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martes, 4 de octubre de 2022

JOHN LENNON, Walls and Bridges: Un maestro de la canción perfecta...


Editado el 26 de septiembre de 1974, Walls and Bridges supuso para John Lennon el regreso a las fuentes, luego de su famoso Fin de Semana Perdido, su periodo caótico y desaforado cuando decidió dejar Nueva York para exiliarse en California junto a su amante May Pang, durante una bizarra separación matrimonial auspiciada por la mismísima Yoko Ono. Y es que Yoko y John ya no se soportaban más, luego de cinco años de una intensa relación amorosa que los volvió inseparables.

A pesar de que este periodo pudo parecer traumático, la vocación cancionera de Lennon no se vio afectada, ya que estaba en un período súper activo, grabando discos como Mind Games (1973), componiendo temas para Ringo Starr o Johnny Winter y hasta produciendo un disco (Pussycats, 1974) para su amigo Harry Nilsson. Sin embargo, la desbocada vida pública de Lennon era un desastre, con su reputación dañada luego de escándalos varios en locales nocturnos californianos, y por soportar el acoso del FBI, quienes –siguiendo directivas del gobierno de Richard Nixon- querían deportar a Lennon de los Estados Unidos, por considerarlo una personalidad “subversiva”. Por si fuera poco, John también debía afrontar una serie de problemas judiciales propiciados por el editor Morris Levy, titular de la firma Big Seven Music -dueña de un extenso catálogo de composiciones de los pioneros del rock-, quien lo acusaba de que su “Come Together” era un plagio de “You Can´t Match Me”, una composición original de Chuck Berry perteneciente a aquel catálogo. Y como si esto fuera poco, su inmanejable productor Phil Spector había huido con las cintas de Rock n Roll, el disco de versiones de viejos clásicos del género que estaba grabando junto a Lennon, atrincherándose en su mansión de Beverly Hills, preso de sus delirios megalómanos, luego de una discusión exacerbada por los excesos y el diferente criterio musical de ambos. Por suerte, más tarde, Lennon ganaría el juicio que le habían hecho por incumplimiento de contrato -llevado a cabo por la compañía que lo acusaba de plagio- y también conseguiría que Spector le devolviera las grabaciones.

Fue esta racha súbita de buena suerte, luego de un período tan turbulento, el que lo impulsaría a grabar un nuevo álbum que diera cuenta de su buen momento. Un periodo venturoso que se vería reflejado en la edición de este Walls and Bridges, el disco más exitoso de John Lennon en años, luego de Imagine (1971); y que sería casi un regreso a la inspiración introspectiva de Plastic Ono Band, su magnífico álbum solista de 1970.

Y es que Walls and Bridges estaba repleto de canciones de plena inspiración confesional. Casi un desahogo luego de la tormenta, comenzaba con “Going Down in Love”, una hermosa canción que hablaba del devenir amoroso en las relaciones. Luego llegaba el magnífico "Whatever Gets You Thru the Night", en dueto junto a su amigo Elton John. Un tema que sería el primer (y único) hit Número Uno que tuvo Lennon en vida, ya que tanto “(Just Like) Starting Over” como “Imagine” lograrían esa repercusión popular en los rankings, como reacción inmediata luego de su asesinato en 1980.

Walls and Bridges continuaba con “Old Dirt Road”, una amarga canción, compuesta y cantada a dúo con Harry Nillson, y el rock "What You Got". Sin embargo, los mejores momentos en este disco se dan en cuando Lennon se mostraba más abierto y relajado emotivamente, en temas como "Steel and Glass" (éste, un desagravio público en contra de su ex manager Allen Klein) y el hermoso "No. 9 Dream". Otras canciones destacadas fueron la paranoica “Scared” y la magníficamente deprimente “Nobody Loves You (When You're Down and Out)”, momentos de plena confesión existencial, en los que John muestra lo mejor de su profunda estirpe cancionera. En lo que tiene que ver con sus amores, Walls and Bridges, también traía “Bless You”, dedicada a Yoko Ono y “Surprise, Surprise (Sweet Bird of Paradox)”, un tema que hablaba de su relación con May Pang.

Por eso, a pesar de algunos momentos musicales no muy elaborados, como el instrumental "Beef Jerky" o, especialmente, el inopinado final del disco –en un curioso duo con su hijo Julian, en batería- con la versión de "Ya Ya" (viejo rock del catalogo de Big Seven Music, interpretado -en vano- para intentar cumplir con las imposiciones judiciales de las que habíamos hablamos antes); este es un álbum muy recomendable, uno de los mejores de todo el repertorio del ex beatle.

Emiliano Acevedo




martes, 8 de diciembre de 2020

LA VIDA Y NADA MÁS (el homenaje de Greil Marcus a John Lennon)

Enterarse de que John Lennon fue asesinado por un fan, que lo mataron por ser quien era y por lo que era, fue como ver a la persona que uno ama en el instante en que la atropella un auto. La razón lucha con la contradicción entre los hechos concretos y la incredulidad, se resiste al paso normal del tiempo, detiene el tiempo, trata de hacerlo retroceder. La conciencia le da vueltas y vueltas a los hechos, probando las palabras que transmiten el acontecimiento para ver si las palabras realmente significan lo que están diciendo.

Leemos que el atentado contra John Lennon es tan solo un ejemplo más de un anónimo don nadie en busca de notoriedad poniéndole fin a un famoso, pero esto no solo parece no haber sido el motivo de Mark Chapman, sino que no parece haber otros ejemplos. No creo que haya algún otro antecedente del asesinato de una figura pública por parte de una persona que estaba estrictamente atada a la víctima a través de los roles que ambos interpretaban como integrantes de la cultura popular. Como esto no había pasado nunca, tenemos que hacernos dos preguntas: por qué John Lennon, y por qué ahora.

