miércoles, 28 de diciembre de 2016

ESTA QUE ES MI ALMA DE ROCK, MI ALMA DE BLUES, entrevista a Black Amaya

Juan Carlos Amaya, alias Black, sin dudas, uno de los músicos más venerados del viejo rock argentino. Sí, el mismo que, además de acompañar a El Flaco en Pescado, pasó por Pappo´s Blues, Billy Bond y La Pesada, La Banda del Paraíso, Los Robertones, Gardelitos, junto a Las Blacanblus y muchos más. Su DNI dice que nació el 20 de agosto de 1950, y hoy sus jóvenes 66 años lo encuentran inmerso en una trayectoria que no se detiene más, ya que aún tiene mucho para dar, y por eso no piensa dejar de rockear, ahora desde San Luis, la hermosa provincia puntana en la que está radicado desde hace unos años, y donde continua su labor profesional al frente de su Black Amaya Quinteto y de La San Luis Acústica. En resumen, esta es una charla sin desperdicio y, definitivamente, sin casete, en la que Black dijo todo lo que le pareció, sin ningún filtro, así como sólo se animan a hacerlo los próceres, esos que tienen suficiente paño como para contar en primera persona como es curtir el mundo del rock y el blues, los dos géneros que conforman ese ámbito pasional en donde Amaya desarrolla su inestimable labor musical…

ENTREVISTA> ¿Cómo fue tu acercamiento al rock? ¿Cuándo nació tu amor por la batería?
Creo que fue a los 7 años, cuando ya me atraían las melodías de Paul Anka, Neil Sedaka y Elvis, aparte de escuchar en castellano a otros artistas de aquí.

Grabaste con Pappo’s Blues y Pescado Rabioso, dos de las bandas más importantes del rock nacional ¿Qué recordás de aquellas sesiones de grabación con el Carpo y Luis?
Con Pappo se da mi debut discográfico, él me enseñó todo lo referente al blues y como acompañar a un guitarrista, aparte yo venía con la experiencia de haber tocado con Héctor Starc, y era ¡1, 2, 3, y a zapar! Con Spinetta fue todo lo contrario. El ya venía de Almendra y era más experimentado en lo que tenía que ver con grabar y todo eso. Luis me conocía mejor a mí de lo que yo a él, por eso siempre digo que con Pescado empecé a crecer como músico y persona.


Estando en Pescado participaste de la filmación de uno de los primeros videos clips del rock nacional, en la película Rock Hasta que se Ponga el Sol (1973), de Aníbal Uset. ¿A quién se le ocurrió la idea? ¿En dónde filmaron las escenas?
Se le ocurrió a Luis, quién, creo, que lo armó con Lebón. Me parece que yo no sabía nada del tema y Cutaia tampoco. Nuestras caras lo demuestran en la escena... (risas) Se filmó en la zona norte, en Martínez, en unas calles de ese barrio. Me acuerdo que el Flaco nos decía: “(Muchachos), por favor, no hagamos los saltitos ni las corridas de los Beatles…” (más risas)


Luego de la separación de Pescado, en 1973, formás La Banda del Paraíso. ¿Qué recordás de esa experiencia?
Cuando me fui de Pescado sentía que caía en cámara lenta, estaba muy deprimido. Seguí así hasta que un día apareció Rubén de León junto a Daniel Manzini y me ofrecen grabar el disco en RCA Victor. Acepté, y así debutamos en el Teatro Astral, en la Calle Corrientes. Ese grupo duró muy poco, y al poco tiempo me fui a España. Sin embargo, quiero mucho a este disco y a la banda. Siempre los recuerdo con gran cariño. A mi modesto entender, creo que estábamos adelantados a la época, recién, muchos después llegarían Memphis la Blusera y La Mississippi.

