En
1981 no era tan usual ver artistas internacionales de rock tocando en nuestro país.
Por eso, cada vez que se producía la visita de una estrella de primera línea,
era todo un acontecimiento para los fans argentinos. Ese fue el caso de Rick Wakeman, quien llegó a la
Argentina en septiembre de ese año, para tocar durante cuatro noches en el Luna
Park. En esa oportunidad, en su primera visita al país, Wakie vino a presentar 1984,
su reciente álbum editado, basado parcialmente en la obra literaria homónima de
George Orwell. Por supuesto, el
rubio tecladista también interpretó lo más destacado de su obra solista,
incluyendo temas de su primer disco Las
Seis Esposas de Enrique VIII, además del mega exitoso Viaje al Centro de la Tierra y de Mitos y Leyendas del Rey Arturo y sus Caballeros de la Mesa Redonda.
En
general, los conciertos efectuados por Wakeman el 18, 19, 20 y 21 de septiembre
del 81, fueron shows inolvidables para los fans autóctonos del rock progresivo,
que gozaron con la posibilidad de ver de cerca a una de las máximas estrellas
de este estilo. Aunque Rick y su grupo tuvieron que enfrentarse a esa ruidosa caja
de resonancia estrepitosa, que tantas veces fue el Luna, lo que hizo que en
varias partes del concierto, el sonido dejara bastante que desear. Por otra
parte, si bien el ex Yes contaba en su grupo a muy buenos músicos, como su
eterno colaborador Anthony Fernández
en la batería y Stephen Barnacle en
el bajo; los puntos bajos fueron las performances del flojo guitarrista rítmico
Timothy Stone y, especialmente, la
cantante Corín Matas Josías, cuya
generosa anatomía fue festejada por la platea masculina, pero no así su
irritante voz mezzosoprano, a mitad
de camino entre Kate Bush y Pat Benatar, lo que no parecía ser la
mejor elección para entonar las partes cantadas del repertorio de Wakeman.
Esto
fue parte de lo que se mencionó en la cobertura del concierto, realizada por la
recordada revista Expreso Imaginario,
en su número 63 de octubre de 1981. En esa misma edición, tres cronistas de la
publicación, entre los que se encontraba su director (el aun no mediático ni
saxofonista de Sumo) Roberto Pettinato, entrevistaron a Rick
Wakeman. Y esa entrevista es, justamente, la que hoy les ofrecemos recordar, en
este nuevo rescate emotivo de nuestra sección Decíamos Ayer…
RICK
WAKEMAN NOS DEJÓ KNOCK OUT
Viajes al centro de la tierra,
conciertos ampulosos, canciones grandilocuentes, teclados en Yes. Todos esperábamos encontrarnos
con un vanidoso tecnicista dispuesto a contestar lo más seca y complicadamente
posible cada una de las preguntas que teníamos preparadas.
Para nuestra sorpresa, nos encontramos
con un extraordinario ser humano, dispuesto al diálogo franco y sin
ocultamientos. Wakeman es una
persona que ama la música, un hombre común y corriente, sin delirios de
estrella, que confesó que lo que más le gusta es “cocinar, el futbol, los días
de sol y pasar el tiempo con su familia” (sic).
¿Es eso lo que uno espera de un músico
de rock sinfónico?
REVISTAS Y PERIODISMO
Wakeman: Realmente
los felicito por la revista que tienen. Aunque parezca mentira, en Europa no
hay revistas de rock como ésta. Es decir, aquí veo información variada, fotos,
artículos. En Europa no traen nada de eso. Podés estar feliz si traen más de un
artículo por número. Es ridículo. Ojalá pudiese leer en castellano para poder
enterarme de todo lo que está pasando acá.
Que
son muy importantes. Sin los medios de comunicación los músicos no podríamos
hacer nada.
¿No
creés que hay una onda en contra del rock sinfónico?
Sí,
puede ser. Los críticos ingleses suelen escribir más para ellos mismos que para
la música. No espero que siempre se hable bien de todo lo que hago, pero en
realidad me duele mucho leer una mala crónica. A pesar de que lo que haya hecho
sea realmente malo, me duele mucho leerlo. Yo soy mi mejor crítico. Yo sé cuándo
no toco bien y cuándo no grabo algo bueno. El último álbum, por ejemplo, pienso
que es lo mejor que hecho. Esa es mi opinión personal. Realmente me siento
orgulloso de él. Por eso si alguien viene y me dice que no le gusta, yo lo
acepto pero le digo que estuve dos años trabando en él y que yo sé que es lo
máximo que puedo brindar. Un par de periódicos ingleses dijeron que 1984 es la clase de álbum que uno debe
derretir para usarlo de florero. Lo curioso es que después les gustó el
concierto (el mismo que voy a presentar acá) que por supuesto incluye material
del álbum. ¿Cómo puede ser? Yo no lo entiendo. Y luego están esos que te dicen
“Oh, vamos, has estado en esto 13 años, nada te puede doler”. (risas)
De
cualquier modo, todos odiamos hacernos enemigos y no tiene ningún sentido que
los músicos nos peleemos con el periodismo.
Que
son los peores del mundo. Realmente son malísimos. No es que quiera quedar bien
con ustedes, pero tanto en esta gira como cuando estuve hace unos años en
Brasil, descubrí que los periodistas sudamericanos son muy inteligentes y están
muy bien informados. Además me encanta esto de estar conversando, como ahora.
En Norteamérica y en Europa es todo pregunta-respuesta-pregunta-respuesta.
Cuando leo un artículo o una crítica que comienza con “los temas son
tal-tal-y-tal, los músicos son tal-tal-y-tal, fue grabado en tal estudio,
etcétera…” me da muy mala impresión. Todos esos datos son importantes, pero
cuando constituyen el centro de la crítica da la impresión de que el que la
hizo se limitó a leer la contratapa de, por ejemplo, el disco y nada más. Eso
ocurre mucho allá.
1985
Dijiste
que 1984
es tu mejor álbum y, por ende, tu
favorito. Sin embargo, la novela original se caracteriza por su clima opresivo
y pesimista y tu álbum es todo lo contrario. ¿Cuál es la conexión entre la
música y la historia?
En
realidad, no me gusta la historia original con la gente robotizada y el estado
totalitario regulando todo. Quise que el disco sea optimista. No quiero hacer
política. Mi política es la música, porque el arte es una de las pocas cosas
que no está afectada por la política.
En
verdad, no lo sé. Pero tengo que confesar que lo que realmente me gusta es el título,
no el tema de la historia. Si hubiese
sabido que me iba a traer estos inconvenientes lo habría intitulado 1985. (risas)
¿Y
qué otros álbumes de los de tu producción son tus favoritos?
Me
gustan 1984, Criminal Record, No Earthly
Connection, que compuse en Brasil… en realidad, el único que no me gusta es
Rhapsodies. La compañía grabadora me
obligó a grabarlo. Por eso lo hice.
Entrevista realizada por Marcelo
Gasió, Ricardo Messina y Roberto Pettinato. Fotos: Carlos Nava. Redacción:
Marcelo Gasió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario