Todos sabemos que el centro geográfico
casi exacto de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, esa intersección hecha aleph, en donde confluyen todos los puntos,
devenidos en caminos, calles y avenidas; es el lugar en donde se erige la
estatua del Cid Campeador; ubicada al lado de las cinco esquinas, a pocas
cuadras del Parque Centenario. Ahora bien, si hubiese que hacer un paralelismo
de este centro perfecto en la obra de Luis
Alberto Spinetta,
seguramente, este sería el disco Durazno Sangrando, el segundo de Invisible,
editado en septiembre de 1975. Y es que esta hermosa obra del power trio
formado por el Flaco (guitarra y voz),
Machi
Rufino
(bajo y coros) y el gran Pomo Lorenzo (batería);
conjuga buena parte del imaginario sónico de Spinetta.
Se podría decir que gran parte de Durazno Sangrando es conceptual, porque contiene
letras inspiradas en El Secreto de la
Flor de Oro, un libro del psicólogo, psiquiatra y ensayista suizo Carl
Gustav Jung (1875-1961), escrito en colaboración con su amigo, el sinólogo
y traductor alemán Richard Wildhelm (1873-1930). Dicha obra estaba
basada en la teoría de Jung del animus
y el ánima. En sí, ésta explicaba que
"el animus ama la vida, el ánima busca la muerte" (...) "el
animus es el alma yang luminosa y el ánima es el alma yin oscura".
Justamente, de ahí saldría la inspiración para "Encadenado al Anima (Parte
1 y 2)", la canción larga tipo suite que abría esta obra de Invisible.
Este tema, eminentemente progresivo, además de ser la canción más extensa
grabada por Spinetta en toda su carrera, es uno de los temas del Flaco
más difíciles de aprehender en las primeras escuchas. De cualquier forma, y
como ocurrió muchas veces a lo largo de la obra de este inmenso artista, terminó
formando parte de ese repertorio de culto, inevitablemente adictivo y
maravilloso para su fans acérrimos. Además, hecho curioso, este largo tema contenía
un par de letras escritas por su padre. En sí, el mensaje jungiano que aparecía
implícito de esta canción estaba relacionado a que "los sueños son
viajes del espíritu, quien al despertar esta sombrío y deprimido, encadenado a
la figura corpórea, esta encadenado al anima", como Luis le explicara
al periodista y escritor Eduardo Berti, en el libro Spinetta:
Crónica e iluminaciones, recientemente reeditado.
Sin dudas, "Durazno Sangrando" es
una de las canciones más famosas de Spinetta y contiene una imaginería
lírica de altísima belleza. Era un tema intimista que relataba (¡cómo no!) el
viaje iniciático de un durazno, quien empezaba su aventura existencial al caer
de un árbol. En contrapartida con "Encadenado al Anima", "Durazno
Sangrando" es una canción acústica, muy dulce y fácil de escuchar. Por su
parte, "Pleamar de Águilas" es un curioso y bello tema que también llama
la atención del oyente desde su comienzo, no solo por el hecho de ser cantado
-en forma impecable- por Machi, sino porque su letra daba cuenta de
varias expresiones del mundo náutico como "barlovento" o
"pleamar". Por su parte, el cuarto tema del disco, "En una
Lejana Playa del Animus", complementaba temáticamente al primer tema, en
lo referente a la influencia de Jung: "El animus mora en el día
en los ojos y en la noche en el hígado. Cuando está en los ojos, ve; cuando está
en el hígado sueña".
Durazno Sangrando concluía con la bella "Dios de
la Adolescencia" que, además de la cita sartreana de "el ser o la
nada", apoyaba su letra en el tono paternalista de un narrador que
aconsejaba a una joven recién entrada en la adolescencia, para que no se
apurara y viviera las cosas a su tiempo. La mejor forma de cerrar un disco de
alto lirismo como este.
Sin embargo, la nota de color de Durazno Sangrando no estuvo relacionada
con su contenido musical sino con el dibujo del durazno de su tapa, que pasaría
a la historia al ser censurado por los funcionarios municipales de Rosario -al
aparecer en un afiche que promocionaba un show de Invisible en dicha
ciudad-, porque alegaban que parecía una vagina ensangrentada (!) Increíble,
pero triste y cierto...
Como dato adicional podemos decir que varios
años más tarde, la obra de Jung, inspiraría a otro trío rockero de alta calidad musical: The Police, quienes,
en 1983, llamarían Synchronicity a
dos de las canciones de su último álbum homónimo de estudio, basado en la
teoría jungiana del sincronismo.
Emiliano Acevedo
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