Editado el 26 de septiembre de 1974, Walls and Bridges supuso para John Lennon el regreso a las fuentes,
luego de su famoso Fin de Semana Perdido,
su periodo caótico y desaforado cuando decidió dejar Nueva York para exiliarse
en California junto a su amante May Pang,
durante una bizarra separación matrimonial auspiciada por la mismísima Yoko Ono. Y es que Yoko y John ya no se
soportaban más, luego de cinco años de una intensa relación amorosa que los
volvió inseparables.
A pesar de que este periodo pudo parecer
traumático, la vocación cancionera de Lennon no se vio afectada, ya que estaba
en un período súper activo, grabando discos como Mind Games (1973), componiendo temas para Ringo Starr o Johnny Winter
y hasta produciendo un disco (Pussycats,
1974) para su amigo Harry Nilsson.
Sin embargo, la desbocada vida pública de Lennon era un desastre, con su
reputación dañada luego de escándalos varios en locales nocturnos
californianos, y por soportar el acoso del FBI, quienes –siguiendo directivas
del gobierno de Richard Nixon-
querían deportar a Lennon de los Estados Unidos, por considerarlo una
personalidad “subversiva”. Por si fuera poco, John también debía afrontar una
serie de problemas judiciales propiciados por el editor Morris Levy, titular de
la firma Big Seven Music -dueña de un extenso catálogo de composiciones de los
pioneros del rock-, quien lo acusaba de que su “Come Together” era un plagio de
“You Can´t Match Me”, una composición original de Chuck Berry perteneciente a aquel catálogo. Y como si esto fuera
poco, su inmanejable productor Phil
Spector había huido con las cintas de Rock
n Roll, el disco de versiones de viejos clásicos del género que estaba
grabando junto a Lennon, atrincherándose en su mansión de Beverly Hills, preso
de sus delirios megalómanos, luego de una discusión exacerbada por los excesos
y el diferente criterio musical de ambos. Por suerte, más tarde, Lennon ganaría
el juicio que le habían hecho por incumplimiento de contrato -llevado a cabo
por la compañía que lo acusaba de plagio- y también conseguiría que Spector le
devolviera las grabaciones.
Fue esta racha súbita de buena suerte, luego de un
período tan turbulento, el que lo impulsaría a grabar un nuevo álbum que diera
cuenta de su buen momento. Un periodo venturoso que se vería reflejado en la
edición de este Walls and Bridges, el
disco más exitoso de John Lennon en años, luego de Imagine (1971); y que sería casi un regreso a la inspiración
introspectiva de Plastic Ono Band, su
magnífico álbum solista de 1970.
Y es que Walls
and Bridges estaba repleto de canciones de plena inspiración confesional.
Casi un desahogo luego de la tormenta, comenzaba con “Going Down in Love”, una
hermosa canción que hablaba del devenir amoroso en las relaciones. Luego
llegaba el magnífico "Whatever Gets You Thru the Night", en dueto
junto a su amigo Elton John. Un tema
que sería el primer (y único) hit Número Uno que tuvo Lennon en vida, ya que
tanto “(Just Like) Starting Over” como “Imagine” lograrían esa repercusión
popular en los rankings, como reacción inmediata luego de su asesinato en 1980.
Walls and
Bridges continuaba con “Old Dirt
Road”, una amarga canción, compuesta y cantada a dúo con Harry Nillson, y el
rock "What You Got". Sin embargo, los mejores momentos en este disco
se dan en cuando Lennon se mostraba más abierto y relajado emotivamente, en
temas como "Steel and Glass" (éste, un desagravio público en contra
de su ex manager Allen Klein) y el
hermoso "No. 9 Dream". Otras canciones destacadas fueron la paranoica
“Scared” y la magníficamente deprimente “Nobody Loves You (When You're Down and
Out)”, momentos de plena confesión existencial, en los que John muestra lo
mejor de su profunda estirpe cancionera. En lo que tiene que ver con sus
amores, Walls and Bridges, también
traía “Bless You”, dedicada a Yoko Ono y “Surprise, Surprise (Sweet Bird of
Paradox)”, un tema que hablaba de su relación con May Pang.
Por eso, a pesar de algunos momentos musicales no
muy elaborados, como el instrumental "Beef Jerky" o, especialmente,
el inopinado final del disco –en un curioso duo con su hijo Julian, en batería- con la versión de
"Ya Ya" (viejo rock del catalogo de Big Seven Music, interpretado -en
vano- para intentar cumplir con las imposiciones judiciales de las que habíamos
hablamos antes); este es un álbum muy recomendable, uno de los mejores de todo
el repertorio del ex beatle.
Enterarse de que John Lennon fue asesinado por un fan, que lo
mataron por ser quien era y por lo que era, fue como ver a la persona que uno
ama en el instante en que la atropella un auto. La razón lucha con la
contradicción entre los hechos concretos y la incredulidad, se resiste al paso
normal del tiempo, detiene el tiempo, trata de hacerlo retroceder. La
conciencia le da vueltas y vueltas a los hechos, probando las palabras que
transmiten el acontecimiento para ver si las palabras realmente significan lo
que están diciendo.
Leemos
que el atentado contra John Lennon es tan solo un ejemplo más de un anónimo don
nadie en busca de notoriedad poniéndole fin a un famoso, pero esto no solo
parece no haber sido el motivo de Mark Chapman, sino que no parece haber otros
ejemplos. No creo que haya algún otro antecedente del asesinato de una figura
pública por parte de una persona que estaba estrictamente atada a la víctima a
través de los roles que ambos interpretaban como integrantes de la cultura
popular. Como esto no había pasado nunca, tenemos que hacernos dos preguntas:
por qué John Lennon, y por qué ahora.
