Antes
que nada debemos decir que el protagonista de esta entrevista es rosarino, y
eso no poca cosa en la música popular
argentina. Como sabemos, desde la aparición de Lito Nebbia en los
60, la Chicago argentina ha sido un semillero de muchos intérpretes y
compositores con vocación cancionera. Este también es el caso de Fabián Gallardo, quien llegó a Buenos Aires de la mano del “Rosariazo", aquella camada súper exitosa de jóvenes músicos
que coincidió con los últimos tiempos de la dictadura y la apertura
democrática. Así, el nombre de Gallardo, de a poco, se empezó a hacer
conocido por su labor junto a Silvina Garré, Juan Carlos Baglietto
y Fito Páez.
Justamente,
a partir de 1983, Fabián comenzaría a ser integrante de la banda soporte de Páez,
en donde tocó la guitarra, para luego colaborar también con Fabiana Cantilo
y María Rosa Yorio. Más tarde, Fabián también empezaría a
desarrollar una insipiente carrera solista que arranca con Radiofotos, su disco editado en
1987, y Lejos de la Ciencia
(1989). Pero sería con la publicación de Revelando
secretos (1992), en
donde Gallardo empezaría a recoger los frutos de tantos esfuerzos, cuando
consigue una amplia repercusión impulsada por el éxito del pegadizo tema
"Esperando por tí". Esta tercera placa gozó del boom desatado por Fito
Páez con El amor después del amor,
lo que contribuyó a su difusión. En esa época Gallardo hacía doblete, porque
mientras seguía tocando con Páez, también se mandaba con todo como
solista. Más tarde, en 1995, llegaría La
calle de la salvación, el cuarto disco de Fabián, que contiene
el hit "Desde el Norte Hasta el Sur", y fue una producción en la que el
músico experimentó con sintetizadores, acercándose al acid-jazz.
Quizás
sea debido al amor eterno que Gallardo siente por Rosario por lo que él
nunca se viera tentado a radicarse en Buenos Aires, desestimando las
tentaciones comerciales que podían derivarse del hecho de instalarse en Capital.
Y es que a Rosario no lo cambia por nada, esa es su ciudad, su lugar en el
mundo, por eso es común verlo paseando en bicicleta por sus calles, haciendo camino al andar. En lo que
respecta a su trayectoria musical, luego de la salida del maxi single Dame Algo Primero (1996), su carrera
prosiguió con Debajo del Agua
(1999) y ya en la última década, Estoy
hablando de ella (2000) y Música
para viajar (2003); exploraciones musicales en las que Gallardo incluye
ritmos latinos a su esencia musical repleta de rock y pop. Y así llegamos a la actualidad, donde continua
componiendo, grabando y tocando sus nuevas canciones. Su último álbum, hasta el
momento es Babel, de 2015.
ENTREVISTA: ¿Cómo
fueron tus inicios en la música?
Creo que como la
de casi todos, junto a amigos con los que me juntaba a tocar y así empezaban a
salir cosas. Mi formación musical fue básica, solamente tuve una profesora de
guitarra que me enseñaba folklore.
Más tarde terminé componiendo mis propias composiciones porque supongo que lo
llevaba adentro y era algo que no podía dejar de hacer
¿Y qué artistas
fueron tus preferidos cuando eras pibe?
Siempre los Beatles, Spinetta, Sui Generis… Desde
chico vengo escuchando mucha música.
¿Cómo fue el
vivir desde tan joven todo ese esplendor del Rosariazo junto a artistas como
Juan Carlos Baglietto y Silvina Garre?
Lo viví muy
cerca, ya que tuve la suerte de conocerlos desde chico, sobre todo a Silvina. Después empezaron a crecer
todos y pude compartir muy buenos momentos con muchos de ellos. Todas fueron experiencias
muy enriquecedoras.
Luego te
largaste como solista con la edición de Radiofotos y Lejos
de la Ciencia, ¿qué recordás de esas
grabaciones?
Esos fueron
álbumes en los que puse mucha dedicación y esfuerzo, aprendiendo a cada minuto.
También tuve la suerte de grabar esos discos en grandes estudios y con los
mejores profesionales, técnicos y músicos.
Y a vos, que
tocaste tiempo con Fito Páez, ¿te sorprendió su increíble repercusión popular
desatada por la aparición de El Amor Después del Amor?
La verdad, no me
sorprendió para nada la masividad de Fito. Desde siempre se la veía venir. Está
de más que yo diga que Fito tiene un talento increíble y creo que eso es algo
que viene demostrando desde que hizo su primera canción.
