sábado, 29 de septiembre de 2018

Hablando sobre teclados y sintetizadores con Juan del Barrio


Esta es la primera de una serie de notas temáticas con músicos. Y que mejor que hablar de teclados y sintetizadores que con un especialista en la materia como el señor Juan del Barrio. Apasionado por la tecnología y la música, desde sus inicios en MIA, pasando por Spinetta Jade, Suéter y Los Abuelos de la Nada; Juan ha vivido en primerísima persona la evolución de los teclados, los sintetizadores, los samplers… Este es su interesantísimo testimonio al respecto.

ENTREVISTA> ¿Hablamos de los diferentes instrumentos que fuiste usando?
Yo –como todos los músicos de mi generación- viví toda la evolución tecnológica de los teclados. Esa fue la puerta a un mundo musical tremendamente rico y poderoso, potente. Desde los primeros órganos electrónicos, los primeros sintetizadores, como el bendito Moog…

¿Cómo fue conseguir el Moog?
Estábamos con Lito Vitale en su casa de Villa Adelina, y nos avisaron que acababan de traer el Minimoog. ¡Impresionante! Para nosotros, tener un Minimoog era como tener un transbordador espacial. Fuimos corriendo a buscarlo y cuando lo tuvimos, estuvimos horas tratando de hacerlo sonar, y lo único que lográbamos era un “puk”, “puk”… Llamando por teléfono a gente conocida, y nadie sabía nada, ¿entendés? Bueno, finalmente logramos, más o menos, descularlo; pero nunca me voy a olvidar de ese momento, de esa expectativa tremenda inicial y la frustración de no poder hacerlo sonar… Tanto quilombo y pensábamos que no servía para nada. El piano, lo tocas y suena; esto no… Había que saber la combinación exacta… Un instrumento de mierda, el Minimoog. Altamente inestable la afinación. Si no tenías la tensión exacta, no afinaba bien; si tenías la tensión exacta, tampoco afinaba bien. Si se apagaba, había que dejarlo prendido media hora para que se temple de nuevo. Una porquería. (risas) Realmente, como instrumento era una porquería, yo no entiendo a la gente que ahora gasta fortunas en comprarse uno. Yo tengo los sonidos de Minimoog en la compu y con eso me alcanza y me sobra. Pero bueno… un poco lo digo en chiste todo esto, porque fueron instrumentos precursores de una riqueza tímbrica enorme, un mundo nuevo: los sintetizadores, los pianos eléctricos. Cuando salieron los pianos eléctricos fueron una bendición para los pianistas, porque antes era imposible que te escucharan en una banda tocando un piano. Por ejemplo, cuando salió el gran piano eléctrico Yamaha, que era un piano con cuerdas…

Ese es el que usaba John Paul Jones en el último disco de Zeppelin, Tony Banks y Billy Joel, ¿no?
Puede ser, porque el Yamaha CP70 fue un hito, uno de esos instrumentos que marcaron la historia. No tenía un gran sonido de piano, es decir, no se lo puede comparar con el sonido de un piano acústico real, pero, en ese momento, era la única posibilidad de hacer sonar un piano en el vivo de una banda. Todo Spinetta Jade y Serú Girán está hecho con ese piano. Después, también he recorrido toda la gama de sintetizadores que fueron apareciendo…

¿Tenés algún preferido?
No. No tengo preferidos, porque siempre el próximo va a ser mejor. Con los teclados no se da esa mística que tienen las guitarras eléctricas, por ejemplo. Todos te hablan de la Fender Stratocaster del 63, por ejemplo; lo mismo que pasa con el violín Stradivarius, ¿no? En lo sintetizadores es todo lo contrario: Cuanto más nuevo, mejor. Por eso no soy un romántico con los sintetizadores, sí lo soy con los pianos…

¿Y en Los Abuelos de la Nada que usabas?
Usaba un Mirage, que fue el primer sampler portátil, diseñado para shows. Toda una novedad para la época. Los otros samplers eran para trabajar en estudio, se rompían si los movías mucho. El Ensoniq Mirage era un fierro tremendo. Fue muy importante para mí, porque fue la posibilidad de usar sampleos, sonidos reales en el vivo…

Por ejemplo en “Como, quien, donde”…
Claro. En esa canción está a full. Todo ese disco (Cosas Mías), es a puro Mirage… (risas) Bueno, después el (Yamaha) DX7 fue otro clásico para mí. Por supuesto, también tuve mis Rhodes… o aquellos viejos órganos electrícos. Yo ahora veo a todo el mundo que toca con el Nord Lead, un teclado carísimo que tiene pocos sonidos.

El rojo…
Sí, el rojo que tiene todo el mundo… En fin, a mí me gustan los sintetizadores que tienen una paleta de sonidos más grosa, y no tengo ningún problema en salir a tocar con un sinte de 1000 dólares. El Nord sale 5000 dólares, pero… Ya a esta altura del partido, vos podés tener el mejor teclado, con los mejores sonidos, y al final terminas saliendo por un equipo al aire libre, hay un poco de viento, y el sonido se va para cualquier lado… Lo que quiero decir es que consigo el mismo resultado con otras cosas. No creo que haya UN sintetizador o UN instrumento que sea EL instrumento, ¿entendés?

Emiliano Acevedo


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