The Beatles y sus fans representaban una imagen de utopía, de vida feliz, y la imagen consistía en que uno podía unirse a un grupo no para perder la identidad individual, sino para encontrarse con ella: para encontrar la propia voz. Era una imagen utópica que englobaba cualquier deseo de amor, familia, amistad o camaradería; mientras The Beatles fueron The Beatles, esta imagen fue el fundamente del amor y la política. Le dio forma d nuestro sentido de la posibilidad y del fracaso, del valor de las cosas.

El corazón de esta utopía de felicidad, fresca y resplandeciente, era el romanticismo: la mejor historia de esperanzas pop y de sueños que jamás haya existido. Pero la utopía se basaba –gracias a John Lennon- en la inteligencia, la ansiedad, la contingencia, la duda y la lucha. John Lennon formaba parte del principio de placer de The Beatles, y esa es la razón por la que hubo tantos que se obsesionaron con él. Si The Beatles fueron una aventura colectiva, John Lennon era su punta de lanza y su centro. John Lennon fue el que nunca recibió ningún premio de parte del pop, el que mantuvo las preguntas abiertas y vivas mientras duraron The Beatles - ¿cuál es el sentido del grupo?, ¿qué es capaz de hacer?, ¿cuándo debe ser abandonado?-, y fue Lennon el que, una vez que The Beatles se acabaron, sostuvo la lucha por encima de la imagen de utopía. Lennon rompió esa imagen en “God”, pero una nueva imagen de utopía, de lo que significa vivir bien, de descubrir en qué consiste una vida feliz, se formó en la manera, más bella imposible, en la que canta los últimos versos de esa canción: la forma en que cantaba, “I was…”, la forma en que cantaba, “…but now”.

No importa en que se haya convertido después, John Lennon nunca más volvió a ser una estrella pop. Mucho más que Paul, George o que alguien con los pies en la tierra como Ringo, John Lennon se volvió bien real. Mucho más que ellos o que ningún otro en la cultura posbeatle, Lennon transmitía la verdad de que se necesitaba alguna imagen utópica  (sea la utopía de la enorme y borrascosa pasión que perseguía con su esposa o la de una canción en la que decía exactamente lo que quería decir y era comprendido). Esta imagen de utopía no era solipsista. Inalcanzable y por ende más preciosa aun, siempre asumía la existencia de otras personas, de cuya presencia dependía, se tratara de Yoko Ono, o de vos, o de mí, o de Mark Chapman, y a causa de la forma en la que John había cantado “Anytime At All”, “There´s A Place”, “Money”, “In My Life” o “Don´t Let Me Down”, y a causa de la forma en la que siguió cantando “God”, “Well Well Well”, “Oh, Yoko”, “Stand By Me” o “Just Because”, nunca perdió su fuerza. Esta es la razón por la que mataron a John Lennon, y no a uno de los famosos que acaban de contratar un servicio de guardaespaldas.

¿Por qué ahora? Bueno, eso es un poco más complicado. Sí, Mark Chapman parece haberse quebrado. Sí, después de cinco años John Lennon volvía a ponerse en contacto con una audiencia, que trataba de enterarse de lo que tenía para decirle y de lo que el público tenía para decirle a él. Ninguno de estos hechos aborda la verdad indiscutible de que nada parecido al asesinato de Lennon había ocurrido antes. Lo que permitiría plantearlo, creo, es el radical cambio en la naturaleza del discurso público en los Estados Unidos del año pasado.

El mensaje escondido detrás de la elección de Ronald Reagan el 4 de noviembre fue que hay alguna gente que pertenece a este país, y otra que no; que hay gente valiosa y gente que no vale nada; que algunas opiniones son sagradas y otras son el mal mismo; y que, con la bendición de Dios, los mensajeros divinos separarán a los unos de los otros. Es como si los puritanos hubieran atravesado trescientos años de historia estadounidense para reclamar la sociedad que alguna vez fundaron aceptando la peor vulgarización de sus creencias, si eso significa que, una vez más, Dios y sus servidores serán capaces de contemplar los Estados Unidos desde las alturas y separar a los elegidos de los réprobos, a los redimidos de los condenados.

Tal mensaje probablemente no inspiró a Mark Chapman de manera lógica. Pero ese mensaje, que les dice a las personas que son inocentes y que los culpables son otros, puede servir de justificación para que un acto demente privado tenga una dimensión pública. Puede ser el fundamento del amor y la política. Si miembros del Ku Klux Klan y nazis tuvieron el derecho a matar comunistas en Greensboro, y un jurado dijo que fueron ellos, entonces en un cierto nivel moral vos y yo, y Mark Chapman tenemos el derecho de matar a quien perturbe nuestras vidas. Creo que esta es la razón por la que este acontecimiento sin precedentes ocurrió justo ahora, y no antes.

Como escribió el crítico Jim Miller, el rock funciona como una experiencia común y una obsesión privada. Son cosas que no pueden separarse; de hecho, una se alimenta de la otra. Tengo mis propias razones para lamentar la muerte de John Lennon –una canción, o un momento de Help!, que quizás nunca haya significado nada para vos-, pero tus razones son básicamente las mismas, y por eso fueron las reacciones de otras personas al asesinato de John Lennon lo que me produjo una angustia insoportable. Abrir la puerta y encontrarme con un amigo con los ojos colorados; ver a un hombre yendo a trabajar con una cinta negra en el brazo; entrar en el negocio de una amiga y notar la foto de John Lennon pegada detrás del mostrador (el asesinato produjo este tipo de cosas, que hicieron que los últimos dieciséis años se derrumbaran sobre mi cabeza como si hubiera llegado la hora de pagar por cada momento de placer, de afecto y amistad que contenían).

