sábado, 26 de marzo de 2016

ALEJANDRO HERRERA: “El Rock que yo escuchaba, murió…”


Alejandro Herrera es uno de los bajistas más prestigiosos del país. Desde hace 30 años viene desarrollando una carrera muy interesante como compositor y arreglador. Gran instrumentista de jazz, ha tocado con músicos prestigiosos como Al Di Meola, además de editar sus propios discos; y dedicarse a la docencia.

Justamente, en esta nota Herrera repasa su historia personal y da cuenta de su opinión acerca de los vínculos entre jazz, rock y la fusión; ademas de dejarnos un par de lúcidas definiciones sobre el desarrollo de las diferentes ramificaciones, el pasado y presente de estos géneros de la música popular. Sin dudas, una charla imperdible, que hoy tenemos el placer de brindarles…

ENTREVISTA> ¿Cuáles son los primeros recuerdos vinculados a la música en tu vida?
Desde chico escuchaba mucha música en mi casa porque tengo hermanos más grandes que yo. Teníamos un tocadiscos Wincofón y ahí escuchaba a los Beatles desde los cinco años.
Así que, rápidamente, me empecé a copar mucho con la música. Con respecto a porque elegí al bajo como mi instrumento, creo que me di cuenta de eso un día que estaba escuchando el disco Live Cream en la casa de un amigo mío. En resumen, fue escuchar ese álbum mío de Cream en el combinado de mi amigo –que tenía un sonido mejor que el de mi Wincofón- lo que hizo que me fascinara con como sonaba ahí el bajo de Jack Bruce, por la profundidad de ese sonido, su acústica. Me enamoré de ese sonido del bajo, y me dije “esto es para mí”, era el año 70, y yo tenía 10 años. Luego, no paré más hasta que me pude comprar mi propio bajo a los 12, y a los 20 años me convertí en músico profesional. 

¿Y al jazz como llegás?
Porque murió el rock. Hablo de ese rock que yo escuchaba, el rock británico de los 60 y 70. Ya para 1978, no encontraba ninguna novedad en ese rock y, al mismo tiempo, ya había empezado a escuchar –por tocar el bajo- a Jaco Pastorius con Wheater Report, y a grupos más de fusión que me fueron volcando a la vertiente del jazz. También oír a Miles Davis en su etapa de fusión en los 80, me influenció mucho. Bueno, a partir de ahí empecé a escuchar también mucho del material previo e histórico del género, tipo Duke Ellington, y así fui acostumbrando mi oído al sonido acústico del contrabajo, la batería, el piano, el sonido de los caños pelados... Así, empecé a tocar con grupos de jazz standard, a mediados de los 80, me fui metiendo, y ahí estamos en esto, hasta hoy... 

Suena terminante decir “el rock murió”, pero define bien lo que me decías acerca de tu visión sobre que te parecía un género que ya no tenía más nada que ofrecerte. ¿Será posible resucitarlo?
Bueno, yo te hablo desde mi punto de vista y mi estética; y acepto que haya otras opiniones. De cualquier forma, está claro que los 60 y 70 fueron dos décadas impresionantes, a todo nivel, no sólo en rock sino también en lo referente al arte, la sociología, etc.; y de ahí surge ese rock (británico) que yo escuchaba, el de grupos como Soft Machine, Gentle Giant, King Crimson, Genesis (en la época de Peter Gabriel, o en los dos primeros discos luego de que él se fue). Ese tipo de rock había llegado a ser bastante sofisticado pero, luego, no evolucionó más, se paró, con el advenimiento del punk, y la llegada de grupos como The Police, que yo no sé si eran tan rock. Esos grupos, nuevos a fines de los 70, tenían la actitud del rock, pero poco tenían que ver con el estilo que yo escuchaba. Eso ya no estaba más. Inclusive, grupos que me gustaron siempre, como Gentle Giant (después de los Beatles, mi grupo favorito) en sus últimos álbumes empezaron a hacer cualquiera, como que se entregaron a esa simpleza musical surgida por esos años. En fin, decayó todo, y yo perdí el interés. Es más, en el 81 cumplí mi sueño de pibe y viajé a Londres, pero viajé fuera de época. Me acuerdo que entré a HMV, una disquería re grosa de allá, y ya no tenían casi nada de todo ese rock con el que había crecido. Creo que con el advenimiento de The Police se simplificó mucho la música, no porque los tipos sean malos músicos, ya que son artistas del carajo -Sting es una bestia-, pero esa ya era otra estética. Compará un disco de Gentle Giant con uno de The Police. Mientras que los discos clásicos de Gentle Giant son un material super complejo, los de The Police están más dirigidos a un público adolescente. Fue un cambio de época, eso me parece. Bueno, en el jazz pasó lo mismo...

¿A qué nivel?
Vos escuchás jazz del 60 y 70 y es una cosa, luego como que empezaron a repetir lo anterior. Pensá en lo que hacían en los 60 tipos como Wayne Shorter, Coltrane, Hancock; en los 70 se mezcló un poco, fusionado con el rock; y después no hubo nada nuevo. Davis debe ser el tipo que fue marcando las épocas en el jazz, ¿no? 

