En el año 2000 Pablo Pol Medina editó su lujoso primer álbum solista (Pol), un complejo y elaborado álbum
cancionero de culto, muy inspirado tanto en lo musical como en lo lírico. Grabando en
los estudios Circo Beat de su amigo Fito Paéz, y con la co-producción de
Ulises Butrón, Pol desarrolló una gran labor artística en éste
que es uno de los mejores álbumes del rock
argentino de los últimos años. Está claro que esto no fue casualidad ya
que Medina no era un neófito ni un afortunado improvisado, todo lo
contrario, su carrera había comenzado bastantes años antes, cuando siendo niño
ya componía sus primeras obritas, y luego cuando, junto a su amigo Andy
Chango, formó parte del (efímero y elogiado) grupo Superchango. Incluso, el mismísimo Andy eligió a Pol
como su máxima influencia dentro del rock
nacional, en una encuesta realizada en la web…
Talentoso multiinstrumentista, Pol es un artista
hecho y derecho, ya que nunca vivió el arte pensado como un negocio si no como
un medio de expresión y creación… Y eso se nota en su obra. Por suerte, ahora
lo tenemos de vuelta, con todo, formando parte de un nuevo grupo y con varios
proyectos más…
ENTREVISTA> ¿Cómo fueron tus inicios en la
música? ¿Cómo te formaste como músico?
Mi abuela tenía un piano en su casa, al lado del
televisor y cada vez que la iba a visitar ella miraba novelas y yo les ponía
música de fondo, garabateando en las teclas del piano. Mis padres vieron que
tenía buen oído y empecé a tomar clases. Estudié piano clásico: Mozart, Chopin
-desde los siete años con Violeta
Gainza-, y luego Axel Krygier me convenció de que tome unas clases
con el maestro de piano, Klaus, y fui uno de los pocos afortunados en
haber recibido sus enseñanzas.
A los diez años compuse dos sonatas,
"Peces" y "Pescados", y las toqué ese mismo año en un
concierto de jóvenes pianistas que se realizó en el Teatro San Martín. Más
adelante, con Andy Chango creamos una pieza musical que se llamaba
"Gansters", que fue seleccionada e interpretada en la bienal de San
Pablo. Diez años más tarde pusimos una parte de la pieza en el disco de Superchango.
Cuando cumplí los doce, apareció una guitarra en casa y comencé a traspasar mis
conocimientos del piano a la guitarra. Ulises Butrón al verme tocar la
guitarra me dijo que la tocaba como si fuera un piano.
En séptimo grado del primario formé mi primer grupo
La Madre con mi amigo Ruy Krygier, en pleno apogeo del dark. Nosotros manteníamos los
peinados onda Robert Smith pero, en contraposición a las letras
pesimistas, le cantábamos a la alegría y al absurdo. Todavía conservo demos de La
Madre, con canciones como "Mis hijitos están empezando la tercer
edad" o "Sarmiento se pinta los labios con sangre de su hermano”. Las
tocábamos en fiestas colegiales y en algunos pubs de la época... Teníamos
músicos más grandes que nos ayudaban mucho, como Axel Krygier, Gonzalo
Córdoba (de Suárez) y Kevin Johansen. Luego armé otros
grupos, ya más influenciado por Pescado Rabioso, Virus, Charly.
De todos modos, no eran influencias del
todo legítimas, ya que, dentro de mi cabeza volaban todo el tiempo melodías
abstractas e incomprensibles para el estilo de música que intentaba hacer, es
decir, rock. Así
que decidí buscar referentes musicales que me hicieran sentir que no estaba
solo, y para ello tuve que volver a agarrar aquellos viejos vinilos de mis
padres y algunos me rompieron la cabeza otra vez: Jobim, Pink Floyd,
Gainsbourg. Curiosamente, los Beatles no me gustaban mucho, solo
había escuchado una recopilación, y los temas me resultaban medio irritantes.
Hasta que llegó a mis manos Revolver… No pude parar de
escucharlo y terminé comprando toda la discografía de ellos. A partir de ese
momento hay un aire beatle en cada canción que hago, lo cual me fastidia un
poco.