Cuatro días después de que mataran a John Lennon, cuando me desperté esperando encontrarme con la música de The Beatles en la radio y la historia en primera plana, el proceso por el cual la mente lucha con el hecho que se resiste a aceptar seguía funcionando. Hojeé el diario, para ver si me había perdido algo; recorrí las estaciones del dial. Nada. ¿Quiere decir, pensé, que terminó? ¿Qué ya no está muerto?

Greil Marcus

(Publicado en Rolling Stone, 22 de enero de 1981)




martes, 24 de marzo de 2020

CADA VEZ QUE ESCUCHO EL ÁLBUM BLANCO



Si nos proponemos definir al Álbum Blanco se encendería el piloto automático y brotarían frases como: “fenómeno cultural de inmensa importancia”, “el disco doble emblemático del grupo más prodigioso de la historia del rock”, “caleidoscopio caótico y genial de la música popular”.

Aún hoy, a medio siglo de su edición, las dimensiones musicales de esta obra ensombrecen las carreras de más de un grupo musical y son la inspiración de otros varios. La razón es que es un disco incomparable tanto en amplitud como en variedad. Resulta imposible, entonces, congelar este manojo de canciones en solo un par de sensaciones. La mirada que cada uno tenga del Álbum Blanco dependerá de la conexión sensorial que estableció con este material.

Esta nota no es más que la descripción de una de esas tantas conexiones posibles: una particular, la mía. La prioridad no será lo técnico sino mi experiencia personal. Algo que queda un poco de lado en la mayoría de las notas que hablan de este álbum. Por eso podrás coincidir más o menos con mis líneas. Eso lo veremos más adelante cuando te cuente lo que siento cada vez que escucho estas entrañables canciones.

En el Álbum Blanco hay canciones de todo tipo. Algunas risueñas e ingenuas, otras profundas y serias; algunas baladas, otras, rocanroles violentos que metían miedo; hay country y folk; music hall; vanguardia y música contemporánea. Es una obra que rompió todos los esquemas, difícil de abarcar pero ensoñadora, adictiva y legendaria. En este disco las personalidades de los cuatro Beatles está bien marcada: la rudeza melancólica del John Lennon más descarnado sirve como contrapeso a la melosidad rockera de Paul McCartney mientras que George Harrison hace esfuerzos ímprobos para afirmarse al lado de esos dos titanes y la naturalidad de Ringo Starr frena algunos excesos de los otros tres. Alquimistas intuitivos lograron escribir la biblia musical del Siglo XX.

A lo largo de su carrera, los Beatles fueron un grupo inquieto que se renovó constantemente tomando la iniciativa y arriesgándose siempre. Muestra cabal de esta actitud (y aptitudes) es este material.

El Doble Blanco ya desde su tapa minimalista pero que planteaba un viaje incomparable del sonido y la multiplicidad de las canciones. Todo un caos en ebullición controlada. Desprolijo, disperso y fascinante, uno de sus trabajos más intrépidos y delicados. Ying y Yang y todo lo que hay en el medio.

El contexto. En febrero de 1968 los Beatles fueron a la India a buscar un poco de paz y orientación espiritual. Efectivamente, meditaron y estudiaron con el Maharishi, en la aldea de Rishikesh, sin tener alrededor el círculo mediático que los había rodeado en sus últimos cinco años. En ese ambiente de calma y tiempo libre terminaron componiendo tantas canciones que el material resultante terminó llenando dos discos. Un álbum doble de 30 canciones que fue grabado entre mayo y octubre de 1968.

DISCO 1 LADO A:

. “Back to the URSS”: Así empieza este viaje por mi copia mono, número 48.993, edición nacional de EMI. Un disco fusilado, rayadísimo, pero que no cambio por ninguno. ¿Y qué decir de esta canción? En mi consideración, es una de las mayores genialidades que haya hecho el grupo en toda su historia. Un rocanrol que suena como la mixtura entre Chuck Berry y los Beach Boys cantado con acento norteamericano pero que habla de la Unión Soviética ¡en plena Guerra Fría! Un pastiche de música y palabras que hace reír y pensar.

. “Dear Prudence”: Prudence era Prudence Farrow, hermana de Mia, la famosa actriz norteamericana. Ambas estaban, también, en la comuna en Rishikesh. Según parece la chica meditaba encerrada largas horas, algo  que inspiró a John a escribir esta hermosa canción de invitación a la vida. Allí, John hace una interpretación muy profunda y sentida en la que, al margen de la jovencita, pareciera invitarnos a todos a salir de nuestro propio encierro personal.

. “Glass Onion”: Una cadena de significados. John haciendo referencia a muchas de las canciones del grupo –incluyendo “Strawberry Fields”, “I´m the Walrus”, “Lady Madonna”, “Fixing a Hole”, “Fool on the Hill”-. Las estrofas aleatorias sin narrativa coherente aparente parecen estar metidas a presión para confundir a los fans que insistían en analizar cada una de las canciones que el grupo hacía. Un cuento imposible de resolver pero delicioso.

. “Ob La Di Ob La Da”: “La vida continua”. Un tema que me volvía loco de chico y con el correr del tiempo descubrí que era muy tonta. ¿Qué pensó McCartney cuando lo compuso? Sin embargo, no podemos negar que es un ska acaramelado que tiene cierto encanto innato… a pesar de ser una de las tres peores canciones del canon beatlesco…

. “Wild Honey Pie”: Una broma en forma de canción elaborada por Paul en soledad y que Charles Manson concretó en su literalidad más absoluta. La canción no está mal…como tema de relleno.

. “The Continuing Story of Bungalow Bill”: Cuenta la leyenda que mientras los muchachos estaban en la India, un joven norteamericano acaudalado llamado Richard Cooke III fue a visitar a su madre que también formaba parte del contingente que estaba estudiando con el Maharishi. Cooke y su madre fueron a cazar tigres y mataron a uno. Luego, volvieron a meditar. Esta canción se basó en ese suceso que resultó indignante para los Beatles. El despliegue vocal de Lennon es inmejorable en este tema y nos cuenta una historia infantil como las de Buffalo Bill que pasaban los sábados a la tarde en la televisión cuando éramos chicos.

