miércoles, 29 de abril de 2015

GENE CLARK, No Other: Melancolía californiana a mediados de los '70...


Gene Clark (1944-1991) fue el primer vocalista de los históricos Byrds, uno de los grupos más destacados del rock norteamericano de los años ‘60. Era un muchacho de voz sensible, nacido en Kansas, que además componía temas en la veta Dylan y tocaba la guitarra. Luego del viraje estilístico del grupo, del folk rock a la psicodelia de “Eight Miles High”, Clark, debido a sus recelos personales con los otros integrantes del grupo y a su pánico a volar, se marcha. Así comienza su actividad solista, mientras que los Byrds despiden a David Crosby y, con la incorporación del malogrado Gram Parsons, se meten en la veta country rock. Años más tarde, luego de participar en una infructuosa reunión final de la formación original de este quinteto, junto a Roger McGuinn, David Crosby, Michael Clarke y Chris Hillman en 1973, Gene Clark realiza en 1974 su lujoso cuarto álbum solista llamado No Other. Un disco casi maldito, que hoy puede ser apreciado como una gema oculta, casi de culto. Sin embargo, en su momento fue ignorado por el público y la crítica. Se lo vio como un experimento musical egocéntrico y exagerado que costó mucha plata y que vendió más bien poco.

Sin embargo, un año y medio más tarde de la edición de No Other, Fleetwood Mac empezaría a tener un éxito impresionante realizando un repertorio pop con matices countries; un estilo que, en verdad, no estaba muy lejano de lo que había hecho Clark en su álbum solista. Un disco que -debido a su fracaso comercial- recién volvería a ser editado en cd en 2000, nueve años después de la muerte de Clark. Una merecida reedición de esta colección de ocho temas de excelente factura, todos escritos por el propio Gene Clark, quien demostraba que además de un excelente cantante era un fino compositor. 

Como decíamos, para realizar esta lujosa producción, Clark y el productor Thomas Jefferson Kaye grabaron en Los Ángeles contratando a un seleccionado de excelentes músicos: el guitarrista Jesse Ed Davis, el baterista (de los Allman Brothers) Butch Trucks, Lee Sklar, Russ Kunkel, Joe Lala, Chris Hillman, Danny "Kooch" Kortchmar, Timothy B. Schmidt (futuro bajista de los Eagles) y Stephen Bruton. En coros estuvieron Clydie King, Venetta Field y Shirley Matthews, tres excelentes cantantes que luego acompañaron a Bob Dylan. Con semejante plantel de músicos el resultado no podía ser mejor. 

En sí, No Other era un trabajo ambicioso que mixturaba elementos del country, folk, jazz rock, gospel, blues y rock de carretera "a la Easy Rider". Canciones que eran una instantánea de la escena rock norteamericana de mediados de los ‘70, pero que, a diferencia de otros discos de esa época, ha envejecido mucho mejor y sigue sonando actual. No hay límites en No Other. Su sonido es tan ampuloso que parece una banda sonora de película. Una canción es mejor que la otra. Hay temas bien rockeros como "Strength Of Strings", que nos recuerdan al Neil Young de Cowgirl in the Sand", mientras que otros contienen elementos de música oriental, completados con finos trazos de slide guitar. Por momentos, en especial las texturas oscuras de un tema country folk como "Silver Raven", donde el falsete vocal de Clark se mezcla con sonidos de sintetizador e intensos coros, nos recuerda al disco Déjà Vu de Crosby, Stills, Nash & Young

El tema que le da nombre al álbum es una fina pieza jazz rock, sugerente, que tiene reminiscencias del Tim Buckley de Greetings from L.A. Por su parte, "From A Silver Phial" es una hermosa y extraña canción con una letra que es casi un alegato anti-droga, como había ocurrido antes con "The Needle and the Damage Done", de Neil Young. No deja de parecer extraña esta postura tan “careta” de Clark, más si tenemos en cuenta que, durante la grabación de No Other se consumió de todo. No nos olvidemos que estábamos en Los Angeles, a mediados de los ‘70, y si había algo que abundaba en esa metrópoli de superestrellas del espectáculo era, precisamente, la cocaína. "Life's Greatest Fool", y los dos últimos temas, "The True One" y "Lady of the North" (co-escrita con Doug Dillard), son las únicas piezas del disco que tienen algo que ver con el pasado musical de Clark en los Byrds. Tres hermosas canciones en la veta del country rock, con bellos pasajes de pedal steel y piano. Clark las canta como nunca, en especial "Lady of the North", donde la música casi nos eleva hasta el cielo...

En resumen, esta es una de esas grabaciones que vale la pena redescubrir. Una obra maestra para escuchar una y otra vez sin cansarse.

Emiliano Acevedo 





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