Nadie
va a descubrir a estas alturas a uno de los genios fundamentales de la música,
uno de los creadores de algunos de los mejores discos de la historia y un músico
superlativo, además de compositor excelso. Nadie va a descubrir ya a Paul McCartney, pero sí es interesante
conocer y valorar en su justa medida cada generoso nuevo álbum que el ex Beatle nos entrega en
su extensa carrera como solista, y este Egypt
Station no es la excepción. Un trabajo brillante, vital y de melodías agiles
y disfrutables. Es también su primer disco en 5 años y nos devuelve su faceta
más creativa, ecléctica y experimental, sobre todo en lo
referente a su buen gusto en las melodías y en las letras de sus canciones, que
respiran acertadas metáforas y presunciones por todos los poros. La intensidad es
también una referencia fundamental en este trabajo, como se demuestra
escuchando el poderoso “Come On to Me”, pero también la acústica “Happy with
You”. Independientemente de la experimentación que Paul llevó a cabo (a veces
con poca fortuna) en temas como “Back in Brazil” (fallido experimento, híbrido de bossanova y música electrónica), hay que reconocer que solo por las suites “Despite Repeated Warnings” y
“Hunt You Down / Naked / C-Link” ya merece destacar este
álbum.
Por
supuesto, McCartney se encarga de sacar el mejor jugo posible a sus canciones,
en donde las melodías vuelven a ser el elemento primordial y la base sobre la
que se desarrolla todo lo contenido en este trabajo.
Seguramente,
la primera escucha resultará algo desconcertante para los seguidores de los
Beatles. Sin embargo, a medida que es degustado, este álbum es un trabajo que
va mostrando su valor, sus arreglos inteligentes y elaborados. Por ejemplo, “Despite Repeated Warnings” (dedicado
con vehemencia a Donald Trump) con reminiscencias del clásico “Uncle
Albert/Admiral Halsey”, el rock áspero y directo en “Who Cares”, la belleza
exquisita en “Dominoes” o las delicadas raíces folk en “Happy with You”.
Un
abanico de sensaciones y sonidos tan amplio como seductor. Original, arriesgado
y vanguardista, hasta en sus canciones más flojas, este Egypt Station es un disco que genera cualquier cosa menos
indiferencia.
Por
ejemplo, en “Come On to Me” nos encontramos
con power pop chicloso y ganchero, pero experimental, y con reminiscencias
indias, como si fuera un guiño hacía la memoria de George Harrison. Mientras que en “Happy
with You” se nos aparece el McCartney mundano que te cuenta lo feliz que
es con su actual esposa, Nancy,
además de cómo dejó atrás sus épocas de excesos. Otra melodía bien característica
made in casa que es rematada por un
riff de guitarra, bien sweep-picking,
que recuerda vagamente viejos temas como “Blackbird” o “Calico Skies”. Por otro
lado, ¡qué lindo es escuchar a Paul cantando solo con la acústica! Escuchar cómo
se deslizan sus dedos por el diapasón, mientras con la izquierda “pellizca”
dulcemente las cuerdas, es un placer inigualable.
Dibujo: Elmer Toons (https://m.facebook.com/elmertoonsdibujante) |
Por otra
parte, en “Who Cares”, McCartney arremete contra el
bullying en las redes sociales, clamando: “¿A
quién le importa lo que esos idiotas dicen?”. Otro temazo pop rock muy bien
logrado que también sirve para mostrar lo bien que canta el ex beatle. Nada que
ver con la tan mentada “Fuh You”, que es, por supuesto, el tema más
indecente del álbum. Indecente por el contenido de la letra y el título, claro.
Una composición bien moderna, en donde se destacan las partes instrumentales,
bien en sintonía con el sonido de los grupos del siglo XXI. Se deja escuchar a
pesar de no ser de lo mejor del disco. En el otro extremo estilístico está “Confidante”:
Guitarra y clima folk y otra letra sentida, en esta linda canción. El clima es nostálgico,
y como si fuera una vieja foto amarillenta, trae recuerdos de alguien (un amigo o un amor) del pasado.
Y eso es todo para nosotros, casi una posdata
curiosa en la carrera de un artista descomunal. No es un disco clásico, ni
mucho menos, pero es un buen álbum de Paul McCartney, lo que no es poco. En tal
contexto, las melodías se nos muestran muy elaboradas y llenas de matices,
adornando de forma inteligente cada una de las composiciones que Macca canta con su voz intacta a pesar
de ya contar con 76 abriles en el lomo. Sin dudas, un artista que es un ejemplo
de vida y con una historia que lo habilita como uno de los más grandes del rock
& pop mundial. ¡Amén!
Nacho
Melgarejo
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