martes, 17 de julio de 2018

TOCANDO SIN PARAR DE SENTIR, entrevista a Jota Morelli


Debido a su versatilidad como músico, desde muy joven, Jota Morelli se ha destacado como uno de los principales bateristas argentinos. Ha tocado con muchísimos artistas, adaptándose con soltura a variados géneros y estilos, ya sea rock, pop, jazz, fusión, reggae, funk, melódico, folklore… Sin dudas, Jota es un verdadero laburante de la música, y un estudioso de su instrumento. Porque no cualquiera se da el lujo de tocar con grandes del jazz internacional como Al Jarreau o Alphonso Johnson; y además con innumerables músicos de la escena local, entre los que se destacan Luis Alberto Spinetta y Pappo, dos de los más grandes artistas del rock nacional, y de los más recordados y nombrados por sus colegas -para corroborar esto basta con recorrer un puñado de las entrevistas que hemos realizado en nuestro blog-. Un lujo y un privilegio que Jota guarda en el fondo de su corazón. Por supuesto, también hablamos de su presente, que lo encuentra formando parte de la mítica banda Los Enanitos Verdes, además de su labor como solista.

Pero basta de cháchara, mejor empecemos a recorrer la carrera de este gran batero, apasionado por su profesión, quién, con simpatía y afecto, nos contó cómo fueron estas tres décadas vitales, dándole palo y palo a los tambores, el bombo y los platillos…

ENTREVISTA> ¿Cómo te iniciaste en la música?
Me inicié en la música gracias a mi querido padre, un excelente pianista de tango. Desde muy chico estaba todo el día con él y con mi abuelo, José Morelli, que tocaba el bandoneón y la trompeta. Ellos tenían dos bandas diferentes, una de tango y la otra de música pop. Por lo tanto, se puede decir, que a la música la llevo en la sangre. Ellos dos fueron mis mentores, junto con José Luis Sartén Asaresi, un increíble guitarrista y baterista, que lamentablemente falleció en 2012 en Suiza.



¿Por qué elegiste ser baterista?
Me decidí por la batería porque ya de chico golpeaba todo lo que tenía a mi alrededor. Por eso, más o menos, cuando tenía 3 o 4 años me regalaron mi primera bata de juguete (nada que ver con las que hay ahora para chicos, que son re profesionales…). Luego, cuando tenía 10 años, mi viejo me regaló mi primera strike drums, una batería nacional. En ese momento, toqué el cielo con las manos, no lo podía creer. Más tarde, durante comienzo de la secundaria, me acuerdo que formamos una banda llamada Apóstrofe. Luego llegaría Autobús, en donde hacíamos covers y temas propios. ¡¡¡Era pasión pura!!! En ese momento recuerdo que me sentía como que estaba partido en tres partes: fútbol, batería y colegio. En ese punto, tocar en el interior del país era muy divertido, pero duro a la vez, ya que no teníamos buenos equipos. Yo soy de Venado Tuerto, Santa Fe; una ciudad a la que voy todo el tiempo ya que tengo todos mis afectos ahí...

¿Cuáles fueron tus profesores de batería y qué aprendiste con ellos?
Mis profesores de bata fueron Carlos Riganti y Alex Sanguinetti. Con ellos aprendí muchísimo en lo que respecta a técnica e improvisación.

¿Qué artistas y discos eran tus preferidos en esas épocas iniciales?
Mis primeros discos fueron los de los Beatles, ¡a full! Después llegarían a mi vida Deep Purple, Led Zeppelin, Genesis, Yes, Pink Floyd, y todo el rock inglés de los 70. Después empecé a escuchar a Jeff Beck, quién, directamente, me voló el cerebro -y me lo sigue volando hasta el día de hoy… A fines de los 70 y principios de los 80, mi viejo me regaló un par de discos importados como Night Walker, de Gino Vanelli, y Face Value… el primero ¡de Phil Collins! Yo flasheaba con toda esa data…

¿Cómo definirías el hecho de ser músico? ¿Qué significa esta profesión en tu vida?
Ser músico es un regalo de Dios que valoro día a día, porque es pasión pura. Esta profesión ocupa mucho espacio en mi vida, a lo que siempre doy gracias...

