viernes, 10 de junio de 2016

POWER POP: Una música para no pasar por alto...



En la década del 90, una camada de músicos jóvenes renovó el pop norteamericano en forma inusitada, con nuevos sonidos y propuestas. Se lo llamó Power Pop y marcó una época inolvidable para miles de fans. Quizás no conozcas este estilo, ya que su eco se vio eclipsado por la explosión contemporánea del grunge, que fue el estilo que trascendió en forma masiva, invadiendo radios y cuanta cadena de videos clips haya existido por ese entonces. No obstante, vale la pena meterse en aquel apasionante estilo. En esta nota, entonces, te damos un par de claves para que te acerques al Power Pop. Vení…

POWER POP, ¿¿LO QUÉ??

Si hablamos de los exponentes más importantes que se contaban entre el Power Pop, hay que tener en cuenta que estas bandas rendían pleitesía a los dioses del pop y glam rock de los 70, eran músicos claramente influenciados por los Beatles, Beach Boys, Cheap Trick, Electric Light Orquestra, Queen, The Raspberries, Big Star, Badfinger, Wings, Todd Rundgren, David Bowie y personajes de culto como el genial, aunque casi ignoto, Emith Rhodes. A partir de estas influencias, estos nuevos músicos desplegaron un estilo en el que el aspecto melódico y la interpretación vocal tuvieron mucha relevancia y sin perder, de ninguna manera, la contundencia en sus canciones. Algo completamente ausente en el movimiento grungero.
Lamentablemente, la mayoría de estos grupos y solistas, no lograron lanzar un éxito masivo o más allá de una difusión acotada, con alguna repercusión en Europa y Japón, y sin ninguna en el resto del continente americano. Sin embargo, han dejado obras de un excelente nivel, que vale la pena conocer, si es que no se ha tenido oportunidad, y repasar, si es que sí se la tuvo. Y al emprender esta tarea se puede encontrar discos que en otro contexto hubieran sido clásicos y canciones finísimas, con un vuelo sorprendente. Muchos de los protagonistas de esta nota aun graban y editan material que vale, largamente, la pena escuchar y descubrir. 

JELLYFISH, BANDA INSIGNIA

Podríamos decir que Jellyfish, hoy reconocida como banda de culto en Estados Unidos y otros países, dio el puntapié inicial del power pop. El grupo fue formado por dos músicos geniales oriundos de San Francisco:  Andy Sturmer (batería y voz principal) y Roger Manning (teclados, guitarra y voces), quienes incorporaron a otro enorme instrumentista como Jason Falkner (primera guitarra y voces) y a Cris Manning (bajo). Su vestimenta vintage llamó la atención de entrada. Parecía haber sido comprada en la famosa tienda beatle de ropa que perteneció a Apple, a finales de los 60. Pero, lo más importante en Jellyfish no fue la forma en que se vestían sino su repertorio musical, con un pop sublime, geniales armonías vocales y un sonido potente y compacto, pero que siempre respetaba el formato de canción. Los Jellyfish, tuvieron una vida más bien efímera, como la mayoría de estos grupos, pero dejaron dos álbumes perdurables, sin fisuras: Bellybuttom  (1990, incluyendo una edición con bonus tracks, en donde aparecen además un par de covers de alta factura, como “Jet” de Wings y “No Matter what”, de Badfinger), donde están los gloriosos “That is Why”, “Calling Sarah” o “The King is Half Undressed”, en un debut muy parejo. Un poco más adelante, en 1993, y con unos cambios en la formación, lanzan el memorable Split Milk. En este caso, Jason Falkner, luego de irse del grupo, fue reemplazado por Eric Dover (guitarrista y cantante, que supo ser vocalista de la banda de Slash y participó también de alguna formación de Alice Cooper). En este segundo álbum la música se vuelve mucho más sofisticada, tanto las voces como así, también, muchos de sus arreglos, rememoran a Queen. Otro álbum para oír de punta a punta, casi como si fuera un disco conceptual, en donde se destacan temas como “Joining a Fan Club”, “The Ghost at Number One” o el intensísimo “All is Forgiven”. Ese álbum fue el punto final para el grupo. Hoy en día pululan coleccionistas ávidos de material pirata ya que hay muchos conciertos de alto nivel, como así también, varios temas que no llegaron a compilarse oficialmente. Hace algún tiempo se editó una caja de cuatro discos de los Jelly. 