¿Qué artistas y discos eran tus preferidos en esas épocas iniciales?
Como dije, en casa de mis padres había discos de los Beatles, Pink Floyd, Peter, Paul and Mary, Bob Dylan, Jobin, Joao Gilberto, Bartok y muchos otros de jazz y música oriental. Así que, aunque inconscientemente mamaba esa música: cuando empecé a comprarme mis propios discos me hice punk y me volvía loco buscando discos piratas de los Pistols, Stooges, Clash, Velvet Underground que en esa época eran carísimos y difíciles de conseguir.
Como dije, en casa de mis padres había discos de los Beatles, Pink Floyd, Peter, Paul and Mary, Bob Dylan, Jobin, Joao Gilberto, Bartok y muchos otros de jazz y música oriental. Así que, aunque inconscientemente mamaba esa música: cuando empecé a comprarme mis propios discos me hice punk y me volvía loco buscando discos piratas de los Pistols, Stooges, Clash, Velvet Underground que en esa época eran carísimos y difíciles de conseguir.
Foto: PixTalarico |
Fito Páez elogió tu trabajo y apoyó la grabación de tu primer disco
solista ¿Cómo viviste esto?
De vuelta en Buenos Aires, compuse una gran
cantidad de canciones con las cuales hice el demo del disco. Un día le mostré
los temas a Fito Páez en su casa y tuve la suerte de que estábamos un
poco borrachos y le gustaron. Él lo llevó a Warner y le dieron el ok. Siempre
le voy a estar agradecido. Sobre todo de que se haya animado a producir un
disco con música totalmente diferente a la que él hace, no fue la típica
situación de un músico ya consagrado brindándole apoyo a quien podría ser un
sucesor de su legado musical.
Hicimos una gran amistad y tengo hermosos recuerdos
sobre esa época, llenos de anécdotas y vivencias.
La grabación del disco fue la más larga en la
historia del estudio Circo Beat. Fueron 120 horas, la mayoría de los horarios
que me daban eran de una de la mañana a nueve. Al comienzo yo producía el disco
con Ulises Butrón y el ingeniero Mario Breuer. Todo iba sobre
ruedas hasta que a mí se me ocurrió cambiar todas las melodías de las
canciones. También estaba convencido de que había que hacer las letras el mismo
día en que se iban a grabar. Hay un tema en el disco, "Lejos de la
Humanidad", que en el momento en que tenía que cantar, todavía no le había
hecho ni la letra ni le había inventado la melodía de la voz. Fingí una
diarrea, me senté en el inodoro y a los cinco minutos salí con lo que para mí
son la mejor letra y melodía del disco. Por supuesto, nadie se enteró de mi
irresponsabilidad, sobre todo porque a esa altura ya no quedaba nadie, sólo Gafín,
el técnico al que le dediqué el último tema del disco y yo.
Justamente en esa canción (“El Mundo de Gafín”) hablás de él…
Claro. Gafin es el ingeniero de sonido que trabaja en Circo Beat, creo que es la
persona que más conoce ese estudio. Pasa toda su vida ahí metido trabajando y
cuando no tiene ningún trabajo específico igual se queda ahí grabando sus cosas
o ayudando a otros músicos a terminar sus temas, aparte es un pianista tremendo
y una de las personas más hermosas que conocí.
Aprovecho esta oportunidad para aclarar que él fue
quien toco ese hermoso piano que suena en “Globo a Grass”, uno de los temas del disco, porque no salió en los
créditos.
Hubo muchos momentos en la grabación en las que me
quedaba solo con él grabando y fue una ayuda tremenda.
Hablando de tu elogiado disco solista, ¿cuál es tu opinión actual del
material incluido en él?
El disco quedó con la frescura y la originalidad
que se logra grabando totalmente bajo la presión de estar en un estudio tan
imponente y majestuoso como Circo Beat. Y terminando las canciones en el
instante en el que se graban. En su mayoría las canciones del disco no son
redondas, sino que van en línea recta, no respetan del todo el formato canción,
pero terminan cerrando porque no hubo una intención de crear canciones
especiales. Es simplemente la
concentración en el placer que te provocaría ir de tal nota a tal otra,
tratando de llegar hasta el lugar que quieras en ese momento, sin que importe
el desorden que eso cause en la arquitectura de la canción. De esta
manera las canciones se convierten en estados de ánimo momentáneos, lo cual
hace que cuando las escuchas pueden llegar a molestarte si te encontrás en un
estado opuesto al de la canción..., es una de sus contras.
