Llega
otro capítulo muy especial en este recorrido por la discografía de Led Zeppelin
de la mano de Jimmy
Page:
Houses of the Holy, su espectacular
álbum de 1973, uno de los más eclécticos y ambiciosos trabajos del grupo. Así se lo contó a la prestigiosa
revista Guitar World, en dos largas
entrevistas a principios de los 90, y ahora lo compartimos en nuestra sección Decíamos Ayer.
Editado el 28 de marzo de 1973
Grabado con la Unidad Móvil de los
Rolling Stones (en Stargroves); también en los Olympic Studios (Londres); y en
los Electric Lady (Nueva York).
Jimmy Page usó una guitarra Les Paul,
una Fender XII, y la Stratocaster; además de amplificadores Marshall de 100 W.
ENTREVISTA> ¿Se sintieron presionados a la hora de presentar en vivo los temas más
exitosos del cuarto álbum del grupo como “Stairway to Heaven”?
Por
supuesto, pero le hicimos frente a la situación. Mi meta principal era seguir
con las giras. Es muy peligroso intentarlo y terminar copiándote a vos mismo.
No quiero dar nombres, pero estoy seguro de que ustedes han oído bandas que se
repiten hasta el hartazgo. Después de cuatro o cinco álbumes quedan quemadas. En
nuestro caso, vos nunca podías predecir qué era lo que íbamos a hacer a continuación.
¿Cuál
fue el origen de “The Song Remains the Same”?
Originalmente
iba a ser un instrumental, una obertura que introdujera a “The Rain Song”. Pero
creo que Robert tenía ideas
diferentes al respecto. Ya sabés: “Está
lindo. Mejor le ponemos algunas letras… ¡rápido!" (risas)
¿Cómo
hicieron para unir la música con las letras?
Yo
ya tenía compuesto toda la base y Robert
sugirió que hagamos un corte para ir a comer. Cuando volvimos, terminamos la canción
en un día.
¿Vos
usabas una libreta para escribir o casetes para grabar ideas?
Siempre
hice eso. Y luego unía los pedacitos que estaban sueltos. Siempre andaba con un
grabador cerca. Así fue como unimos “The Song Remains the Same” y “Stairway”, a
partir de pedazos grabados en cinta.
¿Qué guitarra usaste en “The Song Remains the Same”? ¿La
Gibson de doble diapasón?
No,
usé una Fender de 12 cuerdas en el estudio. Y luego de la Fender, usé una Vox
de 12 cuerdas. Podés oír la Vox en canciones del segundo disco, como “Thank You”
y “Living Loving Maid”.
¿En
“Over the Hills and Far Away” hay una guitarra acústica sonando a lo largo de
toda la canción? ¿Tocaste una acústica y le sobregrabaste una eléctrica?
No,
nosotros la tocamos enteramente como la conocen, pero yo tocaba una eléctrica.
Entonces,
¿sacaste la eléctrica del comienzo de la canción?
Sí,
así es. Presumiblemente. Suena así. Suena como que la acústica está todo el
tiempo. Un buen truco: la acústica sonando como la eléctrica.
¿Cómo
llegaste a esa parte de guitarra tan suave al final de la canción?
¿Te
referís a la parte del fade? Eso fue un retorno del eco. No hay envío ahí, solo
el retorno.
Justo
en el final, esa parte descendente, ¿es un Steel Guitar?
No,
es un sintetizador. ¡Otro buen truco! (risas)
Houses suena tan brillante. ¿Variaron la velocidad de la cinta un toque para
que todo brillara más?
No,
la única vez que creo que hice eso fue en un par de sobregrabaciones en “Achilles
Last Stand” [en el álbum Presence,
1976]. Sin embargo, apliqué la variación de velocidad en varios canales de “No
Quarter. Llevé la canción a un cuarto de tono porque hacía que la cinta sonara
mucho más gruesa e intensa.
Más
allá de “No Quarter”, Houses es un álbum muy alegre, sugiriendo que
ustedes estaban en la cima del mundo en ese momento. “The Crunge”, por ejemplo,
es completamente boba.
Yo
toqué una Strat en esa, buscando acercarme lo más posible al sonido de James Brown. Si escuchás con atención,
me vas a oír dándole a la barra del vibrato todo el tiempo al final de cada
frase de la canción. Bonzo es el que
inicia el groove en “The Crunge”, luego Jonesy
comienza a tocar su línea de bajo descendente, y yo hago el ritmo. Vos
podés sentir realmente esa alegría que teníamos en Houses y en Physical Graffiti,
el disco posterior. Así como también podés oír toda nuestra dedicación y
compromiso.
Entrevistas:
Greg Di Bennedetto, Joseph Bosso y Brad Tolinski (para Guitar World, enero
1991 y diciembre 1993).
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