viernes, 27 de mayo de 2016

ALMENDRA, El valle interior: Un disco para redescubrir...



Sin dudas, el regreso de Almendra en diciembre de 1979 fue el hito que despertó al rock argentino de la modorra, en medio de uno de sus peores momentos, como resultado de la censura y la represión de la última Dictadura cívico-militar. Además, estos shows cerraron una etapa negra, que había comenzado en 1977, marcada por la baja concurrencia a los espectáculos de rock, luego de las multitudinarias despedidas de Invisible y Crucis en el Luna Park, a fines de 1976 y principio del 77, respectivamente. Como dijo Emilio Del Guercio, años más tarde: “Las cosas estaban tan mal entonces que necesitábamos recordarle a la gente que habíamos estado mejor y que Almendra había sido parte de ese momento.”

UN REENCUENTRO INOLVIDABLE…

“El regreso del grupo fue algo que se venía barajando desde 1977”, le contó Luis Alberto Spinetta al periodista Eduardo Berti en el libro Spinetta: Crónicas e iluminaciones. Sin dudas, las ganas de tocar juntos estaban intactas y se manifestaban cada vez que Edelmiro Molinari volvía al país, desde su casa en Los Angeles, a visitar a su madre, lo que propiciaba que el cuarteto se juntara a charlar como viejos amigos, e incluso zapar, luego de algún asado compartido. Hasta que por fin, a mediados de 1979, Spinetta  -impulsado por su representante, Alberto Ohanian- puso en marcha el retorno, convocando a sus ex compañeros.

Los muchachos se dieron manija muy rápido, entusiasmados con la idea de realizar unos shows cuya organización estuviera a la altura de la circunstancias. Y así fue… Nada menos que 31 mil personas concurrieron a verlos en sus tres conciertos en Obras, en donde tocaron el 7, 8 y 9 de diciembre del 79. El 23 de ese mismo mes Almendra tocó en el Club Andes Talleres de Mendoza; y el 29 de diciembre y el 6 de enero ofrecen dos recitales en el Lawn Tenis Club de Buenos Aires, un escenario en donde nunca se había realizado un espectáculo musical. El 4 de enero habían tocado en La Plata, el 12 tocarían en Punta del Este; para cerrar la gira en estadio mundialista de Mar del Plata, el 18 de enero de 1980.
Más tarde, en 1980, se editarían dos discos grabados en los conciertos en Obras (Almendra en Obras), con el magnífico show completo, incluyendo un par de nuevos temas estrenados para la ocasión: “Cambiándome el futuro”, “Vamos a ajustar las cuentas al cielo”, “Jaguar herido” (casi una metáfora sobre la Dictadura) e “Hilando fino”.

EL DISCO DEL REGRESO

Después de la primera serie de conciertos, y de un impasse obligado en el cual Spinetta grabó Alma de diamante, el primer disco de Spinetta Jade, surge firmemente el proyecto de grabar un álbum que mostrara como podía sonar Almendra en 1980. Esta producción sería realizada en los Estados Unidos, en los estudios Conway de Los Angeles, entre el 15 y el 24 de noviembre.
Por supuesto, el álbum generó mucha expectativa en el público y la prensa especializada, quienes se sintieron algo defraudados con el contenido del disco, que fue bastante criticado. Sin embargo, con el inevitable paso del tiempo –que suele poner las cosas en su lugar- hoy es posible admirar en retrospectiva el valor imperecedero de esta producción, que traía muy lindas canciones y letras muy inspiradas. Por supuesto, el dibujo de tapa, realizado por Eduardo Santellán, estaba inspirado en el título del disco, sugerido por Emilio: "Quise poner en la tapa un objeto argentino fácilmente reconocible, como un paquete de (galletitas) Criollitas, y por eso me inspiré en la etiqueta de agua Villavicencio."