MUNDO EXTRAÑO
¿Cómo ves a la distancia tu experiencia en Superchango?
Duró sólo dos años, muchas locuras nocturnas,
diversión y rock and roll. Los
padres del rock nacional nos
amaban y nos mimaban demasiado, Andrés Calamaro, Charly, Fito...
Eso nos confundió un poco... Nos volvimos demasiado cancheros. Creo que si yo
hubiese sido otra persona a los Changos los habría odiado.
Cuando llego el momento de grabar el segundo disco
con Andy decidimos irnos un tiempo a Madrid. No teníamos un centavo pero
los músicos argentinos que vivían allí (Calamaro, Ariel Rot, Makaroff)
se ocupaban de que no nos faltara nada. Nos quedamos más de la cuenta y cuando
volvimos a Buenos Aires las cosas habían cambiado un poco... Las canciones que
hacíamos no encajaban en ninguna de las tendencias musicales de ese momento.
Estaban los alternativos por un
lado y el rock “viejita” por el
otro, había como cierta rebeldía con los próceres del rock nacional… Los mismos que nos mimaban, así que se nos volvió
un poco en contra.
El ritmo, el power, el
engranaje sexy y su inevitable inducción al baile. Descarto su inclinación
hacia la estructura cuadrada y cerrada que cuando la estas tocando te mete en
un trance interesante, pero si solo estás escuchando te termina por aburrir. De la música clásica rescato
su vuelo, su capacidad de explicar sensaciones que con palabras sería
imposible, sus infinitas combinaciones armónicas, y descarto su esqueleto
barroco y su exageración innecesaria hacia el sentimiento. Al unir estos
diferentes estilos musicales te encontrás con mucha libertad, pero esa libertad
debe tener un límite, y ese límite es el "buen gusto". Cuando sin querer traspasas ese
límite la canción puede volverse agobiantemente sinfónica.
¿Cómo definirías el hecho de ser músico? ¿Qué significa esta profesión en tu vida?
Un músico tiene una relación personal y privada con
su música, y me faltaban esos momentos en los que estás vos solo con ella dando
vueltas a tu alrededor. Después de Superchango quise volver un poco al
autista que trata de descubrir cuál es su propia música. Suena muy enroscado
pero sería interesante averiguar que música te saldría si nunca hubieras
escuchado nada, como si fueras un músico que nació sordo, o como un pintor que
es ciego de nacimiento.
En este momento tengo mil ideas para hacer en la
cabeza… Antes que nada quiero terminar de organizar toda la música que compuse
en Nueva York, tengo miles de grabaciones con músicos muy grosos que conocí
allá, como Shai Bachar, Ron Affif, Neil Weiss, Didi Gutman (de Brazilian
Girls.)
También, ni bien llegué a Buenos Aires entré en una
banda nueva y hermosa que se llama Horizonte, que me sorprendió por lo
diferente que es al resto de las cosas que venía escuchando acá. Está formada
por músicos muy buenos, que además son amigos, como Lea Lopatín (Poncho,
Turf), Tommy Diéguez y Nico Pauls. Cuando nos juntamos a
tocar inmediatamente me interesó sumarme al proyecto y a partir de ahí no
paramos de hacer shows en vivo por todos lados.
Por otro lado estoy colaborando con varios
proyectos musicales de todo tipo, como componer canciones junto a Marcelo
Moura para su primer disco solista o comenzar la producción musical del
nuevo disco de Fena Della Mallora. Y algunas cositas más que me tienen
muy entusiasmado pero que no quiero contar para no quemarlas… ¡aunque me muero
de ganas de contarlas!
Emiliano Acevedo y Leandro Ruano
GENIUS!!!
ResponderEliminarREAL GENIUS.
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