The
Beatles y sus fans representaban una imagen de utopía, de vida feliz, y la
imagen consistía en que uno podía unirse a un grupo no para perder la identidad
individual, sino para encontrarse con ella: para encontrar la propia voz. Era
una imagen utópica que englobaba cualquier deseo de amor, familia, amistad o
camaradería; mientras The Beatles fueron The Beatles, esta imagen fue el
fundamente del amor y la política. Le dio forma d nuestro sentido de la
posibilidad y del fracaso, del valor de las cosas.
El
corazón de esta utopía de felicidad, fresca y resplandeciente, era el
romanticismo: la mejor historia de esperanzas pop y de sueños que jamás haya
existido. Pero la utopía se basaba –gracias a John Lennon- en la inteligencia,
la ansiedad, la contingencia, la duda y la lucha. John Lennon formaba parte del
principio de placer de The Beatles, y esa es la razón por la que hubo tantos
que se obsesionaron con él. Si The Beatles fueron una aventura colectiva, John
Lennon era su punta de lanza y su centro. John Lennon fue el que nunca recibió
ningún premio de parte del pop, el que mantuvo las preguntas abiertas y vivas
mientras duraron The Beatles - ¿cuál es el sentido del grupo?, ¿qué es capaz de
hacer?, ¿cuándo debe ser abandonado?-, y fue Lennon el que, una vez que The
Beatles se acabaron, sostuvo la lucha por encima de la imagen de utopía. Lennon
rompió esa imagen en “God”, pero una nueva imagen de utopía, de lo que
significa vivir bien, de descubrir en qué consiste una vida feliz, se formó en
la manera, más bella imposible, en la que canta los últimos versos de esa
canción: la forma en que cantaba, “I was…”, la forma en que cantaba, “…but
now”.
No
importa en que se haya convertido después, John Lennon nunca más volvió a ser
una estrella pop. Mucho más que Paul, George o que alguien con los pies en la
tierra como Ringo, John Lennon se volvió bien real. Mucho más que ellos o que
ningún otro en la cultura posbeatle, Lennon transmitía la verdad de que se
necesitaba alguna imagen utópica(sea la
utopía de la enorme y borrascosa pasión que perseguía con su esposa o la de una
canción en la que decía exactamente lo que quería decir y era comprendido).
Esta imagen de utopía no era solipsista. Inalcanzable y por ende más preciosa
aun, siempre asumía la existencia de otras personas, de cuya presencia
dependía, se tratara de Yoko Ono, o de vos, o de mí, o de Mark Chapman, y a
causa de la forma en la que John había cantado “Anytime At All”, “There´s A
Place”, “Money”, “In My Life” o “Don´t Let Me Down”, y a causa de la forma en
la que siguió cantando “God”, “Well Well Well”, “Oh, Yoko”, “Stand By Me” o
“Just Because”, nunca perdió su fuerza. Esta es la razón por la que mataron a
John Lennon, y no a uno de los famosos que acaban de contratar un servicio de
guardaespaldas.
¿Por
qué ahora? Bueno, eso es un poco más complicado. Sí, Mark Chapman parece
haberse quebrado. Sí, después de cinco años John Lennon volvía a ponerse en
contacto con una audiencia, que trataba de enterarse de lo que tenía para
decirle y de lo que el público tenía para decirle a él. Ninguno de estos hechos
aborda la verdad indiscutible de que nada parecido al asesinato de Lennon había
ocurrido antes. Lo que permitiría plantearlo, creo, es el radical cambio en la
naturaleza del discurso público en los Estados Unidos del año pasado.
El
mensaje escondido detrás de la elección de Ronald Reagan el 4 de noviembre fue
que hay alguna gente que pertenece a este país, y otra que no; que hay gente
valiosa y gente que no vale nada; que algunas opiniones son sagradas y otras
son el mal mismo; y que, con la bendición de Dios, los mensajeros divinos
separarán a los unos de los otros. Es como si los puritanos hubieran atravesado
trescientos años de historia estadounidense para reclamar la sociedad que
alguna vez fundaron aceptando la peor vulgarización de sus creencias, si eso
significa que, una vez más, Dios y sus servidores serán capaces de contemplar
los Estados Unidos desde las alturas y separar a los elegidos de los réprobos,
a los redimidos de los condenados.
Tal
mensaje probablemente no inspiró a Mark Chapman de manera lógica. Pero ese
mensaje, que les dice a las personas que son inocentes y que los culpables son
otros, puede servir de justificación para que un acto demente privado tenga una
dimensión pública. Puede ser el fundamento del amor y la política. Si miembros
del Ku Klux Klan y nazis tuvieron el derecho a matar comunistas en Greensboro,
y un jurado dijo que fueron ellos, entonces en un cierto nivel moral vos y yo,
y Mark Chapman tenemos el derecho de matar a quien perturbe nuestras vidas.
Creo que esta es la razón por la que este acontecimiento sin precedentes ocurrió
justo ahora, y no antes.
Como
escribió el crítico Jim Miller, el rock funciona como una experiencia común y
una obsesión privada. Son cosas que no pueden separarse; de hecho, una se
alimenta de la otra. Tengo mis propias razones para lamentar la muerte de John
Lennon –una canción, o un momento de Help!,
que quizás nunca haya significado nada para vos-, pero tus razones son
básicamente las mismas, y por eso fueron las reacciones de otras personas al
asesinato de John Lennon lo que me produjo una angustia insoportable. Abrir la
puerta y encontrarme con un amigo con los ojos colorados; ver a un hombre yendo
a trabajar con una cinta negra en el brazo; entrar en el negocio de una amiga y
notar la foto de John Lennon pegada detrás del mostrador (el asesinato produjo
este tipo de cosas, que hicieron que los últimos dieciséis años se derrumbaran
sobre mi cabeza como si hubiera llegado la hora de pagar por cada momento de
placer, de afecto y amistad que contenían).