. ”While My Guitar Gently Weeps”: Sin dudas, llegamos a una de las mejores canciones compuestas por George que, para aquel momento, ya comenzaba a dar muestra de su maestría. Los solos de guitarra de Eric Clapton, como músico invitado, te revuelven las tripas. La música y los arreglos son excelentes pero además el piano tartamudeante de la intro ya te anticipa que lo que vas a escuchar es una canción de otro planeta.

. “Happiness is a Warm Gun”: Otro gran tema de Lennon, y quizás su canción más llena de significantes sin significado. Ideas aparentemente conectadas entre sí pero tan poderosas en sí mismas que no necesitan conexión para que el sentido emerja. Temazo en mayúscula. No apto para corazones sensibles, o sí, bueno, depende…

LADO B

. “Martha My Dear”: Una amorosa canción de McCartney dedicada a su perra, la ovejera inglesa Martha (1965-1981), compañera inseparable del músico. La canción comienza como si fuera un ejercicio de piano, al que luego se une la voz del compositor y una mini orquesta. Un tema con armonías gentiles y apacibles, cambios de ritmos y en el que Paul toca todos los instrumentos. Me identifica profundamente como mascotero que soy.

. “I´m so Tired”: Una de las grandes temáticas lennonianas es el sueño, las ganas de tirarse a dormir. John la escribió después de estar tres semanas en la India. Él amaba dormir pero en ese momento le costaba mucho hacerlo. Después de pasarse tanto tiempo meditando, no podía relajarse al acostarse. Una canción letárgica pero con furiosos crescendos que dan cuenta del sentimiento de su autor. Un tema de cabecera para los que somos noctámbulos…

. “Blackbird”: Acá tenemos a un Macca íntimo cantando con un coro de pajaritos de fondo. Hermosa canción, casi de fogón, a cuya letra resultó muy en línea con un tema contemporáneo a ella, la lucha por los derechos civiles de los negros en Estados Unidos. La letra es una alegoría excelente. Entiendo, que no está hablando acerca de un ave literalmente sino acerca de las personas que buscan la libertad, que buscan escapar de las persecuciones que sufren.  

. “Piggies”: Una deliciosa melodía barroca made in Harrison. A pesar de (o debido a) su tono, aquí George se burla de los horribles hombres de negocio (los cerdos) capitalistas. Harrison la canta muy bien, casi dulcemente, mientras lo acompaña el delicado sonido del clavicordio. Como ustedes sabrán, esta es otra de las canciones que Charles Manson tomó en forma literal ordenando a sus seguidores a masacrar a sus víctimas con cuchillos y luego, dejar escribir con su sangre el mensaje “pigs” en la pared.

. “Rocky Raccoon”: Comenzó como una improvisada canción de Paul, en broma, sobre el lejano Oeste. Y eso es lo que es: la simple historia de un vaquero que cree que se la sabe todas hasta que “le sale el tiro por la culata” y pierde un duelo, y casi herido mortalmente espera que una pequeña biblia de los Gedeones lo redima en su hora final. Delicioso ese piano de saloon que repiquetea de fondo…

. “Don´t Pass Me By”: El primer tema propio grabado por Ringo, un country tocado a lo bestia. El baterista lo había empezado a componer en 1964 pero tardó cuatro años en terminarlo. Simplemente, una canción country y western con un atractivo violín añadido. Una linda canción con letra tonta.

. “Why Don´t We Do it in the Road?”: Macca solo, solito y solo, rockeándola. No se puede decir demasiado de este tema más allá de que la pregunta retórica del título fue inspirada tras haber sido testigo del acto de apareamiento de dos monos en plena calle. Pienso que si nos propusiéramos responder esa pregunta deberías recorrer caminos filosóficos, políticos y sociológicos interminables…pero valdría la pena.

. “I Will”: Dulce como un caramelo, un tema redondo de Macca. Una gran canción con lindas armonías y letra. No hay mucho más que decir al respecto. La grabación fue muy desestructurada, con Ringo y John tocando percusión como quien respira.

. “Julia”: El último tema en grabarse para el Álbum Blanco es el que cierra el primer disco. Una hermosa letanía de John dedicada en partes iguales a la memoria de fallecida madre (de ahí el nombre de la canción) y a Yoko Ono. John creía que Yoko había tomado el lugar de su madre, en lo que respecta a influencia, inspiración y objeto amoroso. No por nada, luego denominaría a Ono como “Madre”. Todo eso está descripto en la hermosa letra de esta dulce canción, que John canta como los dioses, ejecutando la guitarra con el estilo finger-picking que le había enseñado el cantautor Donovan, cuando estuvieron en la India. Edipo rules!

DISCO 2, LADO A:

. “Birthday”: No es una gran canción pero cumple con todos los requisitos para ser recordada por más que su letra sea simple y obvia. Caracterizada por su buen ritmo basto tan solo una grabación rápida y espontánea para registrar este número de Paul, conocido por casi todos. Sin embargo, para John no era más que “basura”…En mi caso, era el tema obligado en el día de mi cumpleaños. Debo decir, de fecha incierta durante mucho tiempo por lo que ha sonado varias veces en la misma semana.

. “Yer Blues”: Temazo que se burla de todos los estereotipos del blues británico. Grabado por los cuatro tocando al mismo tiempo (algo poco habitual en los temas de este álbum doble) en un estudio chiquito. La letra es depresiva y contiene guitarras cortantes de fondo y esa voz corrosiva de Lennon, singularmente, “muteada” en la vuelta final de la canción. Ostias, tío, ¡qué tema antológico!

