Todd Rundgren es una rara avis dentro del rock, un músico experimentador y
libre que se la pasa saltando de un estilo a otro, para no aburrirse. Además se
especializa en magnetizar adjetivos, ideas opuestas, habilidades, calidades y
virtuosismos. Su persona es la encarnación de locuras de diverso calibre, casi
todas posibles. A lo largo de su carrera, hizo de todo: Compositor,
multiintrumentista, exitoso productor y/o ingeniero de sonido (de Janis
Joplin, The Band, Ramones, XTC, New York Dolls, Meat Loaf, Gran Funk Railroad,
Badfinger, Cheap Trick, Patti Smith, Hall & Oates y Alice Cooper;
entre varios etcétera), realizador audiovisual y hasta programador de
videojuegos. Rundgren es una figura que derriba murallas con el soplo de
su imaginación.
En sus discos desafía los esquemas del rock como género, hasta casi negarlo,
creando sonidos innovadores y adictivos. Por eso no es casualidad que su disco
de 1973, A Wizard, a True Star, se llame
así. Con ese título Rundgren nos muestra sus dos caras, como diciendo:
"Ok, puedo ser una estrella de
rock, pero soy un brujo... No lo olviden". Ya en su extraordinario
álbum doble Something/Anything? (1972) había empezado a escribir
canciones que daban a entender (a aquellos que leyeran el mensaje escondido
entre líneas) que nunca estaría satisfecho con ser un mero cantautor de rock y pop comercial. Y con A Wizard, A True Star re dobló la
apuesta, revelando una gama de excentricidades y excesos musicales
arrolladores. Debido a que Something/Anything? había traído
"I Saw the Light" y "Hello It's Me", dos de los singles más
exitosos de la carrera de Rundgren; gran parte de su audiencia esperaba
que seguiría esa línea musical en su siguiente producción. Nada de eso ocurrió
porque, dicho mal y pronto, el músico mandó todo al carajo.
En A Wizard, a True Star, Rundgren
se despacha, sobre todo en su primera mitad, con un colorido muestrario de
canciones psicodélicas, llegando a extremos casi místicos. Estilísticamente, no
hay demasiadas cosas nuevas a lo mostrado en su disco anterior. Sin embargo, lo
mejor de A Wizard... radica en que es un disco con ideas musicales más
sintéticas y enfocadas. Rundgren se desarrolla como compositor, más allá
de su labor como ingeniero de sonido y productor que sigue siendo excelente.
Sus canciones suenan atemporales, anticipándose incluso a nuestro presente
digital. Porque, aunque parezca increíble, A Wizard... suena tan moderno como
los temas de MGMT, aunque el disco de Rundgren haya sido grabado
más de cuarenta años antes... En A Wizard... algunas canciones
crispan los nervios y otras enamoran. Un anarquismo musical que genera
disturbios en los sentidos del público. El humor de Rundgren se muestra
bizarro, tanto en sus letras como en los intrincados despliegues rítmicos. Esto
hace que el oyente deba hacer un gran esfuerzo, prestando suma atención. Ni
siquiera en sus temas más dulces se empeña en agradar, ni sonar convencional.
Por eso con A Wizard... estamos, sin dudas, en presencia de un álbum
impredecible y difícil. Incluso su cierre con "Just One Victory" (una
canción que es casi un himno) está lleno de sobre grabaciones que dificultan la
escucha de su atractiva melodía. Definitivamente, A Wizard, a True Star
es uno de esos raros discos de rock
que demanda una atención plena por parte del oyente.
Como ya dijimos, la primera mitad del disco
contiene una suite psicodélica
de temas enganchados, que arranca con “International Feel”, y es continuada por
“Never Never Land”, “Tic Tic Tic, It Wears Off”, “You Need Your Head”, “Rock
& Roll Pussy” y “Dogfight Giggle”, una seguidilla desbocada de canciones
cortas inclasificables; en especial la última, armada a través de sonidos
sintetizados y efectos que simulan una pelea de perros monstruosos venidos del
espacio exterior. “You Don't Have to Camp Around”, es una dulce canción casi soul que antecede al extraordinario
instrumental “Flamingo”, un increíble tema en la veta progresiva. “Zen Archer”
está repleta de ideas y cambios rítmicos, como si fuera una canción tirolesa
empapada con ácido lisérgico... “Just Another Onionhead, da da Dali” es un
alocado paseo circense, lleno de humor, que homenajea al gran pintor catalán.
Por su parte, “When the Shit Hits the Fan/Sunset Blvd” es (en ritmo y melodía)
más variada que cien canciones juntas. En este punto es inevitable pensar que
estamos en presencia de un genio de la música rock. “Le Feel Internacionale” se
encarga de repetir la melodía del primer tema, como para dar un cierre
conceptual a esta primera parte.
Luego, con “Sometimes I Don't Know What to Feel”, comienza otro álbum. Es éste un extraordinario tema lleno de feeling y cadencia soul. “Does
Anybody Love You” es una hermosa cancioncita encantadora, casi un jingle publicitario.
Así llegamos al enganchado de “I'm So Proud: Ooh Baby Baby/La la Means I Love
You/Cool Jerk”, todas canciones soul compuestas
por Benson, Cleveland, Mayfield, Robinson y Stroball
e impecablemente interpretados por Rundgren, quién se destaca por
hacer uso de su famoso falsete que suena femenino y nos recuerda a Carole
King. Por el contrario, “Hungry for Love” es una canción humorística y
salvaje, llena de ironía. La sigue “I Don't Want to Tie You Down” una hermosa
balada, pero con letras muy sardónicas. Nada que ver con “Is It My Name?”, un
rock salvaje, que recuerda a The Who. Para luego desembocar en la ya
mencionada “Just One Victory”, el cierre de este álbum arrollador y
desesperante.
Un disco cinco estrellas al que no hay que pasar
por alto. Muy recomendable.
Emiliano Acevedo
EXcelente reseña EMiliano, tanto este disco como su antecesor SOMETHING ANYTHING, estan considerados por la critica internacional, como dos de las mayores obras del Rock o de la musica Pop con vuelo...lo de Todd , tal como lo decis, siempre ha sido inclasificable, tanto solo , como con Utopia, a partir de dejar NAZZ todo fue asi, discos geniales en los 70, con algunos altibajos luego, pero siempre encontrando cosas geniales en todso lo que toca, produce, compone...UN GENIO MAYOR
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