Cuatro
días después de que mataran a John Lennon, cuando me desperté esperando
encontrarme con la música de The Beatles en la radio y la historia en primera
plana, el proceso por el cual la mente lucha con el hecho que se resiste a
aceptar seguía funcionando. Hojeé el diario, para ver si me había perdido algo;
recorrí las estaciones del dial. Nada. ¿Quiere decir, pensé, que terminó? ¿Qué
ya no está muerto?
Si
nos proponemos definir al Álbum Blanco se encendería el piloto automático y
brotarían frases como: “fenómeno cultural de inmensa importancia”, “el disco
doble emblemático del grupo más prodigioso de la historia del rock”, “caleidoscopio
caótico y genial de la música popular”.
Aún
hoy, a medio siglo de su edición, las dimensiones musicales de esta obra ensombrecen
las carreras de más de un grupo musical y son la inspiración de otros varios. La
razón es que es un disco incomparable tanto en amplitud como en variedad. Resulta
imposible, entonces, congelar este manojo de canciones en solo un par de
sensaciones. La mirada que cada uno tenga del Álbum Blanco dependerá de la
conexión sensorial que estableció con este material.
Esta
nota no es más que la descripción de una de esas tantas conexiones posibles:
una particular, la mía. La prioridad no será lo técnico sino mi experiencia
personal. Algo que queda un poco de lado en la mayoría de las notas que hablan
de este álbum. Por eso podrás coincidir más o menos con mis líneas. Eso lo
veremos más adelante cuando te cuente lo que siento cada vez que escucho estas
entrañables canciones.
En
el Álbum Blanco hay canciones de todo tipo. Algunas risueñas e ingenuas, otras profundas
y serias; algunas baladas, otras, rocanroles violentos que metían miedo; hay
country y folk; music hall; vanguardia y música contemporánea. Es una obra que
rompió todos los esquemas, difícil de abarcar pero ensoñadora, adictiva y
legendaria. En este disco las personalidades de los cuatro Beatles está bien
marcada: la rudeza melancólica del John Lennon más descarnado sirve como
contrapeso a la melosidad rockera de Paul McCartney mientras que George
Harrison hace esfuerzos ímprobos para afirmarse al lado de esos dos titanes y la
naturalidad de Ringo Starr frena algunos excesos de los otros tres. Alquimistas
intuitivos lograron escribir la biblia musical del Siglo XX.
A
lo largo de su carrera, los Beatles fueron un grupo inquieto que se renovó
constantemente tomando la iniciativa y arriesgándose siempre. Muestra cabal de esta
actitud (y aptitudes) es este material.
El
Doble Blanco ya desde su tapa minimalista pero que planteaba un viaje
incomparable del sonido y la multiplicidad de las canciones. Todo un caos en
ebullición controlada. Desprolijo, disperso y fascinante, uno de sus trabajos
más intrépidos y delicados. Ying y Yang y todo lo que hay en el medio.
El
contexto. En febrero de 1968 los Beatles fueron a la India a buscar un poco de
paz y orientación espiritual. Efectivamente, meditaron y estudiaron con el
Maharishi, en la aldea de Rishikesh, sin tener alrededor el círculo mediático
que los había rodeado en sus últimos cinco años. En ese ambiente de calma y tiempo
libre terminaron componiendo tantas canciones que el material resultante
terminó llenando dos discos. Un álbum doble de 30 canciones que fue grabado
entre mayo y octubre de 1968.
DISCO
1 LADO A:
.
“Back to the URSS”: Así empieza este viaje por mi copia mono, número 48.993, edición
nacional de EMI. Un disco fusilado, rayadísimo, pero que no cambio por ninguno.
¿Y qué decir de esta canción? En mi consideración, es una de las mayores
genialidades que haya hecho el grupo en toda su historia. Un rocanrol que suena
como la mixtura entre Chuck Berry y los Beach Boys cantado con acento
norteamericano pero que habla de la Unión Soviética ¡en plena Guerra Fría! Un
pastiche de música y palabras que hace reír y pensar.
.
“Dear Prudence”: Prudence era Prudence Farrow, hermana de Mia, la famosa actriz
norteamericana. Ambas estaban, también,en la comuna en Rishikesh.
Según parece la chica meditaba encerrada largas horas, algoque inspiró a John a escribir esta hermosa
canción de invitación a la vida. Allí, John hace una interpretación muy
profunda y sentida en la que, al margen de la jovencita, pareciera invitarnos a
todos a salir de nuestro propio encierro personal.
.
“Glass Onion”: Una cadena de significados. John haciendo referencia a muchas de
las canciones del grupo –incluyendo “Strawberry Fields”, “I´m the Walrus”, “Lady
Madonna”, “Fixing a Hole”, “Fool on the Hill”-. Las estrofas aleatorias sin narrativa
coherente aparente parecen estar metidas a presión para confundir a los fans
que insistían en analizar cada una de las canciones que el grupo hacía. Un
cuento imposible de resolver pero delicioso.
.
“Ob La Di Ob La Da”: “La vida continua”. Un tema que me volvía loco de chico y
con el correr del tiempo descubrí que era muy tonta. ¿Qué pensó McCartney
cuando lo compuso? Sin embargo, no podemos negar que es un ska acaramelado que
tiene cierto encanto innato… a pesar de ser una de las tres peores canciones
del canon beatlesco…
.
“Wild Honey Pie”: Una broma en forma de canción elaborada por Paul en soledad y
que Charles Manson concretó en su literalidad más absoluta. La canción no está
mal…como tema de relleno.
.
“The Continuing Story of Bungalow Bill”: Cuenta la leyenda que mientras los
muchachos estaban en la India, un joven norteamericano acaudalado llamado
Richard Cooke III fue a visitar a su madre que también formaba parte del
contingente que estaba estudiando con el Maharishi. Cooke y su madre fueron a
cazar tigres y mataron a uno. Luego, volvieron a meditar. Esta canción se basó
en ese suceso que resultó indignante para los Beatles. El despliegue vocal de
Lennon es inmejorable en este tema y nos cuenta una historia infantil como las
de Buffalo Bill que pasaban los sábados a la tarde en la televisión cuando éramos
chicos.