De algún modo esta historia continua…porque, al dispersarse estos músicos, dieron origen tanto a carreras solistas destacadísimas, como a varias bandas, todas también de gran nivel y onda similar. 

Esta interesante movida, en algunos casos incorporó como novedad elementos del Glam Rock, como por ejemplo, Imperial Drug, agrupación que formó el ex Medusa Roger Manning, multinstrumentista, productor, cantante y compositor, junto a Eric Dover. Con un sonido súper potente, más rocker que el de Jellyfish, junto a Eric Skodis en batería y Joseph Karnes en bajo. Dejaron un excelente álbum homónimo y un disco inconcluso, cuyos temas son aún superiores a los del primer álbum; pero vaya uno a saber por qué, los muchachos entraron en combustión y se extinguieron. 

Justamente, la extinción ha sido una característica recurrente en estas bandas, tal vez, por tener una expectativa desproporcionada en relación con un futuro que no despega como se había imaginado. Así, los proyectos, más allá de la calidad, naufragaban irremediablemente.
De la última formación de Jellyfish también se originó Umajets, con Tim Smith, último bajista del grupo, y Rob Aldridge, violero, compositor y cantante. Juntos, grabaron dos álbumes muy buenos, que alternan material rocker con canciones de mid tempo: Demolition (1997) y  Swollen and Tender (1999).

Como se mencionó anteriormente, Jason Falkner emigró antes de comenzar a grabar el segundo disco de Jellyfish y conjuntamente inició una carrera solista y armó un supergrupo junto con el destacadísimo productor Jon Brion, compositor y multinstrumentista (Aimee Mann, Fiona Apple, Rufus Wainright y David Byrne), mas Bubby Judge y Dan Mc Carroll; el nombre del combo fue The Grays, y dejaron otro álbum genial grabado: Ro Sham Bo, que incluia grandes canciones como “The Brest Years” o “Same Thing”. Por supuesto, sin ser la excepción a la norma, The Grays duró un solo álbum… 
El gran círculo virtuoso de bandas y solistas que generó Jellyfish se acabaría ahí. Por si alguien se pregunta que ha sido de la vida del cantante y baterista Andy Sturmer: pues, decidió dejar de rutear y trabajar para dedicarse a producir música en Japón, canciones para dibujos animados y otras bandas pop, y participando ocasionalmente en algún que otro álbum como invitado.


THE WONDERMINTS: LOS HOMBRES DEL REY BRIAN

Grupo extremadamente fino, sutil e hipnótico, The Wondermints, con el liderazgo de Darian Sahanaja en teclados y Nick Walusko en guitarra, son, ni más ni menos, que la banda que acompaña al prócer Brian Wilson, quien ha declarado en más de una ocasión que son los músicos ideales para acompañarlo, ya que reproducen fielmente el sonido de los álbumes de los Beach Boys. Más allá de haber reproducido en concierto a la perfección joyas pop como Smile o Pet Sounds, los Wondermints tienen una carrera propia, y excelente por cierto. Su álbum más destacado, que en condiciones normales de difusión hubiese sido un clásico absoluto, es Mind if You Make Love to You (2002); con finísimas canciones, hermosísimas melodías, climas envolventes. Un disco imperdible, en donde no tiene demasiado sentido resaltar ningún tema dado que las doce canciones que incluye son de excelente factura.
Las Mentas Maravillosas tienen otros discos, el Homónimo Wondermints, Bali, y el último álbum del 2009, Kaleidoscpin¨, todos de buen nivel.