Ya que estamos hablando
de reconocimiento popular, ¿qué sentiste cuando las hinchadas del fútbol
empezaron a cantar temas tuyos como “Esperando por tí”?
Emoción. Para mí
eso fue casi el sueño del pibe. Me acuerdo mucho de cuando la vi por primera
vez en un programa de TyC Sports que se llamaba El Aguante. Ahí tenían un ranking de canciones que cantaban las
diferentes hinchadas en las tribunas y de pronto apareció mi canción. Fue
maravilloso escucharla por primera vez.
ESENCIA COMPOSITIVA
¿Qué estilos
musicales te gustan e inspiran a la hora de componer?
La música me
hace bien. Tocarla y escucharla. Pero no sé bien de dónde viene la inspiración,
sencillamente aparece.
¿Y cómo pensás
tus discos, los temas que van a estar incluidos en ellos?
Depende los
momentos. Los temas van saliendo y van tomando forma. A partir de ahí creo que
van encontrando su propio lugar.
Muchas veces
comentaste tu amor por Rosario, ¿alguna vez pensaste seriamente en establecerte
en Buenos Aires o en el exterior por cuestiones profesionales?
No. Viví en
Buenos Aires en algunas épocas, pero siempre preferí vivir en Rosario y viajar
lo que fuera necesario.
¿Y para vos,
porque Rosario ha dado tantos artistas que han marcado la música popular argentina?
Es una pregunta
que me han hecho varias veces pero no sé contestarla. No sé si eso tiene alguna
explicación concreta.
¿Seguís pensando
que La Calle de la Salvación fue tu
mejor disco?
Supongo que eso
lo dije en algún reportaje de esa época. Creo, y espero que me siga pasando,
que el último siempre es el mejor…
En Buenos Aires,
con el tiempo, comenzó a ser muy dificultoso conseguir tus viejos álbumes, los
cuales no volvieron a ser reeditados. ¿Hay posibilidad de que eso ocurra en el
futuro?
No creo.
Igualmente con las nuevas formas de difusión, muchos de ellos están disponibles
a través de la web.
Hablando de
esto, ¿cuál es tu opinión de que la gente descargue gratis discografías
enteras, online en Internet? ¿Cómo ves el presente de la industria discográfica
a partir de estas tendencias actuales?
Es un tema
complejo. Creo que por un lado hay que adaptarse a estas nuevas formas de
difusión alguna manera. Por el otro, es verdad que la venta de CDs ha bajado
mucho y que eso repercute en la industria y en los mismos músicos. Por eso me
parece que hay que encontrar un punto de equilibrio que les sirva a todos, pero
eso no es fácil.
Y dentro de
estas circunstancias, ¿cómo haces para difundir tus lanzamientos?
En estos tiempos
la vía más rápida es Internet con todas sus variantes. Después, por supuesto,
viene el trabajo con las radios, que pese a las nuevas tecnologías, es un medio
importantísimo para la industria musical.
Si se pudiera
hacer un paralelismo entre la década del 80, cuando te iniciaste como músico
profesional, y la actualidad, ¿qué diferencias y similitudes encontrás en el
hecho de hacer música?
Muchas. Sobre
todo técnicas. Ahora un CD se puede hacer en un estudio personal y tener una calidad
más que aceptable. Lo mismo ocurre en lo referente a la difusión. A través de
Internet se puede dar a conocer una canción muy rápidamente. Antes no existía
esta inmediatez, y para grabar un cd había que ir a un estudio profesional.
¿Considerás que se
perdió un poco en el rock nacional
el concepto de canción melódica?
No. Creo que por
suerte sigue habiendo grandes canciones y buenísimas melodías. Tal vez lo que
puede pasar es que hay mucho más material disponible para elegir y por eso hace
que algunas composiciones no reciban el reconocimiento que merecen.
Y dentro de esta
inmensa variedad, ¿qué artistas nuevos del rock nacional te gustan?
Muchos. (Lisandro)
Aristimuño, Los Sucesores de la Bestia,
(Gonzalo) Aloras, Loli Molina. En
verdad, hay mucha música dando vueltas y por eso me estoy olvidando de un
montón de artistas que me gustan.
¿Vas a seguir
presentando tu nueva placa Supersónica en Buenos Aires?
Estoy terminando
un material que incluye Supersónica y probablemente haga algo por allá apenas
lo tenga listo.
Emiliano Acevedo
y Leandro Ruano
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