. ”While
My Guitar Gently Weeps”: Sin dudas, llegamos a una de las mejores canciones
compuestas por George que, para aquel momento, ya comenzaba a dar muestra de su
maestría. Los solos de guitarra de Eric Clapton, como músico invitado, te
revuelven las tripas. La música y los arreglos son excelentes pero además el piano
tartamudeante de la intro ya te anticipa que lo que vas a escuchar es una
canción de otro planeta.
. “Happiness
is a Warm Gun”: Otro gran tema de Lennon, y quizás su canción más llena de
significantes sin significado. Ideas aparentemente conectadas entre sí pero tan
poderosas en sí mismas que no necesitan conexión para que el sentido emerja. Temazo
en mayúscula. No apto para corazones sensibles, o sí, bueno, depende…
LADO
B
. “Martha
My Dear”: Una amorosa canción de McCartney dedicada a su perra, la ovejera
inglesa Martha (1965-1981), compañera inseparable del músico. La canción
comienza como si fuera un ejercicio de piano, al que luego se une la voz del
compositor y una mini orquesta. Un tema con armonías gentiles y apacibles,
cambios de ritmos y en el que Paul toca todos los instrumentos. Me identifica
profundamente como mascotero que soy.
.
“I´m so Tired”: Una de las grandes temáticas lennonianas es el sueño, las ganas
de tirarse a dormir. John la escribió después de estar tres semanas en la
India. Él amaba dormir pero en ese momento le costaba mucho hacerlo. Después de
pasarse tanto tiempo meditando, no podía relajarse al acostarse. Una canción
letárgica pero con furiosos crescendos que dan cuenta del sentimiento de su
autor. Un tema de cabecera para los que somos noctámbulos…
.
“Blackbird”: Acá tenemos a un Macca íntimo cantando con un coro de pajaritos de
fondo. Hermosa canción, casi de fogón, a cuya letra resultó muy en línea con un
tema contemporáneo a ella, la lucha por los derechos civiles de los negros en
Estados Unidos. La letra es una alegoría excelente. Entiendo, que no está
hablando acerca de un ave literalmente sino acerca de las personas que buscan la
libertad, que buscan escapar de las persecuciones que sufren.
.
“Piggies”: Una deliciosa melodía barroca made in Harrison. A pesar de (o debido
a) su tono, aquí George se burla de los horribles hombres de negocio (los
cerdos) capitalistas. Harrison la canta muy bien, casi dulcemente, mientras lo
acompaña el delicado sonido del clavicordio. Como ustedes sabrán, esta es otra
de las canciones que Charles Manson tomó en forma literal ordenando a sus seguidores
a masacrar a sus víctimas con cuchillos y luego, dejar escribir con su sangre
el mensaje “pigs” en la pared.
.
“Rocky Raccoon”: Comenzó como una improvisada canción de Paul, en broma, sobre
el lejano Oeste. Y eso es lo que es: la simple historia de un vaquero que cree
que se la sabe todas hasta que “le sale el tiro por la culata” y pierde un duelo,
y casi herido mortalmente espera que una pequeña biblia de los Gedeones lo
redima en su hora final. Delicioso ese piano de saloon que repiquetea de fondo…
.
“Don´t Pass Me By”: El primer tema propio grabado por Ringo, un country tocado
a lo bestia. El baterista lo había empezado a componer en 1964 pero tardó
cuatro años en terminarlo. Simplemente, una canción country y western con un
atractivo violín añadido. Una linda canción con letra tonta.
.
“Why Don´t We Do it in the Road?”: Macca solo, solito y solo, rockeándola. No
se puede decir demasiado de este tema más allá de que la pregunta retórica del título
fue inspirada tras haber sido testigo del acto de apareamiento de dos monos en plena
calle. Pienso que si nos propusiéramos responder esa pregunta deberías recorrer
caminos filosóficos, políticos y sociológicos interminables…pero valdría la
pena.
.
“I Will”: Dulce como un caramelo, un tema redondo de Macca. Una gran canción
con lindas armonías y letra. No hay mucho más que decir al respecto. La
grabación fue muy desestructurada, con Ringo y John tocando percusión como
quien respira.
.
“Julia”: El último tema en grabarse para el Álbum Blanco es el que cierra el
primer disco. Una hermosa letanía de John dedicada en partes iguales a la memoria
de fallecida madre (de ahí el nombre de la canción) y a Yoko Ono. John creía
que Yoko había tomado el lugar de su madre, en lo que respecta a influencia,
inspiración y objeto amoroso. No por nada, luego denominaría a Ono como
“Madre”. Todo eso está descripto en la hermosa letra de esta dulce canción, que
John canta como los dioses, ejecutando la guitarra con el estilo finger-picking
que le había enseñado el cantautor Donovan, cuando estuvieron en la India.
Edipo rules!
DISCO
2, LADO A:
.
“Birthday”: No es una gran canción pero cumple con todos los requisitos para
ser recordada por más que su letra sea simple y obvia. Caracterizada por su
buen ritmo basto tan solo una grabación rápida y espontánea para registrar este
número de Paul, conocido por casi todos. Sin embargo, para John no era más que
“basura”…En mi caso, era el tema obligado en el día de mi cumpleaños. Debo
decir, de fecha incierta durante mucho tiempo por lo que ha sonado varias veces
en la misma semana.
.
“Yer Blues”: Temazo que se burla de todos los estereotipos del blues británico.
Grabado por los cuatro tocando al mismo tiempo (algo poco habitual en los temas
de este álbum doble) en un estudio chiquito. La letra es depresiva y contiene guitarras
cortantes de fondo y esa voz corrosiva de Lennon, singularmente, “muteada” en
la vuelta final de la canción. Ostias, tío, ¡qué tema antológico!