¿Qué músicas y estilos te gustan e inspiran?
Soy muy abierto con los estilos musicales. Básicamente, soy un batero de rock que puede tocar varios estilos, pero siempre con actitud de rock. Me mata la música negra, todo lo que este tocado con swing. Me gusta y me divierte tocar casi todos los estilos, ya sea rock, soul, groove funk, ñu jazz, reggae… Por ejemplo, me inspira muchísimo el trabajo de Stewart Copeland (The Police), Weather Report, Pat Metheny, Stevie Wonder, Al Jarreau, Herbie Hancock, Mint Condition o Foo Fighters. También, a la hora de tocar, me mata la música de Led Zeppelin. Actualmente estoy tocando con la legendaria banda de rock Los Enanitos Verdes, y muchas veces, durante los shows, me inspiro en Copeland...

LOS QUERIDOS OCHENTAS

¿Cómo llegás a La Torre? ¿Cómo ves su obra hoy a la distancia?
Empecé a tocar en La Torre gracias al inolvidable Negro García López, el grosísimo guitarrista de rock. Él me presentó a Oscar (Mediavilla) y a Patricia (Sosa), con quienes compartí casi cuatro años de intenso trabajo. Durante mi participación en la banda, grabamos los tres primeros álbumes del grupo –uno de ellos en Ibiza-, y también tocamos mucho por el interior del país. Fue una experiencia increíble. Musicalmente, yo crecí muchísimo al lado de ellos. Sin dudas, esa fue mi primera banda “pro”. Aún hoy, escucho la música que hicimos en La Torre y me encanta. Los temas tenían unos arreglos increíbles.....



¿Cuándo y cómo te integrás a Madre Atómica?
Durante la época en que tocaba en La Torre frecuentaba mucho La Trastienda -no el boliche nuevo de San Telmo sino el viejo, que en los 80 estaba en Palermo. Ahí, todos los miércoles, tocaba Madre Atómica, que estaba integrado por Lito Epumer, Mono Fontana, Lucio Mazaira y Paul Dourge. Yo moría con esa música, era una gloria ir todos los miércoles a verlos, y yo me sabía todos los temas que tocaban. Hasta que Lucio se fue de la banda y me llamaron a mí para tocar. ¡Yo no lo podía creer! Así comenzó mi etapa en Madre Atómica. Seguimos tocando los miércoles, primero con César Franov en el bajo, quién luego sería remplazado por Guille Vadalá. Después, en el 86, grabamos un disco con esta formación en la que estábamos Guille Vadalá en bajo, Lito Epumer en viola, Mono Fontana en teclados, y yo en batería.

MAESTROS DE LUZ

¿Cuándo lo conocés a Spinetta?
Tocando con Madre Atómica porque de vez en cuando venía a vernos. Luis en esa época estaba tocando sin batero. Obviamente, siempre me morí con su música. Bueno, en el medio del proyecto de Madre Atómica toqué en varios shows con el Cuartero de Lito Vitale, con quien también grabe un disco, y también con Las Viuda e Hijas de Roque Enroll. En el 87, hice varios shows con Pedro Aznar, hasta que me llamó Luis para ser parte de su banda. El primer sueño cumplido, para mí...

¿Cómo era trabajar con él en los shows y el estudio?
En el 87, Luis tenía una tremenda banda, estaban Machi Rufino (bajo), Mono Fontana (teclados), Guillermo Arrom (guitarra), Chofi Faruolo (midi y efectos). Esa formación fue mágica –si quieren ver cómo era, hay varios videos de esa época posteados en YouTube. Trabajar con Luis fue algo especial, indescriptible. ¡Él era un artista increíble!, y por sobre todas las cosas, un ser humano alucinante. Recuerdo que era súper detallista en lo referente a los arreglos. En los ensayos era súper exigente, y a la vez me daba mucha libertad para aportar lo mío a sus canciones. Por ejemplo, Luis escribió las canciones de Téster con una máquina de ritmo y me pidió que humanice esos arreglos pero respetando a full sus programaciones. Algo parecido sucedió en Don Lucero. Para mí, fue un desafío tremendo tocar con él, una experiencia única. Tocando con Luis, participé en la grabación de tres discos: Téster de Violencia (1988), Don Lucero (1989) y Fuego Gris (1993); de los cuáles, mi preferido es el primero. Por supuesto, me afectó muchísimo cuando me enteré que estaba enfermo. Para mí fue como un padre, un amigo de esos que son increíbles... Lo extraño muchísimo...