BEN FOLDS FIVE: EXPLOTANDO LOS PARLANTES…

También en los 90 apareció en escena un sujeto muy particular, talentoso en extremo, prolífico compositor, irónico, ácido, un pianista influenciado por Elton John, Jerry Lee Lewis y Little Richard, y oriundo de Boston: el señor Ben Folds. Cuando uno escucha su música, también, descubre influencias de otros grandes como Billy Joel, Joe Jackson, Todd Rundgren, tanto como de los Beatles. Este muchacho fue cambiando de instrumento en instrumento: primero los parches, luego el bajo, y después se quedó clavado en el piano; y es ahí donde desplegó finalmente su particular y explosivo estilo. 

Luego de integrar varias bandas de la época (como Majosha Semantics), armó Ben Folds Five, que a pesar de ser tres, fue una verdadera aplanadora. Dinamita pura. Los chicos se encargaron de sonar finos o sumamente ásperos a pesar de ser un trio de piano, bajo y batería; a veces hiriendo el bajo de Robert Sledge y toda bata con el golpe del batero Darren Jeese, o cuando Folds aporreaba su piano despiadadamente, con lo cual el trío saltaba de climas jazzeros o muy pop a pudrir completamente la cancha. Como dato curioso podemos señalar que Ben Folds se cargaba el piano de cola Baldwin en cada show de los BFF, aun en los momentos en que no eran tan conocidos y seguidos.

Los dos primeros álbumes de los muchachos son gemas absolutas. El primero, Ben Folds Five (1995), abre con “Jason Cannery”, en donde  ya empezaban a desplegar y disparar toda su dinamita, como sucedía, también, en “Philosophy” (con una melodía de piano feroz), el imperdible “Undeground” (en el cual confluyen el pop y el jazz), “Where Summer B?” Sin dudas, una placa que solo da respiro en temas como “Boxing” o “Alice Children”, en los cuales baja la temperatura pero sin perder el vuelo. 

Como si esto fuera poco, en 1997 los BFF editan Whatever and Ever Amen. Este segundo disco empieza con “One Angry Dwarf and 200 Solem Faces”, un tema que  directamente  te deja sin aliento y pidiendo más. En esta producción la banda nuevamente se pasea por diferentes climas, poniéndote los pelos de punta en algunos temas como “Song for the Dumped” (con un toque punkoso), “Kate” y la bellísima “Brick”;  el jazzero “Selfess”, y “Cold and Composse”. Sin dudas, otro disco sin desperdicio. Luego graban otro gran álbum: The Unautorizared Biography of Reinhold Mesner (1999), la última producción de la primera etapa de los BFF, que abarca el periodo 95-99.

Luego de ello, Ben Folds se embarca en su carrera solista, muy pareja en general, con un disco excluyente que es el inmediato a la separación de los Five: Rock in the Suburns, en el cual se carga todos los instrumentos y apuña una colección de temas de primera línea, desde “Zack and Zara”, “Fired”, y el tema que da nombre al álbum, entre otros.

Luego edita un excelente álbum solista en vivo, solo piano, Ben Folds Live, en donde repasa temas de los BFF, algunos inéditos, y los temas de su primer disco solista. A este disco le siguió el muy bueno Songs for Silverman, en el que se destacan temas como “Landed” o “Sentimental Boy” (dedicado a su amigo Elliot Smith, quien había fallecido hacia poco tiempo); luego le sucedieron Way to normal, Lonely Avenue y el reciente  So there, este último con un octeto de cuerdas. En la actualidad, Ben Folds goza de cierta popularidad en muchos lugares del mundo y obviamente en Estados Unidos. Sus giras tienen el cartelito de Sold Out normalmente y pueden verlo figurar en muchísimos discos de bandas con cierta trascendencia.