Hablando de esto, ¿cómo ves el panorama actual del blues en nuestro país?
Existe un público entusiasta que quiere escuchar blues pero las bandas son pocas. Sin embargo, conozco a otros bluseros del interior que son muy buenos, lástima que no tengan oportunidad de mostrar su música… Lamentablemente, a los que están “arriba” no les interesa, entonces, así es muy difícil que prospere, ya que no existe ningún blues (en lo que ellos hacen)… Aparte siempre tocan los mismos ritmos y tonos, no investigan nada, y éste es un género que, musicalmente, es muy rico en ritmos y estilos, pero a muchos grupos que dicen hacer blues no les da la cabeza… Así que… Aguanten, Pappo, Manal y el Black Amaya Quinteto… (risas)

VIAJERO NACIENDO

Recién hablabas de tu viaje a España, ¿cómo fue tu experiencia de estar tocando en Ibiza, a mediados de la década del 70?
Maravillosa. Javier Martínez me había recomendado ir a esa isla. Yo llegué allí con mi ex mujer Greicy en una época en que todavía se veían muchos hippies por sus playas. De repente, un día me encontré con Quique Gornatti y me dice que estaban buscando un batero para inaugurar un boliche, llamado Amnesia, un establecimiento en donde hoy sería imposible que me dejen entrar ya que se convirtió en un lugar muy famoso, en donde fueron estrellas de la talla de Mick Jagger o Elton John. En ese momento, la banda que iba a tocar allí era –nada menos- que La Cofradía de la Flor Solar, en donde estaban Kubero Díaz, Gornatti, Morcy Requena y yo. Después vino Miguel Cantilo, quién más tarde formaría con ellos Punch. Yo me volví en 1978.

También tocaste con Pinchevsky. ¿Cómo era tocar con Pin?
Con él estuvimos un tiempo corto tocando juntos. La primera vez que tocamos juntos fue en Córdoba, junto a la Pesada de Billy Bond, a partir de ahí cada vez que nos encontrábamos era para tocar en algún boliche, y aparte participé de la grabación de su segundo disco. En verdad, fue un tipo muy abierto y divertido. Un grande...

¿Cómo viviste la grabación de Blues Local, en 1992, y la experiencia de volver a tocar con Pappo? ¿Qué te acordás de cuando tocaron de teloneros de los Stones?
Esa grabación fue un viejo sueño cumplido, así como también lo fue estar en Pescado Rabioso. Como te decía antes, con Pappo realicé mis primeras grabaciones, en la época de Pappo´s Blues; así que, de repente, muchos años después llega de nuevo a mi vida este viejo amigo y me ofrece participar de esta nueva etapa de su carrera. De esta manera, estuvimos casi 5 años juntos otra vez y fue hermosísimo para mí volver a reírme y tocar con este amigo que me enseñó mucho… Pasa el tiempo y esto lo noto cada vez más cuando toco blues. Con respecto de los conciertos del 95, a los que te referís, tocar antes que los Stones fue un regalo del cielo, y más el haberlo hecho, nada menos, que con Pappo´s Blues… Si no, ¿por qué se creen que grabamos “Ruta 66”? Lo que yo sentí, puntualmente, es que fueron cinco noches inolvidables de estar en lo más alto.


¿Cómo fue tu experiencia en los Robertones y junto a los Gardelitos?
Los Robertones nacen porque Pappo viajaba muy seguido a Estados Unidos y yo me quedaba sin tocar, entonces hablé con él y armé este trío impresionante, de puro estilo tejano, junto a Josué Marchi, cantante y gran violero, y Yalo López, un gran amigo mío, enorme bajista y con estilo. Con ellos grabamos un excelente disco, que se llama Viviendo al Límite. Este es un álbum que quiero reeditar para el próximo año, ojalá se dé. Con respecto a Los Gardelitos, con ellos estuve poco tiempo, fueron seis meses nada más. Con Korneta (Suárez) éramos amigos, tanto que hasta pintábamos la casa juntos… Bueno, nos divertíamos más de lo que trabajábamos. Me gustó mucho su público, aparte de la música de Korneta, quien era un buen tipo, divertido e inteligente. Lástima lo del consumo, le pasó lo mismo que se llevó a tantos amigos, muchos de ellos, todavía inolvidables… Como así también lo son Los Gardelitos.

LUCES Y SOMBRAS DE LA NOCHE NEGRA

¿Cómo viviste la reunión de Pescado para el Concierto de las Bandas Eternas, el 4 de diciembre de 2009?
Me la pase todo el tiempo muy emocionado y excitado, estaba a full con mi cabeza, ya que se estaba por cumplir mi otro sueño: volver al escenario, y, nada menos que en Vélez, con Pescado Rabioso, junto a mis queridos amigos. Fue impresionante, tal como lo habíamos soñado. El grupo sonó súper bien, y lo más maravilloso y tierno que me pasó con esto fue la repercusión que tuvo entre el público joven, los pibes que me mandaron un montón de mails – a los que yo trataba de contestar, a todos lo que podía-, aparte de los fans veteranos, y todos ellos muy emocionados con cómo había sido el show. Esa noche fue una gran fiesta para celebrar la carrera del Flaco, donde demostró porque era el único que aún llevaba la bandera del viejo rock nacional.