.
“Mother Nature´s Son”: Otra vez, un Macca íntimo, cantando al lado del fogón en
medio de la noche. Supuestamente inspirado por una lectura que le había dado el
Maharishi acerca de la unidad del hombre con la naturaleza. Para los que amamos
el campo este es un himno.
.
“Everybody´s Got Something to Hide Except Me and My Monkey”: Un tema proto punk
en el que brillan esos cencerros que Macca y Ringo tocan delirantemente. Otro
gran producto lennoniano (y van…) que además es la canción con el título más
largo de todo el repertorio beatle. Dicen que el “mono” era Yoko, otros que era
tan solo un monito que tenía el Maharishi y también que el mono en cuestión no
era más que una referencia a la heroína. Hay teorías para todos y todas, lo
único que importa es que es otro rockazo.
.
“Sexy Sadie”: Dedicada al Maharishi por un desilusionado John ante los
supuestos manejos del gurú. Luego, la letra fue transformada en la historia de
una chica (Sadie) que había tomado por tontos a todos. Hermosa canción. Punto.
. “Helter
Skelter”: Una canción que nos daba miedo de chicos. ¡Cuánta fuerza! ¡Qué
locura! ¿De dónde había salido semejante rock? ¡¿El primer heavy metal de la
historia?! Nunca nada había sonado tan fuerte como este tour de force y la verdad
es que aún hoy impresiona. Nos gustaría haber oído la versión entera pero nos
conformaremos con esta editada que se va y vuelve en fade y termina con Ringo
gritando: “¡¡¡Tengo ampollas en mis dedos!!!”
. “Long
Long Long”: Otro buen tema de Harrison. Una canción de amor envuelta en sopor que
suena como si fuera un tren que se va yendo mientras George la canta casi
susurrando.
LADO
B
. “Revolution
1”: Segunda versión de “Revolution” (la primera, rockera, había sido el lado B
del single “Hey Jude”). Suena relajada y divertida y no es para menos: Lennon la
grabó tirado en el suelo. Los coros finales son imperdibles porque el “shooo
bee doo” lo hicieron a la manera de los Beach Boys.
. “Honey
Pie”: Otra parodia de Paul. En este caso, un ragtime de los años 20 acerca de
una chica del norte de Inglaterra que hace carrera en Hollywood. Lindo tema de
music-hall típico de banda de jazz sin demasiado más que agregar.
. “Savoy
Truffle”: Otra joya oculta de George, dedicada a su amigo Eric Clapton quien
era fanático de los chocolates. La canción se destaca, en especial, por la complementariedad
entre esos saxos saturados que suenan estupendamente bien.
. “Cry
Baby Cry”: Linda canción de Johnque a él le parecía una
mierda. Una especie de cuento infantil. Luego de su final se pueden oír unos
pocos segundos de la proto canción improvisada de Paul “Can You Take me Back”
que anticipa a…
. “Revolution
9”: No tiene letra, casi no tiene música (más allá de los loops que se repiten
una y otra vez), y debe ser la “canción” menos oída por los fans Beatles. Sin embargo
era un tema ideal para asustar a las chicas en las fiestas, jajaja… Tan solo un
experimento avantgarde llevado a cabo por John, George y Yoko, quienes
recolectaron y mezclaron un montón de sonidos, cintas en reversa,
conversaciones sobre grabadas y desechos sacados de los archivos. Tiene su
encanto, pero más de uno debe sentir un alivio cuando termina y comienzan los
primeros acordes de…
. “Good
Night”: Este tema fue compuesto por Lennon para su hijo Julian. Ringo lo
interpreta acompañado por una orquesta que realiza un pastiche de melodías a lo
Hollywood, cuasi llegando a las bandas sonoras de las películas de Walt Disney.
Una buena manera de dar las buenas noches y de despedir el álbum.
¡¡Ufff!!
Un disco largo, pero que valió la pena recorrer con ustedes otra vez. Un catálogo
maravilloso, estupendamente secuenciado por Lennon, McCartney y el productor George
Martin. Un disco problemático para el grupo, difícil casi de principio a fin
pero que mantiene intacto su encanto aun hoy como un recorrido musical excitante
a través de una gran variedad de géneros y estilos, con canciones que van desde
lo ensoñador hasta lo pesadillesco. Es lírico, quilombero y revolucionario… como
quisiéramos ser todos, ¿no? Un disco que viene cambiando nuestras vidas desde
hace cincuenta años. El Álbum Blanco.
La periodista neoyorquina Gloria Emerson (1929 –
2004) era lo que se conoce como una "mujer dura", etiqueta con la que
la gente evita decir todo lo que en verdad piensa, como que Emerson era fuerte
hasta ser ruda, quizá demasiado estricta y brutalmente honesta. Quizás
haya sido su brillante labor como corresponsal de guerra del New York Times lo que le templó el carácter.
Prueba de su franqueza sin miedo fue su el intento de entrevista que hizo en diciembre
de 1969 a John
Lennon y Yoko Ono en la sede de Apple
Records en Londres. Les dijo sin más que eran unos ridículos por creer que
estaban salvando vidas con su campaña antibélica. Cuestionando la efectividad de estos actos realizados
a un gran costo profesional y financiero para los Lennon. El enfoque
escéptico de Emerson enfureció a John, que
reaccionó con enojo frente a la cámara ante los cuestionamientos de la
periodista, quien con su experiencia en el campo de batalla de Vietnam, donde
fue corresponsal, no dejaba de lanzar dardos al blanco: "Tu campaña muestra que eres vulgar y que estás auto engrandecido. ¿Qué
publicitás, a John Lennon o a la paz?", le preguntó. Luego de pocos minutos,
cansada de la discusión, que se tornaba cada vez más tensa, se dirigió a Yoko
Ono diciendo: "Señora Lennon, creo
que nos estamos aburriendo los unos a los otros, así que mejor me voy".