Más allá de su carrera como solista, en el 2012, Fold se reunió con sus viejos compañeros los BFF, para realizar una nueva gira, con la edición de un disco en vivo, y otro de material nuevo, algo desparejo. En resumen, la carrera del Ben Folds Five lo demuestra como un grupo de altísima calidad artística, lo mismo que la trayectoria de Folds como solista. Además, el baterista Darren Jesse grabó Hotel Ligths, un combo bellísimo de canciones íntimas, con muchos acordes menores, pero de gran belleza.


WILL OWSLEY: GENIO ATORMENTADO

Uno de los máximos exponentes del power pop es, sin dudas, Will Owsley, un músico genial pero con existencia difícil y atormentada sobre sus espaldas, que lo llevó, incluso, a ser sesionista de los Jonas Brothers; trabajos que realizaba tan solo para sobrevivir… Owsley fue integrante de otra banda de culto que se llamó The Semantics, quienes tienen un disco altamente buscado por los coleccionistas de piezas del power pop: Powerbill (1993). The Semantics estaba formado por Owsley (guitarra y voz), Millard Powers (bajo) y Zack Starkey -el hijo de Ringo Starr-(batería), quien reemplazó a su primer baterista, Ben Folds. Este combo no será la excepción a la regla de este benemérito género musical: un solo disco y fin del cuento. 

Luego, Owsley comienza su carrera en solitario, cuando su labor como sesionista se lo permitía. Así, este excelente músico dejará dos excelentes álbumes: el homónimo en 1999, otro, pletórico de grandes canciones, enérgicas cual golpes directos a la quijada, como “Zavelow House”, “Good Old Days” y las poperisimas “Coming Up Roses” y “The Sky is Falling”, con alguna baladita clásica de piano machacado como “Sonny Boy”, entre otros temazos. Un lustro más tarde, Owsley edita otro magnífico disco, The Hard Way (2004), en donde se destaca la bellísima balada “Matrarch”, más los powerpopianos “The Hard Way” y “Undone, entre otras canciones destacadas. Lamentablemente, en sus últimos años, Owsley inicia una espiral descendente que lo llevó al suicidio en 2010. Así quedó trunca la vida de este gran músico que pudo llegar a darnos mucho más sino hubiese sido devorado por sus demonios internos.


BLEU: VERTIGO UP TEMPO

Otro de los mayores pilares del power pop es Bleu, tipo prolífico en extremo, quien arma bandas para proyectos puntuales al mejor estilo Jack White, también oriundo de Boston. Bleu posee una serie de discos de gran nivel. Empezando por Readhead (2003), una producción que te deja sin aliento de punta a punta, con temazos como “Get Up”, “Could We Worse” o “Somebody Else”. Luego llegarían otros hermosos álbumes como A Watched Pot (2009), Four (2010), Besides (2012), To Hell With You (2014). Además de esta labor, Bleu, fanático acérrimo de la Electric Light Orquestra, se dio el gusto de homenajear al grupo de Jeff Lynne, en Alpacas Orling. En esta producción, Bleu se juntó con varios amigotes, todos musicazos del power pop, como Andy Sturmer (Jellyfish) y el talentosísimo Mike Viola. Verdaderamente, una delicia de disco, con el sonido clásico de cuerdas, armonías, guitarras envolventes de la ELO, en donde también hay grandes baladas así como temas mid tempo.


ETC…

Por supuesto, en esta sucinta recorrida por el mundo y los vericuetos del Power Pop, quedan afuera muchos artistas interesantísimos, como el mencionado Mike Viola, Jim Boggia, Ice Cream Hands, Linux of Hollywood, Enuff Znuff, The Tories, The Jellybricks, Adrian Burgeois, Fountains of Wayne, Gigolo Aunts, The Shins, los suecos The Merrymakers, Rooney y otros que no se quedan atrás.

Sin dudas, música para correrse un poco de lo conocido. Como siempre, hay que investigar y si son amantes de las buenas canciones, vale la pena...

Armando Tabacchi



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