. “Mother Nature´s Son”: Otra vez, un Macca íntimo, cantando al lado del fogón en medio de la noche. Supuestamente inspirado por una lectura que le había dado el Maharishi acerca de la unidad del hombre con la naturaleza. Para los que amamos el campo este es un himno.

. “Everybody´s Got Something to Hide Except Me and My Monkey”: Un tema proto punk en el que brillan esos cencerros que Macca y Ringo tocan delirantemente. Otro gran producto lennoniano (y van…) que además es la canción con el título más largo de todo el repertorio beatle. Dicen que el “mono” era Yoko, otros que era tan solo un monito que tenía el Maharishi y también que el mono en cuestión no era más que una referencia a la heroína. Hay teorías para todos y todas, lo único que importa es que es otro rockazo.

. “Sexy Sadie”: Dedicada al Maharishi por un desilusionado John ante los supuestos manejos del gurú. Luego, la letra fue transformada en la historia de una chica (Sadie) que había tomado por tontos a todos. Hermosa canción. Punto.

. “Helter Skelter”: Una canción que nos daba miedo de chicos. ¡Cuánta fuerza! ¡Qué locura! ¿De dónde había salido semejante rock? ¡¿El primer heavy metal de la historia?! Nunca nada había sonado tan fuerte como este tour de force y la verdad es que aún hoy impresiona. Nos gustaría haber oído la versión entera pero nos conformaremos con esta editada que se va y vuelve en fade y termina con Ringo gritando: “¡¡¡Tengo ampollas en mis dedos!!!”

. “Long Long Long”: Otro buen tema de Harrison. Una canción de amor envuelta en sopor que suena como si fuera un tren que se va yendo mientras George la canta casi susurrando.

LADO B

. “Revolution 1”: Segunda versión de “Revolution” (la primera, rockera, había sido el lado B del single “Hey Jude”). Suena relajada y divertida y no es para menos: Lennon la grabó tirado en el suelo. Los coros finales son imperdibles porque el “shooo bee doo” lo hicieron a la manera de los Beach Boys.

. “Honey Pie”: Otra parodia de Paul. En este caso, un ragtime de los años 20 acerca de una chica del norte de Inglaterra que hace carrera en Hollywood. Lindo tema de music-hall típico de banda de jazz sin demasiado más que agregar.

. “Savoy Truffle”: Otra joya oculta de George, dedicada a su amigo Eric Clapton quien era fanático de los chocolates. La canción se destaca, en especial, por la complementariedad entre esos saxos saturados que suenan estupendamente bien.

. “Cry Baby Cry”: Linda canción de John que a él le parecía una mierda. Una especie de cuento infantil. Luego de su final se pueden oír unos pocos segundos de la proto canción improvisada de Paul “Can You Take me Back” que anticipa a…

. “Revolution 9”: No tiene letra, casi no tiene música (más allá de los loops que se repiten una y otra vez), y debe ser la “canción” menos oída por los fans Beatles. Sin embargo era un tema ideal para asustar a las chicas en las fiestas, jajaja… Tan solo un experimento avantgarde llevado a cabo por John, George y Yoko, quienes recolectaron y mezclaron un montón de sonidos, cintas en reversa, conversaciones sobre grabadas y desechos sacados de los archivos. Tiene su encanto, pero más de uno debe sentir un alivio cuando termina y comienzan los primeros acordes de…

. “Good Night”: Este tema fue compuesto por Lennon para su hijo Julian. Ringo lo interpreta acompañado por una orquesta que realiza un pastiche de melodías a lo Hollywood, cuasi llegando a las bandas sonoras de las películas de Walt Disney. Una buena manera de dar las buenas noches y de despedir el álbum.

¡¡Ufff!! Un disco largo, pero que valió la pena recorrer con ustedes otra vez. Un catálogo maravilloso, estupendamente secuenciado por Lennon, McCartney y el productor George Martin. Un disco problemático para el grupo, difícil casi de principio a fin pero que mantiene intacto su encanto aun hoy como un recorrido musical excitante a través de una gran variedad de géneros y estilos, con canciones que van desde lo ensoñador hasta lo pesadillesco. Es lírico, quilombero y revolucionario… como quisiéramos ser todos, ¿no? Un disco que viene cambiando nuestras vidas desde hace cincuenta años. El Álbum Blanco.

Nacho Melgarejo

  

martes, 10 de julio de 2018

LA VISIBILIZACIÓN DE LA PAZ: La polémica charla entre Gloria Emerson y John & Yoko

La periodista neoyorquina Gloria Emerson (1929 – 2004) era lo que se conoce como una "mujer dura", etiqueta con la que la gente evita decir todo lo que en verdad piensa, como que Emerson era fuerte hasta ser ruda, quizá demasiado estricta y brutalmente honesta. Quizás haya sido su brillante labor como corresponsal de guerra del New York Times lo que le templó el carácter. Prueba de su franqueza sin miedo fue su el intento de entrevista que hizo en diciembre de 1969 a John Lennon y Yoko Ono en la sede de Apple Records en Londres. Les dijo sin más que eran unos ridículos por creer que estaban salvando vidas con su campaña antibélica. Cuestionando la efectividad de estos actos realizados a un gran costo profesional y financiero para los Lennon. El enfoque escéptico de Emerson enfureció a John, que reaccionó con enojo frente a la cámara ante los cuestionamientos de la periodista, quien con su experiencia en el campo de batalla de Vietnam, donde fue corresponsal, no dejaba de lanzar dardos al blanco: "Tu campaña muestra que eres vulgar y que estás auto engrandecido. ¿Qué publicitás, a John Lennon o a la paz?", le preguntó. Luego de pocos minutos, cansada de la discusión, que se tornaba cada vez más tensa, se dirigió a Yoko Ono diciendo: "Señora Lennon, creo que nos estamos aburriendo los unos a los otros, así que mejor me voy".