Años más tarde,debido a las posiciones
antiestadounidenses de Emerson, la entrevista se hizo famosa como ejemplo de la
resistencia de la prensa establecida al movimiento por la paz de los Lennon. Por
eso fue destacada en el documental de 1988 Imagine: John Lennon y en la película de 2006 The US vs. John Lennon .
Aquí, la charla
completa:
John Lennon: Si voy a estar en la portada (del New York Times), también debería
aparecer en la primera página con la palabra "PAZ".
Gloria Emerson: ¡Pero harás el ridículo! John: Para algunas personas, no me importa... ¡si salva vidas! Emerson: No creerás que has… Oh, mi querido muchacho veo que estás totalmente
confundido. John: Bueno, estás hablando con un... Emerson: No creerás que hayas salvado una sola vida... John : Tal vez ahorremos algunas en el futuro... Emerson: Probablemente has ayudado a que “Cold Turkey”suba enlas
listas de éxitos. John: No sirvió de nada, todavía está abajo, así que no hizo nada. Emerson: Pero vos no podés equiparar la guerra civil que está ocurriendo
en Nigeria con esto, y luego decir que "esta
es mi forma de protestar porque las personas que están en campañas contra la
guerra son demasiado SERIAS y se ven maltratadas", ¿qué sabés vos de
los movimientos de protesta, de todos modos? Eso es mucho más que enviar a
tu chófer y tu automóvil de regreso al Palacio de Buckingham. (Nota: Se refiere
a cuando Lennon devolvió la Orden del Imperio Británico). John: Tú eres simplemente una esnob al respecto... Emerson: ¡Y vos sos un falso! Sé que en Inglaterra es algo
inteligente no ser demasiado serio sobre nada. Yoko Ono: Todos necesitan
reírse un poco, ya sabes. Emerson: Ya veo... Toma la masacre, ja ja ja. ¿No puedes
renunciar a algo más si eso significa un poco más...? John: No es el sacrificio, no te podés meter eso en la cabeza, ¿no? Has
declarado media docena de veces que el MBE (Orden del Imperio Británico) es
irrelevante, estoy de acuerdo. No fue un sacrificio deshacerse del MBE
porque era una vergüenza... Emerson : ¿Entonces qué clase de protesta hiciste? John: UNA CAMPAÑA PUBLICITARIA POR LA PAZ. ¿Podés entender
esto? Una campaña publicitaria muy grande para la paz... Emerson: No, no puedo... Lo que sí creo que demuestra es que eres
vulgar y que estás auto engrandecido, ¿promocionas a John Lennon o querés la
paz? John: Oh, ¿querés buenos gestos de clase media para la paz? ¡Y
manifiestos intelectuales escritos por muchos intelectuales medio tontos que
nadie los lee! Ese es el problema con el movimiento por la paz. Emerson: Bueno, parece un sinsentido, no puedo pensar en alguien que
parece más alejado de la fealdad de lo que está pasando que tú. Te veo
levantarte un martes por la mañana y pensar: “Veamos, ¿qué haremos
hoy? ¿Qué guerra está ocurriendo?” Yoko: Esa es tu imaginación, sabés, realmente quiero decir que esa
eres TÚ. John: Continúa, ¿por qué no hacés una película mientras estás en
eso? Emerson: Soy alguien que te admiraba mucho ... .. John: [Interrumpiendo] Bueno, lo siento si te gustaban los viejos flequilludos, querida, y pensaste que era muy satírico e ingenioso y te gustaba la época de “A Hard Day´s Night” ... Emerson: Estoy hablando de sacar provecho de los Beatles. John: ...pero he madurado, y tú obviamente no lo has hecho. Emerson: ¿Lo has hecho? John: Sí, amigos. Emerson: ¿Cuánto? John: Ya tengo veintinueve. Emerson: ¿Cómo estuvo Grecia? Yoko: Es hermoso... John: Hicimos una buena protesta a la guerra en la televisión del ejército
mientras estábamos allí... Supongo que no te gusta que vayamos a Grecia ¿eh? ¿Crees
que no deberías ir a un país fascista como Grecia, y está bien vivir en un país
fascista como Gran Bretaña o Estados Unidos? Emerson: Creo que Estados Unidos es un buen lugar para vivir en
este momento, porque quiero decir, si estuvieras interesado o comprometido y si no
fueras demasiado cobarde, posiblemente podrías hacer allí una diferencia con lo que
hiciste... John: Bueno, hemos estado tratando de ir a Estados Unidos para hacer
algo durante los últimos siete u ocho meses. Emerson: Oh, pero lo convertirás en un carnaval... John: Sí, sí... Emerson: ...tomándolo en serio, no entiendes cómo se nos acercan
cariño, son tiempos tan grises... John: Dime qué estaban cantando en la Moratoria (manifestación en contra de la Guerra de Vietnam). Emerson: ¿Cuál, cuál? John: La grande más reciente, estaban cantando "Give Peace A Chance". Emerson: Una canción tuya probablemente. John: Bueno, sí, y fue escrita especialmente para ellos. Emerson: ¿Dónde estamos y qué es esto? ¿Qué tienes que ver con la
moratoria? Así que cantaron una de tus canciones, una buena canción, pero,
¿eso es todo lo que puedes decir al respecto? ¿La Moratoria?
John:
Dijiste que en Estados Unidos están [imitando a Emerson] "yendo muy
en serio con el movimiento de protesta, pero que eran tan impertinentes que
estaban cantando una afortunada feliz canción", que resulta ser una
que escribí yo, y estoy muy contento de que la hayan cantado, y cuando llegue
allí, la cantaré con ellos. Cuando llegue. Y ese fue un mensaje mío a Estados
Unidos o a cualquier parte, que utilicé mi capacidad para componer canciones
para escribir una que todos pudiéramos cantar juntos, y estoy orgulloso de que
la cantaran en la Moratoria, no me hubiera importado si hubieran
cantado “We Shall Overcome”, pero sucede que cantaron eso, y estoy
orgulloso de ello, y estaré encantado de ir allí y cantar con ellos.