¿Te acordás de la gira que hicieron en el 89, apoyando la candidatura a Presidente por el radicalismo de Eduardo Angeloz?
Lo único que recuerdo era que estábamos felices por hacer semejante gira, más allá del partido político, y nos hacía felices tocar en vivo y compartir la gira con otras bandas. ¡¡Eso fue un placer increíble!!

¿Por qué Luis decidió subirse a esa gira?
Se lo ofrecieron y todos dijimos que sí, pero por el hecho de tocar y poder presentar nuestro material en todo el interior del país, y eso era una linda oportunidad para hacerlo.

¿Cuál es el concierto que más recordás de esa etapa tuya junto a Spinetta?
El que más recuerdo es un concierto en Chile, en el 90 o 91, en el Teatro California de Santiago. Eso estuvo increíble. Tocamos mas de 3 horas esa noche y recuerdo que sonó alucinante.

¿Qué recordás de tu colaboración con Riff?
Lo de Riff pasó en 1985, durante cuatro meses, más o menos. Tocar con Pappo también fue una experiencia muy linda. En esa formación estábamos, junto a él, Jaf (guitarra y voz), Vitico (bajo) y yo. La banda era una aplanadora, se sonaba todo. Por supuesto, me hubiese encantado roquear mucho más tiempo con ellos, pero duró poco. Yo me hice muy amigo del Carpo, y compartimos muchas cosas. Fue un bajón tremendo que se haya ido... Pappo dejó un legado importantísimo, al igual que Luis. Son dos personas a los que voy a extrañar siempre muchísimo. Gracias a Dios, tuve la gloria de tocar con ambos, que para mí son los pilares del rock argentino.



Otro violero groso con el que tocaste fue David Lebón…
Sí, durante los 90. David es otro grande de la historia del rock nacional. Tengo los mejores recuerdos de la época en que toqué con él. También es una excelente persona, un gran tipo. Se podría decir que la forma de laburar es, más o menos, la misma entre todos estos artistas tan grosos...

CON EL REDOBLANTE BAJO EL BRAZO

Ahora hablemos de bajistas. ¿Cuál, de todos con los que tocaste, es tu preferido?
En verdad, tuve la dicha -o la gloria- de tocar con los mejores bajistas argentinos. No te podría decir cuál es mi preferido porque todos tienen algo distinto que me encanta. Imaginate, toqué con Gustavo Giles, Gaby Lazzarini, Guille Vadalá, Javier Malosetti, Pablo Santos, Cachorro López, Pulga Luciani, Pedro Aznar, Ale Herrera, Mati Méndez, Paul Dourge, Francisco Fattorusso… Y, en el exterior toqué con Alphonso Johnson, el legendario bajista ex Weather Report; Cris Walker -con quien estuve en la banda de Al Jarreau. Por supuesto, en la actualidad, estoy tocando con Marciano Cantero, también vocalista. 


¿Por qué decidiste radicarte en el exterior?
Cuando Spinetta desarmó la banda en el 92, mi idea inmediata era radicarme en Estados Unidos. Yo tenía contactos importantes con gente de allá que había venido a tocar y a dar clínicas en Buenos Aires; como Alphonso Johnson, quién vino a dar una clínica en el 94 y lo acompañamos con Madre Atómica. Otro sueño cumplido. En esa oportunidad, quedé en contacto con él, y, sumado a eso, había pegado muy buena onda con Renato Neto, Joey Heredia y Marco Mendoza –un increíble trío que también vino a tocar acá en los 90. Así fue que, cuando me fui a Los Angeles en abril del 97, ellos me ayudaron muchísimo en todo.