Años más tarde, debido a las posiciones antiestadounidenses de Emerson, la entrevista se hizo famosa como ejemplo de la resistencia de la prensa establecida al movimiento por la paz de los Lennon. Por eso fue destacada en el documental de 1988 Imagine: John Lennon y en la película de 2006 The US vs. John Lennon .

Aquí, la charla completa:

John Lennon: Si voy a estar en la portada (del New York Times), también debería aparecer en la primera página con la palabra "PAZ". 
Gloria Emerson: ¡Pero harás el ridículo! 
John: Para algunas personas, no me importa... ¡si salva vidas! 
Emerson: No creerás que has… Oh, mi querido muchacho veo que estás totalmente confundido. 
John: Bueno, estás hablando con un... 
Emerson: No creerás que hayas salvado una sola vida... 
John : Tal vez ahorremos algunas en el futuro... 
Emerson: Probablemente has ayudado a que  “Cold Turkey” suba en las listas de éxitos. 
John: No sirvió de nada, todavía está abajo, así que no hizo nada. 
Emerson: Pero vos no podés equiparar la guerra civil que está ocurriendo en Nigeria con esto, y luego decir que "esta es mi forma de protestar porque las personas que están en campañas contra la guerra son demasiado SERIAS y se ven maltratadas", ¿qué sabés vos de los movimientos de protesta, de todos modos? Eso es mucho más que enviar a tu chófer y tu automóvil de regreso al Palacio de Buckingham. (Nota: Se refiere a cuando Lennon devolvió la Orden del Imperio Británico). 
John: Tú eres simplemente una esnob al respecto... 
Emerson: ¡Y vos sos un falso! Sé que en Inglaterra es algo inteligente no ser demasiado serio sobre nada. 
Yoko Ono: Todos necesitan reírse un poco, ya sabes. 
Emerson: Ya veo... Toma la masacre, ja ja ja. ¿No puedes renunciar a algo más si eso significa un poco más...? 
John: No es el sacrificio, no te podés meter eso en la cabeza, ¿no? Has declarado media docena de veces que el MBE (Orden del Imperio Británico) es irrelevante, estoy de acuerdo. No fue un sacrificio deshacerse del MBE porque era una vergüenza... 
Emerson : ¿Entonces qué clase de protesta hiciste? 
John: UNA CAMPAÑA PUBLICITARIA POR LA PAZ. ¿Podés entender esto? Una campaña publicitaria muy grande para la paz... 
Emerson: No, no puedo... Lo que sí creo que demuestra es que eres vulgar y que estás auto engrandecido, ¿promocionas a John Lennon o querés la paz? 
John: Oh, ¿querés buenos gestos de clase media para la paz? ¡Y manifiestos intelectuales escritos por muchos intelectuales medio tontos que nadie los lee! Ese es el problema con el movimiento por la paz. 
Emerson: Bueno, parece un sinsentido, no puedo pensar en alguien que parece más alejado de la fealdad de lo que está pasando que tú. Te veo levantarte un martes por la mañana y pensar: “Veamos, ¿qué haremos hoy? ¿Qué guerra está ocurriendo?” 
Yoko: Esa es tu imaginación, sabés, realmente quiero decir que esa eres TÚ. 
John: Continúa, ¿por qué no hacés una película mientras estás en eso? 
Emerson: Soy alguien que te admiraba mucho ... .. 
John: [Interrumpiendo] Bueno, lo siento si te gustaban los viejos flequilludos, querida, y pensaste que era muy satírico e ingenioso y te gustaba la época de “A Hard Day´s Night” ... 
Emerson: Estoy hablando de sacar provecho de los Beatles. 
John: ...pero he madurado, y tú obviamente no lo has hecho. 
Emerson: ¿Lo has hecho? 
John: Sí, amigos. 
Emerson: ¿Cuánto? 
John: Ya tengo veintinueve. 
Emerson: ¿Cómo estuvo Grecia? 
Yoko: Es hermoso... 
John: Hicimos una buena protesta a la guerra en la televisión del ejército mientras estábamos allí... Supongo que no te gusta que vayamos a Grecia ¿eh? ¿Crees que no deberías ir a un país fascista como Grecia, y está bien vivir en un país fascista como Gran Bretaña o Estados Unidos? 
Emerson: Creo que Estados Unidos es un buen lugar para vivir en este momento, porque quiero decir, si estuvieras interesado o comprometido y si no fueras demasiado cobarde, posiblemente podrías hacer allí una diferencia con lo que hiciste...
John: Bueno, hemos estado tratando de ir a Estados Unidos para hacer algo durante los últimos siete u ocho meses. 
Emerson: Oh, pero lo convertirás en un carnaval... 
John: Sí, sí... 
Emerson: ...tomándolo en serio, no entiendes cómo se nos acercan cariño, son tiempos tan grises... 
John: Dime qué estaban cantando en la Moratoria (manifestación en contra de la Guerra de Vietnam). 
Emerson: ¿Cuál, cuál? 
John: La grande más reciente, estaban cantando "Give Peace A Chance". 
Emerson: Una canción tuya probablemente. 
John: Bueno, sí, y fue escrita especialmente para ellos. 
Emerson: ¿Dónde estamos y qué es esto? ¿Qué tienes que ver con la moratoria? Así que cantaron una de tus canciones, una buena canción, pero, ¿eso es todo lo que puedes decir al respecto? ¿La Moratoria? 