¿Y cómo encarás tus trabajos en este género?
Lo bueno que tiene el jazz es que tiene mucho que ver con los tiempos que uno vive, de individualismo y todo eso. Vos te preparás en tu casa, y luego te juntas a tocar con otros músicos. Por ejemplo, ahora sería muy complicado, sino tenés un soporte atrás, hacer un grupo ensayado, que tenga su material compuesto y elaborado, porque nadie tiene tiempo para darle bola. El jazz es un tipo de música en que, por ahí, la esencia sea no prepararse tanto pensando en tocar en grupo, sino hacerlo individualmente, y así tener un aproach que te permite salir a tocar, encontrarte con otros músicos que están en la misma que vos, y así expresarte. No sé si es la manera ideal, pero, bueno, no está mal, y lo puedo hacer...

¿Qué te parece la movida actual del género? Parecería que ahora el jazz está más presente que nunca, por lo menos acá en Buenos Aires... 
Y, lo que pasa es que es un tipo de música más fácil de abordar, por esto que te decía de los tiempos modernos que uno vive. Antes, un grupo se encerraba y sacaba un disco por año; ahora, pasa que un tipo se junta con uno, se junta con otro, se ponen a ensayar, y los temas ya están... Parece más tipo McDonald. No digo esto para desprestigiarlo sino dando cuenta de cómo se adapta esta música a las formas de vida actuales. Todo es más rápido. No tenés el derecho de tener tanta preparación si querés hacer una cosa más elaborada. Podés hacer algo elaborado también, pero ya eso no es tan común. Lo más común ahora es interactuar así, entre pares, con otros músicos, diciendo “ok, vamos a tocar esto, vamos a tocar aquello”; pero nadie tiene tiempo para ensayar y todo eso. No es productivo ponerse a ensayar mucho. Con respecto a lo que decís sobre la difusión, coincido en que, de un tiempo a esta parte, el jazz se está haciendo más masivo. Obviamente, nunca va a tener una masividad como la del rock porque no tiene ese tipo de difusión, ya que no da tanto el negocio, pero el mercado es mayor ahora en el jazz, hay más información, hay más posibilidades de tocar y –en contrapartida- hay más gente que toca. Comparado a lo que pasaba antes, en donde estábamos varios tipos que nos habíamos volcado a esto en busca de la elaboración musical, ahora quizás haya otra búsqueda, en los pibes que se meten a hacer este género, porque lo ven como algo posible, dentro del individualismo que rige a las relaciones humanas en la actualidad. Yo soy de otra generación y me gustan más las cosas colectivas, pero estos no son los tiempos apropiados para eso... 

¿Qué bajistas de nuestro país son los que más te gustan? 
Siempre me gustó mucho Gustavo Giles, él es un tipo que tiene unas condiciones tremendas para el instrumento. Después, todos los tipos conocidos tocan bien. Hoy en día es muy difícil encontrar a alguien que no toque bien. Ni siquiera los alumnos del instrumento tocan mal, porque hay mucha información, cierto nivel de roce y exposición; entonces, ya no se comenten errores groseros. Claro, después está el talento individual de cada tipo que es lo que va haciendo la diferencia. 

¿Y en el ámbito internacional, cuáles son tus ídolos del bajo? 
A mí siempre me gustó Jeff Berlin, desde que lo escuché, en el 77, en el grupo de (Bill) Bruford. Reconozco que hay tipos más geniales –como Jaco Pastorius-, pero el que más me impactó fue Berlin. Igual, te podría nombrar un montón de bajistas que me encantan. Resumiendo, los que más me gustan son Jaco, Stanley Clarke, Jeff Berlin, Gary Willis, Victor Bailey, Marcus Miller, en bajo eléctrico; y en contrabajo, Ron Carter es otro que me vuela la cabeza... 

¿Cómo fue la experiencia de tocar con Al Di Meola? 
Ahí me llamó Mario Parmisano, un pianista argentino que había tocado muchos años con él, antes de la gira de presentación del álbum Flesh on Flesh (2002). Como Anthony Jackson, el bajista usual de Al, no iba a estar en esta gira, me hicieron una prueba y quedé. Así hicimos una gira que duró dos meses, y después otra más de 10 días por Europa. Esa fue mi experiencia con Di Meola. Fue una experiencia re grosa tocar con un tipo como él, que es una estrella de la música. Estuvo buenísimo porque tocamos en EEUU, su país, además de los shows que dimos en Europa, en donde hubo, incluso, una mayor cantidad de público que la que había tenido en EEUU. Al Di Meola es profeta en su tierra, pero en Europa, directamente, la rompe. 

¿Cuáles son tus proyectos actuales? 
Sigo presentando mi disco, que se llama Behind the Bass, que ya está disponible en disquerías como Zivals o Notorious; y, además, el disco también está en www.sitemusic.com.ar En ese sitio pueden escuchar un par de samples de los temas y demás. 




ENTREVISTA: Emiliano Acevedo



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