Antes de irte, tocaste con Diego Torres…
Sí, con Diego toqué 4 años y grabé tres discos. Fueron años intensos, realizando muchas giras por Argentina y toda Latinoamérica. Fue una experiencia lindísima, aparte, teníamos una banda de aquellas. También, durante esa época, integré diferentes formaciones, como, por ejemplo, el trío que teníamos con el Mono Fontana y Javi Malosetti. También, recuerdo mucho cuando tocaba en el club de jazz Oliverio con Luis Salinas, otro extraordinario y virtuoso guitarrista…

¿Cómo te surge la posibilidad de tocar junto un monstruo del jazz como Al Jarreau?
Como te decía, con Diego Torres toqué desde principios del 93 hasta mediados del 97. Luego, aproveché un parate de Diego, y partí hacia Los Angeles. Cuando llegué a esa gran ciudad me contactó Marcelo Berestovoy, otro tremendo violero, y comencé a laburar con Bandidos de Amor, un grupo que hacía el circuito de los pubs. Tocábamos muchísimo con esa banda. Ahí, lo contacto a Alphonso Johnson, y comienzo a tocar con él y nos vamos de gira a Japón. En esa gira el tecladista era Freddie Ravel, que es el que me contacta al año siguiente con Al Jarreau. Con Al comencé a tocar en marzo del 98. Ya conocía toda su discografía porque era fana de su música. Recuerdo que ensayamos dos semanas y salimos a la cancha, junto a Freddie Ravel (teclados), Ross Bolton (guitarra), y Chris Walker (bajo) Comenzaron las giras mundiales, y yo tocaba el cielo con las manos... ¡Ahí ya tenía el segundo sueño de mi vida cumplido!

¿Y cómo sigue tu carrera, luego de que volvés a Argentina?
Con Al Jarreau estuve haciendo giras durante 5 años. Ahí terminó todo porque Jarreau decidió parar por un año. Así que volví a tocar con artistas argentinos como Vilma Palma o Alejandro Lerner, hasta que, en 2004, regresé a la Argentina para tocar con Fito Páez; en una banda increíble en la que estábamos Gonzalo Aloras (guitarra y coros), el Negro Javier Lozano (teclados), Guillermo Vadalá (bajo), Fito, y yo. Eso fue alucinante, giramos por Latinoamérica, a full, durante tres años. Luego me convoca Luis Salinas para tocar con él y en 2009, me contacta Felipe Staiti para tocar en la legendaria banda Los Enanitos VerdesEsa fue una sorpresa que no esperaba. Así que ahora estoy con ellos, y giramos mucho por Estados Unidos, México y toda Latinoamérica. En 2012 grabamos un disco nuevo (Tic Tac) con Los Enanitos Verdes, los dos meses siguientes hicimos gira por todo Estados Unidos, y luego giramos por Colombia y Ecuador. Giramos y tocamos un montón de shows a lo largo del año. La repercusión que tiene esta banda afuera, es increíble.

¿Qué recordás de la grabación de Tic Tac?
¡¡La grabación de Tic Tac fue increíble!! Una etapa hermosa de la banda. Recuerdo que ensayamos en Los Angeles, le dimos forma a los temas y nos metimos en el estudio a grabar. Quedamos muy felices con ese disco, que se grabó en el estudio Iglú en Los Angeles, con Gustavo Borner como ingeniero y productor.



¿Tienen pensado grabar un disco nuevo en un futuro cercano?
En este mes sale Huevos Revueltos. Ya está en Spotify y en Itunes. En realidad, Huevos Revueltos es un split en donde participamos dos bandas: Enanitos Verdes y Hombres G, de España.

