
LA TIERRA DEL GOSPEL, EL COUNTRY Y EL BLUES


UNA HISTORIA QUE EMPEZÓ EN EUROPA DEL ESTE



El Macomba
resultaría ser el club más elegido por toda clase de clientela nocturna, por lo
que los hermanos Chess debieron llevar adelante su negocio lidiando con el hampa,
la prostitución y los traficantes de drogas. Pero no toda la actividad del club
se vinculaba con el lado más turbio y marginal, ya que también supieron
acercarse hasta ese lugar artistas –futuras estrellas del blues eléctrico de Chicago- que ocupaban el
escenario, brindando conciertos que con el tiempo llegarían a ser legendarios.


NACE CHESS RECORDS, EL INICIO DE LA LEYENDA
BLUSERA
En el año 1949, los
hermanos Chess compran la totalidad del sello Aristocrat, y lo renombran
como Chess Records. Ya estamos a comienzos de la década del cincuenta, y
afianzan el vínculo con Waters. Éste va a ser, por muchos años, el hombre
estrella del sello, no solo por ser el primer músico que electrificó el blues, sino
porque el sonido de su guitarra revolucionó al género, sentando las bases
para que luego –desde el rhythm & blues- surgiera el rock and roll. Justamente, las primeras composiciones que Muddy Waters graba para Chees Records serían los clásicos
“Still a Fool”, “Rollin´ and Tumblin” y “Rollin´ Stone”; y de esta última canción
los Rolling Stones tomarían su
nombre, quince años más tarde.
Sin dudas, los cincuenta
serían la década más prolífera para el insipiente sello, ya que tendrían su
primera experiencia en él muchos gigantes del blues americano, como Sonny Boy Williamson (1912-1948), Lowell Fulson (1921-1999), Memphis Slim (1915-1988) y John Lee Hooker (1912-2001). Las tareas
en Chess Records estaban minuciosamente distribuidas: mientras Leonard
se abocaba a la producción de las grabaciones de estos nuevos talentos, Phil
era el encargado de la difusión del material editado, su labor consistía en recorrer
el país, persuadiendo a los pinchadiscos de las radios para que pasaran sus discos,
y de esa forma seducir a los oyentes con cada uno de los lanzamientos
discográficos del sello.
La tarea encomendada a Phil por parte de su hermano nace a raíz de una legislación en donde las radios tenían absolutamente prohibido la difusión de más de dos artistas por sello, razón por la cual los Chess fundan un sello paralelo llamado Checker Records, en donde rotaban de forma continua sus artistas.

FACTORÍA DE ÉXITOS



EL ADVENIMIENTO DEL ROCK
Si bien Chess Records
resultó ser en sus inicios un sello abocado al blues, no desaprovechó a
talentos de otros géneros que golpeaban sus puertas en búsqueda de una oportunidad.
Varios de estos músicos se presentaban por
voluntad propia o recomendados por otros artistas que ya habían tenido
alguna experiencia previa en el sello. Este fue el caso de Charles Edward Anderson Berry, más conocido como Chuck Berry (1926-2016), quien pasaría
a la fama como uno de los mejores guitarristas y compositores de la historia del
rock and roll.
Berry había nacido en
Saint Louis y emigró al estado de Chicago, en donde conoce a Muddy Waters, y
éste le sugiere que vaya a ver a los hermanos Chess. Berry no duda del
concejo de su amigo y logra una entrevista con Leonard. En ese momento le deja
una cinta con la maqueta de una canción que se llamaba “Ida May”, un tema que
contaba la historia de una mujer casada e infiel. A Leonard la composición de
Chuck le gustó mucho, pero como por aquella época el nombre era muy popular, y
el sello no quería herir susceptibilidades, le sugiere a su autor que le cambie
su título. Así el tema pasaría a la historia como “Maybelline”, convirtiéndose en
uno de los mayores éxitos de la historia de Chess Records. “Maybelline”
no solo anunciaba la llegada de Berry al sello sino que también sería el primer
disco de rock interpretado por un negro que vendería más que su versión
realizada por artistas blancos. Fue así que Berry entró por la puerta grande de
Chess, posicionando la canción entre los cinco discos más vendidos de
los charts. Luego llegarían más éxitos grabados por el talento de Saint Louis,
como "Roll Over Beethoven”, “Rock and Roll Music", "Route
66" (escrita por Bobby Troup) y "Johnny B. Goode"; muchos de ellos luego versionados
por las grandes bandas del rock inglés de la generación del sesenta, como los Beatles o los Rolling Stones.