Emerson: [Sarcásticamente] Hacela alegre. John: La haré alegre. Yoko: Sí, sí, ya sabes, tenemos que hacerlo alegre. Emerson: ¿Por qué? John: No todos podemos permitirnos ser neuróticos. Yoko: Si todos lo hacemos alegre, tal vez PODAMOS DETENER LA
GUERRA, ya sabes. Emerson: Siendo alegres. Yoko: Sí, porque el caso es que cuando eres feliz y cuando estás
sonriendo, no quieres matar a alguien, ¿sabes ? Es cuando estás muy serio que comienzas
a pensar en la violencia y muerte y asesinato. Quiero decir, ¿alguna vez
has visto a una persona matar a alguien con una sonrisa en la cara y ser feliz? No,
los asesinos son personas infelices, y son violentos porque son tan infelices y
tan malditamente serios. Emerson: Sra. Lennon, nos aburrimos mutuamente, así que me iré. [Levantándose
para irse] Gracias. Adiós. John: [A Yoko] Bueno, creo que eso es lo que querías. Yoko: Pero el último punto fue un buen punto y ella no quiso
responder... John: Ella no escuchó nada.
COLOFÓN
En 2000, 31 años después de este encuentro
y a 20 del asesinato de Lennon, Gloria
Emerson recordó este mítico encuentro en una nota que le hicieron para la
revista Feed:
Hay un famoso
intercambio de palabras entre vos y John Lennon, capturado en el documental Imagine.
Sí,
él de verdad quería parar la guerra de Vietnam, todo lo que tendría que haber
hecho es decirle al ejército de los Estados Unidos que quería ir a entretener a
las tropas. Muchos artistas lo hicieron. Creo que él hubiera parado la guerra
si hubiera ido.
¿Tanto poder tenía?
Si, tenía tanto
poder. Pero no escuché mucho de los Beatles
en Vietnam. Escuché más de las Supremes,
de Jimi Hendrix, y Diana Ross, por supuesto. Pero lamento
haberle hablado tan duramente. Tuvimos un largo intercambio de palabras, y él
estaba muy infeliz de estar ahí, y yo también. Fue en un estudio en Londres.
¿Lo estabas
entrevistando? ¡No! ¿Qué hacía yo ahí?
Me persuadieron a entrar. Yo hubiera sido la última persona en el mundo en
entrevistar a John Lennon, quien no quería hablar. Entonces, ¿por qué vino?
Ninguna conversación fue posible. E hizo un comentario irónico sobre los
lectores, y yo le dije “Vos sos el único
lector acá”. Pero ¿te imaginas si los Beatles hubieran ido a cantar a
las tropas de Vietnam? ¡Hubieran congelado todo!
Imagine (publicado en septiembre de 1971) fue el segundo
álbum solista de John Lennon, y a la postre su trabajo más popular. Un disco
repleto de canciones maravillosas, varias de las cuales contenían
espectaculares arreglos de cuerda. Fue un álbum grabado, casi en su totalidad,
en el estudio personal que el ex beatle había construido en su inmensa mansión Tittenhurst Park, en las colinas de Ascot, la misma en donde los Beatles realizaron su última
sesión fotográfica juntos, a fines de agosto de 1969, y que después John le
vendería a Ringo Starr.
Seguramente, gran parte del éxito del álbum se deba
a su canción homónima, “Imagine”, que se convertiría en un himno a nivel mundial,
así como una de las composiciones más reconocibles y paradigmáticas de la carrera
de Lennon. Un tema en el que solo participan Lennon, en el piano y voz; Klaus Voorman, en bajo; y, el futuro Yes, Alan White, en batería; y a la que, luego, el productor Phil Spector le agregó un imponente acompañamiento de cuerdas, grabado en Nueva York. Sin dudas, una canción preciosa e
inolvidable. En fin... ¿Qué otra cosa podríamos agregar de este tema que no se haya dicho
aun? Usted no sabe qué, nosotros tampoco; así que, sigamos…
Alguna vez, como invitado en el programa de televisión Play Time, Gustavo Cerati eligió a “Jealous Guy” entre sus
canciones preferidas, diciendo que era una melodía pop perfecta, casi
imbatible. Y algo de eso hay, ya que esta es una canción hermosa, inigualable.
Una melodía perfecta que envuelve una historia con la que se pueden sentir
identificados millones de muchachos celosos alrededor del mundo… Tantas
inseguridades, tantos temores –muchas veces en vano- descriptos en forma
certera en estas líricas… Y es que John Lennon, a pesar de ser la figura
de la estampita, del póster; era tan dolorosamente humano como usted, yo, y el
de enfrente: un tipo inseguro, neurótico, violento, paranoico, a veces
arrepentido, triste, sensible, celoso... La letra de “Jealous Guy” también estaba
vinculada a un momento particular de Lennon. Hacía apenas un año que se
habían separado los Beatles y todavía se sentían los temblores del
movimiento sísmico a escala mundial, que significó tamaño evento.