EN PRIMERA PERSONA: YO, VENADENSE

Contanos acerca de algún concierto que hayas presenciado y que quedó en tu recuerdo.
Shows que me hayan volado la cabeza... Recuerdo a The Police, en River (2007); Yellowjackets, en el Gran Rex (2009); la Chick Corea Electric Band, en Obras (1986); Rush, en Austin, Texas (2011); Brad Meldau, en Argentina (2010)…

¿Y de los que tocaste vos, cuáles fueron los más inolvidables?
Seguramente, el que dimos en el North Sea Jazz Festival, en 2002, con Al Jarreau; un concierto alucinante; o cualquier show en los que toqué con Spinetta. Actualmente, con Los Enanitos Verdes tenemos shows gloriosos, también. Porque me dan mucha soltura para tocar, y puedo improvisar  en todos los shows. Eso para mí es buenísimo porque me divierto muchísimo arriba del escenario. ¡Con Felipe (Staiti, guitarra) y Marciano nos entendemos de primera!



¿Tenés alguna batería preferida?
Soy endorsement de la marca Sonor, esa es mi bata preferida. Su construcción es perfecta, y el sonido, único...

¿Te gustan los bateros exhibicionistas, preferís la sutileza o una mixtura entre ambos mundos?
A la hora de tocar prefiero la sutileza. No me gustan los exhibicionistas....

¿Qué música elegís para escuchar en la actualidad?
Ahora estoy escuchando Blue Hats, un disco de Yellowjackets (toda la discografía de los Yellow me encanta), también escucho mucho a John Mayer, Led Zeppelin, The Police, Miles Davis, Rush, y casi todos los discos de Earth, Wind & Fire. Y por supuesto hay mucha música que no dejaré de escuchar nunca, como la de Luis Alberto Spinetta, o el Mono Fontana solista. También el trío Epumer, Judurcha y Machi, la Francisco Fattoruso Band, Electrohope de Javi Malosetti, Al Jarreau, Herbie Hancock, Stevie Wonder, Mint Condition... La lista sería interminable.

¿Qué artistas te gustan del rock nacional actual?
Ahora hay muy buenas bandas como Ojo Bizarro o Mofos, dos grupos de Venado Tuerto que todavía son under pero que ya la están rompiendo. En mi opinión, el rock actual nuestro está en constante ascenso.

¿Cómo viviste el homenaje que te hicieron en diciembre de 2011 en Venado Tuerto por tus 30 años de trayectoria?
¡Fue increíble! Montamos un escenario súper pro con audio re groso, buenas luces y con bandas y solistas increíbles como Facu y Johnny Monty, Ojo Bizarro y Mofos. Mi viejo, Chilin Morelli, abrió el evento, y también me di el lujo de contar con la presencia de Felipe Staiti, Coyote Damiani, Palmo Addario, Ezequiel Guilardi, Cristian Judurcha; y un final de lujo con Esperanza Spalding y Leo Genovese. La municipalidad de Venado Tuerto, junto a Rodri García Lacombe, nos ayudaron con todo el armado del evento. Fue una noche gloriosa que nunca olvidaré. ¡Había más de 7000 personas! Y, por supuesto, ¡al final nos comimos un alto asado! (risas)

¿Qué cosas positivas y negativas encontrás en el negocio de la música, comparando cuando vos empezaste a tocar profesionalmente en los ochenta y la actualidad?
A mi entender, la música está muy corrupta en estos tiempos. Antes había que tocar bien sí o sí, ya que se grababa en cinta y no había Protools ni máquinas que te arreglen todo, como hay hoy en día. Por otro lado, el negocio cambió muchísimo, ya no hay sesiones de grabación ni se venden más discos, solo queda tocar en vivo…  

¿En qué andás ahora? ¿Cuáles son tus proyectos actuales?
Por ahora estoy de gira con Huevos Revueltos por el mundo. Enanitos Verdes y Hombres G, y realmente muy feliz con ese  proyecto. Tambien tengo mi banda solista con unos musicos increibles…

¿De qué se trata tu proyecto solista?
Ahí hacemos soul y funk, con Mati Méndez en bajo, Álvaro Torres en teclados, Axel Introini en teclados y Rama Molina en guitarra y voz. La onda es grabar algo antes de fin de año con esa banda. Nos encanta hacer versiones de temas, la mayoría instrumentales. Por ejemplo agarramos temas de Mint Condition, Miles Davis o Prince, y los versionamos. Tenemos un repertorio bien ecléctico, ¡como corresponde!

Emiliano Acevedo


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