John: Dijiste que en Estados Unidos están [imitando a Emerson] "yendo muy en serio con el movimiento de protesta, pero que eran tan impertinentes que estaban cantando una afortunada feliz canción", que resulta ser una que escribí yo, y estoy muy contento de que la hayan cantado, y cuando llegue allí, la cantaré con ellos. Cuando llegue. Y ese fue un mensaje mío a Estados Unidos o a cualquier parte, que utilicé mi capacidad para componer canciones para escribir una que todos pudiéramos cantar juntos, y estoy orgulloso de que la cantaran en la Moratoria, no me hubiera importado si hubieran cantado “We Shall Overcome”, pero sucede que cantaron eso, y estoy orgulloso de ello, y estaré encantado de ir allí y cantar con ellos.
Emerson: [Sarcásticamente] Hacela alegre.
John: La haré alegre.
Yoko: Sí, sí, ya sabes, tenemos que hacerlo alegre.
Emerson: ¿Por qué?
John: No todos podemos permitirnos ser neuróticos.
Yoko: Si todos lo hacemos alegre, tal vez PODAMOS DETENER LA GUERRA, ya sabes.
Emerson: Siendo alegres.
Yoko: Sí, porque el caso es que cuando eres feliz y cuando estás sonriendo, no quieres matar a alguien, ¿sabes ? Es cuando estás muy serio que comienzas a pensar en la violencia y muerte y asesinato. Quiero decir, ¿alguna vez has visto a una persona matar a alguien con una sonrisa en la cara y ser feliz? No, los asesinos son personas infelices, y son violentos porque son tan infelices y tan malditamente serios.
Emerson: Sra. Lennon, nos aburrimos mutuamente, así que me iré. [Levantándose para irse] Gracias. Adiós.
John: [A Yoko] Bueno, creo que eso es lo que querías.
Yoko: Pero el último punto fue un buen punto y ella no quiso responder...
John: Ella no escuchó nada.


COLOFÓN

En 2000, 31 años después de este encuentro y a 20 del asesinato de Lennon, Gloria Emerson recordó este mítico encuentro en una nota que le hicieron para la revista Feed:

Hay un famoso intercambio de palabras entre vos y John Lennon, capturado en el documental Imagine.
Sí, él de verdad quería parar la guerra de Vietnam, todo lo que tendría que haber hecho es decirle al ejército de los Estados Unidos que quería ir a entretener a las tropas. Muchos artistas lo hicieron. Creo que él hubiera parado la guerra si hubiera ido.

¿Tanto poder tenía?
Si, tenía tanto poder. Pero no escuché mucho de los Beatles en Vietnam. Escuché más de las Supremes, de Jimi Hendrix, y Diana Ross, por supuesto. Pero lamento haberle hablado tan duramente. Tuvimos un largo intercambio de palabras, y él estaba muy infeliz de estar ahí, y yo también. Fue en un estudio en Londres.

¿Lo estabas entrevistando?
¡No! ¿Qué hacía yo ahí? Me persuadieron a entrar. Yo hubiera sido la última persona en el mundo en entrevistar a John Lennon, quien no quería hablar. Entonces, ¿por qué vino? Ninguna conversación fue posible. E hizo un comentario irónico sobre los lectores, y yo le dije “Vos sos el único lector acá”. Pero ¿te imaginas si los Beatles hubieran ido a cantar a las tropas de Vietnam? ¡Hubieran congelado todo!




miércoles, 27 de septiembre de 2017

JOHN LENNON, Imagine: La canción del Profeta...



Imagine (publicado en septiembre de 1971) fue el segundo álbum solista de John Lennon, y a la postre su trabajo más popular. Un disco repleto de canciones maravillosas, varias de las cuales contenían espectaculares arreglos de cuerda. Fue un álbum grabado, casi en su totalidad, en el estudio personal que el ex beatle había construido en su inmensa mansión Tittenhurst Park, en las colinas de Ascot, la misma en donde los Beatles realizaron su última sesión fotográfica juntos, a fines de agosto de 1969, y que después John le vendería a Ringo Starr.

Seguramente, gran parte del éxito del álbum se deba a su canción homónima, “Imagine”, que se convertiría en un himno a nivel mundial, así como una de las composiciones más reconocibles y paradigmáticas de la carrera de Lennon. Un tema en el que solo participan Lennon, en el piano y voz; Klaus Voorman, en bajo; y, el futuro Yes, Alan White, en batería; y a la que, luego, el productor Phil Spector le agregó un imponente acompañamiento de cuerdas, grabado en Nueva York. Sin dudas, una canción preciosa e inolvidable. En fin... ¿Qué otra cosa podríamos agregar de este tema que no se haya dicho aun? Usted no sabe qué, nosotros tampoco; así que, sigamos…

Alguna vez, como invitado en el programa de televisión Play Time, Gustavo Cerati eligió a “Jealous Guy” entre sus canciones preferidas, diciendo que era una melodía pop perfecta, casi imbatible. Y algo de eso hay, ya que esta es una canción hermosa, inigualable. Una melodía perfecta que envuelve una historia con la que se pueden sentir identificados millones de muchachos celosos alrededor del mundo… Tantas inseguridades, tantos temores –muchas veces en vano- descriptos en forma certera en estas líricas… Y es que John Lennon, a pesar de ser la figura de la estampita, del póster; era tan dolorosamente humano como usted, yo, y el de enfrente: un tipo inseguro, neurótico, violento, paranoico, a veces arrepentido, triste, sensible, celoso... La letra de “Jealous Guy” también estaba vinculada a un momento particular de Lennon. Hacía apenas un año que se habían separado los Beatles y todavía se sentían los temblores del movimiento sísmico a escala mundial, que significó tamaño evento.