Ya que te referís a esto, ¿vos crees que el rock nacional está en una etapa con poco vuelo musical y poético, comparado a lo que fue la década del 70?
Sin duda, este es otro tiempo, con otros códigos, otro gobierno, además, el mundo entero también cambió, así como toda su música. Sin embargo, siempre quedará lo bueno. El rock de hoy, es otro, es bien diferente, y no me gusta para nada. Creo que la mayoría de los productores y las bandas son sordos y ladrones, ya que se quieren apropiar del rock de Moris, Manal, Almendra, Pappo, Vox Dei… Mi opinión es que los únicos que, en la actualidad, pueden levantar la bandera caída del rock son La Renga, Divididos y Almafuerte. En verdad, no me entra en la cabeza grabar un disco en donde aquello a lo que se llama “rock” sea, en realidad, cumbia, carnavalitos, candombes o baladas para las novelas, al mejor estilo de Sergio Denis… Por lo menos, ese tipo es más auténtico que todos estos grupos que dicen hacer rock y no son más que un robo, en donde los monopolios son la frutilla del postre… Me quedo con la vida de antes y su música.

¿Será por eso que, debido a esta situación actual del rock, a la que te referís, figuras como Spinetta y Charly García sigan tan vigentes, a pesar del paso del tiempo?
Charly y Spinetta siguen vigentes, primero, porque siguen componiendo -más el Flaco que Charly-, y tocando con músicos más jóvenes que ellos, pero muy talentosos; además de eso, no roban, siguen su camino, lo comparten, ¡¡¡y no forman bandas para estar 20 años!!! En lo que respecta a mi Quinteto, por ejemplo, los músicos tienen edades que van de los 30 a los 40 años, son buena gente y tocan muy bien. Todos son tipos que aman la música.

COMO EL VIENTO VOY A VER

Aparte de los que nombraste del rock nacional, ¿qué otros artistas de la actualidad te gustan?
En lo que respecta al rock internacional, me gusta todo lo que tenga que con el blues, el rock n´ roll y las canciones. Además, me siguen gustando los clásicos: Johnny Winter, Jimmie Vaughan, ZZ Top, los Stones, los Beatles… Esa es la música me gusta.

¿Cuál es tu opinión acerca del panorama de la música actual, con respecto a lo que tiene que ver con las descargas online en Internet y la caída de las discográficas?
Ese es un fenómeno que no se puede evitar, por eso tenés que buscarle el lado positivo. Creo que lo de Internet nos ayuda mucho para difundir música, así como para buscar otras músicas. Está claro que ahora hay más información, y, dentro de este panorama, los shows en vivo son lo que hoy más les deja dinero a los artistas. Aunque, en nuestro caso, también nos cuesta dinero tocar... (risas)

Hablanos un poco de tu último disco (Enlazador de Mundos, 2008), ¿cómo pensaste el material incluido en él?
Escribí sus letras pensando en dar un mensaje de paz y amor. Aunque su música sea de blues y el rock ‘n roll, este es un disco pacifista y con un mensaje de esperanza, tanto para nosotros como para aquel que lo escuche. Aparte está muy bien grabado por Álvaro Villagra, y fue tocado junto a amigos que aman la misma.

¿Por qué decidiste irte a vivir a las tierras puntanas? ¿Buscabas cierta tranquilidad que Buenos Aires no te puede brindar?
Concarán, San Luis, es el lugar en donde nació mi padre y tengo toda la parentela de mis tíos y tías, mis primos… Yo siempre venia, cada tanto, y este era un lugar que nos gustaba mucho a mi mujer y a mí para vivir, aquí, entre las sierras… Ya estaba bastante harto del maltrato y el miedo que uno tiene estando en Buenos Aires. Así que lo cambiamos por la naturaleza de este lugar y su increíble gente. Acá todos te saludan, aunque no te conozcan… Decime, ¿en dónde existe eso...? Solamente aquí... 

(Entrevista realizada en noviembre de 2011)


Emiliano Acevedo


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