nicolás: Fueron largas jornadas grabando en el estudio Circo Beat cuando Fito [Páez] todavía dejaba sus vinos en su bodega abierta, y nos encargamos de cuidarlos bien. La pasamos excelente, hubieron noches de zapada y camaradería, fueron varios  amigos al estudio. Creo que en el disco estuvo muy bien plasmado el espíritu de fiesta que estaba en el aire de las grabaciones.

Carlos: Antes se grababa muy diferente a como es ahora. Íbamos todos los días al estudio con la producción de Coti, más todos los músicos invitados. Una linda experiencia. Recuerdo con mucho cariño la grabación de Turfshow porque estábamos con todas las pilas renovadas porque pensábamos que iba a ser un disco que cambiaría nuestra carrera. Como dije, un volantazo.

¿Y la tapa? ¿Cómo se hizo?

Nicolás: No recuerdo mucho, solo haber hecho fotos de estudio para imprimir en las remeras que usa la chica de la tapa. Lo demás fue montaje digital.

Carlos: No me acuerdo a quien se le ocurrió la idea pero sí me acuerdo de la sesión de fotos. Primero, hicimos los retrato de nuestras caras y después la foto de la chica, el resto fue edición. Viéndola ahora, veinte años después, está muy buena, es muy luminosa, tiene mucho que ver con lo que queríamos decir y mostrar.

Fernando: A mí no me gustaba mucho. Recuerdo haberlo manifestado pero como se pensaba en algo muy pop, tipo warholezca, la tapa fue por ahí.

Joaquín: La verdad que hay de todo en este disco. Y mirá, también, las chicas de la tapa del disco, que representan lo que serían nuestras groupies, son todas rubias e iguales. Es una gran broma, ¿entendés?

¿Cómo fue la presentación del álbum?

Fernando: Iba a ser el 19 de diciembre en Niceto. Cae el gobierno de De la Rúa, se suspende y pasó al 21. Fue espectacular, vino Cucho de los Decadentes y Charly que copó el escenario y nos quedamos tocando unos cuantos temas con él (risas). Fue un fiestón. Lo dimos todo. Era un momento duro del país, con los muertos que dejó el 20 de diciembre. El último toque de queda lo habíamos tenido con los militares, imaginate. Fue duro. Y si bien, nosotros estábamos muy arriba, sentíamos lo que sucedía, no estábamos abstraídos de la situación social. Por eso nuestro mensaje era “Vamos, arriba”. Creo que le dimos mucha alegría a la gente que la necesitaba. Por eso, nos fue tan bien y tuvimos la posibilidad de recorrer el país pueblo a pueblo. Hemos estado en lugares donde el tren había dejado de pasar hacía 5 años atrás y estaban transformados casi en pueblos fantasma.

Carlos: El país estaba a punto de romperse una vez más. Había mucho descontento en la calle y, en contrapunto, nosotros salíamos con un disco de canciones muy positivas. De hecho, la noche que presentamos Turfshow De La Rúa ya se había ido y nosotros no sabíamos si presentar o no el disco. Por eso, lo increíble del disco es haber salido en ese momento tan crítico porque en vez de mostrar eso, era todo lo contrario. No era un disco negativo, para abajo, ni enojado ni con furia, sino un disco con canciones alegres. Finalmente, la gente nos agradecía eso porque les levantaba el ánimo. La frase “cuando escuchés esta canción/ te va a alegrar el corazón” que parece tan común en la música popular, terminó siendo, en ese momento de explosión social, algo valioso porque tiraba buena onda.

¿Cómo ven hoy a Turfshow con respecto al resto de la discografía del grupo?

Carlos: Es un disco que me encanta. En el grupo todos los discos son diferentes y no hay ninguno que no me guste. Creo que Turfshow es uno de los trabajos a los que más cariño le tengo. El primero, Una pila de vida, es la novedad de sacar un disco y que te pasen en la radio. Pero a Turfshow le tengo un afecto especial, será por la época en que salió. Dentro de esa situación económica y social, Turfshow fue como una inyección de alegría.

Leandro: Es el disco más extremo a nivel pop y canción. Tiene un par de hits que ya quedaron en el cancionero argentino popular. Se alinearon muchas cosas y salió ese discazo con unos videos, también, muy buenos que acompañan. Es como el signo de una época. Además, salió en el 2001, el país estaba en llamas y era un disco pop optimista. Así que pegó muy bien.

Fernando: Una Pila de Vida tenía mucho de Joaquín. En Siempre Libre se abrió un poco el juego. Y en este, ahora analizándolo, me doy cuenta de lo inspirado que estaba Joaquín con sus letras espectaculares.

Nicolás: Turfshow es el álbum de la banda que le dio al grupo proyección popular, pasamos de ser un grupo de culto a sonar en las radios y programas de TV de toda la Argentina. Nos dio la oportunidad de viajar y tocar esas canciones en lugares jamás soñados, vivir las aventuras de la ruta, llevar alegría y fantasía a las ciudades y al interior más profundo. Sentó las bases de nuestro futuro, y contiene las canciones que todos quieren seguir cantando. Una obra fundamental para nuestra discografía.

Emiliano Acevedo