Tanto Chuck Berry como Bo
Diddley recorrieron un largo camino con Chess. Allí se les permitía realizar
los discos a su manera: ambos compusieron una obra propia y
extremadamente rica. Así, Diddley permaneció más de veinte años en el sello, en
donde grabó catorce discos repletos de clásicos, que luego han sido versionados
por bandas tan variadas como The Doors o
The Clash.
LOS SESENTA, LOS AÑOS DEL SOUL


De cualquier forma, la música
soul producida por el sello no logró tener la trascendencia, la identidad y el
éxito comercial que caracterizó al sonido del blues eléctrico de los cincuenta,
un distintivo sonoro que había hecho de Chess un sello inimitable. Porque el soul terminó siendo el caballito de batalla para
una empresa que venía en baja, motivo por lo cual, debió recurrir a profesionales
que estaban más empapados en el género. De esta forma, el sello acordó varias
alianzas con productores y estudios distribuidos a lo largo de Estados Unidos,
los cuales le procuraron su material. En resumen, Chess perdió ese
sonido que la hacía única, porque estas nuevas producciones no tenían casi nada
de original, ya que bien podrían haber sido grabadas en otros estados fuera de
Chicago.

Como es sabido,
los Rolling Stones jamás
ocultaron su devoción por el sonido y los músicos de Chess Records. Fue
por este motivo que, en 1964, la banda viajó a Chicago y se encerró en el
estudio de Chess para grabar su EP Five by Five. En
esta placa se incluyó el instrumental “2120 South Michigan Avenue”,
inolvidable tributo de los británicos a la dirección en donde quedaban los Chess
Records.
COLOFÓN, TRISTE Y SOLITARIO
Sin embargo, ni su prestigioso catálogo de
artistas, ni la publicidad que obtuvieron con las andanzas de Rolling Stones, lograron
maquillar una realidad: el sello estaba en serios problemas económicos.
Por un lado, el blues y su sonido de rock n´roll primigenio, ya no rendían los
mismos réditos que en los cincuenta. Por otra parte, el soul sofisticado
de Chess carecía de la chispa comercial de los discos de la Motown y del prestigio de Atlantic
Records. El descalabro estaba a la vuelta de la esquina. El sello
finalmente cerraría en 1969, cuando los
hermanos Chess vendieron todo su catálogo a la compañía GRT (General Recorded Tape)
por 7,5 millones de dólares. Para 1972 solamente quedaba operativo en Chicago
el estudio de grabación de la compañía. Luego, GRT trasladó el sello discográfico a Nueva York, transformándolo en
una división del sello discográfico Janus
Records. Más tarde, el vaciamiento siguió, cuando GTR vendió el resto de Chess
Records a la compañía discográfica All
Platinum Records en agosto de 1975. Finalmente, luego de varios años, All Platinum Records atravesó
dificultades económicas que la llevarían a vender el histórico catálogo de Chess Records a la multinacional MCA Records.

Lamentablemente,
el visionario y pujante Leonard Chess
no lo pudo ver, ya que no sobrevivió mucho tiempo después del cierre de su
empresa: un infarto acabaría prematuramente con sus días en octubre de 1969,
apenas tres meses después de la clausura de los Chess Records.
Patricio
Fernández Abregu