Por otra parte, John estaba muy influenciado
por la terapia del Grito Primal del
doctor Arthur Janov, que lo había
llevado a combatir sus demonios, sus inseguridades –esos miedos, ahogados, pero
que nos siguen acompañando desde la más tierna infancia- dejándolos al
descubierto, en un grito desgarrador literal. Bastante de eso hubo en su primer
opus solista e intimista (Plastic Ono
Band, 1970), un disco que reflejaba los sentimientos más profundos de un
ser angustiado. Esa obra, a pesar de no ser un éxito masivo de ventas, a la
larga se transformaría en una de las producciones más inspiradoras, e imitadas,
de la historia del rock. Sino
pregúntenles a los Strokes o a Lenny Kravitz (por nombrar sólo a
dos artistas), que se ve que lo escucharon largo y tendido, copiando esas bases de percusión y bajo en seco, esos pianos y guitarras minimas… Seguramente, Plastic Ono Band fue
un disco que se adelantó a su tiempo y por eso no pudo ser digerido fácilmente
por los fans beatles, aturdidos por la separación de la banda, y que aún no
se habían acostumbrado a pensar que los 60 no existían más…
En Imaginela historia, desde
el vamos, sería distinta, debido a la participación de Phil Spector, en
carácter de co-productor. Por él, y por su ímpetu por hacer de Lennon un
ex beatle exitoso como solista, algo que ya había logrado con George Harrison,
en la grabación del triple All Thing Must Pass, en 1970. John
se encontraba en un excelso momento compositivo, y Spector –con su wall
of sound- parecía ser el tipo más indicado para agregarle un toquecito sinfónico
de pop, si se quiere, ideal
para endulzar un poco esas dolorosas canciones. Y “Jealous Guy” terminó siendo la comunión
perfecta de ambos mundo, la amalgama entre la canción lennoniana y las
ambiciones wagnerianas de Spector por hacer “sinfonías para adolescentes”.
El tema empezaba con una melodía en dos pianos, tocados a dúo por Lennon y
el gran Nicky Hopkins, y la primera estrofa desembocaba en un estribillo
inmortal: “I didn`t mean to hurt you / I`m sorry that I made you cry / I
didn`t want to hurt you / I´m just a jealous guy” (“No pretendí herirte
/ Siento que te hiciera llorar / No quise herirte / Sólo soy un muchacho celoso”).
Los arreglos de cuerdas son hermosos, así como
hermosa es la forma en que Lennon silba la melodía de la canción, antes
de la parte final de este tema sublime. Lo que quizá muchos no sepan, es había
sido compuesto bastante antes de ser incluido en Imagine. Más
precisamente, durante la estadía de los fab
four en la India, a principios de 1968, durante su retiro espiritual junto
al Maharashi, y que tenía otra letra y nombre: “Child of Nature”. Con esa
denominación se la puede encontrar, en una versión cantada por Lennon solo
acompañado por una guitarra acústica, en varios discos piratas de los Beatles,
como también en los piratas de los ensayos de (la película) Let
It Be. Finalmente, mucho tiempo después, luego de la muerte de Lennon, Roxy Music haría un bello
cover de “Jealous Guy” para su disco Avalon (1982), como tributo a John.
Otros momentos importantes del álbum Imagineeran los temas "Oh My Love", una dulce canción compuesta para Yoko
Ono (por favor, chequeen la hermosa versión de este tema realizada por Luis
Alberto Spinetta, como invitado en el disco tributo
beatle del rock nacional, de Los Durabeats, en 2005); y la contemplativa
"How?", en donde Lennon reflexionaba sobre los vericuetos
existenciales propios del doloroso devenir humano, seguramente, en una visión
muy influenciada por sus experiencias vividas durante su estadía, realizada en
1970, en el centro terapéutico de Janov. En sí, "How?" relevaba
varias de las preguntas que Lennon se formulaba durante los cambios
producidos en el tiempo que realizó la terapia de Janov.
Pero no solamente canciones tiernas y reflexivas
poblaban este disco, porque Imagine también daba cuenta del
amor de John por los ritmos frenéticos, así como de sus raíces rockeras
y bluseras, en temas como "Crippled Inside"(“Lisiado internamente”, alevosamente
dedicado a Paul) y
"It's So Hard", así como en la provocativamente encantadora
"Gimme Some Truth", en donde John se descolgaba con uno de sus
más brillantes y potentes temas solistas. Por su parte, "I Dont't Wanna Be
A Soldier" cerraba el viejo lado A detonando una pancarta activista en
contra de la militarización y el reclutamiento forzado, en tiempos en donde aún
no se había resuelto el problema de Vietnam (y mientras quedaban aun tantas
otras guerras futuras por venir…). Un canto antibélico que –mediante el eco
tremebundo del filtrado spectoriano-
se convertía en un pasaje espeluznante.
Otro de los momentos más recordados de Imagineera la canción "How Do You Sleep?", en donde Lennon
aprovechaba para mofarse a fondo, y sin ninguna sutileza o eufemismo, de Macca,
tomándose revancha de la letra del
tema de Paul “Too Many People”, que Lennon creía que su ex
compañero le había dedicado, en especial por ese fragmento que se preguntaba por
qué se podía hacer por “un muchacho que había arruinado todas sus
oportunidades”. Lennon suponía que ese “pobre muchacho” era
él, y reaccionaria con furia ante su ex compinche. Por este motivo, y fogueado
por su manager Allen Klein (enemigo
acérrimo de McCartney), se cebaría componiendo una canción que era una
brutal bola de bilis. Sin embargo, se dice, que varias de las letras hirientes
hacia McCartney, deliradas por Lennon y Klein, fueron
dejadas de lado, debido al consejo de Ringo Starr –otro de los
participantes en la grabación del disco- quién veía en esta actitud de Lennon
mucho infantilismo agresivo al pedo. Por eso, en medio de la grabación del
tema, el baterista solamente se limitaría a decirle a su amigo: “Basta John…”.
También, en esta canción, así como en “Crippled Inside” y "Gimme Some
Truth" se destacaba George Harrison como músico invitado (¡ese
slide!), realizando un brillante trabajo, con sus punzantes solos guitarreros.
Finalmente, la alegre “Oh Yoko” mostraba a Lennon,
de nuevo como en sus primeros tiempos en los Beatles, dando cátedra en la
armónica. Un punto final muy poppy y
optimista, para un disco espectacular que alcanzaría el puesto número tres en
las listas de la Billboard, y el número
uno en el mercado discográfico británico.