El valle interior comenzaba con “Las cosas por hacer”, un hermoso tema de Emilio Del Guercio, cuya letra relataba el comienzo de una historia de amor en Buenos Aires. Un bosquejo hecho canción en el que se destacaba el paisaje porteño de las mesas de café, en donde se dan esos encuentros mágicos entre dos personas.
“Amidama”, era una bella canción escrita por Spinetta para su esposa Patricia, y dedicada a los "encantos, secretos y certezas" de la relación que los unía. Por su parte, “Miguelito, mi espíritu ha partido a tiempo” estaba basado en la historia real de un nene que había muerto en el hospital en el cual había estado internado Valentino, el tercer hijo del Flaco, poco después de nacer. Un hecho que conmovió profundamente al músico: “Los padres del nene ya sabían que tenía una enfermedad incurable, los médicos le daban solo un par de días de vida y era escalofriante porque todo el hospital hablaba del ´hijo de Spinetta´. Para mí era muy doloroso ver a los padres de ese nene –que no sé si se llamaba de verdad Miguelito- con la amargura ya inscripta en los rostros, ante algo irreversible.”
"Espejada" era un tema en el que predominaban los juegos vocales de los integrantes del grupo, cantando a coro, como había ocurrido en "Leves instrucciones", un tema de la primera etapa de Almendra. Luego seguía "Cielo fuerte (Amor guaraní)", otro bello tema de Emilio con una marcada influencia de la música y la estética del litoral, aunque no tuviera nada que ver con el chamamé... Una verdadera delicia.
Lo mismo ocurría con "El Fantasma de La Buena Suerte", otro muy lindo tema de Spinetta, detrás del cual se escondía otra anécdota familiar, ya que, según el Flaco, estaba basado en un fantasma que vio su mujer en una quinta que habitaba la pareja con sus hijos, en Castelar. Luis quiso hacer pasar esta supuesta aparición no como un mal presagio sino como la historia de un fantasma que le traía buena suerte.
El valle interior cerraba con otro tema de Spinetta: "Buen Día, Día De Sol", cuyo estilo es un claro anticipo de posteriores trabajos de este músico en Spinetta Jade


Luego de la edición este disco, a partir de diciembre de 1980, Almendra realizaría una de las mayores giras por el interior del país en la historia del rock argentino, realizando 34 actuaciones en 32 ciudades, llegando a tocar en lugares remotos en los cuales jamás había tocado ningún otro grupo hasta esa fecha. Finalmente, el último show de Almendra tendría lugar en La Falda, Córdoba, el 15 de febrero de 1981.
Pasado este regreso, Spinetta, Molinari, Del Guercio y García continuaron con sus respectivas carreras, desestimando cualquier indicio de lucro comercial vinculado con el asunto de la reunión.


De cualquier forma, el impacto emotivo de la reunión del cuarteto repercutió muy fuerte en sus integrantes. Sin embargo, a la hora de recordarlo, Spinetta no estuvo igual de conforme con el resultado artístico: “El regreso de Almendra fue hermoso aunque hubo un inconveniente. Yo no quería que fuera solo algo nostálgico, me preocupaba mucho que se compensara con material nuevo todo el revival del grupo, pero siento que a la gente los temas nuevos le entraron por una oreja y le salieron por la otra.”

Con respecto a esto, Rodolfo García dio su punto de vista: Fue una experiencia muy gratificante. Primero la reunión en Obras, luego el Buenos Aires Lawn Tennis, más la gira por todo el país y la grabación de los discos en vivo. Luego lo de El Valle Interior con los temas nuevos grabados en Los Angeles. Sin embargo, con este disco pasó también lo mismo que con el doble de Almendra de la primera época. No hubo tiempo suficiente de ´rodarlo´ en shows, conciertos, giras etc. No obstante creo que es un gran disco.”

Exacto. El valle interior, un gran disco, casi una perla oculta, que vale la pena descubrir y redescubrir…
 
E. A.
  



2 comentarios:

  1. Gracias por escribir esto! es mi disco preferido de todos, digo no solo de los de almendra. Lo puedo escuchar horas por seguido... me parece muy profundo en todos los sentidos....

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  2. Es un hermoso disco! Muy entre jazzero y tanguero. No tiene un punto flojo. Hermosa la voz de Emilio, también

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