Por otra parte, John estaba muy influenciado por la terapia del Grito Primal del doctor Arthur Janov, que lo había llevado a combatir sus demonios, sus inseguridades –esos miedos, ahogados, pero que nos siguen acompañando desde la más tierna infancia- dejándolos al descubierto, en un grito desgarrador literal. Bastante de eso hubo en su primer opus solista e intimista (Plastic Ono Band, 1970), un disco que reflejaba los sentimientos más profundos de un ser angustiado. Esa obra, a pesar de no ser un éxito masivo de ventas, a la larga se transformaría en una de las producciones más inspiradoras, e imitadas, de la historia del rock. Sino pregúntenles a los Strokes o a Lenny Kravitz (por nombrar sólo a dos artistas), que se ve que lo escucharon largo y tendido, copiando esas bases de percusión y bajo en seco, esos pianos y guitarras minimas… Seguramente, Plastic Ono Band fue un disco que se adelantó a su tiempo y por eso no pudo ser digerido fácilmente por los fans beatles, aturdidos por la separación de la banda, y que aún no se habían acostumbrado a pensar que los 60 no existían más… 

En Imagine la historia, desde el vamos, sería distinta, debido a la participación de Phil Spector, en carácter de co-productor. Por él, y por su ímpetu por hacer de Lennon un ex beatle exitoso como solista, algo que ya había logrado con George Harrison, en la grabación del triple All Thing Must Pass, en 1970. John se encontraba en un excelso momento compositivo, y Spector –con su wall of sound- parecía ser el tipo más indicado para agregarle un toquecito sinfónico de pop, si se quiere, ideal para endulzar un poco esas dolorosas canciones. Y “Jealous Guy” terminó siendo la comunión perfecta de ambos mundo, la amalgama entre la canción lennoniana y las ambiciones wagnerianas de Spector por hacer “sinfonías para adolescentes”. El tema empezaba con una melodía en dos pianos, tocados a dúo por Lennon y el gran Nicky Hopkins, y la primera estrofa desembocaba en un estribillo inmortal: “I didn`t mean to hurt you / I`m sorry that I made you cry / I didn`t want to hurt you / I´m just a jealous guy” (“No pretendí herirte / Siento que te hiciera llorar / No quise herirte / Sólo soy un muchacho celoso”).

Los arreglos de cuerdas son hermosos, así como hermosa es la forma en que Lennon silba la melodía de la canción, antes de la parte final de este tema sublime. Lo que quizá muchos no sepan, es había sido compuesto bastante antes de ser incluido en Imagine. Más precisamente, durante la estadía de los fab four en la India, a principios de 1968, durante su retiro espiritual junto al Maharashi, y que tenía otra letra y nombre: “Child of Nature”. Con esa denominación se la puede encontrar, en una versión cantada por Lennon solo acompañado por una guitarra acústica, en varios discos piratas de los Beatles, como también en los piratas de los ensayos de (la película) Let It Be. Finalmente, mucho tiempo después, luego de la muerte de Lennon, Roxy Music haría un bello cover de “Jealous Guy” para su disco Avalon (1982), como tributo a John.

Otros momentos importantes del álbum Imagine eran los temas "Oh My Love", una dulce canción compuesta para Yoko Ono (por favor, chequeen la hermosa versión de este tema realizada por Luis Alberto Spinetta, como invitado en el disco tributo beatle del rock nacional, de Los Durabeats, en 2005); y la contemplativa "How?", en donde Lennon reflexionaba sobre los vericuetos existenciales propios del doloroso devenir humano, seguramente, en una visión muy influenciada por sus experiencias vividas durante su estadía, realizada en 1970, en el centro terapéutico de Janov. En sí, "How?" relevaba varias de las preguntas que Lennon se formulaba durante los cambios producidos en el tiempo que realizó la terapia de Janov.
Pero no solamente canciones tiernas y reflexivas poblaban este disco, porque Imagine también daba cuenta del amor de John por los ritmos frenéticos, así como de sus raíces rockeras y bluseras, en temas como "Crippled Inside"(“Lisiado internamente”, alevosamente dedicado a Paul) y "It's So Hard", así como en la provocativamente encantadora "Gimme Some Truth", en donde John se descolgaba con uno de sus más brillantes y potentes temas solistas. Por su parte, "I Dont't Wanna Be A Soldier" cerraba el viejo lado A detonando una pancarta activista en contra de la militarización y el reclutamiento forzado, en tiempos en donde aún no se había resuelto el problema de Vietnam (y mientras quedaban aun tantas otras guerras futuras por venir…). Un canto antibélico que –mediante el eco tremebundo del filtrado spectoriano- se convertía en un pasaje espeluznante.
Otro de los momentos más recordados de Imagine era la canción "How Do You Sleep?", en donde Lennon aprovechaba para mofarse a fondo, y sin ninguna sutileza o eufemismo, de Macca, tomándose revancha de la letra del tema de Paul “Too Many People”, que Lennon creía que su ex compañero le había dedicado, en especial por ese fragmento que se preguntaba por qué se podía hacer por “un muchacho que había arruinado todas sus oportunidades”. Lennon suponía que ese “pobre muchacho” era él, y reaccionaria con furia ante su ex compinche. Por este motivo, y fogueado por su manager Allen Klein (enemigo acérrimo de McCartney), se cebaría componiendo una canción que era una brutal bola de bilis. Sin embargo, se dice, que varias de las letras hirientes hacia McCartney, deliradas por Lennon y Klein, fueron dejadas de lado, debido al consejo de Ringo Starr –otro de los participantes en la grabación del disco- quién veía en esta actitud de Lennon mucho infantilismo agresivo al pedo. Por eso, en medio de la grabación del tema, el baterista solamente se limitaría a decirle a su amigo: “Basta John”. También, en esta canción, así como en “Crippled Inside” y "Gimme Some Truth" se destacaba George Harrison como músico invitado (¡ese slide!), realizando un brillante trabajo, con sus punzantes solos guitarreros.
Finalmente, la alegre “Oh Yoko” mostraba a Lennon, de nuevo como en sus primeros tiempos en los Beatles, dando cátedra en la armónica. Un punto final muy poppy y optimista, para un disco espectacular que alcanzaría el puesto número tres en las listas de la Billboard, y el número uno en el mercado discográfico británico.
Emiliano Acevedo